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Introducción

Bienvenidos al fascinante mundo del lenguaje. Este curso es


sobre comprensión lectora pero no podemos dejar de ir un paso atrás para
hablar de una capacidad esencial. El lenguaje es uno de los misterios más
grandes de la ciencia. ¿Cómo surge? ¿Cómo se desarrolla? ¿Cómo evolucionó
hasta lo que es hoy? Estos son algunos de los interrogantes que han
desvelado a científicos de distintas disciplinas.

Todos tenemos una opinión formada acerca de lo que es el lenguaje. Y esto es


una gran ventaja (a todos nos interesa el tema) pero en algún punto también es
un problema porque no siempre hablamos de lo mismo cuando abordamos un
fenómeno lingüístico. Es por esto que para empezar a trabajar con la
comprensión lectora tenemos que, en primer lugar, definir qué aspecto del
lenguaje vamos a abordar.

¿Qué es el lenguaje para cada uno de ustedes? ¿Cómo lo definirían?

Acá les presentamos algunas voces que ponen en evidencia la diversidad de


perspectivas que puede haber en la concepción del lenguaje:

Luisina, 7 años

Julia, 9 años

Guadalupe, 9 años

Joaquín, 9 años

Amparo, 10 años
Alicia, docente, 65 años

Fernando, músico, 35 años

Mónica, psicopedagoga, 41 años

Nicolás, estudiante, 19 años

Silvia, ama de casa, 57 años

¿Coinciden con alguna de estas definiciones? ¿Cuál les parece que tiene la
uno tiene del lenguaje?

Como pueden ver, el tema muestra aspectos muy variados. El lenguaje es una
capacidad, un medio de comunicación, un sistema de signos, un idioma, un
mecanismo que permite ordenar y clasificar el mundo, un sistema de
representación del pensamiento. Y así podríamos seguir sumando perspectivas
y definiciones…

Así como tiene aspectos que pueden definirse como innatos (Noam Chomsky
plantea que nacemos con una capacidad o predisposición para el lenguaje:
esta capacidad él la define como una gramática universal, un conjunto de
reglas que nos permite generar infinitos mensajes a partir de la combinación de
un número finito de palabras), también hay otros ligados a lo cultural.

Leer y escribir son habilidades lingüísticas culturales. Ningún ser humano nace
términos, la capacidad lingüística es una propiedad genética de la especie
es “entrenable”. La comprensión de textos, así como otras conductas en
interviene, es –por el contrario– una habilidad “entrenable” (mejora con la
buenos y malos comprendedores.

Que la comprensión de textos sea cultural (al igual que la lectura, la escritura y
la producción de textos) tiene importantes implicancias. Si es cultural, no se
desarrolla sola; DEBE SER ENSEÑADA Y EJERCITADA. Y si bien existen
varias perspectivas sobre cómo enseñar a leer y a escribir, no hay acuerdo
respecto de qué hacer para enseñar a comprender textos.

Comprender un texto supone un complejo proceso de integración activa


en el que intervienen múltiples factores. Cada vez que un lector se expone a
esta tarea, construye una representación mental del contenido. Si bien es cierto
que la dimensión textual implica un lector que identifique palabras, que detecte
estructuras sintácticas y que pueda extraer significado de palabras y oraciones
individuales, el análisis de la información explícita no agota la totalidad del
proceso. El establecimiento de relaciones entre las distintas partes del texto y
el conocimiento de mundo del lector constituyen un punto crucial para la
comprensión. En consecuencia, el texto es percibido y representado en la
memoria como una estructura coordinada y coherente más que como un
conjunto desarticulado de piezas de información individuales.

Cuando comprendemos textos construimos activamente significado a partir de


la creación de una representación mental que generamos combinando la
información del texto y el conocimiento del mundo de cada lector. Construimos
una suerte de película mental dinámica del contenido del texto y esta
construcción requiere de la revisión y actualización constante del contenido. El
siguiente video nos va a permitir entender cómo funciona la mente a la hora de
construir y cambiar representaciones mentales:

Serial taxi de Paolo Cogliati. Primera parte

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=KDFdX20yFP0

¿Qué ocurre en esta historia? ¿Qué pistas son las que les permiten
comprender los hechos? Si tuvieran que anticipar un final ¿cuál sería?
Los invitamos a que terminen de ver el video:

Serial taxi de Paolo Cogliati. Segunda parte

La lectura en su sentido global –decodificación + comprensión de textos–


constituye uno de los comportamientos más complejos y diferenciales de la
especie humana y representa, sin lugar a dudas, una de las competencias
fundamentales a la que todos los sistemas educativos aspiran. Sin embargo, no
se logra fácilmente alcanzar los estándares deseables. A nivel mundial, se
estima que entre el 5% y el 10% de la población escolar tiene dificultades de
comprensión. Una habilidad de comprensión lectora empobrecida tiene
importantes repercusiones en el plano educativo y social.

Teniendo en cuenta la importancia de la comprensión lectora, este curso les


propone trabajar sobre los procesos específicos del nivel textual. No existe un
único método para abordar esta temática pero sí es importante, más allá de la
perspectiva que se tome, que los procesos implicados se expliciten y que cada
uno pueda tomar conciencia de los pasos que va dando.

Algunos procesos fundamentales


¿Qué leemos cuando leemos? El sutil arte de la decodificación

Primero se identifican las letras, luego se las integra en un bloque hasta tener
la forma completa de la palabra y acceder a la representación de su
pronunciación y significado. Es decir que lo que hacemos es convertir una serie
de símbolos escritos (grafemas) en sonidos (fonemas) y acceder a su
significado. A este proceso se lo denomina decodificación y se lo puede definir
como la capacidad de reconocer y nombrar correctamente las palabras que
componen un texto.

Hagamos el intento ahora de leer las siguientes estrofas de una canción de


cuna japonesa escrita en alfabeto romano:

koko wa doko no hosomichi jya


tenjin-sama no hosomichi jya
chotto toshite kudashanse
goyo no nai mono toshasenu
kono ko no nanatsu no iwai ni

Si les preguntáramos de qué trata esta canción ¿podrían responder? Si dijeron


que sí es solo porque conocen el japonés. Sin conocer el idioma, resultaría
imposible acceder al significado. Sin embargo, pudieron decodificar, aun sin
comprender nada. Esto demuestra cómo la decodificación y la comprensión
dependen de procesos diferentes y, por supuesto, suponen recursos de
enseñanza también diferentes. Sin embargo, la relación de necesidad entre los
procesos es muy clara. Para comprender un texto es fundamental una
adecuada capacidad de decodificación. Fallas a este nivel pueden conducir al
fracaso.

En una importante proporción de personas que dicen no poder comprender, la


causa de la dificultad está en la falta de desarrollo de aspectos más básicos
como la decodificación. Presten atención al video de Les Luthiers que les
presentamos, en el que de un modo irónico se pone en evidencia qué pasa
cuando se decodifica mal:

Rabinovich monólogo inolvidable de Les Luthiers.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=jHCnxDFa9Nw

Los lectores que no tienen suficientemente automatizado el mecanismo de


decodificación deben hacer grandes esfuerzos para reconocer algunas
palabras, concentrando todos sus recursos atencionales en esta tarea.

Decíamos que la relación en la que entran decodificación y comprensión es de


necesidad; pero no de suficiencia. Existen casos de personas con un adecuado
nivel de decodificación pero que incluso así no logran comprender textos.

A partir de esto, entonces, podemos afirmar que decodificación y comprensión


no refieren al mismo proceso. Son procesos independientes que, obviamente,
están en estrecha relación. Dicha relación se define en términos de necesidad
pero no de suficiencia. Es decir, sin decodificación no hay comprensión lectora
pero una buena decodificación no garantiza, por sí misma, una comprensión
exitosa.

Máquinas de hipotetizar: conocimiento de mundo y


habilidades inferenciales

Como ya hemos dicho, la comprensión de un texto es un proceso de


construcción activa de significado que resulta de la conciliación de dos
aspectos básicos: texto + conocimiento del mundo del lector. Y en este
procedimiento transaccional, las hipótesis que el lector haga (también llamadas
inferencias) constituyen el eje esencial ya que sólo a través de ellas es posible
acceder a una comprensión integral y completa.

¿Se acuerdan de esta publicidad? La hizo TyC Sports para el Mundial de 2010.
Presten atención a cómo se abordan las virtudes y defectos de los argentinos:

Argentinos, TyC Sports Argentina, Mundial 2010.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=KdrhT3-u05A
En la primera parte de esta publicidad, desde el punto de vista de los mismos
argentinos, se hace una crítica a la idiosincrasia argentina. Pero no todo es
completamente explícito. Hay muchos aspectos que debemos inferir,
completar. En uno de los intercambios, un taxista plantea que en Suiza,
“aunque sigas trabajando, cobrás la jubilación igual” y su interlocutor responde
simplemente con una tautología: “Europa es Europa”. Si no aportamos
información de nuestro conocimiento general que nos dice que en Europa las
cosas funcionan diferente, no se entendería qué quiere decir el hombre con su
respuesta. Lo mismo ocurre cuando uno de los amigos, en el asado, afirma que
en España “agarrás una bicicleta, la usás, la dejás y se la lleva otro” y otro le
responde “Acá también se la lleva otro”.

Estos “vacíos informativos” son habituales en la comunicación diaria. Por una


cuestión de economía y operatividad de procesamiento, los textos o los
discursos no aportan toda la información necesaria para ser comprendidos. Es
por esto que, frecuentemente, nos vemos frente a la necesidad de reponer lo
no dicho. A nivel textual, Umberto Eco planteaba “todo texto es una maquinaria
perezosa que le pide al lector que haga parte de su trabajo. Pobre del texto si
dijera todo lo que el destinatario tiene que entender: no terminaría nunca[1]”.

En la segunda parte del video se juega con el punto de vista y se retoman


algunos de nuestros “defectos” pero ya vistos desde una perspectiva positiva.
Entonces, “tirar papelitos” no siempre es algo desacertado. Esto sirve como
punto de partida para enumerar rasgos que contrarrestan la imagen crítica que
inicialmente se construyó.

En esta publicidad, como en la mayoría, hay mucho por reponer. No toda la


información está explícitamente presente en el texto, sino que debe reponerse
generando inferencias. Ahora bien: ¿dónde se encuentra esa información a
reponer? Se encuentra almacenada en la memoria de largo plazo, forma parte
de nuestro conocimiento del mundo o conocimiento general, también llamado
“mundo de lo conocido”.

Los seres humanos somos “máquinas de hipotetizar”. Como puede observarse,


los procesos inferenciales son parte de la comunicación cotidiana. Las
inferencias son “las representaciones mentales que el lector construye o añade
al comprender el texto, a partir de la aplicación de sus propios conocimientos a
las indicaciones explícitas en el mensaje” (Gutiérrez Calvo, 1999).

La generación de inferencias es el resultado de una estrategia que tiene


como propósito construir significado. Ejemplos de formas lingüísticas que
requieren de la puesta en acción de fuertes mecanismos inferenciales son la
ironía y el sarcasmo.

Juan Ignacio Chela, que además de haber sido un gran jugador de tenis
siempre tuvo un muy buen sentido del humor, suele publicar tweets en los que
ironiza sobre sí mismo. En una oportunidad publicó: “Es verdad que las
mascotas se parecen a sus dueños. A mi perro le tiro una pelotita y nunca me
la devuelve”. En este caso, la interpretación depende de la generación de una
cadena de inferencias que me permita llegar a determinar que él “es un perro”,
es decir, juega mal.

Nos proponemos bajar la teoría a la práctica. Por eso, en distintas instancias le


propondremos que apliquen lo que vayamos trabajando. La idea es plantear
materiales que puedan resultarles útiles a la hora de enseñar.

Si todos vamos, poco a poco, trabajando de modo explícitos los procesos, sin
dudas, lograremos buenos resultados. La comprensión de textos se mejora
pero no existe la magia: se necesita tiempo y trabajo sistemático.

Por todo esto, una vez más les damos la bienvenida al fascinante mundo del
lenguaje, y particularmente, a la magia de la comprensión de textos.

[1] Eco, U. (1996). Seis paseos por los bosques narrativos. Barcelona: Editorial
Lumen.

Para terminar les proponemos que realicen la siguiente actividad optativa de


escritura breve: “Tendrán que hacer una presentación de ustedes mismos
pero solo a partir de detalles y no de lo verdaderamente relevante. Será
una forma de empezar a trabajar explícitamente la jerarquización de la
información”.

Esta actividad deberá ser enviada por correo interno a cada tutor.

Material de lectura
 Abusamra, V.; Cartoceti, R.; Ferreres, A.; Raiter, A.; De Beni, R. y Cornoldi, C.
(2014). “El Test Leer para Comprender II (TLC-II)”. En: TLC-II. Evaluación de la
comprensión de textos. Para 1er, 2° y 3° curso de la escuela secundaria, pp.
57-75.Buenos Aires: Paidós. Disponible en este enlace.

Bibliografía de referencia
 Abusamra, V.; Cartoceti, R.; Ferreres, A.; Raiter, A.; De Beni, R. y Cornoldi, C.
(2014). TLC-II. Evaluación de la comprensión de textos. Para 1er, 2° y 3° curso
de la escuela secundaria. Buenos Aires: Paidós.

 Abusamra, V., Casajús, A., Ferreres, A., Raiter, A., De Beni, R. y Cornoldi, C.
(2014). Programa Leer para comprender II. Libro teórico. Buenos Aires: Paidós.

 Cartoceti, R. (2014). “La comprensión de textos desde una perspectiva


cognitiva: aportes de la psicolingüística. Una revisión
teórica”. Signos Lingüísticos, X, no. 110-129.

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