Este texto nos habla sobre las desigualdades sociales en la educación; formulando la
pregunta: ¿tiene que ver el éxito o el fracaso en los estudiantes de acuerdo a sus
desigualdades naturales y desigualdades de dotes personales?
La enseñanza como tal selecciona los estudiantes aptos y el profesor no reconoce más que
al estudiante iguales en derechos y deberes. Siempre los menos favorecidos van a ser los
estudiantes menos dotados o atrasados en cierto nivel educativo.
La cultura juega un papel muy importante en la educación, porque nos permite tener una
visión entre la cultura de los estudiantes y su procedencia social. Los estudiantes ya no
habitúan leer, se ha perdido la buena costumbre y su nivel académico baja año a año. Esto
hace que la desigualdad formal garantiza la oposición y no hace más que transformar los
privilegios en méritos.
En todo caso, debemos motivar para que pongan mayor énfasis en llenar vacíos, que
muchas de las veces no se complementan en un salón de clases, y ahí viene el interés de
cada individuo por auto educarse y superarse a sí mismo. Hoy que la tecnología está a
nuestro alcance, todos los estudiantes debemos poner interés y hacer uso de ello, para no
quedar en retroceso o ser simplemente conformistas.
Como docente, trataríamos de procurar que nuestros estudiantes lean obras que aporten a
la cultura, sin ver diferencias de clase; propiciar que sean críticos y reflexivos en todo
aspecto, y a la vez que reproduzcan sus ideas en el sentido de la cultura y beneficio
colectivo. Tomando muy en cuenta el perfil de salida del estudiante, debe ser innovador,
justo, solidario, así se desea que nuestros estudiantes sean aporte positivo a la sociedad,
y rompan con los paradigmas de desigualdad social.
Concluimos que la cultura nos puede ayudar como una herramienta de fuente inagotable,
de la cual los estudiantes puedan sacar el mayor provecho para alcanzar altas
posibilidades de éxito en su vida académica.
Integrantes:
- Marisol Chisaguano.
- Sonia Granja.
- Patricio Gallardo.