Alguien que toma la iniciativa, es considerado como una
persona capaz, sagaz e innovadora. Esta característica parte de una actitud positiva, así como de un espíritu optimista, el cual es muy importante en cualquier cosa que te desempeñes. Las personas proactivas tienen el deseo de comenzar algo nuevo y, sobre todo, con propósito. 2. Trabajo en equipo. La capacidad de trabajar con un número amplio o reducido de personas es sumamente valiosa en el mundo laboral. Saber atender a cada elemento de un equipo es primordial para el buen desarrollo de éste. Ya sea que estés dentro de un grupo de trabajo o tengas que liderarlo, reconocer la valía de las personas que lo integran es una aptitud grata, de compañerismo y lealtad. 3. Disciplina. Una persona que es capaz de llegar a una meta, proyecta una imagen positiva. Sentirse motivado todo el tiempo por un objetivo es fundamental para lograrlo. Un líder de cualquier proyecto muestra esfuerzo, dedicación y perseverancia. La autodisciplina dice de ti más de lo que crees. 4. Adaptación. La vida está en cambio constante, algunas veces las cosas que parecían ser siempre de una manera, terminan transformándose. Puedes cambiar de empleo, de puesto, de equipo de trabajo, incluso de dinámica laboral, por lo que es recomendable mostrar una buena adaptación al cambio y, sobre todo, buena disposición a él. A las empresas les interesa el talento que es flexible y capaz de adaptarse a las circunstancias. 5. Creatividad. Una persona creativa es esencial e indispensable en cualquier equipo. Alguien que es capaz de idear, proponer y ejecutar ideas nuevas nunca pasa desapercibido. Además, la creatividad tiene que ver con la inteligencia práctica, así como con el talento para comunicarse de otras formas no convencionales. La imaginación, muchas veces, es el mejor disparador para influir positivamente en otros.