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TALLER 1

LIBRO “LOS ESTUDIANTES Y LA CULTURA” – P. Bourdieu y J.C. Passeron.

Este texto nos habla sobre las desigualdades sociales en la educación; formulando la
pregunta: ¿tiene que ver el éxito o el fracaso en los estudiantes de acuerdo a sus
desigualdades naturales y desigualdades de dotes personales?

La enseñanza como tal selecciona los estudiantes aptos y el profesor no reconoce más que
al estudiante iguales en derechos y deberes. Siempre los menos favorecidos van a ser los
estudiantes menos dotados o atrasados en cierto nivel educativo.

La cultura juega un papel muy importante en la educación, porque nos permite tener una
visión entre la cultura de los estudiantes y su procedencia social. Los estudiantes ya no
habitúan leer, se ha perdido la buena costumbre y su nivel académico baja año a año. Esto
hace que la desigualdad formal garantiza la oposición y no hace más que transformar los
privilegios en méritos.

El sistema de enseñanza actual debe cumplir con entregar a la sociedad individuos


seleccionados jerárquicamente, sin tomar en cuenta su posición social, sino sus
capacidades intelectuales.

La estimación de las desventajas en los estudiantes procedentes de clases desfavorecidas


y la evaluación de los grados de mérito proporcionales a la importancia de la desventaja.

La política escolar de las democracias populares ha conseguido favorecer el acceso a la


enseñanza superior y el rendimiento en los exámenes a los hijos de obreros y campesinos,
pero estos no tendrán validez mientras no se eliminen todas las desigualdades mediante
una acción pedagógica.
En el sistema educativo ecuatoriano podríamos manifestar que también existen
desigualdades, a través de las pruebas de ingreso a las universidades el estudiante solo se
ha convertido en parte de la estadística, en la cual solo se toma en cuenta su rendimiento;
solo los que poseen alto rendimiento tendrán la oportunidad de continuar con su carrera
profesional, más se ha desvalorizado su vocación por tal o cual carrera.

En las universidades de nuestro país se han adoptado normas de competitividad, la


universidad es autónoma y no admite otros criterios, especialmente en el ámbito
académico. La mayoría de estudiantes optan por seguir carreras muy valoradas en la
sociedad. Las clases privilegiadas son las mejor preparadas para adaptarse a un sistema
educativo exigente, porque tienen medios para satisfacer tales exigencias. Hay una
evidente afinidad entre la cultura escolar y la sociedad de clase alta. Esto abre la puerta
al racismo de clases, por el hecho de que las clases populares asimilan el esencialismo de
las clases altas. De hecho, las clases bajas al ser estigmatizadas, viven con la aceptación
de sus desventajas frente a la realidad o ante la falta de éxito.

En cuanto a los docentes que propician el éxito académico, están continuamente


dedicados a juzgar las actitudes de aquellos, su prestigio y su moral profesional;
demandan tener por dotes personales las aptitudes que ellos han adquirido más o menos
cuidadosamente, y el atribuir al ser de los demás las aptitudes adquiridas y la aptitud de
adquirir aptitudes.

La clase media o procedentes de familias dedicadas a la docencia tiene sus ideas de


perfeccionar los privilegios culturales, ya que esto está ligado al éxito profesional. Con
esto logramos comprender que la simple descripción de las diferencias sociales y las
desigualdades escolares que aquellas condicionan no es una enumeración rutinaria, sino
que constituye una interrogante sobre los principios en los que se apoya el sistema actual.
Las clases privilegiadas son las principales usuarias del sistema de enseñanza.
Los estudiantes de clase baja consideran lo que hacen como mero producto de lo que son,
y del oscuro presentimiento de su destino social, esto no hace sino reforzar sus
posibilidades de fracaso, en cambio la atmosfera intelectual del medio familiar, a la
estructura de la lengua hablada o la actitud ante la escuela y la cultura que aquel medio
inculca, el fracaso escolar es, naturalmente imputado a la carencia de dones. Muchas de
las veces los mismos padres de familia dicen a sus hijos y a veces delante de ellos que no
saben el idioma inglés, por mencionar un ejemplo, y se hacen cómplices de órdenes de
influencias desfavorables.

En todo caso, debemos motivar para que pongan mayor énfasis en llenar vacíos, que
muchas de las veces no se complementan en un salón de clases, y ahí viene el interés de
cada individuo por auto educarse y superarse a sí mismo. Hoy que la tecnología está a
nuestro alcance, todos los estudiantes debemos poner interés y hacer uso de ello, para no
quedar en retroceso o ser simplemente conformistas.

Los docentes de la misma manera deben aportar con motivación a través de la


investigación y convertirse en verdaderos guías para salir de estas desigualdades sociales,
ya que nuestra misión como docentes es formar al estudiante y convertirlo en un individuo
competitivo, que prospere en una sociedad desigual.

El docente en ciertos casos aprovecha a su favor la desventaja social que reside en el


estudiante, para hacerlos de menos. Un examen es un instrumento de evaluación, que nos
permite saber el avance del aprendizaje, pero el resultado no debe ser un simple número
dentro de una escala de valor, más bien esto debe propiciar mayor motivación como
docentes de nivelar sus conocimientos a aquellos que se encuentren en desventaja, con el
fin de crear el equilibrio en cuanto a conocimientos ya que todos tienen la misma
capacidad para aprender.

El sistema actual no permite producir estudiantes críticos y reflexivos, en la universidad


valoran la habilidad para hablar y escribir, lo cual siempre será considerado como de clase
social alta. La pedagogía actual ignora las diferencias sociales, un caso práctico es lo que
ocurre actualmente en nuestro país, donde se ha firmado un acuerdo para retomar la
educación intercultural bilingüe a manos de los movimientos indígenas, con el propósito
de educar bajo su cultura y propia lengua ancestral. De alguna manera, los privilegiados
siempre serán quienes viven en las urbes. En definitiva, cada clase social tiene valores
que determinan sus actitudes hacia la cultura y hacia la educación. Esto es importante, ya
que determina el ingreso y permanencia en el sistema educativo, que siempre se relaciona
a lo económico, social y cultural, para tener igualdad de oportunidades.

Como docente, trataríamos de procurar que nuestros estudiantes lean obras que aporten a
la cultura, sin ver diferencias de clase; propiciar que sean críticos y reflexivos en todo
aspecto, y a la vez que reproduzcan sus ideas en el sentido de la cultura y beneficio
colectivo. Tomando muy en cuenta el perfil de salida del estudiante, debe ser innovador,
justo, solidario, así se desea que nuestros estudiantes sean aporte positivo a la sociedad,
y rompan con los paradigmas de desigualdad social.

Concluimos que la cultura nos puede ayudar como una herramienta de fuente inagotable,
de la cual los estudiantes puedan sacar el mayor provecho para alcanzar altas
posibilidades de éxito en su vida académica.

Integrantes:

- Marisol Chisaguano.
- Sonia Granja.
- Patricio Gallardo.

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