En este artículo
¿Qué es un aborto espontáneo?
¿Cuáles son los síntomas de un aborto espontáneo?
¿Qué puede causar un aborto espontáneo?
¿Qué factores aumentan el riesgo de sufrir un aborto espontáneo?
¿Qué debo hacer si creo que estoy teniendo un aborto?
¿Qué debo hacer si mi doctor me dice que he perdido el embarazo, pero aún no he expulsado el
tejido?
¿Cómo es un legrado o raspado?
¿Qué sucede después de un aborto espontáneo?
¿Tener un aborto implica que tengo más posibilidades de perder otros embarazos?
¿Cuándo puedo tratar de quedar embarazada de nuevo?
Tuve un aborto espontáneo y me siento destrozada. ¿Cómo puedo superarlo?
Esto no incluye situaciones en las que pierdes un óvulo fertilizado antes de que el embarazo se estabilice.
Los estudios han demostrado que entre el 30 y el 50 por ciento de los óvulos fertilizados se pierden antes
o durante el proceso de implantación, a menudo tan pronto que una mujer tiene su periodo más o menos
en la fecha esperada.
Sangrado o hemorragia vaginal es usualmente el primer síntoma de un aborto espontáneo. Ten en cuenta
que una de cada 4 mujeres embarazadas pierden algo de sangre o encuentran manchas en su ropa
interior o en el papel higiénico al comienzo del embarazo, y la mayoría de estos embarazos no acaban en
aborto.
Dolor abdominal. Por regla general, el dolor empieza después de que hayas sangrado un poco. Puede ser
en forma de retortijones o ser persistente, suave o fuerte, y sentirse como un dolor en la parte baja de la
espalda o como presión en la pelvis.
Si tienes sangrado y dolor abdominal a la vez, las posibilidades de que tu embarazo continúe son mucho
menores.
Es muy importante tener en cuenta que el sangrado vaginal, las manchas de sangre y el dolor al
comienzo del embarazo también pueden ser señal de un embarazo ectópico o molar. Si tienes estos
síntomas, llama a tu doctor o partera en seguida, para que pueda determinar si tienes un problema que
requiere tratamiento de emergencia.
Además, si tu sangre es Rh negativa, quizás necesites una inyección de inmunoglobulina dos o tres días
después de que notes el primer sangrado, a no ser que el papá del bebé también tenga sangre Rh
negativa.
Algunos abortos espontáneos se detectan en visitas prenatales de rutina, cuando el médico o la partera
no pueden escuchar los latidos cardiacos del bebé o notan que el útero no está creciendo como debería.
A menudo el embrión o feto interrumpió su desarrollo unas semanas antes de que tuvieras síntomas
como sangrado o cólicos.
Si tu doctor cree que has tenido un aborto, pedirá un ultrasonido para comprobarlo. Quizá también pedirá
que te hagan un análisis de sangre.
A veces un aborto es consecuencia de problemas que ocurren durante el delicado proceso del desarrollo
temprano. Esto incluye un óvulo que no se implanta adecuadamente en el útero o un embrión que tiene
defectos estructurales que le impiden desarrollarse.
Como la mayoría de los médicos no hace un análisis completo de una mujer saludable después de que
haya sufrido un primer aborto espontáneo, a menudo es imposible saber con certeza qué causó la pérdida
del embarazo. Incluso cuando se hace una evaluación detallada (por ejemplo, después de que una
paciente haya tenido dos o tres abortos espontáneos seguidos), la mitad de las veces no se llega a
averiguar la causa.
Cuando el óvulo fecundado presenta problemas cromosómicos, hay posibilidades de que se produzca un
óvulo anembriónico o embarazo anembrionario. En este caso, el óvulo fecundado se implanta en el útero,
y la placenta y el saco gestacional comienzan a formarse, pero el embrión interrumpe muy temprano su
desarrollo o no se forma en absoluto.
Como la placenta empieza a secretar hormonas, la prueba de embarazo da positiva, pero un ultrasonido
mostrará que el saco gestacional está vacío. En otros casos, el embrión se desarrolla, pero solamente
durante un tiempo muy breve debido a que presenta anomalías que hacen imposible su supervivencia, y
el desarrollo se interrumpe antes de que el corazón empiece a latir.
No obstante, una vez que el corazón del bebé comienza a latir —lo cual por lo general se puede apreciar
mediante un ultrasonido alrededor de las 6 semanas de embarazo—, y no presentas síntomas como
sangrado o cólicos similares a los dolores de la menstruación, las probabilidades de que tengas un aborto
espontáneo bajan significativamente y continúan disminuyendo con cada semana que transcurre.
Edad: las mujeres de edad más avanzada tienen más posibilidades de concebir un bebé con anormalidad
cromosómica, y este tipo embarazos se pierden con más facilidad. De hecho, las mujeres de 40 años
tienen el doble de posibilidades de sufrir un aborto que las mujeres de 20 años. Tu riesgo de aborto
también aumenta con cada niño que esperas.
Un historial de abortos: las mujeres que han tenido dos o más abortos seguidos tienen más
probabilidades de tener un aborto que otras mujeres.
Enfermedades y afecciones crónicas: algunas de las condiciones que pueden aumentar el riesgo de
aborto son una diabetes mal controlada, afecciones heredadas que causan problemas en la coagulación
de la sangre, enfermedades del sistema inmunitario (como síndrome antifosfolípido o lupus) y afecciones
hormonales (como el síndrome del ovario poliquístico).
Problemas uterinos o cervicales: tener ciertas malformaciones congénitas del útero, adhesiones
uterinas severas (tejido cicatrizado), o un cuello uterino débil (insuficiencia cervical), aumenta las
probabilidades de aborto. La relación entre fibromas uterinos (un tumor benigno) y el aborto espontáneo
es controvertida, pero la mayoría de los fibromas no causan problemas.
Infecciones: la investigación ha demostrado un riesgo de aborto algo más alto si tienes listeria,
paperas, rubéola, sarampión, citomegalovirus, parvovirus, gonorrea, VIH y algunas otras infecciones.
Fumar, beber y usar drogas: fumar, beber alcohol, y usar drogas como cocaína y éxtasis durante el
embarazo puede aumentar el riesgo de sufrir un aborto. Algunos estudios muestran una relación entre el
alto consumo de cafeína y un aumento en el riesgo de aborto.
Medicaciones: se ha demostrado que algunas medicaciones aumentan el riesgo de aborto. Por eso es
importante preguntarle siempre a tu doctor si las medicaciones que tomas son seguras, incluso cuando
todavía estás tratando de quedar embarazada. Esto se aplica tanto a las medicinas que se compran con
receta como a las que se compran sin receta, incluidos los antiinflamatorios como ibuprofeno y aspirina.
Toxinas del medioambiente: los factores medioambientales que pueden aumentar tu riesgo
incluyen: plomo, arsénico, algunas sustancias químicas como formaldehído, benzina y óxido etileno así
como dosis altas de radiación o gases anestésicos.
Factores paternos: se sabe poco sobre cómo afecta la condición del padre el riesgo de aborto, aunque
sí se sabe que el riesgo aumenta con la edad del padre. Los investigadores están estudiando hasta qué
punto las toxinas del medioambiente pueden dañar el esperma. Algunos estudios han observado un
riesgo mayor cuando el padre ha estado expuesto a mercurio, plomo y a algunas sustancias químicas
industriales y pesticidas.
Obesidad: algunos estudios han mostrado una relación entre la obesidad y el aborto espontáneo.
Procedimientos diagnósticos: existe un pequeño aumento del riesgo de aborto después de un análisis
de vellosidades coriónicas y de una amniocentesis, que se realizan para dar un diagnóstico genético del
feto.
Tu riesgo de tener un aborto también es más alto si te quedas embarazada tres meses después de dar a
luz.
Si tienes sangrado y dolores y tu doctor tiene la más mínima sospecha de que podría haber un embarazo
ectópico, te harán un ultrasonido inmediatamente. Si no hay indicios de ningún problema pero sigues
teniendo pérdidas de sangre, te harán otro ultrasonido a las 7 semanas.
En este momento, si el técnico que hace el ultrasonido ve un embrión con un latido de corazón normal,
tienes un embarazo viable y tu riesgo de tener un aborto es mucho menor, pero tendrán que hacerte otro
ultrasonido si continúas sangrando. Si el técnico determina que el tamaño del embrión es apropiado pero
no ve el latido del corazón, quiere decir que el embrión no ha sobrevivido.
Si el saco gestacional o el embrión son más pequeños de lo que se esperaba, la ausencia del latido del
corazón puede querer decir que estás embarazada de menos semanas de las que creías. Dependiendo
de las circunstancias, quizás necesites repetir un ultrasonido en una o dos semanas y un análisis de
sangre antes de que tu doctor pueda darte un diagnóstico firme.
Si estás ya en el segundo trimestre y un ultrasonido muestra que el cuello de tu útero (también llamado
cérvix) se está acortando o abriendo, quizás tu doctor llevará a cabo un procedimiento que se llama
cerclaje uterino o cervical.
El cerclaje consiste en cerrar el cuello del útero con unos puntos para tratar de prevenir un aborto o
un parto prematuro. El cerclaje solo se hace si el bebé parece normal en un ultrasonido y tú no tienes
señales de una infección intrauterina. El cerclaje tiene sus riesgos y no todo el mundo está de acuerdo en
cuándo eres una buena candidata para este procedimiento.
Si muestras síntomas de un posible aborto espontáneo, como sangrado, quizás el doctor te sugiera
hacer reposo en cama con la esperanza de reducir el riesgo de aborto. Sin embargo, no hay evidencia de
que el reposo ayude. Quizás también te sugiera abstenerte de tener relaciones sexuales mientras sangres
o tengas dolores. El sexo no causa un aborto, pero es buena idea abstenerse si tienes estos síntomas.
Si crees que esto puede causar un conflicto con tu pareja, pídele al médico que haga estas
recomendaciones cuando ambos estén juntos en la consulta, para que entienda por qué es necesaria la
abstención.
Puedes tener pérdidas de sangre y dolores abdominales durante unas semanas. Puedes llevar toallas
higiénicas, pero no tampones durante este periodo. También puedes tomar acetaminofén (paracetamol)
para el dolor. Si estás teniendo un aborto, el sangrado y el dolor probablemente empeorará hasta que
expulses la placenta y el tejido embrionario o fetal. Este tejido será grisáceo y puede incluir coágulos de
sangre.
Si puedes, guarda el tejido en un recipiente limpio. Quizás tu doctor quiera examinarlo o mandarlo a un
laboratorio para que lo analicen y así tratar de averiguar por qué has tenido un aborto. En todo caso, el
doctor querrá verte de nuevo, así que llama para que le informes lo que ha pasado.
También puedes decidir esperar un periodo de tiempo a ver qué pasa antes de someterte al
procedimiento para extirpar el tejido.
En algunos casos puedes usar medicación para acelerar el proceso, pero puede causar efectos
secundarios como náusea, vómitos, y diarrea. Si eliges esperar o tomar medicación para acelerar el
proceso, existe la posibilidad de que aun así necesites al final un procedimiento quirúrgico para extirpar el
tejido fetal o embrionario.
Por otra parte, si sientes que esperar a que se produzca un aborto espontáneo es demasiado difícil
emocionalmente o doloroso físicamente, puedes optar por una operación para extirparlo. Esto se hace
mediante un legrado por succión o una dilatación y raspado.
Si tienes una hemorragia importante, señales de una infección, o cualquier otro problema, tendrás que
someterte a la operación de inmediato porque esperar a que se dé un aborto espontáneo no sería seguro.
Y tu doctor puede recomendar este procedimiento si este es tu segundo o tercer aborto seguidos, para
poder analizar el tejido y ver si hay una causa genética.
La mayoría de los obstetras prefieren usar un legrado de succión, porque es un poco más rápido y seguro
que la dilatación y raspado tradicionales. Algunos doctores usarán una combinación de ambos. Para
cualquiera de estos procedimientos, el doctor insertará un espéculo en tu vagina, limpiará tu cérvix y
vagina con una solución antiséptica y dilatará el cuello de tu útero con unas finas varillas de metal (a no
ser que el cuello de tu útero esté ya dilatado por haber pasado tejido fetal).
En la mayoría de los casos, te sedarán a través de una vía intravenosa y te darán anestesia local para
adormecer el cuello del útero.
En el caso de un legrado por succión, el doctor pasará un tubo hueco de plástico por tu cérvix y
succionará el tejido que está en tu útero. En el caso de una dilatación y raspado tradicional usará un
instrumento en forma de cuchara para raspar suavemente el tejido que está en las paredes de tu útero. El
procedimiento dura entre 15 y 20 minutos, aunque la extracción del tejido en sí dura menos de 10
minutos.
Si tienes factor Rh negativo te darán una inyección de inmunoglobulina, a menos que el padre del bebé
también tenga factor Rh negativo.
En caso de que comiences a sangrar intensamente (es decir, satures una compresa en una hora), tengas
cualquier síntoma de infección (como fiebre, malestar o flujo vaginal con un olor desagradable), o tengas
un dolor muy fuerte, llama inmediatamente a tu médico o vete a urgencias.
Si la hemorragia es intensa y comienzas a sentirte débil, mareada o aturdida, puedes estar entrando en
estado de shock. En este caso, llama al servicio de urgencias de tu localidad inmediatamente (911 en si
vives en Estados Unidos). No esperes a hablar con el médico, y no conduzcas tú misma hasta la sala de
urgencias.
¿Tener un aborto implica que tengo más
posibilidades de perder otros embarazos?
Es normal que te preocupe la posibilidad de perder otro embarazo, pero los expertos en fertilidad no
consideran que un solo aborto espontáneo indique que tú o tu pareja tienen un problema.
Algunos proveedores de salud te harán pruebas genéticas y análisis de sangre especiales para tratar de
averiguar qué causa los abortos si tienes más de dos seguidos, en especial si tienes más de 35 años o si
padeces ciertas enfermedades. Otros esperan hasta que has perdido tres embarazos.
Algunos doctores dicen que puedes tratar de concebir otra vez después de este periodo, pero otros
recomiendan esperar hasta que hayas tenido un segundo ciclo menstrual completo, para que tengas más
tiempo de recuperarte física y emocionalmente. Durante este periodo tendrás que usar control de
natalidad, ya que puedes ovular tan pronto como dos semanas después de haber tenido el aborto.
Algunas mujeres sobrellevan mejor su dolor si centran su atención en intentar un nuevo embarazo lo
antes posible (aunque el doctor les pedirá que esperen entre cuatro y seis semanas por lo menos). A
otras les sucede que transcurren meses o incluso más tiempo antes de recuperar el interés en tratar de
concebir. Cada mujer sobrelleva esta pérdida a su manera.
Tómate el tiempo que necesites para recuperarte, y trata de encontrar a alguien con quien te sientas
cómoda hablando de tus emociones. Recuerda que no ha sido tu culpa ni la de tu pareja y que tener un
aborto es una experiencia bastante común. Traten de compartir sus sentimientos y apoyarse mutuamente.
También pregúntale a tu doctor dónde puedes obtener orientación o encontrar grupos de apoyo, si crees
que te serán de utilidad.
Y no olvides buscar apoyo en nuestro foro sobre la pérdida de un bebé en el que puedes hablar con
otras mamás que están pasando o han pasado por tu misma situación.
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