pequeño resumen…
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pequeno-resumen/
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“Causas de la delincuencia juvenil”
Múltiples y variadas son las causas o circunstancias que pueden llevar a un menor a delinquir, sin que, por
otro lado, exista entre los estudiosos de esta materia un consenso general sobre las mismas. Pero partiendo
de las que generalmente son más aceptadas, y fijándonos de modo especial en las que se refieren a los
factores económicos y socioambientales, podemos señalar las siguientes.
1. La pertenencia del menor a familias desestructuradas (broken homes), e incluso las propias
dificultades que en ocasiones se producen para conciliar la vida familiar y laboral, situaciones todas ellas en
las que de manera creciente se dan casos de desatención y falta de límites y de control respecto de los hijos.
Esto conduce a veces a que algunos jóvenes traten de compensar esas carencias mediante el ingreso en
bandas o pandillas juveniles entre cuyos componentes se dan circunstancias de afinidad de muy distinto
signo (ideológico, musical, étnico, deportivo, etc.) pero caracterizadas habitualmente por sus actitudes
transgresoras. En el seno de este tipo de grupos tiene lugar un alto porcentaje de conductas antisociales
(vandalismo, graffitis) o directamente violentas y delictivas.
2. La marginación socioeconómica o pobreza, que igualmente dificulta el adecuado proceso de
socialización del menor. Esta marginación se produce en mayor proporción entre los jóvenes pertenecientes
a familias inmigrantes (siendo especialmente vulnerables los menores inmigrantes no acompañados) y en
ciertos guetos de las grandes urbes, lugares donde se dan con frecuencia diseños urbanos deshumanizados
que favorecen la aparición en sus habitantes de sentimientos de angustia y agresividad.
3. El absentismo y el fracaso escolar, produciéndose ya en la escuela un etiquetamiento o
“estigmatización” social que en muchos casos facilitará el camino hacia comportamientos anticívicos o hacia
la delincuencia.
4. El desempleo, al darse las mayores tasas de paro entre los jóvenes, originándose en muchos casos
situaciones de frustración y desesperanza que igualmente serán caldo de cultivo para conductas desviadas.
5. La transmisión de imágenes y actitudes violentas por parte de ciertos programas en algunos medios de
comunicación social o en videojuegos destinados a los menores, lo que contribuye a inculcar en los menores
un sistema de valores en el que la violencia es un recurso aceptable.
6. El consumo de drogas y sustancias tóxicas, que, en muchos casos, da lugar a que el adicto se vea
impelido a delinquir para proporcionarse los medios económicos que le permitan sufragar su adicción.
Además, bajo los efectos de su consumo o de un estado carencial se reducen o eliminan los frenos
inhibitorios habituales. También debe citarse aquí el consumo inmoderado de alcohol (aunque tenga lugar de
modo esporádico), de especial incidencia en la comisión de actos vandálicos y de infracciones contra la
seguridad vial.
7. De modo asociado o independiente del factor señalado en el apartado anterior, se sitúan los trastornos de
la personalidad y del comportamiento, normalmente unidos a otros factores sociales o ambientales, que
hacen que el joven actúe de modo impulsivo o irreflexivo sin dejarse motivar por las normas de conducta
socialmente aceptadas.
8. La insuficiencia en la enseñanza y en la transmisión de valores prosociales o cívicos como el respeto a
las normas, la solidaridad, la generosidad, la tolerancia, el respeto a los otros, el sentido de la autocrítica, la
empatía, el trabajo bien hecho, etc., que se ven sustituidos en nuestras sociedades “globalizadas” por valores
más utilitaristas como el individualismo, la competitividad, el consumo desmedido de bienes, y que
provocan en determinadas circunstancias el surgimiento de una cierta anomia social.
Este conjunto de factores se da en mayor o menor medida en todos los países de la Unión Europea, en
sociedades con altos niveles de bienestar pero en las que se generan elementos de desestructuración y falta
de cohesión social que explican este tipo de conductas antisociales o desviadas.
Para prevenir el comportamiento violento y hacer frente a la delincuencia juvenil, las sociedades tienen que
adoptar estrategias que combinen medidas de prevención, de intervención y de represión. Las estrategias
preventivas y de intervención deben estar encaminadas a socializar e integrar a todos los menores y jóvenes,
principalmente a través de la familia, la comunidad, el grupo de iguales, la escuela, la formación profesional
y el mercado de trabajo.
Las medidas o respuestas judiciales y de represión deberán, en todo caso, basarse en los principios de
legalidad, presunción de inocencia, derecho de defensa, juicio con todas las garantías, respeto a su vida
privada, proporcionalidad y flexibilidad. Tanto el desarrollo del proceso como la elección de la medida y su
posterior ejecución habrán de estar inspirados en el principio del interés superior del menor.
Comité Económico y Social Europeo: Dictamen “La prevención de la delincuencia juvenil, los modos de
tratamiento de la delincuencia juvenil y el papel de la justicia del menor en la unión europea” (2006)
“La calidad de la administración de la justicia de menores depende decisivamente de que todos los
profesionales que participan, entre otras cosas, en las labores de orden público y las actuaciones judiciales,
reciban una capacitación adecuada que les informe del contenido y el significado de las disposiciones de la
Convención, y en particular de las que están directamente relacionadas con su labor cotidiana. Esta
capacitación debe ser sistemática y continua, y no debe limitarse a informar de las disposiciones legales
nacionales e internacionales aplicables en la materia. También debe incluir información, entre otras cosas,
sobre las causas sociales y de otro tipo de la delincuencia juvenil, los aspectos psicológicos y de otra índole
del desarrollo de los niños (prestando especial atención a las niñas y a los menores indígenas o
pertenecientes a minorías), la cultura y las tendencias que se registran en el mundo de los jóvenes, la
dinámica de las actividades en grupo, y las medidas disponibles para tratar a los niños que tienen conflictos
con la justicia, en particular medidas que no impliquen el recurso a procedimientos judiciales”
Recientemente, el Informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos sobre la protección de los
derechos humanos de los menores privados de libertad presentado en 21ª periodo de sesiones del Consejo de
Derechos Humanos, de conformidad con la resolución 18/12 del Consejo, ofrece un análisis del marco
jurídico de derechos humanos aplicable a los niños privados de libertad, resaltando que los Estados deben
garantizar que los profesionales que trabajen con los niños sean competentes y hayan sido debidamente
formados, con arreglo a la normativa internacional relativa a la cualificación, selección, contratación,
capacitación y remuneración de estos trabajadores.
En su análisis destaca como cuestión importante la de la capacitación de las personas que trabajan con niños,
indicando que existen frecuentes quejas por la inadecuada e insuficiente capacitación de los jueces, los
agentes de policía, el personal penitenciario y demás profesionales, como los trabajadores sociales, que
trabajan en el sistema de justicia juvenil. Los jueces y demás profesionales que trabajan con niños en
conflicto con la ley carecen de las competencias necesarias para dar un trato adecuado a esos niños. En
particular, a menudo los agentes del orden no tienen la formación especializada necesaria para realizar
investigaciones relacionadas con niños o interrogar a niños en conflicto con la ley. Así pues, los Estados
suelen incumplir su obligación de asegurar la disponibilidad de los conocimientos especializados necesarios
en materia de justicia juvenil, en particular el conocimiento de los derechos del niño, la sensibilización sobre
las necesidades del niño y, en última instancia, la protección de los niños en contacto con la ley (párrafo 52).
Entre sus conclusiones establece la necesidad de que “los profesionales que trabajen con niños sean
competentes y estén bien capacitados a fin de garantizar el funcionamiento eficaz de un sistema de justicia
juvenil que sea sensible a las necesidades específicas de los niños y las tenga en cuenta. Existe una clara
normativa internacional con respecto a la cualificación, selección, contratación, capacitación y remuneración
del personal. Los Estados deben garantizar la plena aplicación de esas obligaciones” (párrafo 58).
Entre las conclusiones del Comité Económico y Social Europeo en su Dictamen sobre “La prevención de la
delincuencia juvenil, los modos de tratamiento de la delincuencia juvenil y el papel de la justicia del menor
en la unión europea” (2006) destaca que las particularidades que presenta el fenómeno de la delincuencia
juvenil, así como su propio carácter dinámico y cambiante, exigen una formación lo más especializada
posible y una permanente actualización y puesta al día de los profesionales y agentes que participan en todo
el proceso de intervención con dichos menores: jueces, fiscales, abogados, policías, funcionarios,
mediadores, educadores, técnicos de ejecución de las medidas, etc. En dicho cometido les corresponde
desarrollar un papel de primer orden a las instancias comunitarias a través de mecanismos ya apuntados
(redes de expertos, observatorio, etc.) y de otros complementarios como podrían ser los programas de
intercambio de profesionales entre los Estados miembros, el trabajo en red, las nuevas modalidades de
formación a distancia como el e-learning, etc. Con dicha finalidad, deberían implementarse programas
comunitarios que traten de cubrir estas concretas necesidades formativas. Además, no olvidemos que los
propios avances que se produzcan en la UE en el ámbito de la justicia juvenil contribuirían a prestigiar esta
parcela del conocimiento y a fomentar la aparición de estudios especializados en las universidades europeas,
con las que debería contarse en todo este proceso.
Hace algunos meses leí sobre un estudio realizado por Philip Feldman en donde reseña un análisis
sobre la relación entre la delincuencia juvenil y la clase baja. Feldman concluye que la clase baja tiene
más probabilidad de ser investigada, arrestada por sospechosa, permanecer en prisión, ser llevada a
juicio, ser hallada culpable y recibir castigo severo, que cualquiera de las otras clases sociales.
Indica también que el análisis de la criminalidad en México revela un incremento en relación directa con
la cantidad de la población total, en razón de 3.2% anual, comparado con 2.5% para el resto de los
países del mundo, de acuerdo con cifras de la ONU. Una de las soluciones propuestas para atacar el
problema de la delincuencia juvenil es la creación del Consejo Tutelar para Menores. El propósito es que
los funcionarios y el personal del consejo estén en contacto con los jóvenes, a fin de que la valoración de
los mismos esté complementada con la observación directa respecto al comportamiento del menor.
Divide la delincuencia en tres tipos:
1. Delincuencia sociológica.- el modelo familiar común es la existencia de relaciones protectores en los
primeros años de vida; y desintegración temprana de la familia con rechazo. En México, en el contexto
de las bandas juveniles, se ubica el fenómeno como propio de la clase obrera, en donde en los
cinturones de miseria los jóvenes viven sedentariamente en barrios y calles.
2. Delincuencia caracterológica.- en este modelo familiar se encuentra un rechazo con los padres en
épocas tempranas de la vida; sin disciplina coherente en el hogar, y con frecuentes modelos de padres
antisociales con rasgos de criminalidad y desempleo crónico. El tipo de carácter es amoral, agresivo,
impulsivo y narcista; sus relaciones personales son superficiales.
3. Delincuencia neurótica.- generalmente se expresa en la necesidad de ser reconocido y admirado y
lograr una posición. En su modelo familiar sus padres son aparentemente normales. Se piensa que
inconscientemente han comunicado al temor mecanismo psicopático en la infancia.
Me parece un tema muy interesante el analizar como puede aumentar o disminuir la delincuencia juvenil
si se toman acciones para modificar positiva o negativamente las diferentes variables que según este
estudio intervienen en ella.
Variables:
Total de la población (se indica que el incremento de la población se relaciona e 3.2% con el crecimiento
de la delincuencia).
Consejo Tutelar de Menores (que con la observación y orientación de los jóvenes quiere ayudar a
disminuir la delincuencia).
Desintegración familiar.
Bandas juveniles (influyen para aumentar la delincuencia, si se toman medidas para que las bandas
sean desintegradas o de ahí se creen equipos en actividades productivas se puede influir en la
delincuencia).
Estilo de vida de los jóvenes (sedentario, si se modifica para que los jóvenes tengan actividades
productivas, recreativas, deportivas, etc. puede tener un impacto positivo en la disminución de la
delincuencia).
Poca atención de los padres (no tienen la correcta orientación y por lo tanto pueden caer en la
delincuencia con mayor facilidad).
No tienen disciplina coherente en el hogar.
Padres con problemas como desempleo, criminalidad, etc.
Necesidad de los jóvenes de ser reconocido.
Voy a plantear el modelo en dos partes; el primer diagrama es el básico donde se muestran las
relaciones de las variables con la delincuencia y el segundo es marcando donde se podrían tomar
acciones que modifiquen las variables relacionadas con la delincuencia para disminuirla:
Las variables que se agregaron a este esquema son aquellas acciones que se pueden tomar, y se
modelan para ver el impacto de diferentes medidas en las variables que afectan la delincuencia para
tratar de elegir aquellas que nos ayuden a disminuirla.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Volumen y tipología de delitos en la delincuencia juvenil.
La descripción del repertorio de conductas delictivas que cometen los jóvenes de nuestro tiempo, es, sin duda, una
cuestión esencial del presente trabajo, pues ello, nos va a permitir conocer mucho más sobre las costumbres y usos
conductuales de los jóvenes españoles.
Sin lugar a dudas, la adolescencia es una etapa difícil en el desarrollo humano que produce un gran número de
conductas conflictivas, de ahí que, según resultados obtenidos, un 81,1 % (incluyendo el consumo de drogas) de los
jóvenes haya admitido haber cometido algún tipo de delito alguna vez en su vida (25). Asimismo, no podemos
obviar que, de acuerdo con la estadística comparada oficial de los países de nuestra área de cultura, la delincuencia
juvenil se aproxima, en cuanto al volumen, al 15% de la delincuencia general total, si bien las estadísticas de
algunos de esos países, como es el caso de Francia, llegan al 22% (26).
El análisis del volumen de la delincuencia juvenil en España, según los datos estadísticos proporcionados por el
Ministerio del Interior, nos dice que, en el año 2000, el número de detenidos fue de 212.000 dentro de la
delincuencia en general, siendo los detenidos, dentro de la delincuencia juvenil, 27.117 para ese mismo año; por lo
que los delincuentes juveniles representarían en torno al 12% de la delincuencia total (27).
Por lo que respecta al tipo de delitos cometidos, los datos que nos ofrece el año 2000 son los siguientes (28):
Homicidio-asesinato 3 19 57 79
La conclusión que podemos extraer de estos datos es que las infracciones más destacables son: los delitos contra las
personas (homicidios, lesiones y delitos contra la libertad sexual); los delitos contra la salud pública (tráfico de
estupefacientes); y los delitos contra el patrimonio (robos con violencia o intimidación, robos con fuerza,
sustracciones en interior de vehículos, tirones, sustracción de vehículos...).
Otra de las cuestiones claves al hablar de conductas delictivas sería la reincidencia. En este sentido, los datos
procedentes de la investigación realizada en los Tribunales de Justicia reflejan que los porcentajes de reincidencia
son muy pequeños; en la jurisdicción de menores se mueven entre el 16,7% para los de 12-13 años, el 18,1 para
los de entre 14 y 15 años y un 2,4% para los de 16 y 17 años; si bien, no obstante, estos son los datos que hacen
referencia a los antecedentes penales de estos jóvenes, esto es, sujetos sobre los que previamente ha recaído una
sentencia penal firme y ejecutada (29).
Por lo que respecta a la multirreincidencia, el estudio elaborado por RECHEA ALBEROLA y FERNÁNDEZ MOLINA,
ofrece los siguientes resultados en cuanto a la historia criminal de los sujetos y por grupos de edad (30):
Los datos ofrecidos muestran que el porcentaje de sujetos que son delincuentes primarios es muy elevado, oscilando
entre un 93 y un 84,9 % en función de la edad, mientras que en lo que respecta a la multirreincidencia, los datos
oscilan entre el 2,8 % en los más pequeños y el 6,5 % en los de 16-17 años, siendo éste un porcentaje de sujetos
con una historia criminal muy enconada que necesitaría de un tratamiento intensivo, por lo que se trata de un dato
nada desdeñable (31).
Publicado por Jairo Merette Gil en 15:08 No hay comentarios:
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Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es uno de los fenómenos sociales más importantes que nuestras
sociedades tienen planteados, y es uno de los problemas criminológicos internacionalmente preferidos desde el siglo
pasado, pues, las manifestaciones de la conducta que llaman socialmente la atención de forma negativa pueden
observarse, por lo general, mejor entre los jóvenes que en la población adulta. Además, es importante tratar la
delincuencia juvenil de hoy como posible delincuencia adulta de mañana.
La delincuencia juvenil es un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende desde los rincones más alejados de la
ciudad industrializada hasta los suburbios de las grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las
más pobres, es un problema que se da en todas las capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización.
El objeto de este trabajo se va a centrar en el estudio de las siguientes cuestiones:
Concepto de delincuencia juvenil y su distinción de otros conceptos afines.
El perfil del delincuente juvenil.
Volumen y tipología de delitos en la delincuencia juvenil.
La delincuencia juvenil femenina y su comparación con la masculina.
Delincuencia juvenil y movimientos migratorios.
Recomendaciones con respecto al problema de la delincuencia juvenil.
La delincuencia juvenil ha aumentado de forma alarmante en los últimos tiempos, pasando a ser un problema que cada vez
genera mayor preocupación social, tanto por su incremento tan acelerado, como por su peligrosidad cualitativa. La
delincuencia juvenil es además una característica de sociedades que han alcanzado un cierto nivel de prosperidad y,
segúnanálisis autorizados, más habitual en los países anglosajones y nórdicos que en los euro mediterráneos y en las
naciones en vías de desarrollo. Les diremos algunas de las características de este problema.
Este argumento de la delincuencia es de suma importancia, y es que el joven de hoy se ve en tentación
del consumo de drogas, provocándole una mala vida. Por eso esta investigación está dirigida para que sirva como guía y
ayuda a nuestro grupo. ya que el aumento de la delincuencia entre los adolescente se ve afectado en gran parte por el
consumo de las drogas, el alcohol y otros males, entre los jóvenes de 12 a 18 años, es cada vez mayor, y jóvenes valiosos
se pierden, porque creen que su mal no tiene solución y en vez de luchar y seguir hacia delante, aprovechando su juventud,
tratando de buscar ayuda en las instituciones correspondientes como son, las iglesias, Hogares Crea, etc.
No reconociendo que necesitamos una juventud de mente fuerte y cuerpo sano, porque de ellos es el futuro de este mundo.
La delincuencia juvenil es un fenómeno social que pone en riesgo la seguridad pública de la sociedad, así mismo va contra las buenas costumbres ya
establecidas por la sociedad. Es a su vez un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada
hasta los suburbios de las grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más pobres, es un problema que se da en todos los
estratos sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización.
En las sociedades menos desarrolladas la incidencia de la delincuencia juvenil en el conjunto del mundo del delito es menor
que en las comunidades más avanzadas en el plano económico. En las grandes ciudades latinoamericanas, la delincuencia
juvenil está ligada a la obtención (delictiva) de bienes suntuarios de consumo y por lo general no practican laviolencia por la
violencia misma sino como medio de obtener sus objetivos materiales.
Los estudios criminológicos sobre la delincuencia juvenil señalan el carácter causal del fenómeno, pero a pesar de ello, se
pueden señalar algunos factores que parecen decisivos en el aumento de la delincuencia juvenil desde la II Guerra Mundial.
Así, son factores que se encuentran en la base de la delincuencia juvenil la imposibilidad de grandes capas de lajuventud de
integrarse en el sistema y en los valores que éste promociona como únicos y verdaderos (en el orden material y social, por
ejemplo) y la propia subcultura que genera la delincuencia que se transmite de pandilla en pandilla, de modo que cada nuevo
adepto trata de emular, y si es posible superar, las acciones violentas realizadas por los miembros anteriores del grupo.
La violencia
La violencia es un elemento que se encuentra comúnmente en la delincuencia juvenil y es uno de los factores que influyen a
los jóvenes a cometer actos llevados por la violencia.
Los jóvenes delincuentes son los que más se les conoce como los niños violentos de la delincuencia. Ya que con la
delincuencia ellos se asumen a la violencia para conseguir lo que ellos realmente creen que hacen de lo mejor de sus
graves delitos.
Causas de la Violencia
El fenómeno de la violencia es muy complejo. Hay muchas causas, y están íntimamente relacionadas unas con otras y
conllevan a la delincuencia de menores. En general se agrupan en biológicas, psicológicas, sociales y familiares. Tan sólo
por citar algunos ejemplos dentro de cada grupo, tenemos:
Causas Biológicas
Se ha mencionado al síndrome de déficit de atención con hiperactividad como causa de problemas de conducta, que
sumados a la impulsividad característica del síndrome, pueden producir violencia. Un estudio con niños hiperquinéticos
mostró que sólo aquellos que tienen problemas de conducta están en mayor riesgo de convertirse en adolescentes y adultos
violentos. La conclusión es que hay que hacer un esfuerzo para aportar a aquellos niños hiperquinéticos con problemas de
conducta recursos terapéuticos más oportunos e intensivos.
Los trastornos hormonales también pueden relacionarse con la violencia: en las mujeres, el síndrome disfórico de la fase
luteínica se describió a raíz de los problemas de violencia presentes alrededor de la menstruación, específicamente en los
días 1 a 4 y 25 a 28 del ciclo menstrual, pero el síndrome no se ha validado con estudios bien controlados, aunque se ha
reportado que hasta el 40 % de las mujeres tienen algún rasgo del síndrome y que entre el 2 y 10 por ciento cumplen con
todos los criterios descritos para éste. De 50 mujeres que cometieron crímenes violentos, 44 %lo hizo durante los días
cercanos a la menstruación, mientras que casi no hubo delitos en las fases ovulatoria y postovulatoria del ciclo menstrual.
Con frecuencia, el diagnóstico de síndrome disfórico de la fase luteínica está asociado con depresión clínica, que puede en
algunos casos explicar su asociación con la violencia.
Causas Psicológicas
La violencia se relaciona de manera consistente con un trastorno mental – en realidad de personalidad – en la sociopatía,
llamada antes psicopatía y, de acuerdo al DSM-IV, trastorno antisocial de la personalidad y su contraparte infantil, el trastorno
de la conducta, llamado ahora disocial, aunque hay que aclarar no todos los que padecen este último evolucionan
inexorablemente hacia el primero, y de ahí la importancia de la distinción. El trastorno antisocial de la personalidad se
establece entre los 12 y los 15 años, aunque a veces antes, y consiste en comportamiento desviado en el que se violan todos
los códigos de conducta impuestos por la familia, el grupo, la escuela, la iglesia, etc. El individuo actúa bajo el impulso del
momento y no muestra arrepentimiento por sus actos. Inicialmente esta violación persistente de las reglas se manifiesta
como vandalismo; crueldad con los animales; inicio precoz de una vida sexual promiscua, sin cuidado respecto al bienestar
de la pareja; incorregibilidad; abuso de sustancias; falta de dirección e incapacidad de conservar trabajos; etc. Salvo que
tengan una gran inteligencia o que presenten formas menos graves del trastorno, fracasan en todo tipo de actividades,
incluyendo las criminales, ya que carecen de disciplina, lealtad para con sus cómplices, proyección a futuro, y siempre están
actuando en respuesta a sus necesidades del momento presente. El trastorno es cinco a diez veces más frecuente en
hombres que en mujeres. Como estos sujetos están más representados en los estratos más pobres, hubo alguna discusión
sobre si la pobreza induce o potencia estas alteraciones. Esto se ha descartado: los individuos con trastorno antisocial de la
personalidad, por su incapacidad de lograr metas y conservar empleos, tienden a asentarse naturalmente en los estratos de
menores ingresos.
Causas Sociales
La desigualdad económica es causa de que el individuo desarrolle desesperanza. No se trata de la simple pobreza: hay
algunos países o comunidades muy pobres, como el caso de algunos ejidos en México, en los que virtualmente desconocen
el robo y la violencia de otro tipo. Sin embargo, la gran diferencia entre ricos y pobres y sobre todo la imposibilidad de
progresar socialmente sí causa violencia: la frustración se suma a la evidencia de que no hay otra alternativa para cambiar el
destino personal.
Más importante como causa social es la llamada subcultura delincuente. Aunque sus detractores dicen que
esta hipótesis carece de evidencia experimental, hay comunidades, barrios y colonias en donde niños y jóvenes saben que
para pertenecer al grupo y formar parte de su comunidad necesitan pasar algunos ritos de iniciación, entre los que se
encuentran robar, asaltar o quizá cometer una violación. La falta de medición requiere de estudios, sí, mas no de desestimar
lo que obviamente es un factor de formación de conductas y conceptos sociales.
Entorno Familiar
En la familia, los dos factores que con más frecuencia se asocian al desarrollo de violencia es tener familiares directos que
también sean violentos y/o que abusen de sustancias. Un entorno familiar disruptivo potencia las predisposiciones congénitas
que algunos individuos tienen frente a la violencia (i.e. síndrome de alcohol fetal) y por sí mismo produce individuos que
perciben a la violencia como un recurso para hacer valer derechos dentro de la familia.
Un estudio con niños adoptados mostró que los actos que desembocaban en una pena de prisión correlacionaban mejor con
el número de ingresos a la cárcel de sus padres biológicos que con la conducta de sus padres adoptivos.
El término delincuencia juvenil no tienes el mismo significado para todos los criminólogos. Difieren básicamente en dos
puntos
° El primero en determinar la edad a partir de la cual se puede hablar de delincuente juvenil y
El segundo, que radica en determinar cuáles deben ser las conductas que dan lugar a calificar a un joven como
delincuente.
Por cuanto hace a la edad en que podemos referirnos a la delincuencia juvenil, participamos del criterio de estimar como
tales a los que cuentan con más de 14 años de edad.
El menor infractor lo podrá ser hasta los 14 años de edad, a partir de este límite, deberá ser considerado como delincuente
juvenil con los grados de responsabilidad ya apuntados, los que desde luego no tienen pretensión de definitivita, pues
dependerá de los estudios que en lo futuro se realicen y que permitan conocer los fenómenos físicos y psíquicos del
adolescente que puedan obligar a variar los límites de edad ya señalados, los que están apoyados en los estudios más
aceptados hasta la fecha.
Efectos de la Delincuencia
Entre ellos están:
Ausencia en la escuela y bajas calificaciones.
Falta de aseo personal.
Abandono de su forma de vestir.
Cambio radical en su carácter.
Faltas de responsabilidad hacia sus deberes.
Malos Hábitos.
Incomunicación
Falta de respecto a las demás personas.
Algunas razones para no juzgar a adolescentes como adultos
https://es.slideshare.net/gabrielacohen98/nalb-2014
Algunas razones para no juzgar a adolescentes como adultos (power point
realizado por el SERPAJ-Uruguay)
1. 1. Servicio Paz y Justicia- Uruguay Taller de sensibilización e información sobre la baja de la edad
penal juvenil. Algunas razones para no juzgar a adolescentes como adultos.
2. 2. Reforma constitucional propuesta sobre la Baja de la Penalidad Juvenil • “Disposición transitoria
y especial B. El ELsota qduoea ysae geuxriastreá la existencia de un Servicio Descentralizado
dedicado exclusivamente a la internación y rehabilitación de los delincuentes menores de dieciocho
años, debiendo dotar al mismo de los recursos necesarios para su funcionamiento. Dicho Servicio
Descentralizado será objeto de un seguimiento especial en el que se dará participación al
Comisionado Parlamentario Penitenciario.” Creación del SIRPA/IRPA- Ley 18771 – Promulgada el
1º de julio de 2011 • “La comisión de delitos, valiéndose de la participación de niños y adolescentes,
será especialmente castigada”. Desde el año 1934 ya existe en nuestro Código Penal está
tipificación. Lo que se modifica Los antecedentes de los adolescentes que hayan estado en
conflicto con la ley penal no se destruirán y serán considerados en los procesos penales a los que
puedan ser sometidos después de cumplir los dieciséis años. La ley 18.778 actualmente vigente
prevé el mantenimiento de los antecedentes (por dos años) a los menores que hayan estado en
conflicto con la ley. Lo nuevo “La ley establecerá como prioridad la protección de las víctimas del
delito. Las personas mayores de dieciséis y menores de dieciocho años serán penalmente
responsables y serán castigados de conformidad con las disposiciones del Código Penal (Ley 9.155
de 4 de diciembre de 1933 y sus modificativas), por la comisión intencional de los delitos de
homicidio, homicidio especialmente agravado, homicidio muy especialmente agravado, lesiones
graves, lesiones gravísimas, rapiña, rapiña con privación de libertad (copamiento), extorsión,
secuestro y violación, así como por los demás delitos que indique la ley. En los procedimientos
penales seguidos a menores de dieciocho años, el Tribunal actuante podrá admitir como eximente
o atenuante la ausencia de madurez o discernimiento suficientes. Los antecedentes de los
adolescentes que hayan estado en conflicto con la ley penal no se destruirán y serán considerados
en los procesos penales a los que puedan ser sometidos después de cumplir los dieciséis años. ”.
3. 3. Tipo de delito Régimen vigente 13 a 15 años de edad 16 a 17 años de edad Homicidio De
aprobarse la iniciativa plebiscitaria Máximo 5 años de privación de libertad Mínimo 1 año Máximo 5
años Mínimo 20 meses de prisión* Máximo 12 años de penitenciaría** (homicidio simple) a)
Agravantes: Funcionario policial: pena se eleva un tercio b) Otras agravantes especiales 10 a 24
años de penitenciaría (art. 311) c) Homicidio especialmente agravado 15 a 30 años de penitenciaría
(art. 312) Rapiña Máximo 5 años de privación de libertad Mínimo 1 año Máximo 5 años Mínimo 4
años Máximo 16 años de penitenciaría Agravante: a) Rapiña con privación de libertad
(«copamiento»): Mínimo 8 años Máximo 24 años de penitenciaría Lesiones gravísimas Máximo 5
años de privación de libertad Mínimo 1 año Máximo 5 años Mínimo 20 meses de prisión Máximo 8
años de penitenciaría Agravantes similares que para el delito de homicidio
4. 4. Tres principios básicos del Derecho Internacional sobre Justicia Penal Juvenil 1)
Proporcionalidad: La esencia del principio de proporcionalidad es (..) frenar la inercia punitiva y la
discrecionalidad del Estado en la determinación de sanciones. El principio promueve una
racionalidad en el ejercicio punitivo y exige la búsqueda de la sanción más adecuada para cada
infracción, es decir, reserva las sanciones graves para las infracciones consideradas graves y
sanciona con medidas leves las infracciones leves. Pero en el marco de la JPJ, los principios del
derecho internacional (el interés superior del niño y el derecho a la protección integral de este
contextualizado como principio educativo) otorgan un carácter particular (…). A partir de estos
derechos es que podemos interpretar que en la JPJ no debe encontrarse la sanción más adecuada
para cada infracción, sino que la sanción será tanto más adecuada cuanto menor menoscabo de
derechos provoque. Es decir que en este marco, el principio de proporcionalidad no sólo deberá
entenderse como un límite a la violencia ejercida en las sanciones sobre los adolescentes, sino
también y principalmente como una exigencia permanente para la reducción de dicha violencia. 2)
Excepcionalidad: Los sistemas de justicia juvenil también deben garantizar el principio de
excepcionalidad, que se traduce, por ejemplo, en la obligación de contemplar alternativas a la
judicialización de las infracciones a las leyes penales así como también medidas alternativas a la
privación de libertad, la que sólo puede ser aplicada como último recurso en el caso de personas
menores de 18 años. En este sentido, la Comisión exhorta a que los Estados tiendan a abolir la
pena privativa de la libertad aplicada a niños, niñas y adolescentes. 3) Regresividad: La Comisión
lamenta esta situación y está preocupada por el hecho de que en algunos Estados Miembros la
edad mínima de responsabilidad ante el sistema de justicia juvenil sea muy baja y otros Estados
Miembros estén impulsando iniciativas para disminuir dicha edad. La Comisión considera medidas
e iniciativas son contrarias a los estándares internacionales sobre la materia y al principio de
Cuando los Estados ratifican los tratados internacionales sobre derechos humanos y los incorporan
a su interna, se obligan a proteger y garantizar el ejercicio de estos derechos, lo que incluye la
obligación de modificaciones que sean necesarias en su derecho interno para garantizar el
cumplimiento de las normas contenidas en dichos tratados.
5. 5. Normativa internacional sobre Justicia Penal Juvenil Convención de los Derechos del Niño “el
encarcelamiento de un niño se llevará como medida de último recurso y por el menor tiempo
posible” (37.b) Reglas de Beijing “en lo atinente a la medida cautelar de prisión preventiva
establece: Sólo se aplicará la prisión preventiva como último recurso y durante el plazo más breve.
(13.1) Siempre que sea posible, se adoptarán medidas sustitutivas.” (13.2) Los registros de
menores delincuentes no se utilizarán en procesos de adultosrelativos a casos subsiguientes en los
que esté implicado el delincuente , o como base para dictar sentencia en esos procesos (21.1 y
21.2) Comité de los Derechos del Niño/Observación Nro.10 (2007) El Comité apoya plenamente las
Directrices de Riad y conviene en que prestarse especial atención a las políticas de prevención que
favorezcan la e integración de todos los niños, en particular en el marco de la comunidad, los
grupos de jóvenes que se encuentran en condiciones similares, la escuela, la formación profesional
y el medio laboral, así mediante la acción de organizaciones voluntarias. Teniendo en cuenta que la
mayoría de los niños delincuentes sólo delitos leves, deberán estar previstas una serie de medidas
que entrañen la del procedimiento penal o de justicia de menores y la reorientación servicios
sustitutorios (sociales) (es decir, remisión de casos), que deben adoptarse en la mayoría de los
casos. El Comité insta a los Estados Partes a no reducir la EMRP a los 12 fijación de la mayoría de
edad penal a un nivel más alto, por ejemplo años, El Comité observa con reconocimiento que
algunos Estados Alternativas al proceso judicial Justicia Horizontal/Restaurativa Desjudicialización
de los conflictos Mediación (reparación/conciliación) Medidas sustitutivas a la privación de libertad
(libertad vigilada, prisión domiciliaria, trabajo comunitario, etc.)
6. 6. La ¿inseguridad? en datos Asuntos penalmente iniciados/2010 Asuntos penalmente
iniciados/2011 Total en todo el país: 48.102 (adultos y adolescentes) Total en todo el país entre 13
y 17 años: 2677. El porcentaje de delitos cometidos por adolescentes en el total de delitos es de
5,6. Total en todo el país: 50.756 Total en todo el país entre 13 y 17 años: 3.250. El porcentaje de
delitos cometidos por adolescentes en el total de delitos es 6,4. Del total de la población de niños,
niñas y adolescentes de entre 13 y 17 años en Uruguay (266.575) tan sólo un 0,73% fue
sentenciado judicialmente por algún tipo de delito. Procesamientos en 2011 (incluyendo el grado en
tentativa) Homicidios 193 (8 de cada 10 homicidios son cometidos entre personas
conocidas)/Hurtos 4538/Rapiñas886/Estupefacientes 722 UNICEF, “Observatorio de los Derechos
de la Infancia y la Adolescencia en Uruguay 2012”, Montevideo, pág. 95.
7. 7. 199 homicidio s consumad os 15.868 denuncias por violencia doméstica 558 suicidios 520
muertes por accidentes de tránsito Datos comparativos/2011 Se suicidan 11 de cada 100 mil
adolescentes y jóvenes (entre 10 y 24 años).Es la segunda causa de muerte en el grupo etario.
Asimismo, por cada suicidio hay entre 15 y 20 intentos. Pobreza Total del país % Menores de 6
años 12,4 6 a 12 años 23,3 13 a 17 años 20,4 18 a 64 años 9,9 antes de los 5 años 23% entre los 5
y los 9 años 32% entre los 10 y los 14 años 36% entre los 15 y los 19 años 62% Consumo de
alcohol y accidentes de tránsito 52% de los 4.503 encuestados consumen habitualmente alcohol,
cifra que crece a un 72% a partir de los 17 años.
8. 8. Edades de responsabilidad penal Juvenil en América Latina Argentina Sin sistema de
responsabilidad penal juvenil Bolivia 14 a 18 años Brasil 12 a 18 años Chile 14 a 18 años Colombia
14 a 18 años Costa Rica 12 a 18 años Cuba 16 a 20 años* Ecuador 12 a 18 años El Salvador 12 a
18 años Guatemala 13 a 18 años Honduras 12 a 18 años México 12 a 18 años Nicaragua 13 a 18
años Panamá 12 a 18 años Paraguay 14 a 18 años Perú 12 a 18 años República Dominicana 13 a
18 años Uruguay 13 a 18 años Venezuela 12 a 18 años * Artículo 17.1. del Código Penal cubano.
«En el caso de personas de más de 16 años de edad y menos de 18, los límites mínimos y
máximos de las sanciones pueden ser reducidos hasta la mitad, y con respecto a los de 18 a 20,
hasta en un tercio. En ambos casos predominará el propósito de reeducar al sancionado,
adiestrarlo en una profesión u oficio e inculcarle el respeto al orden legal»
9. 9. Leyes de “Mano Dura” • No han disminuido absolutamente en nada los niveles de inseguridad.
•No han disminuido en nada los índices de criminalidad juvenil •Profundizan la matriz de exclusión
social •Aumento de violencias: institucionales, interpersonales, intrafamiliares, etc. intrafamiliares,
etc. •Limita derechos y garantías individuales. •Favorece la asunción de un Estado Policial ante el
declive de un Estado Social Leyes regresivas en materia de derechos implementadas en Uruguay •
18.315. Ley de Procedimientos Policiales • Opción de utilizar 30 días más como medidas cautelares
(de 60 a 90 días) • 18.777. Tipificación de la tentativa de hurto •18.778. Registro de antecedentes
judiciales •19.055. Aprobación de mínimos de un año para delitos gravísimos (19.055) •19.120. Ley
de Faltas. •Proyecto de Ley: Código de Responsabilización Infraccional Juvenil (En Parlamento)
•Proyecto de Ley: Internación voluntaria para consumidores problemáticos