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BURKE, Peter (1993): El Renacimiento.

Barcelona: Editorial Crítica

Los historiadores actuales ponen en tela de juicio los espectaculares contrastes que se

señalan entre la Edad Media y el Renacimiento, que no tienen en cuenta las

innovaciones que se realizaron durante la Edad Media, la pervivencia de actitudes

tradicionales en el siglo XVI y más tarde. También los personajes del Renacimiento –

como los relata el mito – son sobrehumanos. El mismo relato explica y justifica a la

vez el mundo moderno. Es un relato simbólico, en el sentido que describe un cambio

cultural utilizando las metáforas o alegorías del despertar y del renacer. Se trataba de

un retorno a la edad de oro (la Antigüedad – que vuelve a emerger de la edad oscura.

El movimiento que se describe era de carácter intelectual y artístico más que político

o religioso. Pero, como otros hijos que se rebelan contra la generación de sus padres,

esos hombres tenían contraída una gran deuda con la Edad Media que tan a menudo

denostaban. A la fórmula de la restauración de las artes y del resurgimiento de la

Antigüedad clásica, los historiadores ‘pro renacentistas’ como Burckhardt (siglo XIX)

le agregan el individualismo, realismo y modernidad. Estos historiadores del siglo

XIX creaban así su propio mito de una edad de oro. Pero esta visión se ha

erosionado, especialmente por la investigación de los medievalistas, cuyos

argumentos se pueden resumir en dos líneas:

En primer lugar, los llamados ‘hombres del Renacimiento’ eran en realidad bastante

medievales. Su pensamiento y conducta eran más tradicionales y vecinos a lo que

ellos llamaron la ‘época oscura’. Incluso hasta ‘El Príncipe’ de Maquiavelo (mucho

más tardío) pertenece hasta cierto punto a un género medieval, el de los ‘espejos’ o
libros de aviso para gobernantes.

En segundo lugar, el Renacimiento no fue un acontecimiento singular; existieron

varios ‘renacimientos’, especialmente en el siglo XII y en la época de Carlomagno.

Para Toynbee es un error en cuanto consideramos un acontecimiento único lo que en

realidad no es más que una manifestación concreta de un fenómeno histórico

recurrente.

Para Burke puede aceptarse el término Renacimiento no como una aislada ‘época de

oro’ milagrosa, ni como la súbita aparición de la modernidad, sino para referirnos a

un determinado cúmulo de cambios en la cultura occidental, como un concepto

organizativo que aún tiene utilidad.

El “mito” del Renacimiento El Renacimiento ( s. XV-XVI) no sería algo

único ni singular. No es un “milagro cultural” como se cree comúnmente.

¿Qué es, entonces, el Renacimiento? Sería un determinado “cúmulo de

cambios acaecidos en la cultura occidental. p. 14. Mito.

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