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COSTUMBRES DE LOS EGIPCIOS

Religión

Los dioses tenían una apariencia antropomorfa, aunque unida a otros elementos tomados de los animales, que querían
representar los poderes del dios. Siguiendo las relaciones familiares, tan importantes para los egipcios, eran agrupados
en tríadas familiares. De esta manera eran más fáciles de recordar e identificar.

Cada uno de los dioses estaba a disposición del mundo terrenal en lo más profundo de los templos, encarnado en una
estatua que el faraón, o en su defecto el sacerdote, debía atender cada día.

Embalsamamiento

Para los antiguos egipcios en la Duat se reunían el cuerpo, jat, y el espíritu que comprendía tres principios:

Aj, lo inmortal, que representa la esencia divina, y que abandona el cuerpo tras la muerte para unirse a los dioses.

Ka, la energía vital continúa viviendo una existencia ficticia en el sarcófago, necesitando víveres, o se introducía mediante
conjuros mágicos en una estatua que representaba al difunto. Disponía de los ‘’Ushebti’’, o estatuillas de servidores que
debían ayudar en los trabajos que los dioses ordenaran al difunto. En otra definición el Ka es concebido como la parte
individual, diferenciadora del espíritu de cada ser humano, o como ego humano vital, simbolizada como la mano levantada
hacia lo alto, soltando la luz interior de esa vitalidad pues ya no la necesita en el 'Más Allá'.1

Familia

Tocado de una dama.

 La mujer: mantenía su nombre, una cierta independencia e incluso su trabajo: había comadronas, tejedoras,
intendentes, o bien colaboraban con el negocio de su marido. Adquirían rango al casarse: nbt
pr significa administradora del patrimonio, y en la casa eran las que organizaban todo. Solían prestar mucha
atención a su aspecto, mimando especialmente el peinado y maquillaje. En las pinturas que nos han llegado,
mientras la piel de los varones se representa morena, la de las mujeres de clase alta es de tono más pálido.

 Matrimonio: comenzaba por lo general cuando la pareja se iba a vivir junta, ellas entre 12 y 14 años, ellos sobre
los 16, sin ningún tipo de sanción oficial, salvo la firma de un contrato privado en el que se detallaban los bienes
de cada uno: la boda se celebraba en familia porque era un asunto privado.

 Divorcio: era también cuestión privada, podía ser solicitado por cualquiera de los cónyuges, por motivos tan
amplios como el adulterio, la esterilidad e incluso la fealdad de la esposa.

 Sexo: había una gran libertad, como se refleja en numerosos escritos y en la moda: las mujeres (a excepción de
las reales, que se tapaban para no tomar el sol), al igual que los hombres iban con el torso desnudo en la primera
época aunque había empleos en que iban desnudos: carniceros, marineros, sirvientas, etc. Las relaciones no
estaban controladas, el incesto era habitual en la familia real y ni siquiera el adulterio de la mujer estaba penado,
en el peor de los casos le costaba un divorcio, aunque en algunos papiros se relatan casos de pedradas ante el
adulterio de la mujer.

 Hijos: eran deseados, aunque debido a la alta tasa de mortalidad de las mujeres en el parto, se
usaban anticonceptivos para evitar embarazos seguidos. Los niños eran mimados y educados sin distinción de
sexo y muchos aprendían a leer y escribir. Los hijos de familias nobles asistían a la escuela de la Casa Jeneret, la
casa de la reina.
COSTUMBRES DE LOS EGIPCIOS
Vestimenta

Al principio usaban diversas fibras de juncos y cañas además del lino, cuyo uso se generalizó luego por la creencia de que
era más puro. Había cuatro tipos: Lino real, tela útil fina, tela sutil y tela lisa. El color preferido era el blanco, aunque
llevaba algunos dibujos en los bordes. Los hombres vestían una falda corta, sujeta a la cintura por dos extremos cruzados,
llamada schenti.

Alimentación

Heródoto nos dice que los obreros comían cebollas y ajos, pero es seguro que también tomarían pan y cerveza, ya que se
les pagaba en trigo y cebada.

Por las pinturas, relieves y ofrendas se sabe que les gustaban las aves, el pescado, y las frutas, ya que aparecen en la mesa
del Faraón.

Enseñanza

Casa de la Vida

Casa de Vida (en egipcio: Per Anj) era el nombre dado a la institución existente en el Antiguo Egipto dedicada a la
enseñanza en su nivel más avanzado, funcionando igualmente como biblioteca, archivo y taller de copia de manuscritos.
Las Casas de Vida eran accesibles sólo a los escribas y a los sacerdotes. No se conocen muchos pormenores sobre esta
institución, pero se sabe que surgió en la época del Imperio Antiguo. Tendía a ser sede del palacio real, pero funcionaba
en una parte del templo o en un edificio situado dentro del área a éste dedicada. Probablemente cada ciudad de dimensión
media tendría su Casa de Vida, conociéndose la presencia de estas instituciones en localidades
como Amarna, Edfu, Menfis, Bubastis y Abidos.

Agricultura

Numerosas pinturas en templos y tumbas nos han dejado constancia tanto de los esfuerzos dedicados a la agricultura,
columna vertebral de la economía, (Los faraones se preocuparon de realizar costosas obras de canalización
para domesticar al Nilo) como del trabajo del campesino.

Las primeras canalizaciones datan del 3500 a. C., y en 1830 a. C. se establece el primer plan de regadíos en el Bajo Egipto
que garantizará en el futuro reservas de agua para permitir los cultivos en la estación seca.

Faenas de recolección.

La tierra fue al principio propiedad real, pero sucesivas donaciones reales derivaron en un régimen latifundista en el que
se arrendaban las parcelas a distintas familias. Normalmente, los contratos eran anuales y se renovaban si no había
incumplimiento, de forma que eran heredables por los hijos. La estabilidad económica hizo que no variaran las condiciones
en 3000 años: fuera buena o mala la cosecha, al arrendador o al recaudador de faraón habían de entregarse 7 u 8 khar (86
litros de grano) por cada arura (0'25 ha).

Economía

La economía del antiguo Egipto estaba totalmente intervenida. El Estado controlaba la agricultura, era propietario de
las minas, repartía los alimentos, recaudaba impuestos y controlaba el comercio exterior.
COSTUMBRES DE LOS EGIPCIOS
Entregando los impuestos

La riqueza provenía de los excedentes agrícolas: nada más recoger la cosecha, los productos y las cabezas de ganados
“cobrados” como impuestos eran llevados a los silos de los respectivos organismos, verdaderos núcleos de toda la
organización egipcia.

Restos de Deir el-Medina.

Los ciudadanos solían correr alrededor de su templo principal y, a excepción de los centros administrativos o de barriadas
con un objetivo preciso (como el barrio obrero de Amarna), no se hacía una planificación previa. En Deir el-Medina las
primeras casas carecían de cimientos, mientras que las ampliaciones los tenían en piedra, formando muros que acababan
con filas de ladrillos y en Amarna, la ciudad real, los edificios son de piedra con una base subterránea de yeso y grava. No
había barrios ricos y pobres, las casas se mezclaban y eran de disposición y tamaño semejante, salvo para los personajes
de clase alta. En general, los miembros de una misma familia vivían en un mismo barrio.

Viviendas

Las primeras viviendas que conocemos datan del Periodo Predinástico: construidas con paredes de adobes y el techo de
troncos cubiertos por hojas de palmera y barro, eran casas sencillas, pequeñas, semisubterráneas y con el techo inclinado,
muy parecidas a las actuales. Incluso la técnica permanece inalterada, con los bloques de barro y paja secándose al sol,
material frágil en el tiempo, que no nos ha dejado restos arqueológicos, al contrario que las tumbas o los templos: los
vivos no necesitaban construcciones eternas, sólo los dioses y los difuntos eran merecedores de ese privilegio. Sólo quedan
restos de Amarna, Deir el-Medina y poco más.

Esclavos

Al principio, la línea que separaba al esclavo del siervo era muy tenue, ya que todo Egipto pertenecía al faraón. Las
campañas bélicas victoriosas trajeron multitud de esclavos reales como botín de guerra, por lo que la abundancia hizo que
fueran distribuidos entre los templos y los particulares.

Un esclavo tenía derechos legales, podía conseguir riquezas, y recibía un buen trato, sobre todo los destinados al servicio
doméstico. Debían recibir como pago alimentación y alojamiento, pero también una cantidad determinada de telas, ropas
y aceite, y podían comprar tierras o ser mantenidos por su amo. Está documentado en papiros de la dinastía XVIII que
algunos trabajadores se vendían a sí mismos, asegurándose así mejores condiciones de vida. Otra cosa era el trato que
recibían a manos de sus guardianes los prisioneros de guerra destinados a las minas de Nubia y el Sinaí.

Agricultores

Regían su vida por las estaciones, que para ellos eran tres: Inundación, Siembra y Cosecha, pero de forma especial por las
crecidas del río.

Artesanos

La gran mayoría trabajaba para el faraón, los templos y los nobles fabricando y decorando sus casas, muebles y tumbas.

Casi todo lo que se conoce sobre ellos procede del estudio del poblado de Deir el-Medina, donde los escribas registraban
cualquier detalle. Gracias a ellos se sabe que los obreros cobraban regularmente en grano, y les abastecían de sal, vestidos
y herramientas, pero el resto de enseres como muebles o aceite debían comprarlos. El salario era de 5'5 sacos (un saco
equivalía a 65 kg) de grano al mes, más o menos 11 deben, y si un litro de aceite o un cuchillo costaban uno ó dos deben,
sillas o camas llegaban a los 20, y un sarcófago podía oscilar entre 25 y 200, por lo que hacían encargos particulares fuera
de horas.
COSTUMBRES DE LOS EGIPCIOS
Algunos practicaban distintos sistemas de ahorro: posponer el cobro mensual tanto como se pudiera para cobrar de una
vez, o bien comprar a crédito, algo arriesgado porque de incumplir el plazo el moroso era condenado a pagar el doble. En
general, los obreros trabajaban en semanas laborales de diez días seguidos de un festivo, pero hay manuscritos que relatan
que durante muy largos períodos de tiempo los esclavos no tenían festivos. Divididos en grupos bajo las órdenes de
capataces, trabajaban en jornadas de alrededor de ocho horas, hasta la llegada de la comida y bebida desde el pueblo. En
el año 1170 a. C., bajo el reinado de Ramsés III, el retraso en el pago de salarios y el hambre llevó a los obreros de Deir el-
Medina a la huelga, logrando sus objetivos.3

Sacerdotes

En cuanto a los sacerdotes, eran delegados del faraón, verdadero dios viviente, que debía realizar todas las ofrendas,
procesiones y ceremonias necesarias para mantener el orden universal, ‘’maat’’, porque sólo sus oraciones y ofrendas
eran eficaces. Es por eso por lo que en los templos se le representaba realizando las distintas ceremonias, rituales que
renovaban los sacerdotes elegidos por él y en su nombre. Al igual que el aparato del estado requería innumerables
funcionarios, así los templos cobijaban una ingente multitud de servidores: además de los muchos sacerdotes, había
escribas, médicos, artesanos, campesinos de la ‘’tierra sagrada’’, auxiliares, bailarinas y músicos.

Entre los sacerdotes, había lectores, puros, profetas, culminando en la figura de Sumo Sacerdote de Amón, escogido
personalmente por el rey entre sus leales aunque no perteneciera a la jerarquía sacerdotal. Ostentaba títulos como “Jefe
de los secretos del cielo” o “Jefe de los sacerdotes de todos los dioses” y su poder político era grande.

Los sacerdotes podían casarse y llevar la vida de cualquier ciudadano rico, con la salvedad de vestir sólo de blanco y
depilarse cada dos días, incluyendo cejas y pestañas, y abstenerse de relaciones sexuales durante los periodos de culto:
un mes de cada cuatro. Debían someterse a una escrupulosa limpieza antes de comenzar cualquier ritual.

Faraón

Era la figura clave alrededor de la cual giraba la sociedad. La institución, creada directamente por los dioses, se mantuvo
inalterada durante los tres milenios que duró la civilización egipcia. Y era un dios para ellos

No se puede afirmar que existiera un derecho dinástico, aunque se suponía que la divinidad se transmitía por las mujeres

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