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Banco

Interamericano de
Desarrollo

Departamento de
Investigación y
Economista Jefe

Mitigación de la NOTA TÉCNICA


# IDB-TN-616
contaminación local y
cambio climático en
América Latina y el
Caribe:
Costos y sinergias

Jacques Clerc
Manuel Díaz

Mayo 2014
Mitigación de la contaminación
local y cambio climático en América
Latina y el Caribe:
Costos y sinergias

Jacques Clerc
Manuel Díaz

Banco Interamericano de Desarrollo


2014
Catalogación en la fuente proporcionada por la
Biblioteca Felipe Herrera del
Banco Interamericano de Desarrollo

Clerc, Jacques.
Mitigación de la contaminación local y cambio climático en América Latina y el Caribe: costos y
sinergias / Jacques Clerc, Manuel Díaz.
p. cm. — (Nota técnica del BID ; 616)
Incluye referencias bibliográficas.
1. Climate change mitigation—Latin America. 2. Climate change mitigation—Chile. 3. Environmental
protection— Latin America. 4. Environmental protection—Chile. I. Díaz, Manuel. II. Banco
Interamericano de Desarrollo. Departamento de Investigación y Economista Jefe. III. Título. IV. Serie.
IDB-TN-616

http://www.iadb.org

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documento puede reproducirse libremente para fines no comerciales.
Resumen
El objetivo general de este estudio es analizar las sinergias de las iniciativas de
mitigación ambiental en la práctica, a partir del enfoque propuesto por Muller y
Mendelsohn (2011). Según esta metodología, las externalidades asociadas a
contaminantes locales se valoran utilizando el método de la función de daño. Los
principales beneficios locales que pueden obtenerse de la aplicación de medidas
de mitigación son efectos en salud y agricultura. Este documento ofrece una
revisión conceptual del modelo de Muller y Mendelsohn, y de la teoría de
valoración de las externalidades. Posteriormente, se presenta y explica la
metodología de función de daño, y se da a conocer un modelo específico para su
aplicación en Chile. Por su naturaleza, el documento pretende que la metodología
sea extensible a otros contextos, particularmente latinoamericanos. Por ello, para
cada una de las etapas de la metodología, se incluyen explicaciones respecto de
los requerimientos de información y su forma de uso. Finalmente, se presentan
distintos indicadores para poder ser interpretados en un análisis de mitigación.

Códigos JEL: C13, D62, Q52, Q54


Palabras clave: Mitigación ambiental, Cambio climático, Valoración de las
externalidades
1. Introducción
El presente documento ha sido elaborado por los profesionales Jacques Clerc, Manuel Díaz y
Ana María Pereira, y corresponde al informe técnico final del estudio “Mitigación de la
contaminación local y cambio climático en América Latina y el Caribe: costos y sinergias”,
solicitado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los desafíos del cambio climático se han traducido en compromisos de mitigación por
parte de las naciones. Cada país examina qué tipo de acciones llevará a cabo con el propósito de
reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI). Para discriminar entre posibles
medidas, se suelen estimar los costos de cumplir las metas o los objetivos en análisis de costo-
efectividad y costo-beneficio tradicionales. Las curvas de costos de abatimiento han sido
resultados tradicionales de este tipo de análisis, así como también ha sido usual el uso
comparativo de escenarios.
Sin embargo, en un análisis de bienestar deben además considerarse costos o beneficios
que no son directamente observables o inferibles del mercado. En el caso del cambio climático,
la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generalmente se asocia también
a la reducción de contaminantes locales, lo cual afecta el bienestar. Estos cambios en bienestar se
conocen como co-beneficios. La inclusión explícita de la valoración de una externalidad puede
cambiar la métrica del costo social asociada a una iniciativa de mitigación y, por tanto, dicha
inclusión resulta fundamental para que esa valoración sea considerada en la toma de decisiones
por parte del regulador.
El objetivo general de este estudio es analizar las sinergias de las iniciativas de
mitigación ambiental en la práctica, a partir del enfoque propuesto por Muller y Mendelsohn
(2011). Según esta metodología, las externalidades asociadas a contaminantes locales se valoran
utilizando el método de la función de daño. Los principales beneficios locales que pueden
obtenerse de la aplicación de medidas de mitigación son efectos en salud y agricultura.
Este documento ofrece una revisión conceptual del modelo de Muller y Mendelsohn, y de
la teoría de valoración de las externalidades. Posteriormente, se presenta y explica la
metodología de función de daño, y se da a conocer un modelo específico para su aplicación en
Chile. Por su naturaleza, el documento pretende que la metodología sea extensible a otros
contextos, particularmente latinoamericanos. Por ello, para cada una de las etapas de la
metodología, se incluyen explicaciones respecto de los requerimientos de información y su

2
forma de uso. Finalmente, se presentan distintos indicadores para poder ser interpretados en un
análisis de mitigación.

2. Alternativas de modelación
El evidente impacto ambiental de la actividad humana hace necesario que se cuente con formas
de cuantificarlo, determinar variaciones en el bienestar social y decidir acerca de la deseabilidad
de cada actividad. La inclusión económica de externalidades en la evaluación de proyectos es
hoyen día una práctica común, y la metodología tradicional utilizada se conoce con el nombre de
análisis de costo-beneficio (ACB).
A continuación, se presenta el enfoque de modelación utilizado por Muller y Mendelsohn
(2009), y luego se revisa la inclusión de las variables ambientales en la práctica, con eje en los
efectos locales de las medidas de mitigación de GEI.

2.1 Teoría de las externalidades según Muller y Mendelsohn (2009)


2.1.1 Modelo básico
En un contexto habitual de externalidades ambientales el costo marginal de abatimiento debe ser
igual al beneficio marginal de la reducción. El problema se modela formalmente maximizando la
utilidad de un consumidor representativo en presencia de una externalidad. Esto queda claro en
la siguiente ecuación de la formulación de Muller y Mendelsohn (2009), donde el primer
término, correspondiente al daño marginal, iguala al segundo, el cual corresponde a los costos
marginales de reducción del contaminante.

Ecuación 1.

∑( )( ) ( )

donde:
: Concentración a la que está expuesto el individuo j producto de la emisión de la fuente
k.

: Utilidad marginal del individuo j asociada al cambio de la concentración proveniente de

la fuente k que afecta al individuo j.


: Emisiones de contaminante producido por la firma k.

3
: Concentración marginal del contaminante que afecta al individuo j proveniente de la

fuente k asociada al cambio de las emisiones de la misma fuente k.


: Función de producción de la fuente k.

: Costo marginal de la reducción del contaminante en la fuente k.

Dado que el modelo considera la interacción de los distintos contaminantes, estos se


incluyen en el cálculo del daño marginal según se indica en la ecuación 2.

Ecuación 2.
Daño marginal de las emisiones

( ) ∑∑( )( )

donde:
( ) : Daño marginal de las emisiones del contaminante m emitido por la fuente k.

:Utilidad marginal del individuo j asociada al cambio de la concentración del

contaminante l (cuando los L contaminantes incluyen además de las emisiones de M a los


distintos contaminantes originados producto de las interacciones de los primeros).
: Concentración del contaminante l que afecta al individuo j.

: Concentración marginal del contaminante l, asociada al cambio de las emisiones de m

proveniente de la fuente k.
La interpretación es clara y puede apreciarse en el gráfico 1. Si se reduce qA, entonces el
beneficio marginal es mayor que el costo marginal, por lo que la sociedad gana reduciendo más.
Al contrario, si se decide reducir qB, el costo marginal de abatimiento es mayor que el beneficio,
por lo que resulta conveniente reducir menos emisiones con ganancias en bienestar.

4
Gráfico 1. Caracterización del nivel de abatimiento óptimo

Fuente: Elaboración propia.

2.1.2 El modelo APPEP

El modelo de Air Pollution Emission Experiments and Policy (APPEP), utilizado en el estudio
de Muller y Mendelsohn (2009), considera las consecuencias físicas y económicas de los
contaminantes en cuanto a sus efectos en la salud humana, la disminución de los rendimientos en
bosques y agricultura, la reducción de la visibilidad, la aceleración de la depreciación de los
materiales y la reducción de los servicios de recreación.
El modelo relaciona los inventarios de emisiones en Estados Unidos con un modelo de
calidad del aire para calcular las concentraciones de contaminantes en todo el país. Considerando
la exposición a los contaminantes y en base a funciones dosis-respuestas revisadas por expertos,
se calculan los impactos físicos. Posteriormente, a partir de estimaciones estándar para valores en
el riesgo de mortalidad y morbilidad, se calcula el correspondiente impacto económico.
El sistema APEEP utiliza un modelo de calidad del aire basado en el Gaussian Plume
Model para calcular las concentraciones anuales en todos los estados del país. Además, se mejora
el modelo, considerando también las reacciones químicas que ocurren en la atmósfera y que
transforman los contaminantes emitidos en otros más dañinos (por ejemplo, el SO2 se transforma
en MP2,5 y en emisiones de NOx, el VOC se transforman en O3 y MP2,5).El resultado del modelo
es un set de estimaciones anuales de concentraciones promedio para cada uno de los condados en
48 estados del país.

5
Luego, para calcular la exposición, se estima primero la población afectada en cada
condado (incluido el número de gente por edad, los cultivos, los bosques, los materiales, la
visibilidad y los recursos recreacionales), y se multiplica esta población por la concentración de
contaminación del condado.
Las exposiciones obtenidas se traducen en efectos físicos utilizando funciones dosis-
respuesta para distintas disciplinas, entre las cuales se destaca la relación entre mortalidad y
exposición crónica de MP2,5.
Finalmente, los efectos físicos se convierten en impactos económicos utilizando los
resultados de distintos estudios de valoración. El resultante daño económico por tonelada de
emisión puede compararse con los costos de reducción.
Uno de los principales resultados del estudio es que la mayoría de los daños debido a
exposiciones de contaminación del aire tienen relación con los efectos en la salud humana,
específicamente en fatalidades prematuras.
Dado lo anterior, se hace necesario fijar un valor económico para la mortalidad
prematura, para lo cual se emplea la ecuación 3. La metodología utilizada valoriza la mortalidad
en términos de la pérdida de años y no tan solo como un caso de mortalidad.

Ecuación 3.
Valor presente de la mortalidad prematura
∑ [ ( ) ]

donde:
: Valor presente de la mortalidad prematura de una persona dela cohorte (a) en el
condado (c).
: Prima de riesgo anual de mortalidad ($/año de vida).1
: Número de años de vida restantes para la persona de la cohorte (a) en el condado (c).
: Probabilidad acumulada de sobrevivir al período (T) del grupo de cohorte (a) viviendo
en el condado (c).
: Tasa de descuento.

1
El valor de R corresponde a un valor tal que el valor presente de la expectativa de vida restante iguale el valor de la
vida estadística para un trabajador promedio.

6
En el caso de las industrias de generación de electricidad, se incluyen las emisiones de dióxido
de carbono (CO2) y se considera un valor de US$27/tC (Nordhaus, 2008).2

2.2 Inclusión de la variable ambiental en la práctica


2.2.1 Marco conceptual
En principio, los costos de implementación y/u operación de un programa con impacto ambiental
son observables. Sin embargo, las fallas de mercado hacen que la asignación de recursos no
resulte eficiente y, por ello, los beneficios asociados a atributos ambientales no quedan reflejados
en el sistema de precios. Por lo tanto, los costos o beneficios que experimentan los individuos
requieren metodologías de estimación para ser cuantificados. De aquí surgen la teoría y práctica
de la valoración ambiental.
La valoración de beneficios se realiza principalmente mediante análisis contrafactuales
(mediante el uso de escenarios). Esto quiere decir que los beneficios se estiman comparando dos
situaciones distintas: generalmente, un escenario base o tendencial, que asume que las
condiciones imperantes se mantienen, y un escenario alternativo, que introduce modificaciones
al sistema inicial (por ejemplo, cambios tecnológicos o instrumentos regulatorios). La
comparación entrega un cambio de emisiones relativo que posteriormente podrá cuantificarse en
términos monetarios.
En esta sección se presenta un marco conceptual y metodológico para la evaluación
socioeconómica de distintas medidas de mitigación, en el cual se cuantifican los beneficios y
costos económicos desde una perspectiva social.
De manera general, el propósito de este enfoque es agregar explícitamente los beneficios
ambientales, tanto locales como globales, en el ACB. El gráfico 2 muestra esquemáticamente el
enfoque que pretende agregar beneficios ambientales a la evaluación de costos de una medida,
los que finalmente serán incorporados en indicadores en cada medida.

2
Este valor está expresado en términos del valor del dólar del año 2000 por tonelada de carbón, lo que equivale a
US$7,4 por tonelada de dióxido de carbono (CO2).

7
Gráfico 2. Marco conceptual del enfoque metodológico

Beneficios locales (Co-beneficios) Beneficios globales


 Asociados a reducciones de  Asociados a reducciones de GEI
contaminantes locales

Costos directos de la medida


 Capital
 Operación
 Otras categorías

Indicadores de costo-beneficio

Fuente: Elaboración propia.

La metodología a utilizar para valorar los impactos en salud y agricultura derivados de


cambios en los niveles de concentración de distintos contaminantes atmosféricos corresponde al
método de la función de daño (en inglés, impact pathway approach). Este enfoque suele
utilizarse tanto a nivel nacional como internacional para estimar los impactos físicos y
económicos generados por la contaminación. A modo de ejemplo, los organismos ambientales de
Estados Unidos, Europa, Australia y Canadá cuentan con metodologías de daño, e incluso
software, basados en esta metodología.
La metodología considera la relación entre una cierta “carga” (emisiones) con un
“impacto” y su posterior valoración. A partir de este enfoque, en general se han evaluado
impactos asociados a la salud y a la mortalidad humana, a materiales y a agricultura, lo que
resulta especialmente útil para orientar diversas decisiones de política.
El gráfico 3 ilustra los pasos principales de esta metodología aplicada a las
consecuencias de emisiones contaminantes. Cada etapa incluye modelos detallados de diversos
procesos.

8
Gráfico 3.
Etapas del método de la función de daño,
requerimientos de datos y modelos

Datos Etapas Modelos


Factores de
emisión, niveles Emisiones Emisión
de actividad

Datos
Concentraciones Dispersión
meteorológicos

Población
Funciones de
expuesta, riesgo Efectos
Daño
base

Ingreso,
Valoración Valoración
elasticidad. DAP

Fuente: Basado en Cifuentes et al. (2005).

La estimación de los impactos utiliza funciones de concentración respuesta. Estas


funciones son relaciones empíricas que vinculan cambios en la calidad del aire (de un
contaminante en particular) con cambios en una variable de impacto de interés (salud: número de
casos de muerte prematura o casos de enfermedades, agricultura: cambios en la producción, etc.).
Estas relaciones pueden ser lineales y no lineales, así como también pueden poseer o no un valor
umbral.
Una vez que los impactos han sido cuantificados en términos físicos, se procede a su
posterior valoración. Algunos de estos efectos pueden ser valorados utilizando precios de
mercado; por ejemplo, los daños a cultivos pueden medirse a través de la disminución del valor
de la producción. Sin embargo, existe una amplia gama de impactos que no poseen valor de
mercado. Entre estos se destacan aquellos efectos en salud y mortalidad, así como también el
calentamiento global y la influencia en los ecosistemas. En estos casos los beneficios se estiman

9
a través de algún método de costo-beneficio, para lo cual se prefiere, en lo posible, una buena
medida de demanda (disposición a pagar).

2.2.2 Metodología general de valoración de beneficios locales


En el cuadro 1 se presentan las principales fuentes de beneficios que pueden considerarse en una
evaluación de cambios de calidad del aire.

Cuadro 1. Principales fuentes de beneficios identificados de la experiencia internacional


Fuente de
Descripción Inclusión en evaluación
beneficios
Cuantificación de prevención de Es la dimensión más estudiada. Es la primera dimensión
mortalidad y morbilidad asociada a una en incluirse y para muchos países en desarrollo es el
Salud
menor exposición humana a agentes único componente analizado. Existe bastante consenso
contaminantes. en metodología.
Contaminantes (principalmente ozono)
Agricultura inhiben crecimiento de plantas, por lo
Existe relativo consenso en enfoque metodológico.
y forestal que las caídas en las concentraciones
llevan a beneficios en productividad.
Efectos no siempre cuantificados. Europa y Estados
La contaminación puede acelerar el
Unidos cuentan con metodologías estándares o guías
deterioro de distintos materiales, por lo
específicamente diseñadas para realizar la estimación de
Materiales que las reducciones de las
estos beneficios. Esto no quiere decir que la evaluación
concentraciones de contaminantes
de estos componentes siempre se incluya en un análisis
reducen los plazos de reemplazo.
específico.
Reducciones de material particulado Se requieren estudios específicos en los cuales se estime
mejorarían la visibilidad generando la disposición a pagar por mejor visibilidad y una
Visibilidad
beneficios recreacionales y relación creíble entre visibilidad y concentraciones de
habitacionales. material particulado.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de EPA (2011).

Los contaminantes que se consideran en las evaluaciones suelen incluir el material


particulado (primero mediante relaciones de MP10 y más recientemente MP2.5), el ozono y
SOx. En algunos casos se incluyen otros contaminantes, entre ellos NOx y COV, como
precursores de ozono (y en reemplazo del ozono).
En el cuadro 2 se resumen los contaminantes que suelen considerarse en las evaluaciones
de beneficios de calidad del aire.

Cuadro 2. Contaminantes e impactos

Contaminante Impactos principales


Material particulado Salud, visibilidad
Ozono Salud, agricultura
SO2 Materiales, agricultura
Fuente: Elaboración propia.

10
Finalmente, se presentan los resultados de las experiencias europea y norteamericana para
dimensionar la importancia relativa de cada categoría de impacto y contaminante. En el caso
europeo se estiman co-beneficios asociados al cumplimiento de metas de mitigación de GEI, y
las cifras se estiman para el año 2020 y para toda la Comunidad Europea (CE). En el caso
norteamericano, los beneficios se obtienen de la evaluación de la Ley de Aire Limpio para 2010.
En este caso, los beneficios de salud incluyen tanto mortalidad como morbilidad.

Cuadro 3. Distribución de beneficios por impactos


para dos estudios internacionales representativos
Impacto Europa Estados Unidos
Salud 99,39% 99,57%
Agricultura 0,47% 0,43%
Materiales 0,14% 0,01%
Fuente: Elaboración propia en base a EPA (2010) y Holland et
al. (2011).

Si se desagregan los impactos en salud, se evidencia la dominancia del material


particulado (MP2.5) en los beneficios. En efecto, para el caso europeo, el 99% de los beneficios
de salud se derivan de las reducciones en material particulado (luego en ozono, 1%).3 Para el
caso norteamericano, esta cifra sobrepasa el 97% (ozono, menos del 3%).
Los resultados anteriores son bien representativos de estudios conducidos de hace al
menos un par de décadas. La experiencia internacional revela que los beneficios de salud
dominan holgadamente al resto de las categorías consideradas. La preponderancia fundamental
de esta categoría justificaría su inclusión sólo bajo consideraciones de costo-efectividad. Por otra
parte, el material particulado (ligado a salud) es el contaminante responsable de la mayor parte
de los beneficios.

3. Presentación del modelo


En esta sección se detalla cada una de las etapas que permiten cuantificar y valorizar el impacto
de las externalidades en la sociedad.
En primer lugar, y tal como se muestra en el gráfico 3, se hace necesario identificar la
variación de las emisiones de un determinado contaminante producto de la implementación de

3
Esta cifra no corresponde al mismo año 2020 sino a 2050 (el único año en que se desagregan beneficios de salud
por tipo de contaminante). Lo relevante es la desagregación porcentual y no las cifras absolutas.

11
una medida de mitigación. Para esto, se suelen establecer niveles de actividad (por ejemplo, la
cantidad de kilómetros de automóviles, la potencia de las centrales eléctricas, el consumo de
combustibles, etc.), los cuales se asocian a factores de emisión, tanto para GEI como para
contaminantes locales (por ejemplo [ton C02/km recorrido], [ton C02/kWh], [ton MP2.5/kWh],
[ton MP2,5/kg de leña]). Alternativamente, como muestra la misma figura, pueden utilizarse
modelos de emisiones.
Una vez determinadas las disminuciones de emisiones atmosféricas, se hace necesario
transformar este cambio a niveles de concentración en una localidad. Para ello, se utilizan los
conocidos factores emisión concentración (FEC), los que pueden ser obtenidos mediante
modelos de dispersión o datos históricos meteorológicos. Estos factores relacionan una carga de
emisiones con la concentración atmosférica que ese contaminante tendría en un lugar, es decir,
los FEC indican la cantidad de emisiones necesarias para aumentar/disminuir la concentración
atmosférica. Es importante mencionar que estos valores son característicos de cada localidad y
contaminante, y se ven influenciados por variables como la velocidad y la dirección de los
vientos, el lugar geográfico (zona interior o costera) y la estacionalidad del año.
La variación de las concentraciones ambientales será el input para una función de daño,
la cual cuantificará los efectos en salud, agricultura u otro campo que pudiese afectar. A
continuación, en las secciones siguientes, se detalla a metodología de cálculo de estos efectos y
la evaluación, mediante el uso de indicadores, de las medidas de mitigación evaluadas.

3.1 Modelo teórico


3.1.1 Metodología de función de daño
Estimación de los impactos en la salud
Para valorar la salud, generalmente se distingue entre efectos de mortalidad y morbilidad. Los
efectos de mortalidad se centran en las causas de muerte, mientras que los de morbilidad lo
hacen en enfermedades no mortales, o en un conjunto de síntomas. La medida más usual para
medir mortalidad es la tasa de mortalidad de la población. Esta tasa se define como el cociente
entre el número de casos de muerte en un determinado período y el número total de habitantes de
la población. Esta tasa puede interpretarse como la probabilidad que un individuo cualquiera de
la población tiene de morir en un período dado.

12
Ciertas consideraciones de valoración hacen que los cambios de mortalidad suelan
estimarse desagregados por edad, sexo, estatus socioeconómico y causa de muerte. Esto se debe
a que las percepciones de riesgo varían de un individuo a otro. Alternativamente, la valoración
por cambiar la probabilidad de muerte varía según cada individuo.
La morbilidad suele clasificarse según la duración de la condición (aguda o crónica), el
nivel de restricción de actividades, o el tipo de síntoma. Un episodio de morbilidad aguda dura
un determinado número de días con comienzo y final definidos. Por el contrario, los efectos de
morbilidad crónica se refieren a condiciones de largo plazo y de duración indefinida.
Estudios epidemiológicos han utilizado relaciones de daño de muchas formas
funcionales. Sin embargo, es usual distinguir entre funciones lineales, log-lineales y logísticas.
En cada caso, se realiza un análisis de tipo estadístico para determinar un parámetro asociado al
riesgo de la contaminación (β).
En el cuadro 4 se presenta la relación entre el cambio en la tasa de incidencia de un cierto
efecto del nivel base yo al de control yc ( y  yc  y0 ), asociado a un cambio de concentración de
xo a xc, para las principales formas funcionales.

Cuadro 4. Morbilidad: variación en la tasa de incidencia


según la forma funcional
Forma funcional Variación en la tasa de Incidencia
Lineal y  x
Log-Lineal y  y0 (ex  1)
y0
Logística y   y0
(1  y0 )ex  y0
Fuente: Elaboración propia en base a BENMAP (2010).

A partir del cuadro, se observa que para estimar la variación en la tasa de incidencia de un
cierto efecto, se debe contar con el valor de la incidencia base para las formas log-lineal y
logística. Finalmente, el cambio en el número de casos asociados a cada efecto ( ) se obtiene
como H  y  POP , donde POP denota la población afectada por el cambio de
concentraciones.
En el caso de las relaciones log-lineales, la tasa de incidencia (y) se define como sigue:
ó bien, ( ) ,

13
donde el parámetro B es la tasa de incidencia de y cuando la concentración de x es nula;  es el
coeficiente asociado a x, y  = ln(B). Por ejemplo, la tasa de incidencia puede ser la tasa de
mortalidad.
Luego, la relación entre x yy se expresa como sigue:
Ecuación 4.
( )
( ) ( )

Luego, por ejemplo, la aplicación de la función de daño permite estimar el cambio en la tasa de
mortalidad con la última relación. Si >0 entonces lo, que es intuitivo. Un aumento en
las concentraciones incrementa la tasa de incidencia (o en este ejemplo, tasa de mortalidad).
El número casos totales por cada endpoint considerado ( ) se obtiene simplemente
como el producto entre el cambio en la tasa de incidencia estimado ( ) y la población expuesta
y foco de la función particular.
Ecuación 5.
( )
En el ejemplo, corresponde al cambio en casos de muerte. Si >0 entonces y los
casos de muerte aumentan. La población puede corresponder a un subgrupo del total, por
ejemplo: sólo personas mayores de 65 años.
El uso de las funciones de daño implica tener presente una serie de factores. Dentro de
estos factores, se destacan: el problema de la superposición de efectos, los requerimientos de
incidencias base y la existencia de umbrales. También, deben considerarse el tipo de estudio del
cual se estima la relación concentración-respuesta que tiene incidencia en la posibilidad de
incorporar efectos crónicos o de largo plazo, o bien si considera el efecto de un único o varios
contaminantes. Estos factores deben ser analizados para realizar una correcta elección de
funciones de daño en salud.
Como se señala en EPA (2008a, 2008b, 2009) y también destaca Greenlab UC (2012),
los contaminantes para los cuales los expertos concuerdan acerca del impacto en salud son el
material particulado y el ozono. En efecto, y a modo de ejemplo, la Agencia de Protección
Ambiental de Estados Unidos (EPA) señala como inadecuado relacionar impactos de salud con
concentraciones de óxidos de nitrógenos o de azufre.

14
Por otra parte, y como indica la Unión Europea en distintos informes de ExternE (1999,
2005), los impactos más relevantes de contaminación atmosférica suelen asociarse a material
particulado primero, y con impactos significativos pero menores en ozono.

Efectos en la salud
A la fecha existe suficiente evidencia científica que permite asociar las altas concentraciones de
contaminantes atmosféricos con efectos negativos en la salud de la población, los cuales pueden
tener lugar a nivel de morbilidad o mortalidad y a corto o largo plazo.
Los contaminantes que hasta el momento han sido estudiados corresponden a material
particulado (MP10 y MP2,5), ozono, óxidos nitrosos, óxidos de sulfuro, compuestos orgánicos
volátiles (COV), amoníaco y metales pesados. Por otra parte, los efectos estudiados son
principalmente los que afectan el sistema respiratorio y cardiovascular, y entre ellos se destacan
enfermedades como el asma, enfermedades cardiovasculares, cardiopulmonares y respiratorias,
arritmia, enfermedades respiratorias crónicas, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas,
neumonía, enfermedades cardiocongestivas y enfermedades cardioisquémicas (GreenLabUc,
2011a).
A continuación se presenta una revisión de los efectos en la salud asociados a cada
contaminante.
 Exposición a MP2,5
En el cuadro 5 se presentan las relaciones causales entre la concentración de MP2,5 y los
distintos efectos de mortalidad y morbilidad. Estas asociaciones corresponden a las conclusiones
de la EPA (2009) en base a la evidencia científica disponible.
Cuadro 5.
Asociaciones causales para la concentración de MP2,5 a corto y largo plazo
Cáncer,
Contaminant Mortalida Morbilidad Morbilidad Reproductivo y
Exposición mutagenicidad,
e d cardiovascular respiratoria desarrollo natal
genotoxicidad
Corto Probablement
Causal Causal Inadecuada Inadecuada
plazo e causal
MP2,5
Largo Probablement
Causal Causal Sugerente Sugerente
plazo e causal
Fuente: GreenLabUc (2011a) en base a EPA (2009).

15
 Exposición a ozono
El ozono corresponde a un potente oxidante cuyos efectos nocivos se observan mayoritariamente
en el verano (cuando las concentraciones son más altas) y, al parecer, son independientes del
efecto de otros contaminantes (GreenLabUc, 2011a).
Los estudios disponibles indican una asociación positiva y robusta en el corto plazo entre
las concentraciones de este contaminante y las admisiones hospitalarias respiratorias durante
temporadas cálidas, pero estos resultados son inconsistentes cuando la asociación se realiza para
un año completo. Asimismo, la asociación es positiva para las visitas a las salas de urgencia por
asma para temporadas cálidas y para la mortalidad prematura en el corto plazo (GreenLabUc,
2011a).
Para el largo plazo no existen numerosos estudios disponibles. Sin embargo, hay
evidencia de los efectos en la función pulmonar en niños por exposición a ozono en temporadas
cálidas. Por otra parte, en el caso de efectos como un aumento en la incidencia de asma o
síntomas respiratorios y en el caso de la mortalidad, los estudios no son concluyentes hasta el
momento (GreenLabUc, 2011a).
 Exposición a óxidos nitrosos (NOx) y óxidos de sulfuro (SOx)
El cuadro 6 muestra las relaciones causales entre las concentraciones de NO2 y SO2 para los
distintos efectos de mortalidad y morbilidad estudiados a la fecha.
Cuadro 6.
Asociaciones causales para la concentración de NO2 y SO2 a corto y largo plazo

Morbilidad Morbilidad Morbilidad


Contaminante Exposición Mortalidad
cardiovascular respiratoria (otros)

Corto Probablemente
Sugerente Inadecuado Inadecuado
plazo causal
NO2
Largo
Inadecuado Inadecuado Sugerente Inadecuado
plazo
Corto
Causal Sugerente Causal -
plazo
SO2
Largo
Inadecuado Inadecuado Inadecuado -
plazo
Fuente: GreenLabUc (2011a) en base a EPA.

16
En el cuadro 7 se exponen los efectos estudiados para los contaminantes MP10, MP2,5 y
O3 disponibles a la fecha, representados a partir de sus funciones de daño. Para el resto de los
contaminantes no se cuenta con estudios, o bien la cantidad de información necesaria respecto de
las variables es insuficiente. De estas funciones se eligieron aquellas cuyos parámetros
ostentaban el menor error estándar. Los costos presentados corresponden a valores del año 2000,
por lo que fueron traídos a valor presente.

17
Cuadro 7. Funciones de daño de MP10 disponibles a la fecha
Categoría Endpoint Autor Año Localidades Otros Edad Edad Resolución Beta Forma US$a US$b
general de contaminantes mín. máx. temporal funcional
efecto
Mortalidad Mortalidad CP todas las causas Woodruff et al. 1997 86 ciudades Ninguno 0 1 Anual 3,92E-03 Logística 6.324.101 365.608
CP Mortalidad CP todas las causas Cifuentes 2000 Santiago O3 0 99 Anual 5,50E-03 l-Lineal 6.324.101 365.608
Mortalidad CP todas las causas Ostro 1996 Santiago Ninguno 0 99 Anual 1,00E-01 l-Lineal 6.324.101 365.608
Enfermedade Bronquitis crónica Schwartz 1993 53 ciudades Ninguno 30 99 Anual 1,23E-02 Logística 98.740 98.740
s crónicas
Admisiones Respiratorias todas Burnett et al. 1997 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Diario 2,07E-03 Log- 15.647 1.521
hospitalarias Lineal
Respiratorias todas Burnett et al. 1997 Toronto, CAN O3 0 99 Diario 1,87E-03 Log- 15.647 1.521
Lineal
Respiratorias todas Efectos fijos 2009 Agrupadas Ninguno 0 99 Diario 1,97E-03 Log- 15.647 1.521
combinados Lineal
Respiratorias todas Schwartz 1995 New Haven, CT Ninguno 65 99 Diario 1,17E-03 Log- 17.600 3.020
Lineal
Respiratorias todas Schwartz 1995 New Haven, CT O3 65 99 Diario 1,72E-03 Log- 17.600 3.020
Lineal
Respiratorias todas Schwartz 1995 Tacoma, WA Ninguno 65 99 Diario 1,91E-03 Log- 17.600 3.020
Lineal
Respiratorias todas Schwartz 1995 Tacoma, WA O3 65 99 Diario 2,27E-03 Log- 17.600 3.020
Lineal
Respiratorias todas Efectos fijos 2009 Agrupadas Ninguno 65 99 Diario 1,61E-03 Log- 17.600 3.020
combinados Lineal
Asma Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Diario 1,70E-03 Log- 8.098 1.521
Lineal
Asma Sheppard et al 1999 Seattle, WA Ninguno 0 65 Diario 2,57E-03 Log- 7.448 1.521
Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Moolgavkar et al. 1997 Minneapolis, CO, O3 65 99 Diario 8,77E-04 Log- 12.781 3.020
MN Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Schwartz 1994 Minneapolis, Ninguno 65 99 Diario 3,85E-03 Log- 12.781 3.020
MN Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Efectos fijos 2009 Agrupadas Ninguno 65 99 Diario 1,53E-03 Log- 12.781 1.521
combinados Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Diario 1,33E-03 Log- 12.742 1.521
(menos asma) Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Samet et al. 2000 14 ciudades Ninguno 65 99 Diario 2,84E-03 Log- 12.993 3.020
(menos asma) Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Schwartz 1994 Detroit, MI O3 65 99 Diario 2,02E-03 Log- 12.993 3.020
(menos asma) Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Efectos fijos 2009 Agrupadas Ninguno 65 99 Diario 2,15E-03 Log- 12.993 3.020
(menos asma) combinados Lineal
Categoría Endpoint Autor Año Localidades Otros Edad Edad Resolución Beta Forma US$a US$b
general de contaminantes mín. máx. temporal funcional
efecto
Neumonía Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Diario 2,66E-03 Log- 14.693 1.969
Lineal
Neumonía Moolgavkar et al. 1997 Minneapolis, NO2, O3, SO2 65 99 Diario 4,98E-04 Log- 17.030 3.964
MN Lineal
Neumonía Samet et al. 2000 14 ciudades Ninguno 65 99 Diario 2,05E-03 Log- 17.030 3.964
Lineal
Neumonía Schwartz 1994 Minneapolis, Ninguno 65 99 Diario 1,57E-03 Log- 17.030 3.964
MN Lineal
Neumonía Schwartz 1994 Minneapolis, O3 65 99 Diario 1,66E-03 Log- 17.030 3.964
MN Lineal
Neumonía Efectos fijos 2009 Agrupadas 65 99 Diario 1,34E-03 Log- 17.030 3.964
combinados Lineal
Cardiovasculares todas Burnett et al. 1997 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Diario 2,28E-03 Log- 21.415 3.720
Lineal
Cardiovasculares todas Burnett et al. 1997 Toronto, CAN O3 0 99 Diario 1,73E-03 Log- 21.415 3.720
Lineal
Cardiovasculares todas Efectos fijos 2009 Agrupadas 0 99 Diario 2,01E-03 Log- 21.415 3.720
combinados Lineal
Cardiovasculares todas Samet et al. 2000 14 ciudades Ninguno 65 99 Diario 1,18E-03 Log- 21.191 3.720
Lineal
ERV Asma Norris et al. 1999 Seattle, WA Ninguno 0 18 Diario 1,13E-02 Log- 312 312
Lineal
Asma Norris et al. 1999 Seattle, WA NO2, SO2 0 18 Diario 1,13E-02 Log- 312 312
Lineal
Asma Efectos fijos 2009 Agrupadas 0 18 Diario 1,13E-02 Log- 312 312
combinados Lineal
Asma Samet et al. 1993 Seattle, WA Ninguno 0 65 Diario 3,67E-03 Log- 312 312
Lineal
Efectos Días de escuela perdidos, todas Gilliland et al. 2001 Sur de California Ninguno 9 10 Diario 2,05E-02 Log- 75 75
menores las causas Lineal
(agudos) Días de escuela perdidos, Gilliland et al. 2001 Sur de California Ninguno 9 10 Diario 5,54E-03 Log- 75 75
relacionados con enfermedad Lineal
Fuente: Elaboración propia sobre la base de diversos estudios.
a
Valor monetario = dólar estadounidense del año 2000 (EPA).
b
Los valores monetarios publicados en Abt. Associates Inc (2010) en dólares al año 2000.

19
Cuadro 8. Funciones de daño de MP2,5 disponibles a la fecha
Categoría general Endpoint Autor Año Localidades Otros Edad Edad Resolución Beta Forma US$ US$
de efecto contaminantes mín. máx. temporal funcional
Mortalidad LP Mortalidad LP todas las Krewski et al. 2000 Todo EE.UU. Ninguno 30 99 Anual 1,04E-02 Log-Lineal 6.324.101 365.608
causas
Mortalidad LP todas las Laden et al. 2006 6 ciudades Ninguno 30 99 Anual 1,48E-02 Log-Lineal 6.324.101 365.608
causas
Mortalidad LP todas las Pope et al. 2002 51 ciudades Ninguno 30 99 Anual 5,83E-03 Log-Lineal 6.324.101 365.608
causas
Mortalidad LP todas las Efectos fijos 2009 Agrupadas 30 99 Anual 8,54E-03 Log-Lineal 6.324.101 365.608
causas combinados
Mortalidad LP todas las Woodruff et al. 2006 204 condados Ninguno 0 1 Anual 6,76E-03 Logística 6.324.101 365.608
causas
Mortalidad LP Pope et al. 2002 51 ciudades Ninguno 30 99 Anual 8,89E-03 Log-Lineal 6.324.101 365.608
cardiopulmonar
Mortalidad LP cáncer Pope et al. 2003 51 ciudades Ninguno 30 99 Anual 1,27E-02 Log-Lineal 6.324.101 365.608
pulmonar
Mortalidad no accidental Cifuentes 2000 Santiago O3 0 99 Anual 9,17E-03 l-Lineal 6.324.101 365.608
Mortalidad no accidental Fairley 2003 Condado de Santa Clara Ninguno 0 99 Diario 3,14E-03 Log-Lineal 6.324.101 365.608
Mortalidad no accidental Fairley 2003 Condado de Santa Clara O3 0 99 Diario 3,40E-03 Log-Lineal 6.324.101 365.608
Mortalidad no accidental Ito 2003 Detroit, MI Ninguno 0 99 Diario 7,40E-04 Log-Lineal 6.324.101 365.608
Mortalidad no accidental Klemm y Mason 2003 6 ciudades Ninguno 0 99 Diario 1,19E-03 Log-Lineal 6.324.101 365.608
Mortalidad no accidental Moolgavkar 2003 Los Ángeles, CA Ninguno 0 99 Diario 5,88E-04 Log-Lineal 6.324.101 365.608
Mortalidad no accidental Schwartz 2003 6 ciudades Ninguno 0 99 Diario 1,37E-03 Log-Lineal 6.324.101 365.608
Mortalidad no accidental Efectos fijos 2009 Agrupadas 0 88 Diario 1,18E-03 Log-Lineal 6.324.101 365.608
combinados
Enfermedades Bronquitis crónica Abbey et al. 1995 SF, SD, South Coast Ninguno 27 99 Anual 1,32E-02 logistica 98.740 98.740
crónicas Air Basin
Admisiones Respiratorias todas Burnett et al. 2001 Toronto, CAN Ninguno 0 2 Diario 8,15E-03 Log-Lineal 15.647 1.521
hospitalarias Respiratorias todas Burnett et al. 2001 Toronto, CAN O3 0 2 Diario 7,72E-04 Log-Lineal 15.647 1.521
Enfermedad pulmonar Ito 2003 Detroit, MI Ninguno 65 99 Diario 1,17E-03 Log-Lineal 12.781 3.020
crónica
Enfermedad pulmonar Moolgavkar 2003 Los Ángeles, CA Ninguno 65 99 Diario 1,83E-03 Log-Lineal 12.781 3.020
crónica
Enfermedad pulmonar Moolgavkar 2003 Los Ángeles, CA NO2 65 99 Diario 4,19E-04 Log-Lineal 12.781 3.020
crónica
Enfermedad pulmonar Moolgavkar 2000 Los Ángeles, CA CO 65 99 Diario 8,00E-04 Log-Lineal 12.781 3.020
crónica
Enfermedad pulmonar Efectos fijos 2009 Agrupadas 65 99 Diario 1,23E-03 Log-Lineal 12.781 3.020
crónica combinados
Enfermedad pulmonar Moolgavkar 2000 Los Ángeles, CA Ninguno 18 64 Diario 2,20E-03 Log-Lineal 12.742 1.521
crónica
Enfermedad pulmonar Moolgavkar 2000 Los Ángeles, CA CO 18 64 Diario 2,00E-03 Log-Lineal 12.742 1.521
crónica
Enfermedad pulmonar Efectos fijos 2009 Agrupadas 18 64 Diario 2,12E-03 Log-Lineal 12.742 1.521
crónica combinados
Enfermedad pulmonar Moolgavkar 2000 Los Ángeles, CA CO 18 64 Diario 2,00E-03 Log-Lineal 12.742 1.521
crónica (menos asma)

20
Enfermedad pulmonar Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Diario 1,87E-03 Log-Lineal 12.742 1.521
crónica (menos asma)
Neumonía Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Diario 4,09E-03 Log-Lineal 14.693 1.969
Neumonía Burnett et al. 1999 Toronto, CAN NO2, O3 0 99 Diario 3,28E-03 Log-Lineal 14.693 1.969
Neumonía Efectos fijos 2009 Agrupadas 0 99 Diario 3,72E-03 Log-Lineal 14.693 1.969
combinados
Neumonía Ito 2003 Detroit, MI Ninguno 65 99 Diario 3,98E-03 Log-Lineal 17.030 3.964
Neumonía Lippmann et al. 2000 Detroit, MI O3 65 99 Diario 4,48E-03 Log-Lineal 17.030 3.964
Neumonía Efectos fijos 2009 Agrupadas 65 99 Diario 4,19E-03 Log-Lineal 17.030 3.964
combinados
Cardiovasculares todas Moolgavkar 2003 Los Ángeles, CA Ninguno 65 99 Diario 1,57E-03 Log-Lineal 21.191 3.720
(menos infartos al
miocardio)
Cardiovasculares todas Moolgavkar 2003 Los Ángeles, CA CO 65 99 Diario 3,89E-04 Log-Lineal 21.191 3.720
(menos infartos al
miocardio)
Cardiovasculares (menos Efectos fijos 2009 Agrupadas 65 99 Diario 1,10E-03 Log-Lineal 21.191 3.720
infartos al miocardio) combinados
Cardiovasculares todas Moolgavkar 2000 Los Ángeles, CA Ninguno 18 64 Diario 1,40E-03 Log-Lineal 21.415 3.720
(menos infartos al
miocardio)
Cardiovasculares todas Moolgavkar 2000 Los Ángeles, CA CO 18 64 Diario 9,00E-04 Log-Lineal 21.415 3.720
(menos infartos al
miocardio)
Arritmia Ito 2003 Detroit, MI Ninguno 65 99 Diario 1,25E-03 Log-Lineal 15.237 3.720
Arritmia Lippmann et al. 2000 Detroit, MI O3 65 99 Diario 2,14E-03 Log-Lineal 15.237 3.720
Arritmia Efectos fijos 2009 Agrupadas 65 99 Diario 1,60E-03 Log-Lineal 15.237 3.720
combinados
Falla Ito 2003 Detroit, MI Ninguno 65 99 Diario 3,07E-03 Log-Lineal 15.218 3.720
Falla congénita Lippmann et al. 2000 Detroit, MI O3 65 99 Diario 4,67E-03 Log-Lineal 15.218 3.720
Falla congénita Efectos fijos 2009 Agrupadas 65 99 Diario 3,68E-03 Log-Lineal 15.218 3.720
combinados
Enfermedad Ito 2003 Detroit, MI Ninguno 65 99 Diario 1,44E-03 Log-Lineal 25.876 5.135
Enfermedad isquémica Lippmann et al. 2000 Detroit, MI O3 65 99 Diario 1,12E-03 Log-Lineal 25.876 5.135
Enfermedad isquémica Efectos fijos 2009 Agrupadas 65 99 Diario 1,30E-03 Log-Lineal 25.876 5.135
combinados
Asma Sheppard 2003 Seattle, WA Ninguno 0 65 Diario 3,32E-03 Log-Lineal 7.788 1.521
ERV Asma Norris et al. 1999 Seattle, WA Ninguno 0 18 Diario 1,47E-02 Log-Lineal 312 312
Asma Norris et al. 1999 Seattle, WA NO2, SO2 0 18 Diario 1,65E-02 Log-Lineal 312 312
Efectos menores Bronquitis aguda Dockery et al. 1996 24 comunidades Ninguno 8 14 Anual 2,72E-02 Logística 59 59
(agudos) Síntomas respiratorios leves Schwartz y Neas 2000 6 ciudades Ninguno 7 14 Diario 1,90E-02 Logística 16 16
Días de actividad restringida Ostro y Rothschild 1989 Todo EE.UU. O3 18 64 Diario 7,41E-03 Log-Lineal 51 51
menores
Días laborales perdidos Ostro 1987 Todo EE.UU. Ninguno 18 64 Diario 4,60E-03 Log-Lineal 115 115
Fuente: Elaboración propia sobre la base de diversos estudios.

21
Cuadro 9. Funciones de daño de ozono disponibles a la fecha
Categoría
Otros Edad Edad Resolución Forma
general de Endpoint Autor Año Localidades Beta US$ US$
contaminantes mín. máx. temporal funcional
efecto
Condado de Log-
Mortalidad no accidental Fairley 2003 Ninguno 0 99 Máx 8 hrs 1,56E-03 6.324.101 365.608
Santa Clara Lineal
Condado de Log-
Mortalidad no accidental Fairley 2003 PM2.5 0 99 Máx 8 hrs 2,83E-03 6.324.101 365.608
Santa Clara Lineal
95 Ciudades de Prom 24 Log-
Mortalidad no accidental Bell et al. 2004 Ninguno 0 99 3,90E-04 6.324.101 365.608
EE.UU. hrs Lineal
Mortalidad 95 Ciudades de Prom 24 Log-
Mortalidad no accidental Bell et al. 2004 Ninguno 0 99 5,20E-04 6.324.101 365.608
CP EE.UU. hrs Lineal
Log-
Mortalidad no accidental Ito et al. 2005 - Ninguno 0 99 Máx 1 hr 4,00E-04 6.324.101 365.608
Lineal
Grupo de trabajo de Log-
Mortalidad no accidental 2003 Europa - 0 99 Máx 1 hr 7,84E-04 6.324.101 365.608
la OMS Lineal
Grupo de trabajo de Log-
Mortalidad no accidental 2003 Europa - 0 99 Prom 8 hrs 1,17E-03 6.324.101 365.608
la OMS Lineal
Log-
Respiratorias todas Burnett et al. 1997 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Prom 8 hrs 5,39E-03 15.647 1.521
Lineal
Log-
Respiratorias todas Burnett et al. 1997 Toronto, CAN MP2.5 0 99 Prom 8 hrs 4,99E-03 15.647 1.521
Lineal
Log-
Respiratorias todas Burnett et al. 2001 Toronto, CAN Ninguno 0 2 Máx 1 hr 6,61E-03 15.647 1.521
Lineal
Log-
Respiratorias todas Burnett et al. 2001 Toronto, CAN MP2.5 0 2 Máx 1 hr 6,31E-03 15.647 1.521
Lineal
Prom 24 Log-
Asma Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 3,14E-03 8.098 1.521
hrs Lineal
Prom 24 Log-
Asma Burnett et al. 1999 Toronto, CAN CO, MP2.5-10 0 99 2,50E-03 8.098 1.521
Admisiones hrs Lineal
hospitalarias Log-
Asma Sheppard et al. 1999 Seattle, WA Ninguno 0 65 Prom 8 hrs 2,91E-03 7.448 1.521
Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Prom 24 Log-
Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 3,61E-03 12.742 1.521
(menos asma) hrs Lineal
Enfermedad pulmonar crónica Prom 24 Log-
Burnett et al. 1999 Toronto, CAN CO, MP2.5-10 0 99 3,03E-03 12.742 1.521
(menos asma) hrs Lineal
Minneapolis, Prom 24 Log-
Enfermedad pulmonar crónica Moolgavkar et al. 1997 CO, MP10 65 99 2,74E-03 12.781 3.020
MN hrs Lineal
Prom 24 Log-
Neumonía Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 2,22E-03 14.693 1.969
hrs Lineal
Prom 24 Log-
Neumonía Burnett et al. 1999 Toronto, CAN CO, MP2.5 0 99 1,98E-03 14.693 1.969
hrs Lineal
Minneapolis, Prom 24 Log-
Neumonía Moolgavkar et al. 1997 CO, MP10, SO2 65 99 3,70E-03 17.030 3.964
MN hrs Lineal
Log-
Cardiovasculares todas Burnett et al. 1997 Toronto, CAN Ninguno 0 99 Prom 8 hrs 6,21E-03 21.415 3.720
Lineal
Log-
Cardiovasculares todas Burnett et al. 1997 Toronto, CAN MP2.5 0 99 Prom 8 hrs 5,23E-03 21.415 3.720
Lineal
Prom 24 Log-
Arritmia Burnett et al. 1999 Toronto, CAN Ninguno 0 99 1,77E-03 15.237 3.720
hrs Lineal
Prom 24 Log-
Arritmia Burnett et al. 1999 Toronto, CAN CO, MP2.5 0 99 1,69E-03 15.237
hrs Lineal 3.720
Ciudades de Máx 8 Log- 312
Asma Jaffe et al. 2003 Ninguno 5 34 3,00E-03 312
Ohio horas Lineal
Máx 8 Log- 312 312
ERV Asma Peel et al. 2005 Atlanta, GA Ninguno 0 99 8,70E-04
horas Lineal
Máx 8 Log- 312 312
Asma Wilson et al. 2005 Portland, ME Ninguno 0 99 3,00E-03
horas Lineal
Días de actividad restringida Prom 24 Log-
Ostro y Rothschild 1989 Todo EE.UU. MP2.5 18 64 2,20E-03 51 51
menores hrs Lineal
Cualquiera de los 19 síntomas
1990 Los Ángeles, CA COH 18 64 Máx 1 hr 1,37E-04 Lineal 24 24
respiratorios Krupnick
Días de escuela perdidos, todas
Efectos 2000 Washoe Co, NV CO, MP10 6 11 Máx 1 hr 1,32E-02 Lineal 75 75
las causas Chen et al.
menores
Días de escuela perdidos, todas Log-
(agudos) 2001 Sur de California 10 Prom 8 hrs 7,55E-03 75 75
las causas Gilliland et al. Ninguno 9 Lineal
Días de escuela perdidos, Log-
2001 Sur de California 10 Prom 8 hrs 2,44E-02 75 75
relacionados con enfermedad Gilliland et al. Ninguno 9 Lineal
Días de escuela perdidos, Log-
2001 Sur de California 10 Prom 8 hrs 3,02E-02 75 75
respiratoria Gilliland et al. Ninguno 9 Lineal
Fuente: Elaboración propia sobre la base de diversos estudios.

23
Respecto del costo por caso de mortalidad prematura, el valor corresponde al presentado
en el estudio “Estimación de los costos de fallecimiento prematuro a través del enfoque de
capital humano” elaborado por el Departamento de Metodologías del Ministerio de Desarrollo
Social de Chile (2011). El valor allí consignado, llamado también “capital humano”, corresponde
a la estimación de la pérdida de productividad futura como consecuencia de una muerte
prematura en Chile, y se calcula como el valor presente de sus ganancias futuras esperadas.
Los costos asociados a admisiones hospitalarias consideran el costo de las prestaciones y
los insumos individuales incurridos por el Fondo Nacional de Salud (Fonasa)y la Central de
Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast). Los valores presentados
provienen de la actualización de los resultados obtenidos por Cifuentes, Prieto y Escobari (2000)
y Holtz et al. (2000).

Estimación de los impactos en agricultura

Las funciones dosis-respuesta (D-R) relacionan la concentración de contaminantes con los


rendimientos de los cultivos y, si bien existen distintos métodos para estimar estas funciones, la
experimentación en base a invernaderos y cámaras descubiertas presenta a la fecha los resultados
más confiables.
En el caso de los países carentes de estudios locales, las mediciones deben realizarse
extrapolando estudios internacionales, lo que conlleva, según indica Spash (1997), un aumento
del grado de incertidumbre.
La literatura especializada disponible indica que las funciones D-R tienen la forma de la
Ecuación 6 para el caso del ozono y de la Ecuación 8 para el caso del SO2.

Ecuación 6.
Función D-R, ozono

donde:
: Rendimiento relativo al índice AOT40 igual a cero.
: Coeficiente que representa la susceptibilidad del cultivo.
b : Coeficiente que representa la susceptibilidad del cultivo.
: Concentración acumulada sobre el umbral de las 40 ppb, que se calcula según indica la
Ecuación 7.
Ecuación 7.
Cálculo AOT40

∑ ∑

donde:
: Concentraciones promedio horarias de ozono en ppb por sobre el umbral de las 40 ppb
considerando sólo las horas de luz en los meses de crecimiento de los cultivos.
En el caso del SO2, el ExternE4 propone la utilización de la Ecuación 8.

Ecuación 8
Función D-R, SO2

Donde:
Y : Cambio del rendimiento relativo.
[SO2] : Concentración atmosférica en ppb.

Efectos en la agricultura
La agricultura es una actividad estrechamente vinculada a la calidad del ambiente, y la
contaminación atmosférica ha demostrado tener la capacidad de alterar las condiciones de esta
actividad generando pérdidas económicas cuantificables (Bell y Treshow, 2002). Los
contaminantes de impacto más significativos en la evaluación económica de beneficios en
agricultura son O3, SO2, NOx y el CO2, según indica Spash (1997). Sin embargo, los más
estudiados son el ozono y el dióxido de azufre, los cuales se detallan a continuación.

 Efectos del ozono


Los efectos del ozono en los cultivos se han estudiado tanto en laboratorios como en ambientes
exteriores controlados y a la intemperie. El cuadro 10 muestra el efecto del ozono en la
vegetación a través de las flechas de la columna derecha que indican en qué sentido tiene lugar la
relación entre la variable con el aumento de las concentraciones de O3. El color azul de la flecha
indica, además, que tal relación ha sido confirmada en variedad de estudios, mientras que el
color blanco señala que existe menor certeza al respecto.

4
ExternE (Externalities of Energy) corresponde a una investigación de la Comisión Europea.

25
Cuadro 10. Efectos del ozono en la vegetación

Fuente: Felzer et al. (2007).

El daño visible ocurre a partir de la exposición a bajas concentraciones, y corresponde a


cambios en la pigmentación y deficiencia en la producción de clorofila, mientras que una
exposición crónica puede producir senescencia (envejecimiento) prematura. El aumento en la
concentración de O3 agudiza los efectos mencionados.
Según la evidencia, algunos de los efectos fisiológicos negativos experimentados por los
sistemas vegetales corresponden a la reducción de la capacidad de fotosíntesis (medida en
términos de reducción de biomasa o volumen), al aumento en el recambio de sistemas
antioxidantes, al daño de los procesos reproductivos, al incremento de la respiración vegetal, a la
disminución en el transporte de carbono a las raíces, a la reducción de la descomposición de
comunidades sucesoras y a la merma del forraje (Felzer et al., 2007).
La evaluación económica de beneficios se basa en el uso de funciones DR que
cuantifican las pérdidas evitadas debido al mayor rendimiento de los cultivos producto de las
disminuciones en las concentraciones de ozono. El mayor rendimiento de los cultivos afecta en
forma directa la oferta de productos debido a la mejor calidad y al aumento de su demanda
(GreenLabUc, 2011a).

 Efectos del SO2


Los efectos del SO2 en la vegetación pueden ser directos, en el caso de la exposición directa de
las plantas a las concentraciones atmosféricas del contaminante, o indirectos, en el caso de la
alteración de la composición química del suelo a través de la deposición ácida.

26
Dado que los efectos nocivos atribuibles al ozono son considerablemente mayores que los
de cualquier otro gas (incluso que los del SO2), la mayor parte de la literatura especializada se ha
enfocado en estudiar el O3.
La revisión de la bibliografía disponible permite contar con algunos valores para las
ecuaciones mencionadas anteriormente, los cuales se presentan a continuación.

Cuadro 11. Factores de sensibilidad utilizados


por ExternE para el ozono

Factor
Cultivo alfa
Arroz 0,4
Tabaco 0,5
Papa 0,6
Girasol 1,2
Maíz 1,7
Fuente: Führer (1996);
Mills et al. (2003).

Cuadro 10. Funciones D-R del ozono para cultivos seleccionados (SUM06)a utilizados por la EPAb
Duración media Duración media
Índice de ozono Cantidad Cultivo Función
experimental (días) (meses)
SUM06 Máx Algodón 1-exp(-índice/78)^1,311) 119 4
SUM06 Máx Maíz de campo 1-exp(-índice/92,4)^2,816) 83 3
SUM06 Máx Grano sorgo 1-exp(-índice/177,8)^2,329) 85 3
SUM06 Máx Maní 1-exp(-índice/99,8)^2,219) 112 4
SUM06 Máx Soya 1-exp(-índice/131,4)^1) 104 3
SUM06 Máx Trigo de invierno 1-exp(-índice/27,2)^1) 58 2
SUM06 Min Algodón 1-exp(-índice/116,8)^1,523) 119 4
SUM06 Min Maíz de campo 1-exp(-índice/94,2)^4,307) 83 3
SUM06 Min Grano sorgo Igual que Max (ver arriba) 85 3
SUM06 Min Maní Igual que Max (ver arriba) 112 4
SUM06 Min Soya 1-exp(-índice/299,7)^1,547) 104 3
SUM06 Min Trigo de invierno 1-exp(-índice/72,1)^2,353) 58 2
Fuente: Lee y Hogsett (1996).
a
El término SUM06 corresponde a un índice acumulativo de concentraciones de ozono y se basa en las
horas del día en que el contaminante tiene un mayor impacto sobre los cultivos (entre las 8 am y las 8 pm)
durante los meses de crecimiento de los mismos.
b
Las funciones D-R utilizadas actualmente por la EPA corresponden a las obtenidas por la National Crop
Loss Assessment Network (NCLAN).

27
Cuadro 11. Funciones D-R utilizadas en estudios nacionales para ozono
Cultivo Función (x=AOT40)
Sandía y= -0,0321x + 0,97
Arveja verde y= -0,0165x + 0,96
Poroto granado y= -0,0165x + 0,96
Poroto consumo interno y= -0,0165x + 0,96
Poroto de exportación y= -0,0165x + 0,96
Poroto verde y= -0,0165x + 0,96
Garbanzo y= -0,0165x + 0,96
Lenteja y= -0,0165x + 0,96
Lupino amargo y= -0,0165x + 0,96
Lupino australiano y= -0,0165x + 0,96
Lupino dulce (grano seco) y= -0,0165x + 0,96
Poroto de soya y= -0,01616x + 1,02
Algodón y= -0,016x + 1,07
Trigo blanco y= -0,0161x + 0,99
Trigo candeal y= -0,0161x + 0,99
Nabo y= -0,0144x + 1,07
Cebolla de guarda y= -0,0121x + 1,01
Cebolla temprana y= -0,0121x + 1,01
Lechuga y= -0,0108x + 1,04
Tomate industrial y= -0,0083x + 1
Tomate consumo fresco y= -0,0083x + 1
Remolacha azucarera y= -0,0058x + 1
Raps (canola) y= -0,0057x + 0,9
Papa y= -0,0057x + 0,99
Tabaco y= -0,0055x + 1,04
Arroz (con cáscara) y= -0,0039x + 0,94
Maíz (grano seco) y= -0,0036x + 1,02
Uva de mesa y= -0,003x + 0,99
Fuente: GreenLabUc, 2011a.

Por último, los precios de comercialización de los distintos productos en cada país
pueden consultarse a través de distintos organismos nacionales e internacionales, como por
ejemplo la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa).

3.1.2 Métodos de valoración

Valoración de los efectos en la salud y la agricultura

La evaluación de las funciones de daño en el cambio de concentración entrega el cambio en


condiciones de salud adversas (muertes, enfermedades, síntomas, etc.). Se necesita un valor
monetario para cada efecto.
En esta sección se presentan consideraciones específicas de la valoración en salud.
Generalmente se distingue entre efectos de mortalidad y morbilidad.5

5
Véase la explicación provista al inicio del apartado 3.1.1, sobre la metodología de función de daño, cuando se trata
el tema general de los impactos en la salud.

28
Por su parte, en el caso de la agricultura, como ya se ha explicado anteriormente, la
contaminación atmosférica ha demostrado tener incidencia en la productividad de los cultivos y
en la calidad de las cosechas. A la fecha se han identificado varios contaminantes, entre los que
se destacan el ozono y el dióxido de azufre, que afectan la productividad de las siembras, con lo
cual se genera una pérdida económica que se explica por la disminución de la productividad y
de la demanda (debido a los daños visibles de los productos).
La valoración de los efectos en agricultura atribuibles a un cambio en la calidad del aire
se calcula multiplicando los precios de mercado actuales por el cambio en la producción debido a
la disminución de las concentraciones. El cálculo de esta valoración se realiza según se muestra
en la ecuación 9.
Ecuación 9.
Beneficio social de la agricultura

∑ ∑ [( ) ]

donde:
BSA : Beneficio social total en agricultura gracias a la disminución de las
concentraciones de contaminantes.
: Productividad base del cultivo i (obtenido según datos disponibles del Censo
Agropecuario 2007)
: Rendimiento base del cultivo i.
: Nuevo rendimiento del cultivo i para el contaminante j.
: Precio del cultivo j.

Métodos de DAP
En el caso de las mejoras en la calidad aire, no queda claro quiénes se verán beneficiados por
este cambio. En la evaluación de cambios ambientales, los beneficios asociados a los individuos
son aquellos correspondientes a la disminución del riesgo total asociado al contaminante. Es
decir, la disposición a pagar (DAP) de un determinado programa mide lo que los individuos
estarían dispuestos a pagar por una reducción en la probabilidad de verse afectados por una
condición de salud adversa. Esto significa que las metodologías de DAP realizan mediciones ex
ante y no buscan valorar un caso adverso ya acontecido. Suele distinguirse por efectos en
mortalidad y morbilidad.

29
Valoración de la mortalidad

La literatura para valorar la mortalidad es extensa, y la mayor parte de ella se basa en la


estimación del valor de la vida estadística (VSL, por sus siglas en inglés). A su vez, el enfoque
para calcular el valor de esta última se basa en la estimación de la DAP por una pequeña
reducción en el riesgo o en la probabilidad de muerte. Diversas metodologías permiten estimar el
VSL, de entre las cuales se destacan los métodos hedónicos aplicados al mercado del trabajo, y
los métodos de comportamiento de mitigación y de valoración contingente.
Sobre la base de Freeman (1993), y a modo de ejemplo, se considera una comunidad de
100 personas en la que cada una tiene una probabilidad de 0,004 de morir al año siguiente. Si una
política ambiental reduce esta probabilidad a 0,003, el cambio en el riesgo es de 0,001. Además,
si cada individuo tiene una DAP una cantidad de $1.000 por esta reducción en el riesgo, entonces
la DAP del grupo alcanza $1 millón. Como la reducción del riesgo resulta en una muerte menos,
se dice que el valor de una vida equivale exactamente al millón. Este valor es el VSL.
Formalmente, y sobre la base de Pearce et al. (2006), el enfoque estándar para estimar el
VSL consiste en asumir que la utilidad de un individuo depende de la riqueza (W) y del riesgo de
mortalidad (p). Esta función se expresa como:

U ( p,W )  (1  p)uv (W )  pum (W )

donde U es la utilidad esperada, uv (W) es la utilidad condicional a sobrevivir y um (W) es la


utilidad condicional a morir. Se asume que u 'v  0 y u ''v  0 , lo que significa que la utilidad
marginal crece con la riqueza y que el individuo es adverso al riesgo. Por otra parte, se asume
que um(W) puede incorporar valor de legado, por lo que no necesita ser cero, y además u 'm  0 .

uv (W )  um (W )
Finalmente, en este modelo de un solo período se asume que y
u 'v (W )  u 'm (W )
. Estas condiciones significan que más riqueza genera más utilidad y utilidad
marginal a un individuo vivo que muerto. el gráfico 4 muestra una curva de indiferencia típica de
un individuo para los bienes de riqueza y probabilidad de supervivencia (1-p).

30
Gráfico 4. Curva de indiferencia típica
w

dW
dp

1-p

Fuente: Pearce et al. (2006).

Si se diferencia completamente la utilidad del individuo, asumiendo que esta permanece


constante y que p define implícitamente una función W, se obtiene que:

dW uv (W )  u m (W )
VSL  (U  cte) 
dp (1  p)u 'v (W )  pu 'm (W )

El numerador muestra la diferencia de la utilidad si el individuo sobrevive o muere en el período.


El denominador representa la utilidad marginal esperada de la riqueza.
Al asumir que el VSL es una medida válida para valorar riesgos de mortalidad surge la
interrogante de si es posible transferir estimaciones de un tipo de riesgo a otro. Por ejemplo, si
las valoraciones de riesgos ambientales son equivalentes a las de riesgos de tránsito. El realizado
por Chilton et al. (2002) es uno de los pocos estudios que intenta determinar el efecto del
contexto del riesgo. Su conclusión general es que el contexto tiene un impacto pequeño en la
DAP. Según Pearce et al. (2006), las estimaciones del VSL son invariantes ante cambios de
contexto cuando la estimación se realiza mediante métodos directos. Sin embargo, el consenso
desaparece ante métodos indirectos.
La evidencia empírica muestra que las estimaciones de VSL realizadas con métodos
hedónicos tienden a ser significativamente mayores que aquellas obtenidas por métodos directos
(Pearce et al., 2006). Por ejemplo, en el contexto de accidentes los riesgos ocupacionales tienden

31
a ser mayores que los riesgos públicos 6 . Si las valoraciones son proporcionales al riesgo,
entonces es razonable esperar mayores valores de estimaciones hedónicas. Por otra parte, los
métodos hedónicos suelen medir Disposición a Aceptar (DAA) y no la DAP.
Un problema del VSL es que su estimación asume un valor marginal constante. La
valoración marginal de la reducción del riesgo es decreciente. Esto significa que en la medida en
que el nivel de riesgo se acerca a cero, el valor por mayores reducciones cae. Por lo tanto, en la
estimación se puede sobrestimar o subestimar el VSL según si el riesgo base es bajo o alto.
Por otra parte, la mayoría de los estudios de VSL no hace referencia a la edad de los
individuos expuestos a un riesgo. En el contexto ambiental es importante introducir
consideraciones etarias, ya que la política ambiental tiende a salvar más vidas de niños pequeños
y especialmente la población de ancianos (Pope et al., 1995; Krupnick et al., 1999).
Para la evaluación de políticas con impactos agudos, Pearce et al. (2006) recomiendan
utilizar estimaciones de VSL introduciendo consideraciones etarias y de riesgo inmediato y
futuro. Esta práctica debería incorporar estimaciones de riesgos inmediatos para poblaciones
mayores y de riesgos futuros para la población más joven.
Por otra parte, la Unión Europea y Pearce et al. (2006) sostienen que la estimación de
VSL es relevante para casos de mortalidad aguda. Sin embargo, para efectos crónicos deben
considerarse medidas que reflejen los años de vida restantes. Esto se debe a que la mayoría de las
estimaciones de VSL se realiza a individuos de edad mediana en contextos de accidentes
laborales o de tránsito. Por lo tanto, no resulta certero transferir estos valores a un contexto
donde los individuos dan valor a los años de vida restantes. La valoración de años de vida
perdidos es un intento para resolver este problema.
Por ejemplo, y sobre la base de EPA (2000), ante una reducción de uno en 10.000 del
riesgo que experimenta una población de 100.000 personas con una esperanza de vida restante de
50 años, se salvarían 10 vidas estadísticas. De forma equivalente, puede decirse que se salvan
500 “años estadísticos”.
Existen dos enfoques principales para valorar la reducción en la esperanza de vida, o
bien, el valor de un año de vida perdido (VLYL, por sus siglas en inglés). El primero y más
común consiste en estimar implícitamente la DAP por cada año de vida restante utilizando cifras

6
Por lo tanto, se concluye que las estimaciones basadas en salarios hedónicos no pueden transferirse a otros
contextos de riesgo (Dionne y Lanoie, 2004).

32
de VSL ajustadas por factores como la edad (y, por tanto, la probabilidad de supervivencia) y la
tasa de descuento. El segundo enfoque consiste en estudios de DAP diseñados especialmente
para esta labor. En este tipo de análisis lo que se valora es una extensión de la esperanza de vida
en vez de una reducción en el riesgo de acortar la vida. A pesar de que este enfoque es
recomendable especialmente para la valoración de efectos crónicos, los requerimientos de
información de riesgos desagregados por grupos etarios complica este tipo de estimaciones7.

Métodos de capital humano


La estimación de los costos por enfermedad abarca los métodos de capital humano. En el caso de
la salud, el método de costo de la enfermedad suele conocerse como COI, por sus siglas en
inglés. Las estimaciones de COI dan cuenta del dinero utilizado en gastos médicos y de las
pérdidas en productividad como consecuencia de una enfermedad. Esta sección se basa en
Kuchler y Golan (1999).
Las estimaciones de COI suelen tener dos componentes principales de costos: directos e
indirectos. Los costos directos incluyen los gastos médicos, como hospitalizaciones o
medicaciones. Los costos indirectos o de capital humano abarcan el valor presente de las
ganancias perdidas como resultado de alguna condición de salud adversa. Los costos indirectos
(CI) de cada individuo se expresan como:

pt Gt
CI  
t 0 (1  r ) t

donde Gt son las ganancias esperadas del individuo en el período t, pt es la probabilidad del
individuo de sobrevivir el año t, y r es la tasa de descuento y que da cuenta del costo de
oportunidad de las ganancias perdidas. De esta forma, la suma entre los costos directos y de
capital humano da como resultado una estimación de COI.
Los tamaños relativos de los costos directos e indirectos dependen de las características
particulares de la enfermedad. De hecho, en aquellos casos en que una enfermedad resulte en

7
Refinamientos posteriores para cuantificar la calidad de vida o el estado de salud suelen utilizarse en la economía
de salud pública y de salud. Entre las métricas existentes se destacan los “años ajustados por calidad de vida”
(QALY, por sus siglas en inglés) (Gold et al., 1996) y los “años ajustados por discapacidad” (DALY, por sus siglas
en inglés; Murray, 1994). Estas métricas no han sido incorporadas en la literatura de evaluación de beneficios por
políticas ambientales (EPA, 2000 y 2004).

33
morbilidad extrema o mortalidad prematura, el componente de capital humano tiende a ser
mayor que el de costos directos. Con los episodios agudos ocurre lo contrario.
El enfoque de capital humano se sustenta en el supuesto de que el costo social de las
enfermedades corresponde al impacto de estas en el ingreso de un país. Por lo tanto, este enfoque
asume que los cambios en los estados de salud afectan el ingreso de un país, y más aún, que este
cambio es un indicador válido de bienestar social.
El problema principal de este enfoque es que no considera los intangibles que no se
valoran en el mercado. En efecto, una enfermedad puede conllevar dolor y sufrimiento, por lo
que el individuo le atribuye un valor al hecho de evitar la condición. Este enfoque también tiene
el problema de que no incorpora el bienestar de víctimas potenciales, ya que se trata de un
análisis ex post (Mishan, 1975). Aunque el enfoque de COI no ofrece medidas de bienestar
sociales (ni individuales), este enfoque brinda información útil a los encargados de la toma de
decisiones. De hecho, a partir del enfoque de COI, se conocen los flujos económicos asociados a
una determinada condición de salud.
En la literatura económica se han tratado de relacionar las medidas de COI y DAP
buscando validar el método de capital humano como medida de bienestar. Sin embargo, estas no
han sido muy favorables. Schelling (1966) fue uno de los primeros en argumentar que estas
medidas diferían. El cambio de bienestar incluye la valoración de los atributos de salarios
perdidos, gastos médicos, el valor de la discapacidad y el impacto de gastos preventivos. Sin
embargo, el COI sólo considera los dos primeros efectos.
Los datos existentes suelen mostrar que el valor de DAP por un efecto es generalmente
mayor que aquella estimación de COI para el mismo efecto. Diversos estudios han intentado
establecer correlaciones entre ambas medidas buscando formalizar teóricamente esta intuición.
Desgraciadamente los resultados obtenidos sufren variaciones debido a sutilezas de modelación,
por lo que no existe evidencia contundente.
Berger et al. (1994) formulan un modelo de inversión en salud individual que da lugar a
una expresión general para el valor asociado a cambios en riesgo. El modelo atribuye tres roles a
la salud. La salud se incluye como variable de la función de utilidad, como factor determinante
en la probabilidad de supervivencia y finalmente como parte de la restricción presupuestaria. De
esta forma, se obtienen relaciones entre la DAP, el COI y gastos preventivos. El modelo muestra

34
que el COI y la DAP no tienen relación al incluir el riesgo de muerte, y que la relación existente
es incierta al considerarse sólo la morbilidad.
Así, no ha habido manipulación matemática ni teórica que permita establecer una
relación contundente entre estas dos medidas. Es decir: no hay sustento teórico en igualar el
bienestar individual con gastos médicos o perdidos. Por lo tanto, en términos formales no es
posible afirmar que el COI es una cota inferior de la DAP8.
Finalmente, al valorar la morbilidad desde la perspectiva económica y según el Banco
Mundial(s/f), el evitar un episodio de enfermedad es valorado por un individuo considerando
cuatro componentes: i) el valor del trabajo perdido por la enfermedad, ii) los costos médicos
asociados al episodio, iii) la DAP del individuo por evitarse el dolor y el sufrimiento asociados
con la condición, y iv) el valor del tiempo ocioso perdido por el individuo como consecuencia de
la enfermedad.
Por lo tanto, este enfoque sugiere sumar las estimaciones del COI y de la DAP. Sin
embargo, esta agregación debe realizarse con cuidado, y la estimación de la DAP debe
únicamente incluir los componentes de dolor y valor del tiempo ocioso. De lo contrario, existiría
un doble conteo en la valoración. Por consiguiente, y en caso de contar con una estimación de la
DAP general por el efecto, se recomienda la utilización de esta última medida (Pearce et al.,
2006).

Transferencia de beneficios
Los países en desarrollo no suelen contar con la información ni los recursos necesarios para
llevar a cabo un análisis de costo–beneficio (ACB). Como respuesta, y con el objeto de llenar los
vacíos de información, se utiliza la transferencia de beneficios. Esta consiste en la aplicación de
valores monetarios de un estudio de valoración particular a otro contexto de toma de decisiones,
usualmente en un área geográfica distinta de la del estudio original (Navrud et al., 1994). Los
principales sesgos en la transferencia de beneficios de una zona geográfica a otra son:

8
Sin embargo, la práctica suele asumir la medida del COI como cota inferior de la DAP. Por ejemplo, véase EPA
(2000), Pearce et al. (2006), ExternE (1999).

35
1. Los conjuntos de datos originales varían de aquellos del lugar de aplicación, y
los problemas inherentes a los métodos de valoración se magnifican al
llevarse a cabo una transferencia de beneficios.
2. Generalmente, los estudios estiman beneficios promedio en vez de marginales
y no utilizan métodos diseñados para transferir valores en términos de región
y características demográficas.

La teoría de las transferencias se encuentra en Desvousges et al. (1985), donde se sugiere


una jerarquía de enfoques para transferir estimaciones de DAP. Por ejemplo, un país en
desarrollo puede tomar el valor de la vida estadística (VSL) de otro al evaluar un determinado
programa ambiental. El nivel más simple corresponde a tomar el VSL y aplicarlo directamente
en el país receptor. Sin embargo, pueden realizarse distintos niveles de ajustes. El más común
corresponde a ajustar según los niveles de ingreso relativos entre ambos países.
La mayoría de los estudios de DAP encuentran que esta varía con el ingreso. Existen
varios estudios que han intentado estimar la elasticidad ingreso de la DAP, que se define como el
aumento en la DAP ante el incremento de un 1% del ingreso. Los resultados presentan
elasticidades que varían mucho en el rango de 0,2 a mayores de 2 (Mitchell y Carson, 1986;
Alberini et al., 1997). Pearce (2006) estima un valor que varía entre 0,37 y 0,4; Viscusi y Aldy
(2003) un valor entre 0,5 y 0,6 mientras que Blaeij et al. (2003) un valor mucho mayor de 1,33.
El enfoque de transferencia más usado asume que las preferencias entre los países se
mantienen. De esta forma, las diferencias en la DAP de los países se explican por diferencias en
el ingreso9. Incluso, el ajuste del ingreso suele incorporar la elasticidad ingreso de la DAP del
país fuente mediante la siguiente relación:10

Y 
DAPt  DAPf  t 
Y 
 f 

donde el índice t representa al país que realiza la transferencia (o receptor), f es el país fuente, Y
denota el ingreso medido en términos de paridad del poder adquisitivo (PPA), y  la elasticidad
ingreso de la DAP. Esta elasticidad de ingreso corresponde al cambio en la DAP asociado a un

9
Esto tiene sentido al asumir el riesgo como un bien normal. Para los bienes normales la mayor parte de la varianza
de la demanda se explica por diferencias en el ingreso.
10
Véase Cifuentes et al. (2000) para una explicación de esta expresión.

36
1% de cambio en el ingreso. De esta forma, al considerar una elasticidad unitaria se asume que la
DAP cambia proporcionalmente a los ingresos relativos entre los países. Por otra parte, una
elasticidad nula significa que no se hacen ajustes por conceptos de diferencias en el ingreso de
los países.
A pesar de ser la metodología de transferencia más utilizada, existen observaciones
relacionadas con su uso. Por una parte, esta metodología ignora otros factores que pueden
explicar diferencias en la DAP entre países, como por ejemplo factores culturales o la
distribución etaria. Además, este enfoque ignora diferencias en la distribución del ingreso.
La falta de información específica de los estudios hace necesario el uso de meta-análisis.
A partir de este enfoque, los resultados de cada estudio se utilizan como una observación. Estas
observaciones se relacionan con características grupales, como el nivel educacional del país en
estudio, y se obtiene el efecto de estas variables en cambios en la DAP. Por ejemplo, Bowland y
Beghin (1998) emplean 33 estudios del mercado del trabajo para estimar el efecto marginal de
diferencias de riesgo, ingreso, educación, edad, y otros en la DAP por reducciones en el riesgo de
muerte, y observan que el valor estadístico de la vida asociado al estudio en Santiago es de
US$740.000 en 1992, ajustado a partir del valor norteamericano de US$4,8 millones (1990).

3.1.3 Evaluación de costos y beneficios


La evaluación económica de las medidas considera los costos directos de implementación y los
beneficios globales y locales asociados a las reducciones de GEI y de contaminantes locales
respectivamente. A continuación se explica la metodología de cálculo para cada componente.

Cuantificación de los costos directos de una medida


En general, distintos estudios han abordado la costo-efectividad de las medidas de mitigación.
Para establecer estos costos es fundamental definir adecuadamente los escenarios que permitirán
evaluar los costos y beneficios relativos. Se definen entonces dos escenarios: i) el escenario base
y 2) el escenario de medida de mitigación.

37
En este estudio se utiliza el enfoque usual, que considera tanto componentes de inversión
como de operación. Se procede entonces a calcular el valor presente de los costos de cada uno de
los escenarios:11
Ecuación 10.

( ) ∑
( )

Ecuación 11.

( ) ∑
( )

donde denota la inversión inicial, ct los costos totales de operación (eventualmente


desagregables en varias categorías), T el horizonte de evaluación (generalmente determinado por
vida útil de alguna inversión), y r la tasa de descuento. Es importante señalar que para realizar la
evaluación desde la perspectiva social es crucial utilizar en esta estimación la tasa social de
descuento. Esto permitirá posteriormente agregar directamente beneficios sociales ambientales.
De esta manera, el valor presente del costo de la medida queda expresado como la
diferencia de los costos anteriores:
Ecuación 12.

( ) ( ) ∑
( )

Si esta cantidad da un resultado positivo, entonces la medida se traduce en un aumento de costos;


mientras que si el resultado es negativo, se interpreta como un beneficio.
Para simplificar el análisis de resultados y su interpretación, los costos directos de las
medidas suelen anualizarse (como se realiza, por ejemplo, para la confección de curvas de costo
de abatimiento). Para ello sólo basta usar del factor de recuperación del capital (FRC), evaluado
con la tasa social de descuento. Es decir:
Ecuación 13.
( )
donde:
: Costo anual equivalente12.

11
Estas expresiones podrían ser complicadas en los casos en los que se requieran inversiones progresivas en el
tiempo. Sin embargo, en dichos casos el principio sigue siendo el mismo.

38
: Valor presente neto de todos los costos del proyecto.
: Factor de recuperación del capital.
Ecuación 14.
( )
[ ]
( )

donde:
: Tasa de descuento.
: Número de períodos del proyecto, o vida útil del activo.
Si bien por definición el VPN de los costos debería incorporar todos los flujos que genere el
proyecto a lo largo de su vida útil13, en algunos casos puede ser suficiente considerar sólo los
costos de inversión, operación y mantenimiento.

Estimación de beneficios globales


La estimación de beneficios ambientales requiere una estimación de consumos de combustible.
Estos consumos suelen derivarse directamente de los costos de operación de un escenario. Por
ejemplo, si una medida es reemplazar una central a carbón por una ERNC, entonces en el
escenario base se estima el costo de combustible (y por tanto consumo). Este consumo permite
estimar directamente emisiones de GEI mediante el uso de factores de emisión.
La reducción de emisiones globales (qg) se calcula para cada año de evaluación como la
diferencia entre las emisiones del escenario base (Eb) y las del escenario con medida de
mitigación (Em).
Ecuación 15.

Tras contar con la estimación de emisiones se procede a valorar el beneficio asociado a la


reducción. Para ello se debe utilizar un valor unitario Pg que refleje el costo social que provoca la
emisión de cada tonelada de CO2eq. Luego, el beneficio global de mitigación ( ) se expresa
como:

12
El costo anualizado o costo anual equivalente (CAE) es el costo equivalente por año de poseer un activo durante
toda su vida útil. La conveniencia de utilizar este indicador es que permite comparar la costo-efectividad de
opciones de mitigación con distinta vida útil (McKinsey & Co., 2009).
13
Por ejemplo: costos de inversión, costos de capital, gastos de operación y mantenimiento, costos transaccionales,
impuestos, externalidades, etc.

39
Ecuación 16.

A modo de referencia, Nordhaus (2008) estimó un valor de US$7,4/tonCO2eq, valor que


representa el costo externo asociado a las emisiones de GEI. Es importante destacar que este
enfoque es consistente con una evaluación desde la perspectiva social y con el uso de la tasa
social de descuento. Esto se contrasta, por ejemplo, con el uso de ingresos por venta de bonos de
carbono, lo que corresponde a un ingreso privado (a pesar de ser un sistema creado para corregir
la externalidad).

Estimación de beneficios locales (co-beneficios)


La estimación de emisiones locales también se suele realizar directamente a partir de los
consumos de combustible, lo que permite estimar la reducción de emisiones locales (ql) en
relación con los dos escenarios. La metodología a utilizar en el proyecto para valorar beneficios
locales (Bl) es la que comúnmente se emplea para tal propósito. En general, se consideran los
impactos en la salud y a veces se incluyen otros, como la agricultura.
La metodología para estimar los impactos en salud y agricultura derivados de cambios en
los niveles de concentración de distintos contaminantes atmosféricos corresponde al método de
la función de daño (en inglés, impact pathway approach), que ya se ha explicado anteriormente.
Una vez que los impactos han sido cuantificados en términos físicos, se procede a su
posterior valoración. Algunos de estos efectos pueden ser valorados en función de precios de
mercado; por ejemplo, los daños a los cultivos pueden medirse a través de la disminución del
valor de la producción. Sin embargo, existe una amplia gama de impactos que no poseen valor de
mercado. Entre ellos se destacan los efectos en la salud y la mortalidad, así como también el
calentamiento global y los ecosistemas. En estos casos los beneficios se estiman a través de
algún método de costo-beneficio, y en lo posible se prefiere una buena medida de demanda
(disposición a pagar).

3.2 Indicadores

La realización de acciones de mitigación no solo se asocia a los costos privados sino también a
los impactos externos que el mercado no es capaz de capturar. En este sentido, en este estudio se
ha definido una métrica de bienestar que agrega al costo de la medida los componentes de
beneficios ambientales (locales y globales).

40
En los análisis tradicionales de abatimiento (como en la elaboración de curvas de
abatimiento) el enfoque es el de costo-efectividad. Así, interesa determinar cuál es el costo
asociado a una medida, o bien, el costo de reducir cada tonelada de contaminante. De esta
manera, es posible establecer qué medidas son más costo-efectivas (baratas) para lograr el
propósito de reducir. Esto con todas las limitaciones de la metodología.
El enfoque se complementa al intentar profundizar en una métrica muy simple de
bienestar, que puede interpretarse como un beneficio neto. En la parte del costo está el indicador
tradicional de abatimiento. El costo de una medida se establece como el diferencial de costos
(anualizados y con la consideración básica de componentes de capital y variables) de los casos
con y sin medida de mitigación.
Por el lado de los beneficios, primeramente están los beneficios locales o co-beneficios.
La implementación de medidas de mitigación, además de reducir los GEI, también reduce los
contaminantes locales, lo que conlleva beneficios de salud. La diferencia entre estos co-
beneficios y el costo de la medida puede interpretarse como una métrica mejorada del beneficio
(costo) asociado a la reducción de emisiones de GEI (o bien ya una métrica del beneficio neto
donde se ignora el impacto del CO2).
Finalmente, como categoría de beneficios se incorpora de manera explícita la reducción
de emisiones de GEI, en cuyo caso se valorarían directamente los costos externos de estas
emisiones. Por tanto, esta introducción cambia de forma sustancial la interpretación del
indicador, el cual deja de ser un indicador del costo que tiene para la sociedad el reducir una
tonelada de CO2 (costo-efectividad). El indicador ahora intenta estimar una métrica de beneficio
social neto de la medida. En caso de que el indicador resulte negativo, quiere decir que desde la
perspectiva social no conviene llevar adelante la medida. Por ello, su interpretación debe
realizarse con cuidado.
En el caso del enfoque de Muller y Mendelsohn, se estima el indicador de daño externo
bruto (GED, por sus siglas en inglés), el cual se calcula según indica la ecuación 17.

Ecuación 17.

donde:
: Daño total asociado al contaminante s, en la industria i para la fuente j.
: Daño marginal del contaminante s, en la industria i para la fuente j.

41
: Emisión del contaminante s, en la industria i para la fuente j.

Como es posible observar, Muller y Meldenson estiman el daño por industria a través del
asociado a la industria i, el cual se calcula según se muestra a continuación.

Ecuación 18.

Desde una perspectiva de evaluación del impacto de las medidas de mitigación, este indicador
puede aproximarse como la suma de beneficios locales y globales menos el costo de la medida
en estudio.
Los indicadores posibles de evaluar en cada medida, presentados en formato anual14, se
resumen en el cuadro 14.
Cuadro 14.
Indicadores de costo-beneficio asociados a una medida de mitigación
Costos directos de la medida [US$]
Reducción de emisiones locales [ton]
Reducción de emisiones globales [ton]
Costo directo unitario [US$]
Beneficios locales [US$]
Beneficios globales [US$]
Beneficios ambientales totales [US$]
Beneficio ambiental unitario [US$] ( )
Beneficio neto [US$]
Indicador de co-beneficios [US$/ton]
Costo medio del contaminante local [US$/ton]
Beneficio neto unitario [USD/ton]
Fuente: Elaboración propia.

En el caso de medidas relacionadas con el sector eléctrico, se puede generar también un


indicador de (beneficios -costos)/generación eléctrica [US$/KWh].
Estos indicadores tienen un sinnúmero de limitaciones cuando se los evalúa en un análisis
parcial sin impactos en otros sectores ni en los precios. Por ejemplo, si entra una central a gas o
carbón muy probablemente tenga impacto en los precios del sistema eléctrico. En este sentido,
los precios afectan a hogares y empresas con impactos en el bienestar. Los proveedores de las

14
Cabe destacar que es directo modificar estos indicadores y expresarlos en términos de valor presente.

42
centrales son ciertamente distintos, etc. Luego, la métrica de beneficio neto utilizada ignora
múltiples efectos indirectos, pero sí contribuye a valorar las externalidades ambientales,
enriqueciendo los indicadores.

 Consideraciones de interpretación
Los indicadores de beneficio neto permiten establecer cuando una medida contribuye a aumentar
el bienestar. Alternativamente, puede interpretarse que, para cada medida, el beneficio marginal
de reducción es el beneficio ambiental unitario, mientras que el costo marginal de abatimiento es
el costo directo medio.
Luego, que el beneficio neto sea positivo equivale a:
Ecuación 19.
( ) ,

Es decir: el beneficio marginal de abatimiento es mayor que el costo marginal de abatimiento.


En este caso, que estos costos y beneficios “marginales” sean estimados como constantes
hace que las soluciones sean discretas en el sentido de reducir todo lo posible o nada.

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