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Departamento de Filosofía
Profesor Gonzalo Díaz Letelier
Seminario "Reiner Schürmann:
Economía de la presencia y lógica del gobierno"

Sujeto anárquico en Schurmann

Pamela Contreras Cifuentes

Schurmann piensa una politicidad anárquica, anti teológica y anti humanista en la


época de la consumación/agotamiento técnico de la metafísica, esto a diferencia
del pensamiento tradicional que piensa la actualidad como la erosión de los
metarelatos. Esta politicidad de la diferencia que sería de una multiplicidad
radical sería posible desde una subjetivación anárquica que es lo que va a
desarrollar en el texto "De la constitución de uno mismo como sujeto
anárquico”.

Desde el pensamiento de Schurmann y específicamente en este texto, se va a


entender que cada época de la filosofía occidental arrastra una estructura
metafísica que se manifiesta en una significación que le da sentido a los
fenómenos. Esto en términos de Schurmann serían los fantasmas hegemónicos
que rigen cada época por la necesidad de inmortalización del hombre a partir de
la maximización del lenguaje, es decir, el lenguaje como posibilidad de la
eternización. Para esta inmortalización, se separa la forma de la materia, por lo
tanto, se entiende que la materia es pasiva y está a la espera de recibir una forma.

Estos fantasmas hegemónicos obedecen a un principio de razón suficiente, es


decir, nada es sin razón todo tiene una casusa. Entendiendo la causa como origen
y poder de mando.
El fantasma griego sería la naturaleza que es entendido como lo uno o lo divino,
en la época latina y medieval es Dios como orden natural y en el contexto
moderno es el hombre que aparece como señor de la naturaleza.

A partir de la invención de la figura del hombre es que las cosas pueden ser
objetivada, desde aquí que la naturaleza se entiende como otro respecto del Yo,
por lo tanto, puede ser dominada y del mismo modo los individuos también
pueden ser objetivados y dominados.

En cada época lo que va a persistir es una idea de dominio, por lo tanto la


constitución de sí mismo en Occidente está siempre ligada a una violencia.
“Desde el dominio del ciudadano griego libre y del magistrado romano sobre
sus familias y amantes, pasando por el mando de los Padres de la Iglesia sobre
el <espíritu de fornicación> (Casiano), hasta al exclusión de la locura por
Descartes”.1 Lo único que va cambiando es el léxico de la violencia.

Es por esto que es necesario desactivar la metafísica teo-onto-antropológica que


se extiende a través de las épocas, para poder plantear una politicidad que esté
por fuera de la ontoteológia. En esta estructura metafísica, la teología es
entendida como la metafísica del sujeto que sería la proyección de un sujeto
autoral, según esto no es posible pensar una existencia singular que no obedezca
a un principio de mando que da la medida.

La ontología se refiere a una economía de la presencia, es decir, un venir a


presencia de una determinada forma de ser lo cual implica una regularidad que
la da un orden o gobierno.

La antropología es la producción de una norma antropológica, es decir, una idea


de humano. En esta se genera una relación de vida y forma donde la forma es
anterior a la vida lo cual implica obediencia y no búsqueda de esta.

1
http://www.mxfractal.org/articulos/RevistaFractal75ReinerSchurmann.php
De esto se puede desprender que la producción de una norma antropológica por
ejemplo cristiana, que se plantea desde el dispositivo de persona, deja fuera otros
tipos de individuos reduciéndolos a la categoría de no- persona o de animalidad,
por lo tanto este lugar de no- persona que se encuentra tanto en el mismo
individuo o en otros, ha sido fundamento para someter o exterminar, puesto que
como plantea Esposito “la propia definición de lo que es personal, en el género
humano o en el simple hombre, presupone una zona no personal, o menos que
personal”2

El común en toda esta estructura metafísica, es la imposición de un orden de


representación por sobre el desorden de lo animal, bajo el presupuesto metafísico
de que existe una vida desnuda, es decir, desprovista de forma por lo tanto hay que
imponerle una.

En la actualidad esta metafísica se traduce en la circulación de mercancía y en la


interiorización de las leyes bajo un dispositivo de persona que ha sido arrastrado
desde el cristianismo. Este dispositivo de persona que fue mencionado
anteriormente, según Tomas de Aquino consiste en que cuerpo y alma
constituyen una unidad sintética permitiendo así, ser dueños de sí mismos y por
lo tanto de su voluntad. Esto quiere decir que el sujeto se gobierna a sí mismo y
de ahí que se pude aplicar la ley sobre él.

Es por esto que desde la lectura que hace Schurmann del análisis de la
autoconstitución en Foucault hay que tener en cuenta la interiorización ya que en
el mundo occidental las nuevas formas de sujeción son internas pero a la vez son
forjadas por fuerzas heterónomas, por lo cual, “la < autoidentidad> invocada sin
cesar, resulta así de una sujeción interiorizada aunque heterónoma”3

2
Esposito,R. Biopolítica y filosofía de lo impersonal. Pág 17
3
http://www.mxfractal.org/articulos/RevistaFractal75ReinerSchurmann.php
Según el texto, el Estado Moderno en los regímenes liberales genera una
individualización y a la vez totalización en la medida que cada individuo tiene una
exposición inmediata e íntima frente al Estado. “Al igual que la iglesia estaba
presente para la conciencia de cada uno. Con la institución de las democracias,
< el poder de tipo pastoral (…) se extendió repentinamente al conjunto del cuerpo
social>. 4Por lo tanto, por un lado pretende unificar a sus miembros en un todo y
por otro organiza la existencia íntima de cada individuo, como lo hacía la iglesia.

A esta producción de individualización como norma que promueve la


uniformidad se opone el anarquismo, el cual implica liberarnos del Estado y de
la individualización que este genera. Para esto no hay que plantear una nueva
institución en oposición a la oficial, puesto que esto sería reformismo y este es
igual al liberalismo, individualismo y totalitarismo. Además, entendiendo el
control de las almas a través de las técnicas cristianas, es decir, el sometimiento
de la parte racional (alma) sobre aquella animal que sería el cuerpo, sería también
espiritualismo.

“Lo que emerge como gesto de una autoconstitución posible al día de hoy es la
lucha polimorfa contra las totalidades sociales”5, es decir, la lucha del sujeto
anárquico es contra las leyes de totalización social. Estas luchas anárquicas, las
va a definir como polimorfas, esporádicas, transversal, inmediata, además de la
intención de derribar totalidades.

El sujeto anárquico es la posibilidad de intervenir una y otra vez las distintas


maneras de dominación, sujeción y objetivación que van apareciendo:

4
Ibíd.
5
Ibíd.
“la autoconsititución anárquica quiere decir la dispersión de la reflexión intro-
dirigida en una diversidad de reflejos extra-dirigidos, en la medida en que
existan <sistemas de poder que cortocircuitar, descalificar y estropear>6

Es decir, en la actualidad tendría en cuenta que si bien la historia de la metafísica


es la historia de la dominación, esta se encuentra consumada en una
flexibilización que sería la deriva liberal. Es decir, a la vez que hay consumación
de los principios de la metafísica, también hay un cálculo flexible que subsume
toda la heterogeneidad y la unifica.

Esto sería un patrón de acumulación flexible donde no es posible un afuera, el


cual en su idea tradicional tendría una imagen positiva como puede ser el
eurocentrismo como ideal pero esto se comienza a relativizar y lo único que
importa es la acumulación, por eso todo lo que se pretendía como novedad se
comienza a integrar.

Por lo tanto, para plantear una política de la diferencia, es necesario desmantelar


el aparato gubernamental que tiene como base una estructura metafísica teo-onto-
antropológica la cual anula la posibilidad de múltiples formas de vidas, donde se
entendería que toda vida es una forma de vida y no existe un vida desnuda.

6
Ibíd.

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