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PRIMERA PARTE

Época ¡rrehispánica. Siglos xrv ), xv


Irlor y canto cle la poesía inclígena

J.rr^ D *,*i rnr¿o Av1ü * Lln s .

O cá ?*vt § . " Xi\ áx i c-c, - 'Iv1 =Ao{'á, -Lü4'L

r; [,,:
t { ii l

TLALTECATZIN

EN L¡\ SOLEDAD YO CANTO...

8,., iu soleclacl yo canto


a ac1ue1 que es mi Dios.
En e1 lugar de la luz y el calor,
en el lugar del rnando,
el floriclo cacao está espumoso,
ia bebida qlle con flores embriaga.

Yo terrgo anhelo,
1o saborea mi corazón
se emhriaga mi corazón,
en verdad mi corazón 1o sabe:

¡Ave roja de cueilo de lrule!,


fresca y ardorosa,
iuces tu guirnalda de flores.
¡Oh madre!
Dulce, sabrosa mujer,
preciosa flor de maíz tostado,
solo te presias,
serás abandonada,
tendrás que irte,
quedarás descarnada.

AquÍ tú has venido, -


frente a los prÍncipes,
tú, maravillosa criatura,
inrritas al placer.

Sobre la estera de plumas amariilas y azules


aquí estás erguida.
Preciosa flor cie maíz tostado,
sólo te presles.
serás atrandonada,
tendrás que irte,
qr-redarás descarnada.

:)\
(lvfediados del siglo xtv.) Fue gobernante de Cuauhchinanco, localidacl ubicada hoy en el e-.taclo de Puebla, a mediados del
siglo xtv. lvtiguel León-Portilla 1o llarna "Cantor del placer, 1a mujer y la muerte". [tr/ersión L1irccta. del naluatl al espanol, de
i\liguel Leorr-Por:tillo l
,t
t só l Tr¿rrrc¿rztN

El floreciente cacáo
ya iiene espuma,
se repartió ia flor del tabaco.
Si mi corazón 1o gustara,
mi r.ida se embriagarÍa.
Cada uno está aquí,
sot;re la tierra,
voso[ros señores, mis prÍncipes,
si mi corazón lo gustara
se enibriagarÍa.

Yo seilo me afli.¡o,
digo:
que no vaya yo
al lugar de los descarnados.
lv{i vida es cosa preciosa.- -
Yo sólo soy,
yo soy un cantor,
de oro son las flores que tengo.

Ya tengo que abandonarla,


sólo contemplo mi casa,
en hilera se qtredan las flores.''
¿Tal vez grandes jades,
extendidos plumajes
son acaso mi precio?
Solo tendré que marcharme,
algurra vez será,
yo solo me voy,
iré a perderme-
A mí rnismo rne abandono.
¡Ah, mi Dios!

Digo: vayame yo,


cgmo 1os muertos sea enr.ueiio,
yo cantor,
sea asÍ.
¿PodrÍa alguien acaso adueñarse de mi corazón?
Yo sólo asÍ habré de irme,
con 0ores cubierto mi corazón.
Se destruirán los plumajes de querzal,
los jades preciosos
Qug fueron labraclos con arte.
¡En ninguna parte está su modelo
sobre la tierra!
Que sea así, o
y rlt-l{¡ [reit sltl vlrrlg:r'trJsr.
|! )/
-_ l
I

TOCHIHUITZIN coYO LCHT UILQtjI

sót-o vININ'{os A soÑ/\R

f\sÍ
^ [o dqó diclto lochihuitzin,
asÍ 1o dejó dicho CoYolchiuhqui

De pronto salimos c1el sueñ0,


sólo vinimos a soñar,
no es cierlo, no es cierto
que linimos a vir,ir sobre ia tierra
Como ;'erba en Pritnavera
es nuestlo ser.
Nueslro corazótt hace nacer,
germinan flores de nllestra carne.
Algunas abren sus corolas,
lLtego se secan.

Así ]o dejó dicho Tocl-rihuiuin.

VIVISTEIS EL CÁNTO...

Vir,isteis el canto,
abnsteis la flor,
vosotros, oh prÍnciPes,
,vo, Tochihuitzin, soy tejedor de grarna,
el sartal c]e flores
por atlá cae.

(Fines c1e}'siglo xrv-mediados del siglo xv.) Contemporáneo de Nezahualcóyotl, fue hijo de }rzcóatl y"r"no, de Teotal¡zinco,
puebio vecino de la región de l-luexotzlnco, cerca del lztaccíhuatl. Su sobrenombre Cot,olchir-rhqui significa "Hacedor de
cascabeles". lVersirtu directa. dcl nallruatl al español, de N4ígttel León-Portillal
[ ;8 ]

NEZAFIUALCOYOTI-

CON FLORES ESCRIBES...*

I
L-on flores escribes las cosas,
iol-r Dador de la Vida!

Con cantos clas color,


con cantos sornbreas
a los que han de virzir en la tierra.

Después destrui rás


a águilas y, Iigres:
so]arnenre en iu pintura üümos,
aquí, sobre la lierra.
Con tinta negra bon'al'ás
lo que fue ia heimandad,
Ia comunidad, la nobleza.

TÍl sombreas
a los que han de r.it ir en la tierra.

Después destruirás
a águilas y rigres:
solamente en tn pintura vrvimos,
aquÍ, sobre ia tierra.

NO ACABAILA.].,t Mf S FLORES...J'

No ¿icabarán mis flores,


no cesarár1 rnis cantos.
Yo cantor los elevo,
se reparten, se esparcen.

102 l+72') ':-latnttttninteo


sal¡io 'lel t¡rutrclo náhuatl. El de mds grande tanra enr¡c los poeras
y filósotbs tlel ¡vlexco anii-
r1 P=oeta,,arguitecto y sabio ert las cosas ai.nrrrr. Goberna,re
suprerno de lezcoco y consejero tle t-enochtitlair. A decir
ón-Portiila' Nezahr'ialcÓyoti tuvo ple¿ra conciencia de un lega,Jo de
inrelectuai milenarro quá le pe.n itió desarrollar fomras
traoldinarias de pensan-rie.to y poesía A 1o largo cle toda
ir'ih,".tá i. la poesia rnexicana prehrspánica, na¿ie lo iguaia
calidad' Su obra (un pu¡1aclo de poemas) es alau"= ernoriva
), filosófica y posee la perfeccio¡ c]el esrjlo que orl.os a*rores
Suir'ían sin ¿rlcarizar su nraestl-la. l'ór'exeelcncia recibe el s<¡brenombre iiei "Rey poeta,,.
tctñttl' cle MieuelLeÓt-t-Pttrtillu '*'r 1''er-sion¿s
[+\/ersiones direct(]s, del ¡ahuatl al
clit'ectas, clel nahttc¡l ctl españoL, d.e AngelNlcttirt Garibay
R.)
NEZAHUALCóvcrr [¡sl

Aun cuando las flores


se marchitan y amarillecen,
serán llevadas allá,
al interior de la casa
del ave de plumas de oro.

AUNeU sEA DEJADE...*

Yo Nezahualcóyotl 1o pregunto:
¿Acaso de veras se rrive con raÍz en la tierra?
No para siempre en la tierra;
sólo nn poco aqnÍ,
Aunque sea dejade se paile,
aunque sea de oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra,
No para siempre en la tierra:
sólo un poco aquí.

SOMO.S MORTALES
i
Percibo 1o secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
AsÍ somos,
somos mortales,
de cuatro en cuatro nosotros los hombres,
todos habremos de irnos,
todoshabremos de morir en la tierra.

Lomo una pintura


nos iremos borrando.
Como una flor
nos iremos secando
aquÍ sobre Ia tierra.

Como vestielura de plumaje de ave zactsán,


cle Ia preciosa ave de cuello de hule,
nos iremos acaban¿lo.
Meditacllo, señores,
águilas y tÍgres,
aunque fuerais de jade,
aunque fuerais de oro
también alla ir¿is,
al lugar de los clescarnados-

Tendremos que desaparecer,


nadie habrá de quedar.
{6ol NrztuuelcoYorL

§ ¿A dónde irernos doncle la muerte no exista?


Ivlas ¿por eso vir¡iré llorando?

Percibo 1o secreto, lo oculto.


¡Oh vosorros señoresl
AsÍ somos, somos mortales,
de cuatro en cuatro nosotros los hornbres,
todos habremos de ir-nos,
todos habremos de morir en la tierra.

¿ERES TU VERDADERO?..,*

¿Eres tú verdadero, tienes raÍz?


Sóio quien todas las cosas dornina,
-
el Dador de Ia Vida.-
¿Es esto verdad?
¿Acaso no Io es, como dicen?
iQue nuestros corazones
no tengan tormento!

Todo lo que es verdadero,


lo que Liene raiz, :
clicen que no es verdadero,
que no tiene raÍ2.
El Dador de la Mda
sólo se muestra arbitrario,

iQue nuestros corazones


rio tengan tor.{nento!

EN EL INTERIOR DEL CIELO,.

Só1o allá en elinteriol clel cielo


tú inventas tu palabra,
" ¡Dador de la Vida!
' ¿Qué cleterminarás?
¿Tendrás fastidio aquÍ?
¿Ocultarás tu gloria y tu fama en la lierra?
¿Qué determinarás?
Nadie ptrede ser amigo
dél Dador de la Vida.
Amigos, águilas, tigres,
'¿a c1ónde en verdad iremos?
Mal hacemos las go.sas, oh amigos. o

Por ello no así te aflijas,


eso nos enferrria, nos causa la muerte-
Esfolzaos, todos tendremos que ir
a la regióu clel misrerio.
NrzenualcóyoTL

{et¡
ALEGRAos... *

,lf§:::X,: ir i:::.::: e ernb, iaga,,


offi:#'"u' -uno. "
,?:"'::,
ros collares
de flores.
tiempo de ,ruvia,
t#f:ff::::,."'
sui
3?.":.y, corotas.
r^or alli anda el ave,
p.arlotea y canta.
vrene a conocer
i, .ug de] *.-'.
dios
nuesrras
i?" :rn
nos alegramos.
flr..r--,
j:l: ."" nuesrros canros
\.,uesr ra irist
X:rece
rJh eza.
señores, con
esto
disgr-rsro se
f""::. disipa.
liynl"rl,
n, hecho
et Dador a"
l, v,ar.
li:lnventor descender
et
de si mismo,
rtores placenteras,
a
con esto yuestro
disgusto se cllsipa.

SOy p¡6g...*
Soy rico,
yo, el señor Nez
t.uy",
Á; ;;;i':jri).l"hu, ¡

"
ros anchos plurn;
guetzal,
Por experie.r.,, .Ilt^1e

üüi":Trff.ffirosjades'
por todas paftes
á
experiencia 1' tigres,
,Pot .j-1']"
las a¡oicar;;":;;"#zco ios jades,

coNrEluplo uNA
FLSR*
.ornprende
ff:|1]:
Ll)cUCltO Un
Canto
mi corazón:
conternplo
una fl.,,
¡ojatá no ," *u..Áli"r,
l6zl Nrz¡uu-{coYorL

CANTo DE LA HUIDA*
De Nezuhualcóyotl cuando iutdabct
huyendo del s¿ñor de Azcapotzalco

En vano he nacido,
en vano he rrenido a salir
de la casa del clios a la tierra,
iyo soy menesteroso!
Ojalá en verdad no hubiera salido,
que de verdad no hubiera venido a la tierra.
No 1o digo, pero...
¿c1uá es 1o que haré?,
¡oh prÍncipes que aqLrÍ habéis venido!,
¿vivo frente al rostro de la gente?,
¿qué podrá ser?,
¡reflexiona!

¿Habré de erguir-rne sobre ia tierra?


¿Cuál es mi destino?,
yo soy menesteroso,
mi corazón padece,
tú eres ap¿nas nri amigo
en la tierra, aquÍ.

¿Cómo hay que vivir al lado ,le la gente?


¿Obra desconsideradamente,
vive, el que sostiene y eleva a los hombres?

¡Vive en paz,
pasa la r¡rcla en calmal
Ivle he doblegaclo,
sólo vh,o con la cabeza inclinada
al lado rle la gente.
Por esto me aflijo,
¡soy clesdichadol,
he c¡reciado abandonado
al lado de ia gente en la tierra.

¿Cómo lo determina tu corazón,


Dador de la Vida?
¡Salga ya iu disgusto!
Extiende tu compasión,
estoy a tu lado, tú eres dios.
¿Acaso cluieres danne la muerte?

¿Esverdaci qire nos alegramos,


iillc v¡viltluir !)!)ljtu lu ll{:t'lu?
f'lO Cs clct-l,r r¡trc t,lvllr.rr.rs
y lrernos ver'rldo zr tr'lcgrarrtros err la tiel.a.
ToJos asÍ sonros lr-lellesterosos.
NpzAHU¡tLCóYorL l6tl

La amargura preclice el destino


acltrí. al lado de ia ,qente.

Que no se angustie mi corazón.


No reflexiones ya más.
Verdaderamenle apenas
de rnÍ mismo tengo compasión en la tierra

Ha rrenido a crecer la amargura


jnnto a Lt \j a iu iacio, Dador de la Vic1a.
Solamente yo br-rsco.
lecuerdo a nuestros amigos.
¿Acaso venclrán una vez más,
acaso volverán a vivir?
Sólo una vez perecemos,
sólo una vez aquÍ en la tierra.
¡Qtie no sufran sus corazones!,
junto y al lado del Dador de la Vida.

PONEOS DE PIE*

¡Arnigos mÍos, poneos de piel


Desamparados están los príncipes,
yo soy Nezahualcóyotl,
soy el canlor,
so)r papagayo de gran cabeza.
Toma ya tus flores y tu abanico.
¡Con ellos par[e a bailar!
Tú eres mi hijo,
iir eres Yoyontzin.
Toma ya tu cacao,
la ilor del cacao, -
¡qLre sca ya bebidal
iFlágase el baile,
comience el dialogar de los cantos!
No es aquÍ nuestra casa,
tro vÍviremos aquÍ,
tú de igual modo tenclrás que marcharte

ESTOY TRISTE...*

Estoy triste, me aflijo,


yo, el señor Nezahualcóyotl.
Con flores y con cantos
recuerdo a los prÍncipes,
a los que se fuieron,
a Tezozomoctzin, a Quahquauhtzin
NezeuuarcúYorL

§ En rrerdad viven,
allá en clonde de algún modo se exisre_
¡Ojalá pudiera yo seguir a los prÍncipes,
llevarles nuestras flores!
¡Si pudiela yo hacer míos
los hermosos cantos de Tézozomoctzin!
]arrrás perecerá [u renombre,
¡oh mi señor, tir Tezozomoctziril,
asi, echando de rnenos lus cantos,
rrrr: lrc velrido a atligi r
sclo he venido a quedar triste,
yo a mi mismo rne desgarro.

He venido a esiar trisre, me aflijo.


Ya no estás aquí, ya no,
en la región donde de algiin modo se exis¡e,
rros dejaste sin provrsión en Ia tierra,
por esto, a mÍ mismo rne desgarro.

cANTo DE PRIMAVI.'RA*

En ia casa de ias pinturas


conrienza a cantar,
ensaya el canto,
denama flores,
aiegra el canto.

Resuena el canto,
los cascabeles se hacen oír,
a ellos lesponden
nuestras sonajas floridas.
f)errarna flores,
alcgra el canto.

Sc¡ble las flores canta


el ll¿rnroso flaisán,
su canro despliega
en el inter"ior de 1as aguas.
A el resprtnden
varios pá.1aros rojos,
el hermoso pájaro rojo
Irellarnen[c car-][a.

I-ibro de itinruras es [u corazón,


has veniclo a cantar,
haces resonar tus tambores,
tú eres el cantor.
Ell el irrterior de la casa de la primavera,
alegras a Ias gentes.
NEZAHUALcÓYoIt- {6:}

Tú sólo repartes
flores que embriagan,

Tú eres el cantor.
En el interior cle la casa de la primavera,
ategras a las gentes.

SOLAIV{ENTE ÉL...
*

Solamente é1,
el Daclor de la Vida.
Vana sabiduría tenÍa yo,
¿acaso algr-rien no 1o sabÍa?
¿Acaso alguien no?
No tenía yo contento al lado de la gente.

Realiclades preciosas haces llover,


de ri proviene tu felicidad,
¡Dador de Ia Vida!
Olorosas flores, flores preciosas,
con ansia yo las deseaba,
vana sabiduia tenÍa yo,.,

¿A DOND; IREMos?...*

¿A dónde iremos
donde la muerte no existe?
Mas, ¿por esto viviré lloranclo?
Que tu corazón se enderece:
aquÍ nadte wwrápara siempre.
Aun los prÍncipes a moÉrrrinieron,
hay incineramiento de gente.
Que tu corazónse enderece:
aquÍ nadie r.ivirá para siempre.

NOS ATAVIAiv1OS...**

Nos ataviamos, nos enriquecemos


con flores, con cantos:
ésas son las flores de la primavera:
¡con ellas nos adomamos aquí en la tierra!

Hasta ahora es felizmi corazón:


oigo ese canto, veo una flor:
¡que jamás se marchiten en la tierra!
I 66]| Nrz¿rru,rlcóYorl

coN FLoRES NEGRAS...**

Con flores negras veteadas de oro


entrelara el bello canto.
Con éi vienes a engalanar a 1a gente,
tú, cantor:
con r.ariadas ilores
rerrisies a la gente,
Gozad,oh príncipes.

¿Ac4so asi se vive alrola


)/ así se vive allá en el sirio del rnisterio?
¿Aún allí hai, placer?
¡Atr, solarrrente aqllí en 1a derra:
con tlores se da uno a conocer,
con flores se manifiesla uno,
.-rh anrigo míol

Engalánate con tus flores,


flores color de luciente guacan:raya,
brillantes corno el sol; con flores del cuen o
engalanémonos en la tierra,
aquÍ, pero sóIo aquí.

Stilo un l-ireve instante sea asÍ:


por mury breve [iempo se tienen en préstarno
sus flores.
Ya son lievadas a su casa
y ai lugar de ios sin cuerpo, también su casa,
y no con eso asÍ han de perecer
nuestra amargura, nuestra tristeza.

LOS CANTOS SON NUESTRO ATAVIO**

Como si fueran floles


los cantos sot-r nuestro atavÍo,
oh arnigos:
con ellos venimos a rnvir en la tierra-

Verdadero es nuestro canto,


verdaderas nuestras flores,
el hermoso canto.
Aunque sea jade,
aunqlle sea oro,
ancho plumaje de quetzal,.
¡Que lo hagayo durar aquÍ junto ai tan-rbor!
¿ltla de clesarparecer acase .

nueslra nlLlerte en Ia tierra?


I.

tI
i
¡
N¡z¡.Hull,coYorL { 6. I

\
I
I
Yo soy cantor.
aunque sea asÍ.

t Con cantos nos alegramos,


I nos atar¡iamos con flores aquÍ.
¿En rrerdad 1o comprende nuestro corazón?
¡Eso hemos de dejarlo al irnos:
por eso lioro, me pongo triste!

Si es verdad que naclie


ha de agotar su riqtteza,
tus flores, oh Árbi¡ro Sutno...
Dehenros dejarlas al irnos:
ipor eso 11oro, rne pongo triste!

Con fiores aquÍ


se entreteje la nobleza,
la amistacl.
Gocemos cotr ellas,
casa universal suya es la tierra.

¿En el sitio de 1o misterioso aún


habrá de ser asÍ?
Ya no como aquí en la tierra:
las flores, los cantos
solamente aquÍ perduran.

Solamente aquÍ una vez


haya galas de uno a otro.
¿QLrién es conocido así allá?
¿Aún de verdad hay allá vida?

¡Ya no hay allá tristeza,


ailá no recuerdan nada... ay!
¿Es ,,'erdad nuestra casa.
¡ambién a1lá r.ivimos?

iAY DE MÍ!...**

¡§ de mí:
sea asÍ!
No tengo dicha en Ia tierra,
aquí.

¡Ah, de igual rnodo nacÍ,


de igual modo fui hecho hombre!
¡Ah, sólo el desampa?o
he venido a conocer
aquÍ en el mundo habi¡aclol
r
{ 66 | Nrzerru¡l-coYorL

CON FLORES NEGRAS...**

Con flores negras veteaclas de oro


entrelaza el be1lo canto.
Con é1 vienes a engalanar a la gente,
[ú, cantor.
con variadas t-Iores
rerristes a la gente.
Gozad, oh príncipes

¿Acaso ast se ür,e ahora


), asÍ se vive alla en el sirio del misterio?
¿Aún allí hay piacer?
¡A1r, solamente aquí en la iierra:
con Ilores se da uno a conocer,
con flores se manifiesla uno,
,rh amigo mío!

Engalánate con lus flores,


flores color de luciente guacamaya,
brillanres como el sol; con flores del cuen o
engalanénronos en la tierra,
aquí, pero sólo aquÍ.

St)lo un breve instante sea asÍ:


por muy breve liempo se tienen en préstarno
sus flores.
Ya son lievadas a su casa
y al lugar de los sin cuerpo, también su casa,
y no con eso asÍ han de perecer
nrlestru amargura, nuestra tristeza.

LOS CANTOS SON NTJESTRO A'TAVÍO**

Conlo si fueran flores


los cantos son l-ruestro ataYÍo,
oh arnigos:
con ellos venirnos a lwir en la tierra.

Verdaclero es nuestro canto,


verdaderas nuestras flores,
el hennoso canto.
Aunque seajade,
aunqlle sea oro,
ancho plumaje de quetzal...
¡Que ho haga yo durar aquÍ junto al tambor!
¿I{a cle clesaparecer acase
rruesLra rllLtet'te en la lierra?
I 68 ]
NEZAIiUALCOYOTL

§ ¡Que l-iayra 2¿,r, ¡t'ato rnutuo


aqui, olr anrigos nrÍos:
sc,lament¿ acluÍ en la rierral

lVlañana o pasado,
como 1o quiera el corazón
de aquel por quien todo vive,
nc.rs hemos dg ir a su casa.

¡Oh amigos, démonos gustol

iEN BUEN TIEMPO VINIMOS A VrvIR!...**

¡En buen tiempo vinimos a vivir,


hernos rrenido en tiempo primaveral!
¡
In stante. brevÍsimo, o-h 4migos !

iAun asÍ tan breve, c{ue se viva!

Yo soy Yoyontzin:
aL-lui se alegran nueslros corazones,
rluüslros rosLros:
hemos r.enido a conocer vuestl'as bellas palabras
Insrante brevÍsimo, oh arnigos!
¡Aun asi tan breve, que se üva!
16,¡ I

AXAYÁCATL

CANTO

TT
-f1a bajado aquí a la lierra la mtterte florida,
se accrca ya aquÍ,
ert Ia región del color rojo la inventaron
qr-rienes antes estuüeron con nosotros.
\h eler,ándose el llanro,
hacia allá son impelidas las gentes,
en el interior clel cielo hay cantos tristes,
con olloc iro rno o lo rooi[n donde da rlmin modo c0 o)iicto
con ellos va uno a la ,"4ár, doncle a" ulg.l..r modo se exisre.

Eras fesLejado,
diünas palabras hiciste,
a pesar de ello has muer[o.
Ei qLre rlene compasión de los hombres, hace torcida invención
Tú asÍ lo hiiiste.
¿Acaso no habló asÍ un hombre?
El qtre persiste, 11ega a cansarse.
A nadie rnás forjará el Dador c1e Ia Vida.
¡Día de llanto, día de lágrimasl
Tir cnrazón esLá triste.
¿Por segundavezhabrán de yenir los señores?
Só1o recuerdo a Itzcóat1,
por ello la tristeza invacle mi corazón.
!e. q.," ya estaba cansado,
venció acaso Ia fatiga al DueRo dá 1a Casa,
al Dador de la Vicla?
A ndclie irace él resisiente sobre la Lierra.
¿A dónde [endremos que ir?
Por ello la tristeza invade mi corazón.

Continúa [a particla de gentes,


todos se van.
Los príncipes, los señores, los nobles
nos dejaron huérfanos.

(1449'1481.) Poeta y gobernante de Tenochtitlan. Hijo del prÍncipe azreca Tezozomoctzin ), hermano de TLoc y AhuÍrzotl,
que también alcanzaron el rargo de supremo señor o tlatoani. "Si como gobernante de la nación azteca pasó por propio cle-
recho a la historia, como poefa ha de incluirse tambián en la serie cle los grandes maestros de la palabra nacidos en México-
Tenochritlan", afinna León-Portilla. lVersíón directa, del nálruatl al español, de Miguel León-Portilla ]
NEZAHIJALPILII

CANTO
Así ví.no L7 perecer Huexotzíttco

E
f -srovJO e-nrllriasado.
está embriagado mi corazón:
Se yergue la atr.rora,
ya canta el ave zacttán
sobre el vallaclo de escudos,
sobre el vallaclo de clardos.

Alégrate, tú, TlacahuePan,


tú, nLrestro vecino, cabeza raPada,
como cuexteca de cabeza rapada.
Embriagado con licor de agltas floridas,
allá en la orilla del agr-ra de los pájaros,
cabeza rapada.

Los jades y [as plumas de quetzal


con piedras han sido destruidos,
mis grandes señotes,
Ios embriagados por la muerte,
allá en las sementeras acttáLicas,
en la orilla clel agua,
los mexicanos en la región cle ios magueyes

El águila grita,
el jaguar da gemidos
oh tri, nri prÍncipe, Ir4acLrilmalirralli,
allÍ, en la región del lrumo,
en lr tierra del color rojo
reclamente los ntexicanos
hacen )a guerra.

Yo estoy embriagado, yo cuexteca,


yo cle florida cabellera rapada,
Llna y oLra vez bebo el licor floreciente.

ñ.
(1464-151, ) Sabio y poeta, hijo cle Nezahualcóyotl, sucedió a sr-t paclre como señor de Tezcoco. La hisroria dice de é1 que
fue un hcrnbre justo y un gobernante qlle promulgó leyes a las qr-re é1 rnismo se sometici, porque justicia y poesÍa tenÍan
para é7 un mismo significado. lVersiótt directcL, del náhuatl al espanol, de Míguel León-Portílla.l
A)LAYÁCATL

¡Serrticl t¡isteza, oh vosotros señoresl


¿Acaso rrveive alguien,
acaso alguien regresa
de la región de los descarnados?
¿Vendrán a hacernos saber algo
Motecuhzoma, Nezatrualcóyotl, Totoqulhua rzin?
Nos dejaron huárfanos,
¡senrid tristeza, oh vosotros señores!

¿l)err dóncle anc{a mi corazón?


Yo, Axa)¡ácatl, los busco,
nos abandonó Tezozomoctli,
por eso yo a solas cloy salida a mi pena.
A 1a gente del pueblo, a las ciudades,
que vinieron a gobernar los señores,
las han dejado huérfanas.--
¿I{ab-rá acaso calma?
¿Acaso habrán de volver?
¿Quién acerca de esto pudiera hacerme saber?
Por eso yo a solas doy salida a mi pena,

I
I tt \ l.I EZAHUAI-PlLr-i

Qne se distribuya el florido néctar precioso,


oir hijo mÍo,
tú, hoilbre jorzen y fuerte,
yo palidezco.

Por donde se extienden las aguers diünas,


allí están enardecidos,
e Lnbliargaclos los me x icanos

con el florido hcor de ios dioses.


Al chichimeca yo ahora recuerdo,
I)t-,1' rsto solo rne af1i.¡o.
Por esto yo girno, yo Nezahualpilli,
1o alrora lo recuerdo.
Sólo allá esta,
donde abren sus corolas las flores de guerra,
yo 1o lecuerdo y por eso 4hora 1loro.

Sobre los cascabeles Chailtzür,


en el interior de las agtlas se espanta.
Ixthicuecháhuac con esto muestra arrogancia,
se adueña de 1as plurnas de quetzal,
de las lrías turquesas se adueña el cuextécaLl.
Ante ei rostro del agtra, dentro de 1a gr-rerra
en e1 ardor del agua y ei fuego,
sobre nosoiros con furia se yergue Ixtlilotoncochotzin,
por esto se muestra anogante,
se apcid.era de los plun'rajes cie quetzal,
de las lrÍas t-rrrquesas se adueña.

Anda r¡olando ei ave de plumas finas,


Tlacahuepatzin, mi poseedor de las flores,
conr.o si fueran conejos los persigue el joven fuerte,
e1 cuexteca err la región de los magueyes.

En el interior del aglla cantan,


dan voces 1as flores chvinas.
Se enibriagan, tlan gritos,
los plincipes clue parecen aves ¡lreciosas,
los cuextecas en la región de los magueyes.

Nuestros padles se han embúagado,


embriaguez de la fuerza.
¡Cornience la danzal
A su casa se han ido los dueños c1e las flores ajadas,
ios poseedores cle los escudos de plumas,
krs Que guardan las alturas,
o
los que hacen prisioneros r.il-ientes,
ya danzan.
Arruinados se van Ios dueños de las flores a3adas,
los poseeclores de los escudos de plumas.

L
L
NEZAI{UALPiLL] I tt \

§ Ensangrenlado va mi PrínciPe,
amarillo señor nuestro de los cuextecas,
eI ataviado con faldellÍn color de zapole,
Tlacahuepan se cubre de gloria,
en la región misteriosa donde de algún modo se existe.

Con la flor del licor de ia guerra


se ha emL,riagado mi prÍtrciPe,
amarillo señor nuestro de los cuexlecas.
Matlaccuiatzin se baña con el licor floriclo de guerra.
Jlrntos se van adonde c1e algúrn moclo se existe.

Haz ya resonar
la trompeta de los tigres,
el águila está dando gritos
sobre mi piedra donde se hace e1 combate,
por encima de los sea]ores.
Ya se van los ancianos,
los cuexlecas es[án embriagados
con el licor florido cle los escudos,
se hace el baile en Atlixco.

Hal resonar tu tambor de turquesas,


maguey embriagaclo con aglra florida,
tu collar de flores,
ttr penacho de plumas de garza,
tu el del cuerpo pinrado.
Ya Io oyen, ya acompañan
1as aves c1e cabeza florida,
al joven fuerle,
al dueño de los escudos cle tigre que tra regresaclo.

Mi corazón está triste,


soy el joven Nezahualpilii.
Busco a mis capitanes,
se ha ido el señor,
quetzal floreciente,
se ha iclo el joven y fuerte guerrero,
el azul del cielo es su casa.
¿Acaso vienen Tlarohuetzin y Acapipíyotl

aquÍ clonde 1loro? :


I
1

lz+l

CIJACUAUT1TZIN

CANTO TRISTE

Fror"u con ansia mi corazón desea


Que estén en mis manos.
Con cantos me afliio,
sólo ensayo cantos en Ia tierra.
Yo, Cuacuauhtzin,
con ansia deseo las flores,
que estén en mis mánós,
yo soy desclichado.

¿A dónde en rrerdad irernos


que nunca tengamos que.morir?
Aunque fuera yo piedra Preciosa,
aunque fuera oro,
ser-é yo iundido,
allá en el crisol seré per[orado.
Solo tengo mi üda,
yo, Cuacuauhtzin, soy desdichado.

-Iu atabal dc jades,


tu caracol rojo y azul asi los haces ya resonar,
rú, Yoyontzin"
Ya ha llegado,

),4 se yergue e1 cantor.

Por poco tiemPo alegraos,


\rengan a presentarse aqul
los que tier-ren trisle el corazÓn'
Ya ha llegado,
ya se yergue el cantor.

Deja abrir la corola a tu corazÓn,


dcia que ancle por las alturas'

-=ry-.
(Ir,lecliaclt¡s clcl siglo xv.) Gob-elnaute de -fepechpan, señorio tributa¡io tlel reino tle Tezcoco siLtrado al suroeste de Teotihua-
can. Fue tarnbién forjador cle cantos y su "Canto iriste" lo motivó el darse cuenta de las ocultas intenciones que tenía ]'Jeza-
hualcóyotl al enviarlo a ia guer-ra contra los tlaxcaltecas: consegurr su muerte y apoderarse de su prometida Azcalxochiizin'
-Iodo io cual sucedió de ia forma plar-reada por el rey cle Tezcoco. Cuacuauhtzin murió err la guerra y I'Jezai.flra]cóyotl hizo
su)ra a Azcalxochirzin. De esla rel¿ción nació Nezahualpilli, pero el episodio quedó conro uno d¿ ]os ac[.,¡s indignos clel
"Rey Poeta", cuya repr,rración erzr, en general, de honl],¡re justo. [Vrr:iótt clirecta, delnal¡trttl al e spahol, .le tr'ligrLe I Ltott'PortitTa-l
Cuacu¡i-lulztN

Tú me aborreces,
Iú me clestinas a la muerte.
Ya me voy a su casa,
perecere.
Acaso por mÍ til lengas que llorar,
por mÍ tengas que afligirte,
tir, amigo mÍo,
pero yo ya me voy,
yo ),a me voy a su casa.
Só1o esto dice mi corazÓn,
no rroh.eré una \/ez más,
jamás voiveré a salir soble ia tierra,
yo ya me Yoy, ya me voy a su casa.

Só1o trabajo en \¡ano,


gozacl, gozad, amigos nuestros.
¿No hemos cle tener alegría,
no hemos de conocer e[ placer, amigos nuestros?
Llevaré conmigo ias bellas flores,
los bellos cantos.
Janrás [o hago en el tiempo del verdor,
sólo soy menesteroso aquÍ,
sóio 1rs, Cuacuauhtzin.
¿No habremos de gozar,
no habremos de conocer el piacer, amigos mrestros?
Llevaré conmigo 1as bellas flores,
los bel[os cantos.
I t6 \

h,IACUTI-Xt]CHITZTN

CA}.¡TO

H,,"ro mis canr,s,


yo, It'laeuikochitl,
con ellos alcgro al [)atlor de la Vida,
¡ct-rtrrier rce la danzal.

¿Adoncle de algún modo se existe,


a la casa de Éi
se llevan ltls cantos?_ -
¿O sólo aquÍ
estárr vuestr as fl ores?,
¡coruience la danza!

El rirallatzinca
tu nlerecimiento de gentes, señor Itzcóatl:
e.s

¡kxay acaLznl, tú conquisraste


1¿r ciuclad de Tiacorépec!
Allá fueron a hai-rr giros tus flores,
tus rnariposas
Con esto iras caus¿rdci alegría.
El matlatzinca
está en Toluca, en Tlacotépec.

Lentamente hace o{renda


cl¿ iloi'es y plumas
al Dador de la Vida-
I'one los escuclos cle las águilas
en los brazos de ios hombres,
allá donile ar,le 1a guerra,
en el inrerior de la llamrra.
Como nuestros cantos,
como nuesrras llores,
asi, tú, el guerrer-o de cabeza rapada,
das alegrÍa al Daclor de la Vida.
Las flores del ágrrila
quedan en tus manos,
señor Axayácati.

(Mediaclos del sigJo xv.) Hija de Tlacaélel, célcbre consejelo t1c los rcyes aztecas. N¿ció en Mé-ricu-lerroclrtitlalr. Su ¡rombr-e

otras corrposicic»r¿s suyas, [Versió ¡t ¡]irecta, del nal::"tatl al espanol, de Nligucl León-PortíJla.l
iz8)

AYOC UAN C UETZPALTZIhI

¡QUE PER¡-'IA|.lEZCA LA TIERRAI -..

lLql,,. I.)erltranezca la tierral


¡Qr,ie estén en pie 1os tnontesl
Así r,enÍa hal"¡iando A¡rocuan Cuetzpaitzin.
'llrrx.ala,
Eri en Hutxotzinco.
Qrre se fepart.an
flores de lxaíz toslado, {lores de cacao.
¡Qrre perrr"iarlezca Ia tielra!"'

lAS FLORES Y LOS CANTOS

Dei interi()r ,1cl cicL-, viellen


ias bellas flores, los bellos canios.
Los ¿r[ea nucstro an]ie1o,
nrlestra ir-rventiva los echa a perder,
a i-ro ser los del príncipe chichimeca Tecayehuatzin
¡Con los de é1, aiegraos!

La rnristad es lluvia cle [lores pt'eciosas.


Blancas veclijas de plumas de garza,
se ,i:ntrelazan con preciosas flores rojas:

(Segunda mitarl del siglo xr,,princiirios clel sigio ;<vr ) Poera y sabio, oriundo de la regiórr poblana, gobemÓ el serlorÍo t1e
l?camachalco. S¡ vgc¿tciriu 1-,or la poesía 1o llevó a r,'iajar y relaciona¡se con otros "lorjaciores de palabras" 1o misuro en
t,hrexotzinco i:|.rc en 'flaxcala. En ia nrisrna rracliciún ilc lrlezahuaicóyotl, tiene por tema prtferido la fugacidad de la exts-
tencia. [\/ersiónrlirecLct, ¡l¿lnti:rr.¡tttl.rl uspañol, ile ]r{§uel LeÓtt-Portilla.l
Lecturas reconiendadas p'ifii esta sice ióu
,r, r.t altiplar¡ici¿,
Gar.r¡.ry Kri.rr¿Nr, Á¡lc¡1, Iv1.lnia, P:)esíninL7ígerLa dt.la nr¡inrn^iri¿ sexta er
sexra edición, Unirze¡sidad I'tracional Autoaor¡a dc I'f e.xic,
(uNer,¿), lvléxicr¡, )992 [pnmer¡ er]ición, 19401.
Lalitet'atttrct d¿ los aztecas,Joirquin L'lortiz, \4éxico, 1979.
--, Paesícrinlígena, uNAL4, México, 1982.
LroN-Ponrrl"r, L,1r"a,ut, Yisión de ios v¿rrci¿los. Relttciones índígenas de lo Conquista, vigésirlro noverla edición correEida "'
-,
aumentada, tlt'tA¡/i, 2007 lpriirrera edición, I959].
ls5 anttig,tos ¡ntxicanos a tr¿ly¿s de ys crólr.ccs y cúntat'es, Fondo de Cultura Econólr-rica (rcg), Ir4éxico, 2006 fprir',e;:
-, etlición, poetas
l9ó I I
Vs... tlcll nt"ndo (tztec6,, Secreta¡ía dr Erlucacióro Pública (srp),Ir4éxico, 1972.
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La tintanegrcly roja. Antologitt .)t poesia ndhuatl, Era.El Colegio Nacional'Galaxia Gr-rterrbeig, Barcelona, 2OOB.
MARTINEZ, JosÉ Luls, llezcthwlcÓ1'otl: viday obra, rcr, ivléxico' 1972'
-,
Avocu¡N Curlzp¿LTztt.l Izs]

en las ramas de los árboles,


l-raio ellas andan y lil:an
l,.rs senores 1'los rrobles.

\iuesLl o lrer-rlroso canto:


un doraclo pájaro cascabel,
io eleváis mny herinoso.
Estáis en r1n cercado de flores.
So]¡re las ramas floridas cantáis.
¿t-tes tir, acaso, Lln ave preciosa del Daclor de la Vicla?
¿Acaso tii al dios has hablado?
-[irn
pronto como visteis 1a alrrora,
os habéis puesto a cantar.

Esñlércese, quiera mi corazón,


las flores del escudo,
las flores del Dador de la Vida.
¿Qué podrá hacer mi corazón?
En vano hemos 1legado,
hemos brotado en la tierra.
¿Sólo asÍ he de irme,
como las flores que perecieron?
¿Nada quedará de mi nombre?
¿Nacla de mi fama aquí en Ia tierra?
¡Al menos flores, al menos cantos!
¿Qué podrá hacer mi corazón?
En rrano hemos liegado,
ltemos brotado en ]a tierra.

Gocemos, oh amigos,
ln1,a abrazos aquÍ.
Ahora andamos sobre la tierra florida.
-
|Jadie lrará terminar aqlrÍ
las llores y los cantos,
cilos perdr-rran en la casa del Dador de la Vida

AquÍ en Ia tierra es la región clel mornento fugaz


¿ lhrnbién es asÍ en el lugar
donde de algúrn modo se vive?
¿Alla se alegra uno?
¿Hay allá amistad?
,,O sólo aquÍ en la tierra
hemos veniclo a conocer nLleslros roslros?
l8o ]
Ayocu.,\lJ (_u¡rzpal.t.zr r¡

CAI..I fO EI,J I OOR DE HUE)iÚTZINCO

¡\scJiacl.r, ocl i¿rda


:;ería la ciudad de Huexokinco,
si estuüera ro¿leacia c]e dardos.
I'luexotzinco circun.iada rJe esl,.ririttsas llecJtas

ill rimlral, la corrcha cle tortuga


tljllijl'cuten en vueslra casa,
i)(jlrlan¿aen ci,l Iluexotz.incit.
,\ llr v igil.i -fcca¡,iltuirtzirr,
ct señor (f uecél-nratl,
;,lii ruiie l,r fl¿irr¡, caura,
.:tl su üast l-le Ilucxot¿inco.
i;:cr ¡cl rad.
halie acá baja nuesrro_padre
el Jjos.
AquÍ está s:u casa,
donde se encllcrftra el tarnboril
cle ios tigres,
dcnde iran que.lado prendido;
;r] sun de los ririlbales.
ü, ;;,

(lor¡ro si fiieran
flores.
irlh se despliegan io, nrn,-,to.
de iiuetzal
err.la r:asa de jas pinturas.
.r\St se venera eir ia
tierra y ei moi1fe,
¿rsi se venel:a al único
clios.
L,ouro darclos floridos
e Ígneos
se levantan lus casas pieclosas
\4i easa doradi. .Jc las pinLuras.
¡t;lnibién es tu casa, rinico cliosl

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