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Monarquía

En azul estados con monarquía, en 2006.

Monarquía, forma de gobierno de un estado en la que el cargo supremo es vitalicio y


comúnmente designado según un orden hereditario.

Este cargo se denomina monarca en términos generales aunque este puede variar según la
estructura jurídica del gobierno o la región, como rey o reina, emperador o emperatriz, zar o
káiser.

En algunos casos se elige por un grupo selecto, y el estado regido por el monarca también
recibe el nombre de monarquía, junto con el de reino.

Historia
A través de la historia muchos monarcas han ostentado poder absoluto, a veces sobre la base
de su supuesta divinidad de su persona o como miembro clave, siervo o untado de Dios para
la plebe o los súbditos.

En el antiguo Egipto, por ejemplo, el faraón era una deidad, al igual que algunos gobernantes
orientales.

El sistema imperial en China otorgaba al emperador el poder supremo y la mayoría de los


estados de la antigua India eran monarquías.

En la Edad Media la monarquía se encontraba en su punto álgido, había conseguido


extenderse por todo el contiente europeo, por la necesidad fundamental de un dirigente
autoritario que pudiese convocar y dirigir a las tropas necesarias para la defensa del territorio.

Las monarquías europeas eran dinásticas: el hijo mayor o el descendiente varón más próximo
heredaban el trono.

Como muchos dirigentes medievales obtenían soldados y armas de los señores feudales,
dependían así de la lealtad de la nobleza para mantener su poder.

Con el declive del feudalismo y la aparición de los estados nacionales, el poder se fue
centralizando en un solo soberano.
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En principio estos gobernantes eran apoyados por la nueva burguesía, que se beneficiaba de la
existencia de un gobierno central fuerte para mantener el orden y una situación estable para el
desarrollo del comercio.

Entre el siglo XVI y siglo XVII, los monarcas absolutos como el rey Enrique VIII de
Inglaterra y el rey Luis XIV de Francia gobernaron los países europeos.

Los abusos de poder y la insatisfacción creciente de la burguesía ayudaron a la caída de


muchas monarquías absolutas: las revoluciones en Inglaterra en el siglo XVII y la revolución
francesa en el siglo XVIII o las guerras de la indepencia americana que duraron hasta
mediados del siglo XIX marcaron hitos para la abolición o limitación del poder absoluto
concentrados en familias reales.

La idea moderna de una monarquía limitada constitucionalmente se consolidó con lentitud en


la mayor parte de Europa ante la aparición de las primeras repúblicas europeas modernas.

Durante el siglo XIX el poder parlamentario creció mientras que disminuía el poder del
monarca, muchas monarquías occidentales dejaron de existir después de la Primera Guerra
Mundial, como las de Rusia, Turquía, Alemania y Austria.

En algún caso otras fueron sustituidas por gobiernos comunistas.

Aún sobreviven algunas monarquías constitucionales como símbolos de la unidad nacional.

En Europa sólo quedan las monarquías de Gran Bretaña, España, los Países Bajos, Noruega,
Suecia, Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Liechestein y Mónaco

En la actualidad aunque continúan monarquías absolutistas en mayor o menor medida,


especialmente en algunos países de África y Asia, en Europa especialmente las monarquías
supervivientes se han mantenido y consolidado pero a costa de sacrificar su poder real.

La mayoría de estas han adoptado una forma de monarquía constitucional bajo un régimen
democrático, de soberanía popular y solamente conservándose el cargo de Jefe del Estado del
monarca, de forma vitalicia y hereditaria.

En este caso el monarca tiene un papel especialmente representativo y en algún caso de


arbitraje, no posee en la práctica ninguno de los poderes del Estado.

Las monarquías parlamentarias van aún más allá y el monarca sólo adopta un papel o función
simbólica y heredable.

Monarquía y Religión

George Bush y Mohammed VI, Rey de Marruecos,


se considera descendiente del profeta Mahoma (23
de abril, 2002).
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En algunas monarquías, sobre todo en las antiguas, dotaban al monarca (y a su dinastía) de
carácter divino, por ejemplo, los faraones de Egipto o los emperadores romanos.

Lejos de esta concepción del rey como dios, incluso hoy (2005), aunque los Estados sean
aconfesionales, algunas monarquías parlamentarias, siguen vinculadas a una determinada
religión.

Por ejemplo, España y Bélgica al Catolicismo, Gran Bretaña al Protestantismo. Hay otros
muchos ejemplos, actuales e históricos, como el de los zares, que hasta antes de la Revolución
Rusa que acabó con la dinastía Romanov, estaban ligados a la Iglesia Ortodoxa.

En la Antigüedad, el cambio de una Monarquía a una República poco tenía que ver con el
aspecto religioso, o el cambio de Religión oficial con el cambio de forma de gobierno.

Ni siquiera en la edad moderna con todos los movimientos en el terreno religioso: Reforma,
Contrarreforma (protestantismo), Luteranismo, Calvinismo, etc..., religión y forma de
gobierno se asociaban.

Tipos de monarquía
Según la teoría política se pueden entender varios tipos de regímenes monárquicos:

Monarquía absoluta

La monarquía absoluta es una forma de gobierno en la que es el monarca (rey, emperador, zar,
etc.) quien tiene el poder absoluto y total en términos políticos.

Esto quiere decir que no existe una división de poderes ya que la fuente de ellos es el mismo
soberano.

El soberano es a la vez cabeza del gobierno, principal órgano legislativo y cúspide del poder
judicial ante el cual se puede solicitar la revisión de los jueces inferiores.

Ejemplo de corona real, uno de los símbolos de monarquías europeas.

Monarquía constitucional

Una monarquía constitucional es la forma de gobierno donde existe un monarca como jefe de
estado, aunque sus poderes son prácticamente simbólicos y estén regulados por la ley, con
frecuencia una constitución.
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Curiosamente, el ejemplo clásico de monarquía constitucional es el Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte, que no posee una constitución codificada, sino un grupo de leyes
que conforman su constitución.

Monarquías híbridas

A lo largo de la historia han existido sistemas de gobierno a medio camino entre la monarquía
absoluta y la constitucional, en donde el monarca se ve obligado a ceder parte de su poder a
un gobierno en ocasiones democrático, pero sigue manteniendo una importante influencia
política.

La evolución ha sido muy diferente según los países, y depende del derecho comparado. Sin
embargo, los monarcas de países árabes tales como Marruecos siguen ostentando casi todo el
poder en sus manos.

Además de eso, existen monarquías de otros momentos históricos como la de los regímenes
feudales, en las cuales el monarca es un noble más.

Su poder se limita a su feudo y a las relaciones de vasallaje existentes con nobles inferiores.

En estos casos la monarquía se asemeja a una oligarquía, por la disolución del poder entre la
nobleza.

Véase también
 Monarca
 Monarquismo
 Monarquía en la Mancomunidad Británica de Naciones

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Monarqu%C3%ADa"

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