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UNIVERSIDAD EVANGÉLICA DE EL SALVADOR

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

LICENCIATURA EN TEOLOGÍA

NUEVO TESTAMENTO III

CRITERIOS PSEUDOEPIGRÁFICOS DE 2 TESALONICENSES

ALUMNO

DANIEL MIRANDA ORELLANA

PROFESOR

LICDO. OMAR ELENILSON FLORES

CICLO ACADÉMICO

II

FECHA DE ENTREGA

28 JULIO 2018
Desde los comienzos del siglo XIX la investigación bíblica y exegética, en
diferentes círculos académicos europeos, ha puesto en duda la autenticidad
y autoría paulina de 2 Tes. Por un lado, se argumenta que, si 2 Tes procede
directamente de Pablo, ésta mostraría cómo el apóstol se corrige a sí mismo
en cuestiones doctrinales y teológicas que ya había afirmado en 1 Tes. Sin
embargo, si la carta no corresponde a la producción del propio Pablo sino a
uno de sus discípulos, 2 Tes mostraría entonces el cambio de perspectiva
que la comunidad de Tesalónica tuvo en relación a la idea del fin del mundo.

Algunos investigadores como Antonio Piñero (2006), Raymond E. Brown


(2002), Gerd Theissen (2002), Daniel Marguerat (2004) y Philipp Vielhauer
(1991) sostienen que los criterios por los cuales 2 Tes se considera como una
carta en disputa o deuteropaulina son: a) La escatología y b) La relación
literaria de 1 Tes y 2 Tes.

a) La escatología

Las concepciones sobre la escatología que presenta 2 Tes difieren del


esquema escatológico expuesto en 1 Tes. Desde 2 Tes 2,1-12, los eventos y
elementos que acontecerán en el final de los tiempos tras la venida del Señor
son corregidos por el presunto autor Pablo, y es en este punto de la
argumentación cuando, en líneas generales, contradice la escatología de 1
Tes 4,15-5,3. En estos capítulos de 1 Tes, Pablo afirmó que la segunda
venida del Señor sería inminente. No obstante, en el segundo escrito, sí se
afirma que la venida de Jesús está próxima, pero señala que el “día del
Señor” no es inminente, como afirmaría 2 Tes. El autor de 2 Tes señala que
es necesario reducir las ideas escatológicas en la comunidad de Asia Menor,
en este sentido, introduce a su argumentación nuevos eventos escatológicos
que deben cumplirse antes de la parusía, por ejemplo, la apostasía general
(2,3) y el surgimiento del “adversario” de Dios (Piñero, pág. 415, 2006).

Marguerat (2004) opina que las diferencias esenciales entre la escatología


de 1Tes y 2 Tes caracterizan a la escatología paulina como una tensión
dialéctica entre el “ya” de 1 Tes y el “todavía no” de 2 Tes. Si en 1 Tes toma
relevancia la espera inminente de Cristo, en 2 Tes la idea de que el día del
Señor ya ha llegado (2,2) resulta central y definitiva para el autor/comunidad
de Tesalónica.

Por otro lado, el pasaje clave que divide escatológicamente 1 Tes con 2 Tes
(2,3) recurre a elementos muy tradicionales de la apocalíptica judeocristiana,
y por tanto, no sería una construcción nueva sino una acomodación al
pensamiento paulino. Esto último es de importancia porque si Pablo en sus
cartas nunca hizo referencia a la apocalíptica judeocristiana, resulta
inverosímil que Pablo en 2 Tes 2,3 elabore una imagen del desarrollo de los
acontecimientos apocalípticos al estilo de la apocalíptica judeocristiana
(Vielhauer, pág, 107, 1991).

b) La relación literaria de 1 Tes y 2 Tes

La estrecha relación literaria y de vocabulario en 1 Tes y 2 Tes es tan grande


que ha llevado a los investigadores bíblicos modernos a suponer que existe
pseudoepigrafía en 2 Tes. En 2 Ts 1,12-13, las frases que el autor usa son
más largas y complejas a comparación de 1 Ts, de manera que éstas se
acercan, más bien, al estilo literario de Ef y Col (cartas también en disputa);
mientras que el vocabulario de 1 Tes se encuentra próximo a las cartas
genuinas de Pablo. Por si esto fuera poco, en 2 Tes las referencias a la vida
de Pablo tienen un tono menos personal, sin embargo, lo último se explica si
se sostiene que 2 Tes fue escrita poco después de 1 Tes, con lo que Pablo
no se vería obligado a repetir lo que ya había dicho cuando estuvo por
primera vez en la comunidad de Tesalónica (Raymond, pág. 769, 2002).

La frase de 3,17 “este saludo es de mi propia mano, Pablo, esta es mi señal


en cada carta” constituye una frase a favor de la autenticidad de la carta. Sin
embargo, la segunda parte de la frase favorecería a la pseudonimia, pues la
expresión “cada carta” resulta creíble si es que ya existía una tradición de
que Pablo escribiese muchas cartas firmándolas, en alguna medida. La
segunda carta a los Tesalonicenses presenta una evolución semántica en
relación a los términos “revelación” y “llamada”, y en el vínculo entre parusía-
epifanía, los cuales si bien no dan motivo para pensar que Pablo copiara una
segunda carta a la misma comunidad, abriría la posibilidad para especular
sobre la existencia de otro autor. De esta manera, pues, el problema de la
dependencia literaria quedaría resuelto (Theissen, pág. 114-115, 2002).

Bibliografía

1. Brown, Raymond. (2002). Introducción al Nuevo Testamento. Cartas y


otros escritos. Tomo II. Madrid: Editorial Trota.
2. Marguerat, Daniel. (2004). Introducción al Nuevo Testamento. Su
historia, su escritura, su teología. Bilbao: Desclée de Brouwer.
3. Piñero, Antonio. (2006). Guía para entender el Nuevo Testamento.
Madrid: Editorial Trotta.
4. Theissen, Gerd. (2002). El Nuevo Testamento. Historia, literatura y
religión. Santander: Editorial Sal Terrae.
5. Vielhauer, Philipp. (1991). Introducción al Nuevo Testamento. Los
apócrifos y los padres apostólicos. Salamanca: Ediciones Sígueme.

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