FALLO Nº 22/18 -P.A.- SALA "A" En la ciudad de Santa Rosa Capital de la Provincia
de La Pampa, a los veinticinco días del mes de julio del año dos mil dieciocho, reúne la
Sala "A" del Tribunal de Impugnación Penal integrada por los Jueces Pablo Tomás
Balaguer y Filinto Benigno Rebechi, asistido por la Secretaria María Elena Grégoire, a
los efectos de resolver los recurso de impugnación interpuestos por la defensa del
condenado Matías Nicolás Biondo -Abogado Gastón Eduardo Gómez- y por la parte
querellante Patricia Alejandra Castellano -con el patrocinio del Abogado Martín García
Ongaro-, en el legajo registrado por ante este Tribunal con el nº 65820/1, caratulado
"BIONDO, Matías Nicolás S/ Recurso de Impugnación", y del que:
II.- Que contra dicha sentencia, por un lado, la defensa de Matías Nicolás Rodolfo
Biondo interpuso recurso de impugnación en baso a los que dispone los inciso 1º
(errónea de la ley sustantiva) y 3º(errónea valoración de la prueba) del artículo 400 del
C.P.P. Como planteo subsidiario, y en caso que se rechace el planteo principal, sostiene
que la pena es arbitraria al no expresar los fundamentos por los cuales se apartan del
mínimo que prevé la escala penal.
III.- Que admitidos formalmente los recursos interpuestos ante este mismo Tribunal se
le dio el trámite previsto en los artículos 407 y s.s. del C.P.P. e integrada la Sala llamada
a decidir, ha quedado esta en consecuencia ésta en condiciones de ser resuelta. Así:
CONSIDERANDO:
El Juez Pablo Tomás Balaguer dijo:
2. a.- La defensa sostiene que al momento de resolver se interpretó mal la prueba y con
una errónea aplicación de la ley sustantiva, traducido ello en una incorrecta subsunción
de los hechos en el tipo penal escogido.
Alega el recurrente que Biondo fue acusado falsamente por Castellano de haberle
sustraído a Sosa una planta de marihuana, sin que eso constituya una razón válida para
que le haya quitado la vida, y que en este hecho no se puede ignorar el contexto de la
situación, siendo en este sentido que la defensa nunca puso en discusión la materialidad
del hecho, sino más bien la forma en que fuera analizada la conducta y su intención,
elementos que deben ser probados y acreditados en debida forma.
Agrega que el sólo hecho de que Biondo haya culminado con la vida de Castellano no
implica que se lo haya encontrado responsable del delito de homicidio simple con una
pena de 8 a 25 años de presión conforme al artículo 79 del Código Penal. Referente a
esto, manifiesta que el dolo de causar la muerte no fue probado en Biondo, y por eso
insiste con la figura del delito de homicidio preterintencional, ya que considera que
existen pruebas que lo demuestran.
Es así que destaca el recurrente que, a partir de las manifestaciones que brindaran los
testigos Luciana Montes y Josefina Lazo, los que dieron cuenta del motivo de la
presencia del acusado en el domicilio, generada por la acusación que efectuara la
víctima sobre el victimario respecto a un hecho anterior, crea en Biondo un estado de
angustia por aquella imputación injusta, generándose entre ambos una discusión.
También refiere que la forma del acometimiento no da indicio o signos de una intención
de matar, recordando que en el medio de la discusión, con una persona de por medio,
Biondo acomete contra Castellano y los testigos presentes fueron contestes en describir
eso pero como un golpe de puño, agregando los mismos que luego de tirar el golpe
Biondo se sube a la motocicleta y se retira.
A manera de descripción, el recurrente afirma que existió una discusión fuerte entre
ambos y hubo un acometimiento de manera instintiva que producto del trágico destino
se convirtió en un golpe mortal, lo que resulta encuadrable en el homicidio
preterintencional previsto en el artículo 81 inciso 1º del Código Penal.
Lo mismo sucede respecto a la edad de la víctima, ya que por ese único elemento no
puede considerarse que Biondo merezca una sanción alejada del mínimo previsto en la
norma.
Finalmente, sostiene en este segundo agravio subsidiario que no son aplicables las
circunstancias tenidas en cuenta para agravar la pena, por lo que corresponde la
aplicación del mínimo legal.
Al describir las particularidades del tipo penal del homicidio preterintencional previsto
en el inciso 1ºapratado "b" del artículo 81 del Código Penal (Código Penal Comentado y
Anotado, Andrés D' Alessio Editor La Ley, Parte Especial página 27) resulta
absolutamente claro que "el tipo penal requiere que el autor obre con un medio que no
debía razonablemente ocasionarle la muerte de la víctima. Objetivamente, esa
razonabilidad atañe a la capacidad o idoneidad letal del medio empleado. El medio que
normalmente es apto para causar la muerte, ya sea por su propia finalidad o por su
capacidad vulnerante, impida la aplicación del tipo. Así, se ha resuelto que la muerte de
una menor a manos de un albañil que le aplicó un contundente garrotazo en la cabeza,
produciendo la fractura del cráneo, constituye homicidio simple -y no preterintencional-
si el medio empleado debía razonablemente ocasionar la muerte, queda excluida toda
otra consideración sobre la índole de la intención del autor, y hay que concluir
sosteniendo que actuó con dolo homicida" (la negrilla me pertenece).
En esta cuestión, nuevamente voy a coincidir plenamente con los fundamentos del Juez
de Audiencia al momento de elegir el monto punitivo aplicable a la persona acusada de
homicidio simple habiendo mencionado las razones fundantes de esa escala penal
elegida conforme a los dispuesto en los artículos 40 y 41 del Código Penal; pero,
adviértase que, además que dicha elección de la escala penal si bien supera el mínimo
que establece la norma del código de fondo, se encuentra más cerca de ése mínimo de
ocho años que el máximo de veinticinco, lo que no la convierte en irracional y
desproporcionada en su aplicación en términos de equidad, tal como lo mencionara el a
quo.
2. b.- Como primer agravio la Querella centró su queja en la errónea aplicación de las
reglas de autoría de conformidad con los artículos 45 y s.s. del Código Penal,
considerando que la sentencia adolece de un defecto de legitimidad consistente en la
ausencia de completitud y autosuficiencia de la sentencia respecto a la prueba rendida
en el debate. Es decir que discrepa con la sentencia respecto a la absolución de la
Señora Montenegro, a la que pretende que sea condenada como partícipe necesaria.
Con posterioridad de describir los fundamentos en que se afinca el a quo para absolver -
considerandos que doy por reproducidos en el presente en honor a la brevedad- el
querellante entiende que el aporte de la acusada resultó decisivo para el despliegue del
accionar del propio autor habiendo contribuido de manera dirimente para que Castellano
careciera de recursos defensivos cuando fuera agredido.
Por último, sostuvo que el autor de los hechos nunca hubiera podido diseñar el
programa de acción destinado a matar sin el aporte que le asegurase el lugar de
emplazamiento de la víctima, su ubicación en condiciones de indefensión, y un marco
de garantías sobre el abandono de la escena del crimen sin riesgo sobre su persona,
condiciones que fueran puestas a disposición por la co-imputada, a quien le
corresponde sea imputada en los términos oportunamente señalados.
Como segundo agravio en el contexto del inciso 1º del artículo 400 del C.P.P. -
inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva- la parte querellante discrepa con
el monto punitivo impuesto, a mérito de los fundamentos se valió el resolutivo para la
determinación del monto.
Sin perjuicio de los reclamos efectuados por el acusador privado ante esta alzada, en el
contradictorio no logró demostrar el dolo de participación para que el otro lograra su
cometido.
Los argumentos que fueran utilizados por el acusador privado para agraviarse en ese
monto punitivo y solicitar el máximo previsto por el artículo 79 del Código Penal, no
me perecen atendibles como criterios cuantitativos fundantes de la aflicción que debe
sufrir en el encierro el declarado responsable. Si bien, el reclamo resulta legítimo no
resulta razonable en el ámbito de la discrecionalidad judicial que la normativa le ofrece
al juez decisor; el que, por otra parte a efectuado las circunstancias que lo perjudican
como las que lo favorecen a Biondo y el injusto reprochado, la hora de determinar el
monto.
Al finalizar, la parte querellante menciona como motivos de los agravios el inciso 3º del
artículo 400 del C.P.P. como errónea valoración de la prueba, destacando
contradicciones en varios párrafos y como derivación de ello se permite pensar que los
testimonios prestados en la audiencia de debate se encontraron condicionados y que
habilitan a pensar que el ataque fue minimizado, no ya en sus resultados aunque si en el
modo en que fuera perpetrado el homicidio contra la víctima.
Por lo antes fundado, el recurso interpuesto por la parte querellante tampoco puede
prosperar debiendo confirmarse en todas sus partes el Fallo de la Audiencia de Juicio
puesto en crisis.
Sin perjuicio de ello, quiero dejar sentado mi criterio, tal como lo he manifestado en el
legajo nº 34031/2 -Reg. de este Tribunal-, caratulado "LEZCANO, Roberto Fabián S/
Recurso de impugnación" al adherirme al voto de mi colega preopinante en el
mencionado legajo respecto de que los cuestionamientos de las partes acusadoras (sean
públicas o privadas), sólo pueden prosperar sobre la falta de fundamentación,
fundamentación ilegal, omisiva o ilógica, manteniéndose ajeno a la vía recursiva los
agravios enderezados a procurar el control de la aplicación de la regla de la sana crítica
racional en la determinación de las pruebas.
FALLA: