Los diversos problemas que conforman los procesos educativos en sus múltiples
aspectos académicos, sociales, políticos, (rezagos, desequilibrios, inequidades,
obsolescencias etc.), exigen constante análisis y reflexión, constituyen serias
dificultades a confrontar. Aún falta superar la desvinculación teórica-práctica,
docencia-investigación, objeto-método; contexto del aula-contexto social; etc., el
sujeto de la educación, como protagonista del acontecer educativo necesita ser
estudiado inter y multidisciplinariamente para su mejor comprensión como sujeto
autoeducable.
Se hace necesaria una formación que ubique al sujeto ante su propia realidad
humana y social para confrontarla y actuar sobre ella con imaginación y
compromiso.
En este aspecto, asumimos los aportes de Freire, quien sustenta el diálogo como
la base esencial la acción didáctica. Y conceptuado no como una simple
conversación. Es un encuentro entre los sujetos cognoscentes para
problematizar en el caso de la educación, el quehacer académico, docente, la
práctica educativa, pedagógica, desde el escenario histórico, social, político, en
el que están inmersos y desde su articulación con los proyectos sociales amplios.