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CAPITULO V LOS PROCEDIMIENTOS ESPECIALES EN LA INSTANCIA

I. LA LIQUIDACIÓN POR ESTADO

1.- CONCEPTUALIZACIÓN

El legislador, cónsono con el principio general en que descansa el Esta-do Liberal de derecho, el de la autonomía de la
voluntad, ha previsto, y como una limitante al poder discrecional de los jueces, dejar al libre albedrío de las partes, la
posibilidad de que ellas se pongan de acuerdo con respecto a las indemnizaciones a que una de ellas pueda haber sido
condenada a pagar a la otra producto de habérsele retenido una falta en el caso de una demanda en reparación de daños y
perjuicios, cuando en la sentencia que haya intervenido el juez no lo haya hecho. Pero, es preciso entender que se trata
también de una facultad que el legislador le reconoce a la parte demandada de reclamar que esa reparación, que es solicitada
por el demandante, sea justificada por estado. Se trata, sin embargo, de una posibilidad que solo es posible ejercerla, bien por
el Juez o bien por la parte, cuando la reparación recaiga sobre daños materiales, toda vez que los daños morales por su
carácter abstracto, y en principio, no podrán ser sujetos de reparación justificadas mediante este procedimiento, salvo el caso
de que se trate de un daño experimentado por una persona moral por un atentado a su buena fama, mejor nombre, etc., y
esto así toda vez que esos daños en ella, se reflejarán en el aspecto económico. La liquidación por estado de los-dañosy
perjuicios experimentados por una parte que ha perseguido dicha reparación contra él autor del daño que se ha reconocido
como causado por el sucumbiente, es una de las potestades que le reconoce el Código de Procedimiento_Civil en su artículo
128 a los jue-ces, cuando dispone que "Las sentencias que condenen a daños y perjuicios contendrán la liquidación u
ordenarán se liquiden por estado".

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Juan A. Biaggi Lama Los procedimientos especiales en la instancia

Pero no tan sólo este procedimiento es de aplicación en la materia civil sino que conforme lo dispone el artículo 345 del
Código de Procedimiento Penal, en los casos de condenaciones civiles, cuando el Juez no cuente con los elementos necesarios
para conformar su criterio podrá hacer uso de este procedimiento. Al efecto dispone dicho artículo que "Art. 345.- Condena
civil. Siem-pre que se haya demostrado la existencia del daño y la responsabilidad civil, cuando se ejerce la acción civil
accesoria a la penal, la sentencia fija además la reparación de los daños y perjuicios causados y la forma en que deben ser
satisfechas las respectivas obligaciones. Cuando los elementos probatorios no permiten establecer con certeza los montos de
algunas de las partidas reclamadas por la parte civil y no se está en los casos en los cuales se puede valorar prudencialmente,
el tribunal puede acogerlos en abstracto para que se liquiden conforme a la presentación de estado que se realiza ante el
mismo tribunal, según corresponda". Es este sentido, que se pueda definir el procedimiento de liquidación por estado como el
conjunto de operaciones realizadas unilateralmente por la parte beneficiada -acreedora- por una l decisión por la cual se
ordene el re-sarcimiento de los daños y perjuicios por ella experimentado, para establecer el monto de dicha indemnización
(esto es el quantum), y el cual, y en ausencia de acuerdo entre las partes, ha de ser fijado definitivamente p8r el tribunal que
así lo dispuso. En esta liquidación es preciso entender que se han de incluir los in-tereses o la indexación de dichos valores,
bien sean convencionales o bien sea que el pago de los mismos sea ordenado a título de indemnización complementaria. Al
respecto, preciso es recordar la posición adoptada por la Corte de Casación dominicana en diversas decisiones tendentes a
desconocer la apli-cación de las disposiciones del artículo 1153 del Código Civil", en el sentido de que las disposiciones del
precitado artículo han quedado sin sustento legal al haber sido derogado la Orden Ejecutiva No. No. 312 de 1919 porta cual se
fijaba en un uno por ciento (1%) el interés legal.

43 Sentencia no. 11 del 6 de julio del 2005, B. J. No. 1136, Páginas 153-156, lera.
I Manual de los Procedimientos Especiales 179 en Materia Civil y Administrativa

No obstante ello, en determinados casos se ha admitido que en la fijación de la suma indemnizatoria los tribunales inferiores
pueden tener en cuenta la desvalorización de la moneda para fijar el monto de las indemnizaciones".

44 Al respecto "Que en armonía con el criterio sentado por la Sala Civil y Conaercial de esta Suprema Corte de Justicia en su
sentencia del 19 de septiembre del 2012, estas Salas Reunidas reconocen a los jueces del fondo la facultad de fijar intereses
judiciales a título de indemnización compensatoria, en materia de responsabilidad civil, siempre que dichos intereses no
excedan las tasas de interés activas imperantes en el mercado al momento de su fallo; Que los Artículos 90 y 91 del Código
Monetario y Financiero derogaron todas las disposi-ciones de la Orden Ejecutiva No. 312 del 1 de junio de 1919 sobre Interés
Legal, así como todas las disposiciones contrarias a dicho código; que la Orden Ejecutiva No. 312 que fijaba el interés legal en
un uno por ciento 1% mensual, tasa a la cual también limitaba el interés convencional sancionando el delito de usura; que, en
modo alguno dicha disposi-ción legal regulaba la facultad que la jurisprudencia había reconocido previamente a los jueces para
establecer intereses compensatorios al decidir demandas como la de la especie; que, el vigente Código Monetario y Financiero
tampoco contiene disposición alguna al respecto; Que conforme al principio de reparación integral que rige la responsabilidad
civil, el res-ponsable de un daño está obligado a indemnizar a la víctima por la totalidad del perjuicio al momento de
producirse el fallo definitivo; que, el interés compensatorio constituye una aplicación del principio de reparación integral ya
que se trata de un mecanismo de indexa-ción o corrección monetaria del importe de la indemnización que persigue su
adecuación al valor de la moneda al momento de su pago; Que existen diversos medios aceptados generalmente para realizar
la referida corrección monetaria del daño, a saber, la indexación tomando como referencia el precio del oro, el precio del
dólar u otras monedas estables, el índice del precio al consumidor, la tasa de interés y el valor de reemplazo de los bienes
afectados; que la condenación al pago de un interés sobre el valor de los daños, además de constituir el método de corrección
moneta-ria más frecuentemente utilizado en el ámbito judicial, es la modalidad más práctica de las mencionadas
anteriormente, ya que una vez liquidado el valor original del daño, el juez sólo tiene que añadirle los intereses activos
imperantes en el mercado; que dicho mecanis-mo también constituye un parámetro de adecuación a los cambios que se
produzcan en el valor de la moneda, ya que las variaciones en el índice de inflación se reflejan en las tasas de interés activas
del mercado financiero; que, en adición a lo anterior, el porcentaje de las -referidas lasas puede ser objetivamente establecido
por los jiteces a partir de los reportes - sobre indicadores económicos y financieros que realiza el Banco Central de la-
República. Dominicana, sin que s'ea -necesario que las partes depositen en el expediente certificá-ciones o informes sobre el
valor de la moneda, en razón de qué, de conformidad con el Artículo 22 del Código Monetario y Financiero, dicha entidad
estatal es la encargada de publicar oficialmente las estadísticas económicas, monetarias y financieras de la Nación; Que en la
sentencia impugnada, ordenó la indexación conforme a las tasas establecidas por las entidades estatales encargadas, por lo
que, Las Salas Reunidas de esta Suprema Corte de Justicia consideran que la Corte A-qua realizó una correcta aplicación del
de-recho y, en consecuencia, procede desestimar el medio examinado, y en consecuencia,

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Juan A. Biaggi Lama Los procedimientos especiales en la instancia I

En cuanto a los intereses ha de tenerse muy presente las disposiciones del artículo 1153 del Código Civil que dispone que: "En
las obligaciones que se limitan al pago de cierta cantidad, los daños y perjuicios que resulten del retraso en el cumplimiento,
no consisten nunca sino en la condenación a los intereses señalados por la ley; salvas las reglas particulares del comercio y de
las finanzas. Deben abonarse estos daños y perjuicios, sin que el acreedor esté obli-gado a justificar pérdida alguna. No se
deben, sino desde el día de la demanda, excepto en los casos en que la ley las determina de pleno derecho". De aquí que, la
fijación por la sentencia que intervenga del monto a ser pagado, como indemnización en aquellas obligaciones que se limitan
al pago de una suma de dinero, resultan ser una obligación a cargo de los jueces y magistrados. No obstante ello, en ocasiones
los jueces y magistrados, bien sea por-que no cuentan con los elementos de juicio necesarios o bien porque puedeii entender
que la suma reclamada no resulta proporcional al daño experimen-tado, pueden, reteniendo y declarando que el demandado
ha comprometido su responsabilidad civil, ordenar, a los fines de fijar el monto que por este concepto ha de ser pagado al
demandado, que el demandante liquide por estado y justifique por esa vía dichos valores.

Un aspecto puntual ha de ser retenido en este sentido, y es que siendo las conclusiones de las partes el límite del
apoderamiento del Juez, y salvo que expresamente el demandante reclame o solicite la liquidación por estado, de forma
expresa, la liquidación puesta a cargo de la parte gananciosa, y en principio, no puede apartarse del monto que haya solicitado
en su demanda introductiva de instancia, pues el hecho de que el o los jueces ordenen esta liquidación por estados no
constituye, en sí misma, un rechazo o un descarte del pedimento hecho por esa parte en sus conclusiones ni un permiso para
variar a más lo solicitado. No obstante ello, si habiéndolo hecho así el deman-dante y el demandado ha dado aquiescencia a
este pedimento, por aplicación del mismo principio de autonomía de la voluntad, el juzgador no puede sepa-rarse de ese
acuerdo, y se-le impondrá.

Manual de los Procedimientos Especiales 181 I en Materia Civil y Administrativa

Es importante, en este punto, señalar que la sentencia que así lo ordene, desapodera al tribunal del aspecto ya juzgado, lo que
implica que esta deci-sión puede ser objeto, bien de los recursos ordinarios o extraordinarios que la ley permite ejercer contra
la misma. De este modo que, si dicha sentencia hubiese sido dictada por el Juzgado de Primera Instancia dicha decisión pue-de
ser objeto del recurso de apelación o si lo fuese por el tribunal de segundo grado, la misma podría ser atacada bien sea por el
recurso de Revisión Civil, el de Casación o eventualmente el de Oposición, por tratarse de una sentencia definitiva, que ha
juzgado el fondo del asunto, y que desapodera al tribunal de los aspectos decididos. Pero no se tratará de un
desapoderamiento total, toda vez que este conserva la atribución de fijar y decidir el monto de la condena. No obstante ello,
en el Proyecto del Nuevó Código Procesal Civil se con-templa que cuando el tribunal ordena la liquidación por estado de los
daños y perjuicios que ha retenido y a los que ha condenado a la parte sucumbiente a pagar, la sentencia que así lo decida no
podrá ser objeto de ningún recurso sino cuando se decida definitivamente sobre este aspecto'". Sin embargo, hay que
puntualizar que, cuando el fallo haya sido dictado por el tribunal de primer grado, y la Corte o el tribunal de segundo grado
confirme dicha decisión, esta, y en aras de la celeridad del proceso, y sin que con ello se vulnere el doble grado de jurisdicción,
tendrá la facultad o bien de fijai?por sí misma el monto de dicha indemnización o bien, al confirmar la decisión, retener la
facultad de conocer por ella misma, el proceso de liquida-ción por estado que se desarrollará más adelante. Pero, cuando el
tribunal de alzada revoca la sentencia de primer grado, dicho tribunal quedará definitivamente desapoderado del todo. Se
puede afirmar que, al ordenar por la decisión que ha intervenido y que ha puesto fin al proceso, que la parte gananciosa
proceda a realizar las operaciones necesarias para justificar, mediante la liquidación por estado, la reparación reclamada por
los daños sufrido-s,e1 tribunal está, implícitamente, ordenando, y de oficio, -una reapertura de los debates, y pone a cargo de
la parte ganánciosa la obligación de producir nuevas pruebas, así como la reali-zación, a 1,1 costo, de cualquier tipo de
peritaje, sin que los peritos llamados a realizar las operaciones necesarias para estimar o evaluar los daños tengan que ser
nombrados o juramentados p-or el tribunal.

45 Así lo dispone expresamente el artículo 1253 del referido Proyecto.

Juan A. Biaggi Lama I Los procedimientos especiales en la instancia I

Ello, sin embargo, no implica que a quien se le opongan los resultados de tales peritajes, no tenga la facultad de objetarlos o
de hacer las pruebas en contrario, y tratar de hacerlos desechar del expediente, si lo estima oportuno y útil a sus intereses.
Pero ese demandado podrá, si lo estima pertinente y ajustado a sus pretensiones aceptar dicha liquidación, y como veremos,
asumir la obligación de saldarla. Hemos de reiterar en cuanto al monto de la liquidación que pueda ser realizada, la
imposibilidad para el reclamante demandante de pretender des-conocer, y al momento de efectuarla, sus pretensiones
iniciales, fijadas en su demanda introductiva de instancia.

2.- EL PROCEDIMIENTO
Se trata de un procedimiento sencillo y expedito que está regulado de manera particular por los artículos 523 y siguientes del
Código de Proce-dimiento Civil, el cual contempla dos etapas diferentes. En una primera, la misma se desarrollará fuera del
tribunal, y en la segunda, en el tribunal. Así, yen la primera fase, es obligación de la parte a cuyo favor se hubiese pronunciado
la sentencia, y a quien se le puso la obligación de la justificación por estado del monto de los daños reconocidos, notificar a su
contraparte, apoyándose para ello de todos los documentos en que la misma se base, y mediante acto de abogado a abogado,
dicha liquidación. No obstante ello, la comunicación de dichas piezas podrá ser hecha vía la secretaría del tribunal, mediante el
depósito de los mismos, lo que, sin em-bargo, no libera al liquidador de la obligación de comunicar a su contraparte dicho
depósito y de invitarle a tomar conocimiento del depósito de dichos documentos, en el plazo de la octava franca de ley. Es
obligación del condenado, y agotado el plazo antes dicho de la octava franca de ley otorgada para tomar comunicación de
dichos documentos, a los fines de ponderación y análisis, declarar, y en el plazo de.la octava franca de ley subsiguiente, plazo
este que se empezará -á computar apartir del término del primero, responder mediante acto de abogado a abogado,
ofreciendo al demandante la suma en que él estima los daños y perjuicios causados .o sencillamente guardar silencio,
abandonando de este modo a la voluntad del tribunal decidir definitivamente al respecto y fijar el monto indemnizatorio.

Manual de los Procedimientos Especiales 183 en Materia Civil y Administrativa

El término de este segundo plazo, apertura en todo caso la fase judicial, y así el demandante perseguirá audiencia a los fines
de que el tribunal, bien sea homologue, en caso de que el demandado haya aceptado pura y simple-mente la liquidación que
le haya sido opuesta por el demandante, bien que no haya respondido en el antes dicho plazo o bien que haya ofertado una
suma inferior a la liquidada, decida definitivamente sobre dicha demanda. Con este propósito, bien sea el demandante o el
demandado, perse-guirán audiencia, y darán avenir a su contraparte mediante acto de abogado a abogado, a la audiencia que
haya fijado el tribunal, en la cual se harán contradictorias los documentos comunicados entre ellas, y estas concluirán sobre
sus respectivas pretensiones. Debiendo el tribunal, o bien homologar la transacción a la que hayan podido llegar las partes, o
bien, reconociendo adecuada la evaluación hecha, acogerla en todas sus partes o, eventualmente, y al no estar los jueces
atados a la opinión ni a los criterios de los peritos, fijar dentro de su poder de apreciación, de manera definitiva, el monto de
dichas indemnizaciones. o Así, es al abogado de la parte que ha obtenido ganancia de causa a quien corresponderá iniciar el
proceso, en el plazo que el tribunal haya podido otor-garle a estos fines, ro que sin embargo no siempre sucede. Puede darse
el caso de que la sentencia que ordene la liquidación por estado haya sido dictada por un tribunal deTrimera instancia o que
habiendo éste fijado en la misma el monto de la indemnización, la Corte modifique la decisión y ordene la liquidación por
estado de los daños y perjuicios cuya reparación se ordene. En ambos casos, bien sea que confirme o bien que modifique la
sen-tencia, y se ordene la liquidación por estado, es al tribunal de alzada a quien corresponderá involucrarse con dichas
operaciones, no así al tribunal de primer grado. Si la sentencia que ordena la liquidación hubiese sido pronunciada-en defecto
contra el demandad.o, la misma ha de serle notificada en el plazo dé los seis (6) meses posteriores a la expedición_de la
primera copia certificada por el secretario (a) del tribunal, a pena de caducidad de la misma. . Si se trata de una sentencia
dictada en defecto por el tribunal de alzada, es preciso estudiar dos situaciones procesales diferentes, en una el defecto ha
sido pronunciado coutrá el recurrente o intimante, y el tribunal, conforme la ley, se ha limitadaepronunciarlo y a descargar de
dicho recurso a la parte intimada.

Juan A. Biaggi Lama Los procedimientos especiales en la instancia I

En este caso, estaríamos en presencia de una sentencia que se puede asimilar, en principio, a una sentencia definitiva en
cuanto a lo juzgado por el tribunal de primer grado, en los aspectos por este decidido, y si entre ellos está la liquidación por
estados, es a él a quien le correspondería de-cidir sobre dicho procedimiento, y se puede afirmar que la sentencia que al
respecto pronuncie será susceptible del recurso de apelación; pero si el defecto es pronunciado contra la parté) intimada, y
este se encontrase ante una de las situaciones que prevé el Código de Procedimiento Civil para interponer el recurso de
oposición, es recomendable siempre, esperar que esto suceda. En principio, la interposición del recurso de casación
suspenderá la ejecución de la sentencia atacada, al tenor de las disposiciones del artículo 12 de lá Ley de Casación modificada
por la Ley No. 491-08 del 19 de diciembre del 2008, lo que impediría de pleno derecho que este procedimiento pueda seguir
su curso regular, y será preciso esperar hasta tanto la Corte de Casación decida sobre dicho recurso, en un sentido o en otro.
Pero en el mejor de los casos, en que contra la sentencia no sea inter-puesto ningún recurso, la misma habrá adquirido la
autoridad de la cosa irre-vocablemente juzgada. Así es al abogado de la parte que ha obtenido ganancia de causa a quien
corresponderá iniciar el proceso, en el plazo que el tribunal haya podido otorgarle a estos fines, lo que sin embargo no
siempre sucede. Si bien el Código de Procedimiento Civil no específica ni señala en qué plazo debe procederse a la liquidación
de los daños y perjuicios que se ha ordenado realizar por esta sentencia, es aconsejable que la misma se produzca en el menor
de los plazos, conservando el Juez o los jueces de la Corte la facultad de señalar expresamente en su decisión un plazo para su
realización.

2.1 Proceso de liquidación Para proceder a ello, nada se opone a que el demandante ganancioso pueda a estos fines, y como
hemos dicho antes, hacer uso de cualquier medio puesto a su alcance por la ley. Al respecto, esta liquidación puede ser aban-
donada a peritos quienes evalúen los daños a partir de los hechos que han generado su reparación o se auxilien para ello de
expertos contables quienés auxiliándose de la contabilidad de la empresa puedan determinarlos, caso en que la exhibición de
sus libros de comercio resultan ser una prueba útil siempre que los mismos cumplan con los requisitos que establece el Código

Manual de los Procedimientos Especiales 185 en Materia Civil y Administrativa

de Comercio" para ser admitidos como medios de prueba. Esto así cuando se tratase de un comerciante. Al efecto la Ley No.
173-66" establece una responsabilidad tarifada en aquellos casos de ruptura abrupta de un contrato de representación
exclusiva contra el Agente representante por parte del concedente, por la cual se fijan los valores a ser indemnizados y los
criterios que para esa valoración han de ser empleados. Disponiendo al efecto en su artículo 3 que " Todo Concesionario
tendrá derecho a demandar del Conce-dente, en el caso de su destitución o sustitución o terminación del Contrato de
Concesión que entre ellos exista, o de la negativa de renovar dicho contrato, por acción unilateral y sin justa causa del
Concedente, la reparación equita-tiva y completa de los daños y perjuicios que por tal causa le sean irrogados, cuya cuantía se
fijará a base de los siguientes factores: a) Todas las pérdidas que haya experimentado el Concesionario por causa de los
esfuerzos personales que haya desarrollado en beneficio exclu-sivo del negocio de que se le prive, incluyendo los desembolsos
por concepto de pago de indemnizaciones previstas podas leyes laborales; b) El valor actual de lo invertido para la adquisición
o el arrendamiento y la adecuación de locales, equipo, instalaciones, mobiliario y útiles en la medida en que éstos fueran
únicamente aprovechables para el negocio de que se le prive; c) El valor de las promociones de los servicios desarrollados en
razón al prestigio comercial del Agente, de las Mercaderías o Productos, partes, piezas, accesorios y útiles que tenga en
existencia y cuya venta, alquiler o explotación deje de beneficiarse, valor que se determinará por el costo de adquisición y
transporte hasta su establecimiento, más los de-rechos, impuestos, cargas y gastos que tales objetos hubieren causado hasta
encontrarse en su poder, y cualesquiera otras; y (4")

46 Al respecto dispone el artículo 12 del referido Código, complementado por el artículo 13 que "Art. 12.- Los libros de
comercio, llevados con regularidad, pueden admitirse por el juez como medios de pruebas entre comerciantes, en asuntos de
comercio. Art. 13.- Los -_libros que deben tener las, personas que ejercen el comercio, y respecto de los cuales no se hayan
observado las formalidades que quedan prescritas, no podrán ser presentados ni - hacer fe en juicio a favor de los que así los
hayan llevado, sin perjuicio de lo que se esta-blezca en el Libro de Quiebras y Bancarrotas". 47 La LEY SOBRE PROTECCION. A
LOS AGENTES IMPORTADORE1DÉ MERCADERIAS Y PRODUCTOS fue publicada en la Gaceta Oficial No.8979, deJetla 6 de abril
de 1966 48 ("-) Este artículo fue agregado por la Ley No. 622 del 28 de diciembre de 1973. (G. O. No. 9325).

Los procedimientos especiales en la instanc!a~ ]

El monto de los beneficios brutos obtenidos par el Concesionario en la


venta de las mercaderfas o productos o servicios durante los ulb'mos cin-
co afios o si no Ilegaren a cinco, cinco veces el promedio annal del manta
de las beneficios brutos obtenidos durante las 6Itimos ahas, cualesquie-
ra que fueren. En caso de que el Concesionario hubiere representado al
Concedente durante m de cinco ahos, 6ste debera pagarle, adorn la
suma resultante de multiplicar el nnmero de afios en exceso de cinco por
la d6C:ima parte del promedio de beneficios brutos que hubiere obtenido
durante las Oltimos cinco ahas de la representaci6n".

Lo m usual es que dicha liquidaci6n sea confiada a peritos o exper-


tos en la materia, quienes evaluan los dafios y estiman el monto de su
reparaci6n.
Es importante reiterar como hemos dicho antes, que estos peritos, y en
principio, no tienen que ser designados ni juramentos por el tribunal, salvo aque-
Ho casos en que expresamente asi haya sido ordenado, a pedimento de parte.
Las costas de estos peritajes corre por cuenta de.I demandante.
Sin embargo, Dada se opone a que las partes puedan de comun acuerdo,
nombrar a dichos peritos o eventualmente, solicitar al tribunal que dicho
perito o peritos sea o Sean designados por el propio tribunal. Eventualmente,
podr6 ser el propio demandante quien solicite al tribunal que proceda a esta
designaci6n. En este caso, dicha solicitud se ha de hacer de forma contradic-
toria, y en el caso de que el perito o experto sea nombrado por el tribunal ser6
preciso que se observen las disposiciones delos articulos 302 y siguientes del
C6digo de Procedimiento Civil, principalmente en lo relativo a su juramenta-
ci6n y rendici6n de Sus informes periciales.

2-2.- El cierre de las operaciones de Iiquidaci6n


Una vez que se hayan concluido las operaciones propias de la liquida-
ci6n ordenad se apeura una nueva etapa en el procedimiento.
Si estas operaciones hubiesen sido realizadas par uno o tres peritos -
designados par el tribunal, este o est` oS conservan la obligaci6n de depositar "
el producto de su mandato en la secretaria del tribunal.
Pero cuando la liquidaci6n haya sido realizada par un perito no de-
signado par el tribunal sino par la parte demandante, este Gene el deber de
depositor en la secretaria del.tribunal dicha liquidaci6n, y en ambos casos,

Manual de los Procedimientos Especiales 187

en Materia Civil y Administrativa

deberá de, y mediante un simple acto de abogado a abogado, notificar dicho

depósito al abogado constituido por el demandado, e invitarlo, por dicho acto,


a que tome conocimiento de dichos documentos en el plazo de la octaVa fran-

ca de ley, plazo que empezará a correr a partir de la notificación de dicho acto.

En el mismo acto, el demandante deberá concederle, y al término del

plazo otorgado para tomar conocimiento de dichos documentos, un plazo

igual de 8 días francos a los fines de que, y mediante un acto de abogado a

abogado, latontraparte exprese su aceptación o no de dicha liquidación

proceda a realizar una oferta de la suma a que estaría dispuesto a pagar.

El silencio por parte del demandado, vencido el plazo otorgado, no ha

de ser interpretado como una aceptación de dicha liquidación, ni un asenti-

miento a la misma, toda Vez que tal y como se de$prende de la lectura del artí-

culo 524 del Código de Procedimiento Civil, esta aceptación ha de ser expresa.

Al efecto, dicho artículo dispone que “y en la octava después de fene-

cidos los dichos plazos señalados, hacer ofrecimientos al demandante por

suma en. que estima los daños y perjuicios".

Pero el demandado puede bien aceptar dicha liquidación, sin hacer

ningún tipo de objeciones, pura y simplemente o bien puede responder ha-

ciendo una contraoferta, por las sumas que él entienda y considere justa, sin

necesidad de que dicha oferta sea consignada en manos de un tercero.

En ambos casos esa aceptación o esa propuesta, ha de estar contenida

en un acto de abogado-a abogado, notificada al abogado del demandante,

el cual acto y para su validez, ha de estar y ser firmado no tan sólo por el

abogado actuante sino también por su cliente o por un mandatario especial

designado por éste. En este caso se anexará a dicho acto copia de dicho poder.

El demandado conserva, y al expresar su oposición ha de hacerlo cons-

tar en el acto por el cual da respuesta, la potestad de impugnar aquellas par-

tidas que entienda no sean procedentes o que considere están sobrevaluadas.

Puede también al hacer la oferta, desglosar partida por partida las mismas e
individualizar su oferta por cada una de ellas totalizando el monto aceptado.

Debemos recordar que esta respuesta ha de ser dada en el plazo de los ocho días francos posteriores a la fecha en que
terminó el plazo de octava que-se le concedió a los fines de quetomara conocimiento “de los documentos depositados en la
secretaría del tribunalo que se les hayan podido comunicar vía el acto por el cual se le denunció su depósito. Se trata de un
plazo que no es fatal, y que corre a favor del demandado, y que sólo impide, y en principio,

188 Juan A. Biaggi Lama

Los procedimientos especiales en la instancia que antes de que el mismo se haya agotado pueda ser conocida la audiencia en
la cual las partes han de concluir sobre sus pretensiones respectivas. Sin embargo, y estando instituido a favor del demandado
nada se opone a que éste renuncie a dicho plazo, y pueda fijar su posición respecto a las pretensiones del demandante
inmediatamente reciba la liquidación, sin necesidad de hacer agotar la octava franca que la ley le concede a este fin. 4

Así éste último podrá aceptar la contra oferta del demandado o rechazarla.

Cuando fuese aceptada, dicha aceptación ha de ser comunicada a la contraparte, por el demandado, mediante acto de
abogado a abogado, firmado tanto por el abogado del persiguiente como por su representado, y por él se pondrá en mora a su
deudor para que en el plazo que pueda, unilateralmente fijar, sin que en ningún caso seainferior a las 24 horas o a un día
franco, proceda consignar los valores ofertados por él ante quien el acreedor designe. Ello

º impedirá que el oferente u ofertante pueda retractarse de su oferta, toda vez que al hacerlo asi se ha de entender se ha
producido una transacción. En este caso el acto contentivo de la oferta aceptada solo podrá ser atacado por una demanda
incidental en falsedad o mediante el procedimiento de denegación de acto cuando el acto por el cual se notificó dicha oferta
no estuviese firmado por el sucumbientepersonalménte.

Se trata, sin embargo de un acto procesal no exigido por el Código de Procedimiento Civil.

2.3 La audiencia

Perseguida la audiencia por la parte más diligente, y fijada la misma,esa parte está compelida a darle avenir a su contraparte al
tribunal apoderado, a T los fines de discutir sus respectivas pretensiones y obtener un fallo definitivo _l sobre el aspecto que
queda por juzgan

En este caso el tribunal está llamado a cónocer de la demanda de liquidación por estado_en cinco casos: 1ro. Cuañdo el
demandado ha.dado aquiescencia a las pretensiones del dem-andante; 2º. Si no ha hecho ninguna y oferta en el plazo de los
ocho días posteriores al término del plazo de la octava franca que les ha-sido otorgado a los fines de tomar comunicación de
los documentos contentivos de la liquidación; 3) Si ha hecho ofertas y no. la ha -€dnsignado; 4) Si el demandante ha rehusado
la oferta que se le ha hecho; 5)

Las ofertas hechas en estrados.I Manual de los Procedimientos Especiales 189

en Materia Civil y Administrativa

En el primero de los casos, el tribunal, cuando la parte demandada haya dado aquiescencia a las pretensiones del
demandante, ha de limitarse a homologar dicho acuerdo, y ordenar el pago de dichos valores, sin más trámites ni
consideraciones. Estamos, no obstante ello, ante una verdadera transacción, que tiene como tal, y conforme lo dispone el
artículo 205249 del

Código Civil dada la naturaleza de dicha transacción que se asimila a una sentencia con autoridad de cosa irrevocablemente
juzgada, lo que y en principio, cierra bien el recurso de apelación bien el de casación, según sea el caso, por su naturaleza (se
han de asimilar a una decisión administrativa) y segundo por aplicación de las disposiciones del artículo 69. 5 de la
Constitución de la
República el cual dispone que “ 5) Ninguna persona puede ser juzgada dos veces por una misma_caus_a".

En este caso la decisión a intervenir por parte del tribunal apoderado se ha de limitar a dar acta de este acuerdo y ordenar el
cierre y archivo definitivo del expediente.

En la tercera situación procesal planteada, cuando el demandado habiendo hecho una contraoferta al demandante y habiendo
sido aceptada por éste, no ha hecho efectivo el pago de dicha oferta o no ha consignado o depositado el monto de los valores
ofertados, es preciso analizarla.

En este caso la situación procesal será la misma que en el caso anterior, y el tribunal se ha de limitar a homologar este acuerdo
entre las partes y ordenar su pago. La misma situación procesal se verificará cuando dicha oferta sea realizada en estrados por
la parte condenada y el beneficiario de la misma haya expresado su aceptación.

En los otros escenarios planteados, cuando no ha habido oferta por parte del demandado o este no haya dado ninguna
respuesta en el plazo otorgado para hacerlo o cuando habiéndose producido la oferta por la parte sucumbiente el
demandante no la ha aceptado, entonces el tribunal ha de decidir en derecho sobre dicha liquidación.

El“tribuhal no está obligado ni atado a la liquidación hecha por la parte demandante de manera unilateral. Puede desecharla o
tomarla como mera referencia para la fijación del monto que entienda es acreedor dicho demandante, como justa reparación
por los daños sufridos. Para ello, y no obstante

49 ' Dispone este que “Art. 2052.- Las transacciones tienen entre las partes la autoridad de cosa juzgada en última instancia.
No pueden impugnarse por error de derecho, ni por causa de lesión”.

190 Juan A. Biaggí Lama I

Los procedimientos especiales en la instancia dicho experticio, puede ordenar, por no sentirse satisfecho con los realizados, y
de oficio, todas aquellas medidas de instrucción que entienda sean pertinentes y necesarias para conformar su criterio.

En todo caso, el tribunal podrá condenar a la parte sucumbiente a las costas y honorarios que se hayan podido generar y
producir con motivo de dicho proceso de liquidación. En este sentido se pronuncia el artículo 525 del Código de Procedimiento
Civil.

En cualquier caso el demandado no quedará liberado de su obligación más que procediendo bien al pago de dichos valores o
bien consignando los valores a que se contrae la sentencia y que ha estimado suficiente para reparar dichos daños.

Pero hemos de insistir en el criterio, ya avanzado precedentemente, en el sentido de que en estos casos la liquidación ha de
circunscribirs_e y no podrá exceder del monto reclamado por la parte gananciosa en su acto introductivo de instancia, de
suerte y manera_tal que, el tribunal puede, y ante las evidencias aportadas, acoger y condenar por la totalidad del monto
reclamado o bien acordar una suma que puede ser inferior, pero nunca superar el montoreclamado originalmente. Excepción
hecha cuando las partes'hayan podido

acordar un monto superior.

En determinados casos existen leyes que tarifan esa responsabilidad, y

su liquidación ha de ser hecha conforme esos parámetros pre fijados por el legislador, como es el caso de la Ley No. 173 de
1966 sobre Agentes Representantes de Comercio del 6 de abril del 1966, la que establece una responsabilidad tarifada en su
artículo 3 para los casos regulados por ella, la Ley sobre

Seguridad Social No.87-01 del 9 de mayo del 2001 que fija el monto de las indemnizaciones por perdidas corporales sufridas
por un trabajador en los casos de accidentes de trabajo, artículo 196.

Ha de entenderse que en estos casos el Juez no podrá separarse de estas tarifas por tratarse, en ambas situaciones, de leyes
declaradas de orden público, que se les _impon_en_ _tanto_al]uez como a las partes.

3.- INCIDENTES

En este procedimiento, los incidentes que puedan presentarse son minimos, y por lo general, los mismos han de prevenir bien
de un tercero o bien del propio demandado o bien, yۖ caso muy remoto, del demandante.

Manual de los Procedimientos Especiales 191

en Materia Civil y Administrativa

Entre estos incidentes, se puede plantear la inadmisión de la demanda en liquidación, cuando el demandante haya
inobservado los plazos señalados por el artículo 524 del Código de Procedimiento Civil, el cual y no obstante no estar mandado
a ser observado a pena de nulidad, ha de entenderse que su inobservancia acarrea una lesión al derecho de defensa que
consagra el artículo 69, numeral 750, de la Constitución de la República. Pero en este caso, más que una nulidad propiamente
dicha, con la cuál el tribunal quedará definitivamente desapoderado, se debería de hablar de un fin de ne, recibir que provoca
la inadmisión de dicha demanda, lo que permita a la parte demandante reintroducir su demanda, siempre y cuando la misma
se produzcaen el plazo que para ello goza. Esto es*20 años o bien, y es una solución más equitativa, podría el tribunal ordenar
la regularizaciónde dichas actuaciones otorgando al demandante el plazo necesario para que pueda ejercer adecuadamente su
derecho de defensa.

Otros incidentes que pueden ser planteados por el demandado son, la perención de la sentencia cuando la misma habiendo
sido dictada en defecto no le haya sido notificada en el plazo de los seis meses posteriores a su expedición.

Eventualmente podría plantearse la perención de la instancia, que ha quedado nuevamente abierta, pero tan solo limitada al
aspecto a ser conocido por el tribunal mediante este procedimiento,-lá fijación del monto de los daños. ' 1

El plazo de la perención empezará a correr a partir delmomento mismo en que la sentencia que ordene la liquidación por
estado sea notificada, y hasta los tresaños posteriores a este hecho, sin que se le haya registrado alguna actividad procesal
que tienda a interrumpirla.
Asimismo el demandado podía proceder a la denegación de los actos de aceptación o de contraoferta que en su nombre haya
podido realizar su abogado constituido o a denegar la firma o el poder que el mandatario que actúa en su nombre pueda
alegar estar inVeStido.

50 Dispone este que Artículo 69.7- Tutela judicial efectiva y debido proceso. Toda persona, en el ejercicio de sus derechos e
intereses legítimos, tiene derecho a obtener la tutela judicial efectiva, con respeto del debido pro'ceso que estará conformado
por las garantias mínimas que se establecen a continuación: 7) Ninguna persona podrá ser juzgada sino conforme a leyes
preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formalidades
propias de cada juicio;

192 Juan A. Bíaggi Lama

Los procedimientos especiales en la instancia

Los terceros podrán impugnar dicha liquidación, bien sea alegando la existencia de una cesión de crédito, bien sea cualquier
otra causa que entiendan haga frustratoria la misma. En este sentido, son causas de interrupción de la instancia las que señala
expresamente el Código de Procedimiento Civil.

4.- JURISPRUDENCIAS

DAFIOS Y PERJUICIOS A ¡USTIFICAR POR ESTADO. Cuando un tribunal correccional acuerda daños y perjuicios, a justificar por
estado, corresponde a este mismo tribunal,.fijar el monto de la indemnización porque este procedimiento especial, derivado
de la sentencia que acuerda tales daños y perjuicios, no puede considerarse como una dificultad de ejecución, que excluya a
este respecto, la competencia de los tribunales represivos;

Que para la correcta decisión de este medio, es preciso determinar ante todo el carácter dela sentencia del 13 de Octubre de 1
924, pues es evidente que los procedimientos organizados por los textos citados, suponen necesariamente, la interrupción
dela instancia; que, en cuanto al carácter delas sentencias que acuerdan daños y perjuicios, a liquidar a justificar por estado, la
Suprema Corte debe declarar, que estas sentencias, son definitivas y no simplemente interlocutorias, cuando contengan juicio
sobre la falta, el perjuicio y la relación de causa a efecto porque, el Juez apoderado de la liquidación, no podria, si n
desconocer a violar el principio de la cosa juzgada: rechazar la demanda bien negando la existencia de la falta, ora declarando
la ausencia de todo perjuicio o relación de causa a efecto; que naturalmente, estos postulados no se oponen a que los jueces
den a su decisión, el carácter de interlocutoria, el cual supone simplemente un perjuicio, y a esta solución la conduce, la
autoridad de la doctrina, frente a las manifiestas incertidumbres de la jurisprudencia del país de origen;

Que conforme a las reglas que rigen la liquidación en daños y perjuicios, “cuando el demandado no hace ofertas, en
contestación al estado que le ha sido nottj'icado, debe ser condenado al monto de la declaración, si esta es justa y fundada en
pruebas legales, o a la suma que el tribunal tiene derecho de fijar, después de haberse edificada por los medios ordinarios;
que una condenación o daños y perjuicios, a justificar por estado, no se op_one en

11 principio, al reconocimiento de daños morales, porque aunque estos'no son susceptibles _de ser detallados por partidas,
pueden “ser apreciados por los “;_¡jueees del fondo, y la solución contraria conduciría en desconocimiento de

Manual de los Procedimientos Especiales “¡ 93 en Materia Civil y Administrativa la letra y del espiritu del artículo 1382 y
siguientes del Código Civil, a una reparación parcial del daño causado;

Que cuando un tribunal correccional acuerda daños y perjuicios, a just1jicar por estado, corresponde a este mismo tribunal,
fijar el monto de la indemnización porque este procedimiento especial, derivado de la sentencia que acuerda tales daños y
perjuicios, no puede considerarse como una dificultad de ejecución, que excluya a este respecto, la competencia de los
tribunales represivos; que, cuando los jueces recurren al procedimiento organizado por los artículos 523 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil entienden reservarse fijar el monto de esos daños y perjuicios, a fin de aportar a la sentencia
que los acuerda de manera definitiva su complemento necesario y suficiente; que si bien la sentencia recurrida declara en una
de sus considerandos, "que no es otra cosa que la ejecución de la sentencia del 13 de
Octubre de 1924? ”quedando únicamente lo concerniente a ejecución de la indemnización? y en otra parte, "la sentencia se hizo
definitiva e irrevocable, quedando tan sólo una simple ejecución? es preciso convenir, que esas frases, contenidas en los motivos
referentes a la prescripción y a la renovación de instancia, constituyen en todo caso, meros errores de los motivos de derecho,
insuficientes para fundar la casación, ya que en su dispositivo se justifica por otros motivos regulares y exactas y por los que la
Suprema Corte suple en las precedentes consideraciones; Sentencia del 30 de Septiembre de 1938,

B.]. No. 338, páginas 552-557

EVALUACION DE LOS DANOS POR ESTADO, que no era preciso que dicha evaluación por estado tuviese que ser pedida por
conclusiones principales o subsidiarias; que ha sido juzgado por esta Corte que en todos los casos en que a los jueces del fondo
se solicita una indemnización, aunque sea de una suma ñia, dichos jueces, si estiman la existencia del daño, pero sin sentirse
plenamente edificados acerca de su verdadera cuantía, tienen la facultad para ordenar su liquidación por estado.

Que al decidir la sentencia impugnada que la evaluación de los daños fuese hecha por estado, no significa en modo alguna,
como alega la recurrente que en la misma se admite la falta de prueba de los daños, sino que de los mismos no ha sido posible
hacer una evaluación detallada; que no era preciso que dicha evaluación por estado tuviese que ser pedida por conclusiones
principales o subsidiarias; que ha sido juégado por.esta Corte que en todos las

Casas en que a los jueces del fondo se solicita una indemnización, aunque sea de una suma fija, dichos jueces, si estiman la
existencia del daño, pero sin sentirse plenamente edificados acerca de su verdadera cuantía, tienen la facultad para ordenar
su liquidación por estado; Sentencia No. 13, del 21 de Octubre del 1998, B.]. No. 1055, página 109.

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