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Aproximación conceptual al termino diversidad social y educación.

Introducción

Uno de los temas sensitivos en el siglo XXI es el impacto que ha tenido la tecnología
sobre la educación, la sociedad y la cultural, el cual, ha vapuleado la consciencia, el ser y
pensamiento de la humanidad hasta el punto de generar un transfiguración de la cultura y la
sociedad, ha modificado las forma como actúa, se comporta y como piensa el colectivo, se
podrían citar casos específicos como: el desarrollo industrial, la globalización, la
contaminación y desmitificación de los valores humanas como los fenómenos más relevantes
en la sociedad actual debido a que los hechos históricos, políticos y culturales se han
permeado por la aceleración del Índice de Desarrollo Humano de forma desmedida sin
calcular las consecuencias y el impacto que ha causado en la intimidad y la esencia del ser
humano.

Precedente que, se ve permeado en la diferencia social de las clases y la desigualdad


social al no existir un cambio estructural para la igualdad en condiciones de forma
proporcional, aunque en el caso Colombiano se han realizado esfuerzos muy significativos,
el fenómeno es latente a pesar de existir la multiculturalidad, desarrollo del pensamiento
autónomo, los derechos humanos, la heterogeneidad de género y la inclusión social, por citar
algunos, pues la políticas públicas establecidas no van acorde a la comprensión de los
procesos sociales y a los problemas socio antropológicos de la diversidad cultural.

Ampliación analítica

Un referente sobre las demandas sociales es el estudio realizado por (Hopenhayn,


2003) quien realizó el análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) advertía que ya hace una década en que el conocimiento es el elemento central
del nuevo paradigma para transformación educativa en pro del desarrollo de la capacidad de
innovación y la creatividad, para alcanzar altos niveles de competitividad; realizando un
análisis crítico se puede afirmar que los maestros en la sociedad deben asumir un rol
protagónico en el proceso de enseñanza-aprendizaje generando un pensamiento prospectivo
en donde los discentes asuman su papel protagónico ante la sociedad no solamente siendo
productivos sino personas más conscientes de su papel ante la sociedad, para actuar de forma
ética y moral, para reducir las desigualdades sociales y la pobreza social, toda vez que se
busque una transformación socio-humanística del contexto social.

A través de la experiencia pedagógica se ha observado que es fundamental


comprender los procesos psicológicos que alimentan al individuo, la relación entre
pensamiento autónomo o micro mundo y el lenguaje que le permite conectarse con la
realidad, esto para darle sentido a la vida, desde estas perspectivas el individuo se va
formando a través de la educación y va adquiriendo forma y contexto por medio de la cultura
al relacionarse con el medio, de allí se describe y se definen antropológicamente las
estructuras sociales, la evolución biológica y el desarrollo generacional de los pueblos, ahora
bien, desde la situación postmoderna dichos procesos evolutivos se han visto alterados o
transmutados con la diversidad cultura, la diferencia de clases sociales y la desigualdad
social, producto del avance de la técnica y de la ciencia, supuestamente en función de la
evolución, el bienestar y el desarrollo humano.

Pero la interrogante sería como construir una sociedad más justa ante estos desafíos?
Basta con entender si la educación que tenemos es la educación que queremos o la educación
ha evolucionado o va en retrospectiva, al parecer es un problema sistémico complejo; pero
aunando esfuerzos desde lo político, económico, social y humano se debe dirigir la mira a un
futurible basado en: realizar la construcción de la imagen de lo deseable, diseñar un futuro
desde el presente, educar para el futuro, reestructura el proceso modernidad o
postmodernidad y auto configurar la esencia del ser humano. Todo esto, de acuerdo al
referente de (Sacristán et al., 1999) sobre la crisis de la sociedad, quien concibe en su obra
que el escepticismo que durante algún tiempo ha ocasionado en ciencias sociales la
definición de los cambios socioculturales en los últimos 20 años se centra en dos cuestiones
que no se pueden apartar de la realidad: la primera, el hecho de que la sociedad informacional
es una realidad económica y cultural y no una abstracción intelectual; y la segunda, que
estamos teorizando plausiblemente los cambios que, a todos los niveles, están ocurriendo, es
decir, es una realidad inobjetable.

Desde la óptica de las organizaciones desde cualquier escenario, han establecido


como parte del afán desmedido de progreso, que el tiempo es la condición del desarrollo y
evolución del hombre, y que ya no hace parte de la memoria histórica o la acumulación de
experiencias por efecto de la instantaneidad y la inmediatez por la trasformación productiva
basada en la competencia acelerada y desmedida (para mantener las instituciones como parte
del negocio en el tiempo); caso similar sucede con las instituciones educativas, quienes por
su afán de hablar de procesos de calidad, alta acreditación y pruebas de competencias regidas
por estándares, no han realizado el trabajo social de enfocarse en los problemas latentes en
lo que respecta al diversidad cultural del país y la educación multicultural, una situación
relevante sucede con los indígenas y poblaciones absorbidas por el capitalismo y el
establecimiento de multi culturismo.

Con base los hechos expuestos, es necesario la restructuración y la reconstrucción del


papel del Estado Colombiano en el ambiente regional latinoamericano y de orden mundial la
consecución de una política de estado de forma real, coherente, sincera y verdadera; mediante
un lenguaje lineal y congruente, no solo basada en discursos pírricos, es decir, que debe
existir una reestructuración compleja y sistémica del Estado para mitigar las necesidades
básicas y esenciales, entre ellos la Educación como eje principal del pensamiento autónomo
ante los cambios de la nueva sociedad que se está configurando.

Desde el punto de vista histórico-etnográfico y socio antropológico la cotidianidad


escolar (todos los actores) desde la formación básica hasta la superior en las instituciones de
educación. se establece en su proyecto educativo bajo un modelo formativo que de cierto
modo es conductista, al no considerar y analiza las experiencias de los estudiantes como
sujetos pensantes que les permitan poder entender las relaciones sociales como un proceso
de encuentro del aprendizaje implícito y explícito de sus propias experiencias, con el fin de
poder interpretar, actuar y reaccionar frente a las normas e instituciones tomando sus propias
decisiones ante los problemas sociales como agentes activos en el caso las diferencias y
desigualdades sociales, parecieran no estar inmersos en los dilemas y preocupaciones del día
a día que demanda de una “Sociedad Inteligente” en el sentido estricto del concepto..

Finalmente, los cambios sociales y los movimientos migratorios a nivel mundial en


los últimos 5 años han agudizado la problemática social a nivel mundial, de allí que la
diversidad cultural no es algo nuevo o de moda, podría citarse que desde el origen de la
humanidad ha estado latente, pero, a causa de las deficiencias sociales y humanas básicas
como lo estudió Maslow, al encontrar insatisfechas dichas necesidades de los individuos, éste
busca a través de las etnias o agrupaciones sociales reclamar o revelarse para manifestar sus
diferencias como parte del tejido social, es por eso, que dichos problemas hacen parte del
discurso educativo como política de Estado, pero, no se cristaliza como parte de la realidad
del sujeto, por tanto, se debe trabajar fuertemente en: fortalecer los derechos humanos, la
igualdad de género, la equidad y la participación social, como herramientas para la
construcción de oportunidades en una sociedad justa e igualitaria..

Conclusiones

En lo que respecta al perfil globalizador de los sistemas económicos y al desarrollo


social sostenible propuesto por las economías fuertes no se ha detectado e identificado un
modelo diferenciador para tratar el problema de la diversidad cultural a nivel global, debido
a la complejidad multicultural y la heterogeneidad étnica.

No existen políticas de estado justas y claras para afrontar los problemas de la


postmodernidad, cada ciclo de gobierno históricamente desarrolla planes de acción que son
mal diseñados e inconclusos por efecto de los interese particulares de los gobernantes.

El clima educativo global debe ajustarse a un modelo intercultural de educación que


caracterice y defina la problemática bajo un enfoque multidisciplinar, que incluya a una
sociedad heterogénea, con un aprendizaje colectivo y cooperativo para contener: la
discriminación social, étnica y racista, en pro del desarrollo de valores y principio para
promueva normas claras y legitimar la diversidad cultural, singularidad, alteridad,
pluralidad, heterogeneidad, discapacidad, generando un sistema incluyente de forma
permanente.

REFERENCIAS
Hopenhayn, M. (2003). Educación, comunicación y cultura en la sociedad de la
información: una perspectiva latinoamericana, 1–38. Retrieved from
http://www.eclac.org/publicaciones/xml/8/11678/lcl1844e.pdf
Sacristán, J. G., Giroux, H., Macedo, D., Laren, P. M., Popkewitz, T. S., Rigal, L., …
Tortajada, I. (1999). La educación del siglo XXI. Los retos del futuro inmediato, 1–34.

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