Para todos,
aun los legos en medicina, es conocido que en el fallecimiento de los seres
humanos solo la autopsia permite conocer las verdaderas causas de la muerte
y aprender lo necesario para poder evitar la ocurrencia de hechos
similares.
Es evidente lo imprescindible de su práctica sistemática si se pretende
cumplimentar el objetivo fundamental de todo sistema de salud: prolongar y
hacer más eficiente la vida del hombre.
Antecedentes históricos
Hechos precedentes y figuras más destacadas
hasta el siglo XX
Hace miles de años se realiza la disección posmortem. En las sociedades
esclavistas, como Egipto, Grecia, Roma y en la feudal Europa medieval, las
disecciones eran realizadas por razones religiosas o por aprender anatomía
humana. En el siglo XVIII comienza la real contribución de la autopsia a la
medicina moderna a través de la correlación clinicopatológica.
Fue Giovanni Batista Morgagni (1682-1771) quien abrió el camino en la
Universidad de Padua. Más tarde, Bichat, en París, y Baillie, en Gran Bretaña,
fueron continuadores destacados. Karl Rokitansky (1804-1878), en Viena,
supervisó más de 70 000 autopsias y realizó personalmente alrededor de
30 000 en 45 años de activa práctica, con lo que dio un gran impulso a la
patología como ciencia. El siglo XIX tuvo otra gran figura, el alemán Rudolf
Virchow (1821-1902), quien con su teoría celular marcó un hito en la historia
de las ciencias (Fig.1.1).
Para ampliar sobre estos temas el lector interesado puede consultar la
magnífica revisión de King y Meehan 131 que ha servido de referencia fundamental.
En el siglo XX las figuras se multiplican y pierden luminosidad aislada. En
la primera mitad del siglo la autopsia alcanza sus índices más elevados y
mayor prestigio en la medicina moderna. Esta situación fue más destacada en
los países desarrollados, como es obvio.
En EE.UU., país que marca pauta para el resto del mundo en la medicina,
los índices de autopsias han disminuido de aproximadamente un 50 % en la
posguerra a un 10 % en la década de los ochentas, según Hill y Anderson 101.
A comienzos de este siglo las cifras han continuado disminuyendo. Bombí28
en una revisión de este tema señala que, de acuerdo con diferentes autores,
hoy el porcentaje de autopsias en los hospitales norteamericanos es alrededor
del 5 %. Cifras inferiores, considera este autor, debe tener España.
Otros países desarrollados siguen un camino similar y aun aquellos, como
los de Europa Oriental, donde las cifras tradicionales eran elevadas, se lamentan
de una disminución que a todos preocupa95.
En los países escandinavos96,102,204 ocurre también un alarmante descenso.
Otros como Japón14, Australia58 y China259 presentan cifras en declinación.
Ninguno de los países reportados sobrepasa el 15 %.
Los países subdesarrollados, además de esta influencia negativa, las propias
limitaciones de su salud pública los coloca en situación casi excluyente.
Definición
La autopsia es el método por el cual se estudia un cadáver para precisar
las causas de la muerte y otros diagnósticos asociados. Esta clásica definición
es necesario ampliarla de acuerdo con la concepción que se expondrá en
este trabajo y que le da título: la autopsia es el estudio más completo del
enfermo/enfermedad y garantía de calidad en la medicina.
Sinonimias
Es común, aún en la práctica médica, aplicar el término necropsia por
autopsia en la creencia de que es más correcto y culto. Ambas palabras
proceden del griego.
Autopsia de autós, mismo, propio y opsis, visión: acción de ver con los
propios ojos. Necropsia de nekrós, muerto, cadáver y opsis, visión: examen
de los cadáveres. Ambas poseen el mismo significado, son sinónimas y por
tanto, pueden ser usadas indistintamente con el mismo valor. Existen otros
sinónimos: estudio posmorten, necroscopia, tanaptosia y otros.
La palabra autopsia es la más clásica y convencional, la más usada y no
hay por qué menospreciarla.
Beneficios
Los beneficios que brinda la autopsia son múltiples.
Sociedad:
– Brinda seguridad a la población y profesionales de la medicina.
– Permite mayor precisión de las estadísticas vitales (mortalidad).
– Provee una fuente de órganos y tejidos para trasplantes.
– Descubre posibles focos de epidemia. En esos casos, brinda elementos para la toma de decisiones que
eviten su propagación y logren la erradicación.
– Provee material y es fuente de investigaciones.
– Asegura que la medicina se beneficie de sus experiencias.
– Brinda información y asistencia legal al sistema judicial.
– Hace comprensible el hecho de la muerte.
Familia:
– Provee información segura para una genealogía de las enfermedades familiares.
– Brinda elementos para la consulta genética e identificar trastornos familiares.
– Descubre riesgos familiares de contagio.
– Permite corroborar que el fallecido recibió cuidados de alta calidad durante
la hospitalización. De lo contrario, aporta los elementos necesarios para
tomar las medidas que permitan garantizar la mejor calidad de la atención.
– Provee información que puede ser de utilidad para la obtención de beneficios
sociales y familiares.
Paciente:
– Promueve la elevada calidad de los diagnósticos médicos y los cuidados
hospitalarios.
– Identifica y elimina riesgos innecesarios en la práctica hospitalaria.
Medicina:
– Descubre y dilucida nuevas enfermedades, manifestaciones inusuales de
enfermedades conocidas y complicaciones terapéuticas.
– Evalúa nuevos diagnósticos y actividades terapéuticas.
– Desarrolla nueva información acerca de causas, desarrollo y manifestaciones
de enfermedades.
– Identifica tendencias en discrepancias diagnósticas.
– Brinda órganos y tejidos para trasplantes.
– Facilita materiales e hipótesis para investigaciones.
– Aporta información acerca de la calidad de los diagnósticos clínicos y
cuidados hospitalarios.
Patólogo:
– Permite la retroalimentación al lograr la más elevada calidad de la autopsia
y encauzarla hacia su máximo aprovechamiento y utilización dentro de
las principales corrientes de la práctica médica.
– Garantiza que la información obtenida sirva para incrementar la calidad
del trabajo médico, y sea de utilidad práctica para la familia y la sociedad
al alcanzar todos los beneficios antes expuestos.
Aun cuando sea otro el sitio, un aula o un salón teatro, siempre el material
que se les muestra en las clases prácticas, así como en conferencias y seminarios,
en gran medida se obtienen de las autopsias, sean vísceras,
diapositivas, videos u otros medios de la base material de estudio utilizada, la
procedencia principal –si se desea realmente que sean demostrativas– serán
de la autopsia.
En resumen este método es fundamental en la práctica docente de
pregrado, pero más aun lo es en la de posgrado.
El residente, futuro especialista en Anatomía Patológica, quien en su formación
debe realizar no menos de 100 autopsias anuales, incluyendo infantiles
y perinatales (próximamente deben incluirse las medicolegales), tiene en
el ejercicio de este método la principal fuente de conocimientos. Este principio
es aplicable a cualquier alumno de posgrado de diferentes cursos y especialidades
que tengan alguna relación con la patología.
Son especialmente instructivas y básicas en su formación las reuniones
donde se discuten los casos fallecidos a los que se realiza autopsia, por ejemplo:
reuniones de “reparo del Certificado”, de “piezas frescas”, reuniones
clinicopatológicas institucionales y reuniones de la Comisión de Análisis de la
Mortalidad. En todas deben participar los residentes y entrenarse para su
futuro desempeño como especialistas.
En particular, los futuros patólogos deben aprovechar estas reuniones y
participar en ellas. De la calidad con que se realicen y de su aprovechamiento,
dependerá la formación de estos especialistas. Merece la pena insistir en estas verdades porque,
lamentablemente, cada vez más y a escala mundial,
las autopsias se realizan en menor cantidad y con menos calidad12,13,28,62,143,217.
Cada vez su utilización en la docencia es menor22,68,158,242. Se debe luchar
porque esas modas nefastas no nos afecten, o tratar de ser lo menos afectados
posible.
Otro ejemplo son las situaciones problémicas que se utilizan en la enseñanza
de los alumnos de pregrado. No solo se emplean en el aprendizaje
sobre múltiples alteraciones patológicas que el alumno debe deducir de la
situación planteada, sino en forma reproductiva, describir las características
macroscópicas y/o microscópicas que se desee preguntar. También han resultado
muy útiles en el entrenamiento de la organización de los diagnósticos
de las causas de muerte: causa básica de muerte (CBM), causa directa de
muerte (CDM), causa intermedia de muerte (CIM) y causa contribuyente (CC).
Al alumno se le ofrece la información acerca de un paciente que fallece y,
por supuesto, al que se le ha realizado la autopsia. A este paciente se le
plantearon determinados diagnósticos premortem. Esta información se le brinda
a los alumnos organizada cronológicamente. Se aclara si los diagnósticos fueron
corroborados por la autopsia o no. En caso contrario, se les dice el diagnóstico o se describe la lesión para
que el alumno sea quien la diagnostique.
Al final se pide al alumno que organice los diagnósticos según un
cronopatograma que permita precisar las causas de muerte: CDM y CBM;
así como CIM y CC (cuando las hubiere).
De esta forma se aplican los métodos reproductivos, inductivos y deductivos
para el aprendizaje de la asignatura.
Sin embargo, un logro fundamental, comprobado en la práctica después
de terminados sus estudios, es que estos profesionales están más capacitados
cuando deben llenar un Certificado de Defunción, deficiencia bastante generalizada
en la formación de los médicos mundialmente y que, en parte, explica
los problemas de calidad en el llenado de estos documentos, básicos para la
confección de las estadísticas vitales en todos los países.