En de forma breve podemos tomar el término “conocer” y definirlo como aquella relación que existe entre el ser humano y el objeto. Ahora bien, aquella relación es la temática base de la ciencia, en nuestra relación con un objeto, puede ser que conozcamos poco de él, puede ser que sea un misterio, un fenómeno sin explicar, ahí entra la ciencia y hace su trabajo. A través de la misma el ser humano aumenta su deseo de tener una relación más provechosa con aquel objeto, que en el conocerlo pueda existir la presencia de sus características, que lo hace útil para la humanidad, que lo hace particular y que lo hace parecido a otros fenómenos, e incluso su origen y fin de ser. Todos estos aspectos del objeto que se conoce son considerados como algo que debe ser descubierto, partiendo de una forma sistemática de cumplir con dicha tarea fue que nacieron las ciencias como las conocemos hoy en día. Al principio el ser humano se conformaba con un tipo de relación con los fenómenos, el conocimiento empírico, aquel que se basaba en los sucesos que vivió la persona con ese objeto, sea ella misma o los demás. Como es normal a través de la historia aparecieron pensadores con diferentes ideas, lo que trajo entre otras cosas a personas que abogaban para que se buscará tener una relación con los fenómenos más allá de la experiencia. Así nació el conocimiento científico, un conocimiento regido por normas y métodos, construido de forma sistemática y de carácter universal, este se rige por un método, el método científico, el cual busca garantizar que los conocimientos descubiertos a través de este método sobre un objeto puedan considerarse como válidos por la humanidad. Gracias a este nuevo conocimiento, las ramas del saber que surgieron a partir de este fueron bautizadas como ciencias, contando con la particularidad de ser objetivos, exactos, metódicos, comparables y universales. Estas fueron características que fueron explotadas por aquellos que trabajaron con las ciencias haciendo crecer cada vez más el conocimiento humano de la realidad. Con la investigación de estos científicos, las ciencias se fueron diversificando cada vez más, tocando diferentes aspectos del ser humano cada vez más a fondo, por lo que terminaron clasificándose en dos renglones: las ciencias formales, basadas en la lógica pero sin la capacidad de ser comprobada de forma empírica en la realidad, y las ciencias fácticas, las cuales se buscan la explicación de los fenómenos sucedidos en la realidad. Si bien ambas usan la lógica, la primera se basa enteramente en ella, mientras que la segunda recibe ayuda de la experimentación. Las ciencias fácticas a su vez se dividen en tres: las orgánicas en donde las ideas formuladas pueden ser reemplazadas por ideas más exactas y/o profundas como producto de investigaciones futuras por lo que la misma va cambiando con el tiempo, y las inorgánicas las cuales se caracterizan debido a que las ideas formuladas por la misma se perciben que no están sujetas al cambio. Ahora bien, estos sistemas de conocimientos no se quedan como simple entretenimiento de los investigadores, sino que se aplica a la realidad, buscando el beneficio de la humanidad. Con las ciencias expandimos nuestra capacidad de conocer, y con ello adquirimos más capacidad para controlar nuestra realidad al beneficio de la raza humana.