Este trabajo tiene por objeto desarrollar un conjunto de ideas acerca de la arquitectura y su
proceso de elaboración.
Estas ideas las manejamos en forma habitual en nuestro quehacer cotidiano y trataremos
de sistematizarlas para transmitirlas en forma clara y ordenada.
Tercera parte: EL CÓMO. Los pasos del proceso de elaboración. Metodología de diseño.
PRIMERA PARTE
EL QUE
Decimos que una casa, un parque o una plaza es un hecho arquitectónico ya que son
creados por el hombre para ser usados por el hombre. En cambio un valle no es un hecho
arquitectónico aunque es usado por el hombre, ya que es productos de la naturaleza.
Tampoco es un hecho arquitectónico una lata de sardinas, hecha por el hombre, pero
destinada a albergar sardinas (muertas). Este último ejemplo cae dentro del campo del
diseño industrial.
EL PROCESO ARQUITECTÓNICO
Los medios para llegar a concreción física del espacio son de dos tipos: un proceso
abstracto de pensamiento que genera una idea y otro concreto que materializa dicha idea.
El proceso abstracto comprende el proyecto del espacio, que para poder materializarse
necesita un vehículo de comunicación.
Los medios de comunicación son en nuestro caso, fundamentalmente gráficos, sin excluir
orales, escritos y volumétricos (maquetas).
Para comprender y ordenar nuestro proceso de pensamiento trataremos, una vez definido
globalmente qué entendemos por arquitectura, analizar el hecho arquitectónico como un
sistema posible de descomponer en cuatro franjas a fin de proceder a su estudio.
LA ESTRUCTURACIÓN FUNCIONAL
Esta franja se refiere a la organización de los espacios aptos para su necesidad de uso y de
los nexos que los interrelacionan.
Decimos así que la estructuración funcional está dada por la organización de espacios
principales y espacios secundarios según un esquema circulatorio de distintos tipos de
flujos, cuyo ordenamiento actúa de columna vertebral del conjunto.
LA MATERIALIZACIÓN CONSTRUCTIVA
SIGNIFICADO SOCIAL
Las formas, las escalas, las relaciones espaciales, los materiales, todas las herramientas que
usa el arquitecto para cumplir con el fin propuesto en una obra arquitectónica dada, se
ordenan y organizan según un lenguaje formal y socio – cultural y económica que la hace
comprensible por el medio. Cada forma, relación espacial o material de construcción tiene
así un mensaje y un significado. En nuestra cultura, por ejemplo, frontis con columna
significa entrada de edificio; el espacio vertical de las catedrales con sus juegos de luces y
sombras, simboliza a la elevación a Dios; el uso del mármol en las fachadas, signo de poder
económico y así sucesivamente.
ADECUACIÓN ECOLÓGICA
SINTESIS
Esta división sirve para poder estudiar y ponderar cada una por separado en el proceso de
diseño, sin que signifique una separación rígida, ya que se interpenetran entre sí. Por
ejemplo, un elemento como la galería puede estudiarse como una respuesta ecológica
(sombra y transición interior – exterior) o como significante social dado el uso que se hace
de ella (lugar de reunión de los usuarios).
Asimismo debemos tener en cuenta que todas estas franjas, son componentes de un
sistema y que no la enumeramos por orden de valores, ya que son equivalentes. Un espacio
arquitectónico por muy bien que responda a su medio ecológico, su inserción socio-cultural
y a sus necesidades, si tiene vicios de construcción es una mala obra. Del mismo modo un
perfecto alarde tecnológico o constructivo que no cumpla con su programa funcional es
una mala obra.
Sin embargo debemos tener en cuenta que la necesidad específica con frecuencia
convierte a una o más de las franjas en “tema” del conjunto. Por ejemplo, una fábrica debe
responder a un esquema de organización del trabajo y economía constructiva
prioritariamente, mientras una iglesia tomará el tema del espacio y la forma como símbolo.
CONDICIONES Y CATEGORÍAS
El espacio arquitectónico tiene un destino determinado: posibilitar el desarrollo de
actividades humanas. El uso del espacio implica por lo tanto, que éste responda con
eficiencia a las necesidades planteadas en el programa. Para ello el espacio debe haberse
organizado, haberse cualificado y también materializado, es decir, construido.
Podemos distinguir entonces, según su uso y destino, dos grupos de espacios: los espacios
principales y los espacios secundarios. Los espacios de circulaciones son nexos
estructuradores del sistema total.
1) Organización lineal
2) Organización central
3) Organización en trama
Estas tres formas responden en general, con diferente margen de rigor, todos los ejemplos
que nos ofrece la historia de la arquitectura.
CUALIFICACIÓN
El espacio arquitectónico no es un mero pedazo de aire encerrado por un envolvente
material, sino que para cumplir su fin deberá cualificarse para constituirse en un lugar.
Un lugar que reúna característica de escala, habitabilidad y ambientación, de tal modo que
estimule las sensaciones del usuario, a fin de conseguir que éste lo identifique, lo apropie,
lo use y lo goce debidamente.
MATERIALIZACIÓN
En el pasaje de la idea espacial abstracta al hecho arquitectónico concreto, el
espacio queda definido por elementos constructivos.
Los elementos constructivos, losas, paredes, columnas, cerramientos, solados,
etcétera, son a la vez de diferentes materiales (hormigón armado, ladrillo, acero,
madera, vidrio, plástico, etcétera).
Esto implica que el arquitecto, al concebir los espacios, considerará que
éstos para cumplir su fin, deben estar construidos correctamente.
Para ello el conocimiento de las reglas del arte y el respeto por la
tecnología propia de cada material es imprescindible.
Esto nos lleva a la consideración y ponderación de la circunstancia
económica y tecnología del aquí y el ahora, que determina el uso adecuado de
algunos materiales y/o sistemas con exclusión de otros fuera de contexto. Por
ejemplo, el uso de la piedra en la sierra, lo hace un material adecuado. El uso por
transpolación directa de tecnologías que corresponden a medios más
industrializados que el nuestro, puede ocasionar problemas de costos iniciales y de
mantenimiento que hacen inconveniente su adopción.
Ejemplo de ello puede ser el uso indiscriminado de sistemas de “curtain wall” (muro
cortina), cuyos problemas de filtraciones de agua, acondicionamiento térmico,
limpieza y conservación, etcétera, son de conocimiento general.
Es así como al iniciar el proceso de ideación del espacio, debe ser pensado
en forma integral con los materiales que concretan la obra, que éstos actúan en
forma protagónica.
Una respuesta tecnológica de estructura y cerramiento se convierte en signo.
Como síntesis podemos decir, que el arquitecto es un organizador de
espacios, creador de lugares cualificados, inserto en una cultura determinada, y que
en la medida que responda a ella hará que sus presupuestas sean válidas. Porque
no deberá perder de vista que el hacer arquitectónico es un servicio a la comunidad
de la que forma parte.
TERCERA PARTE
EL CÓMO LOS PASOS DEL PROCESO DE ELABORACIÓN
METODOLOGÍA DE DISEÑO
Habiendo definido qué entendemos por arquitectura y estudiado sus elementos
constitutivos, nos abocaremos al estudio del proceso que lleva a su realización.
Como vimos, el proceso completo comprende: la programación, la
prefiguración de la obra terminada, la construcción o materialización de los
espacios con sus envolventes proyectados y la verificación mediante su uso.
La programación y la prefiguración de la obra se realizan por un proceso abstracto
de pensamiento, cuyo desarrollo el arquitecto efectúa dentro de una gama que va
desde el método intuitivo de prueba y error hasta el rigor objetivo de la
cibernética.
El primer método sólo puede ser usado con eficacia por un reducido grupo de
“iluminados”; el otro extremo prescinde la creatividad humana, de que carece la
máquina.
Nuestra intención es ofrecer una metodología intermedia que permita desarrollar la
creatividad arquitectónica según un sistema ordenado y comprensible.
2. LA PREFIGURACIÓN
El diseño propiamente dicho, o sea la proyectación, lo podemos definir como: la
ideación de los espacios que resuelven el programa y las condicionantes, de
acuerdo al marco de referencia de las pautas prefijadas.
Esta ideación se plasma y comunica mediante los medios gráficos y escritos
necesarios.
El proceso total de prefiguración lo dividimos para su estudio en tres subetapas.
2.1.) Partido
2.2.) Anteproyecto
2.3.) Proyecto
2.1. PARTIDO
El partido es una respuesta totalizadora, en términos generales al problema
arquitectónico. Tiene en sí la resolución de todos los elementos que hacen el hecho
arquitectónico: un esquema circulatorio, un esquema de organizaciones
funcionales, una forma significante, un planteo con respecto al terreno, al clima,
etcétera. Es decir que responde al problema planteado en todos los niveles en
forma embrionaria.
De acuerdo a la ponderación que se haya hecho de las diferentes pautas,
algunas de ella tomarán preeminencia sobre las demás, convirtiéndose de este
modo en la idea rectora del partido.
Para llegar a la elección del partido, nuestro proceso consiste en plantear la
mayor cantidad de variantes posibles que den una respuesta al problema,
cumpliendo las pautas establecidas, ofreciendo un amplio abanico de ideas rectoras
y posibilidades resolutivas.
La ponderación posterior de ellos, con sus pros y sus contras, permitirá
elegir o sintetizar en un esquema superador lo mejor de cada una.
De esta manera a través de un juego de ida y vuelta desde la formulación de
pautas, la valoración de éstas con la generación de ideas rectoras, su concreción en
partidos alternativos, su comparación y evaluación, la reformulación de las pautas y
la síntesis en una alternativa superadora, se habrá recorrido un camino
metodológico que sin caer en la frialdad y el rigor de lo puramente objetivo, no
depende de la intuición pura del proyectista para la elección de un partido y el
posterior trabajo sobre él por prueba y error.
Este barrido de partidos alternativos es más fácil cuando la tarea se realiza
en equipo, ya sea que se subdivida en subgrupos a fin de investigar propuestas
diferentes o se hagan en forma conjunta. Al haber una suma de personas, con
diferentes roles y opiniones facilita la aparición de una gama más amplia de
posibilidades.
Siendo uno solo el proyectista es más difícil no “casarse” con una idea y
desarrollar otras imparcialmente. Para ello es conveniente al plantear una
propuesta formular la contraria y producir una síntesis superadora a la que se le
opondrá otra y así hasta agotar las posibilidades.
A fin de fijar las ideas contenidas que formula el partido y transmitirlas nos
valemos de la herramienta gráfica y escrita de dibujos, croquis e ideogramas
explicativos.
El dibujo que expresa el partido tiene un destinatario preciso a cuya
compresión está destinada, este destinatario es el diseñador mismo (el dibujo en
este caso es parte inductora de un proceso interno de pensamiento); el resto del
equipo de diseño, o personas que están en el oficio.
Es entonces en función de este destinatario que la forma expresiva del
dibujo toma características precisas de código interno, cosa que lo diferencia del
dibujo representativo de otros estadios del proceso de diseño con otros
destinatarios, lo que obliga a cambiar los códigos expresivos.
Resumiendo: Dentro del marco de referencias de las pautas, barremos la
mayor cantidad de esquemas de partidos alternativos, los evaluamos y
ponderamos, lo que da como resultante el desarrollo posterior de los mejores de
ellos y la reformulación del marco de referencia dados por las pautas, que se
enriquecen por esta primera aproximación al problema. Estos partidos “finalistas”
generan un partido superador, que los engloba y sintetiza y que nos permite pasar
el estadio siguiente del proceso de prefiguración que es el anteproyecto.
Básicamente la etapa de partido está constituida por un diálogo interno a fin
de producir una idea rectora que dé respuesta a las necesidades planteadas que
inician el proceso diseño.
2.2 ANTEPROYECTO
La etapa de anteproyecto implica el ajuste y verificación de la idea de partido y
fundamentalmente incluye el dialogo con el destinatario del trabajo arquitectónico.
Este ajuste se refiere a los aspecto dimensionales (forma y tamaño de los
espacios), funcionales (relaciones espaciales y esquema circulatorio), estructurales y
constructivos (determinación del sistema y su pre dimensionamiento), imagen y
morfología de la envolvente.
En esta etapa se pone a prueba la validez del partido y mediante el diálogo
con el destinatario se debe producir la comprensión de la propuesta y la
reelaboración de ésta en un afinamiento de ida y vuelta hasta llegar a una
resolución satisfactoria del problema planteado.
Se incluyen durante el anteproyecto la consulta con los asesores técnicos
pertinentes, por ejemplo, estructuras, termo mecánica, etcétera.
El dibujo no solo debe servir para que el proyectista verifique la validez del partido
transformado en anteproyecto, sino como canal de comunicación con el exterior.
Deberá ser entendido por el destinatario del anteproyecto, que puede ser un
profano (cliente común) o un profesional (jurado de concurso, inspector municipal,
docente de la facultad). Para ello el dibujo toma otras características más
convencionales, debiendo indicar claramente la estructura resistente, los llenos y
vacíos, cualidades espaciales, previsiones de instalaciones y equipamiento,
cualificando la estructura que genera el partido. Todo esto realizado en una escala
adecuada, para su correcta visualización que generalmente es 1:100 o 1:50 para las
obras chicas.
El trabajo que hasta la etapa de partido se ha manejado como código interno
para el exterior para ser comprendido, aceptado, modificado, y/o rechazado, para
lo cual el medio de comunicación tiene que ser inteligible y completo.
2.3 PROYECTO
La tercera es la del proyecto definitivo. En esta se define totalmente la prefiguración
de la obra, instrumentando por medio de la documentación técnica la posibilidad
de construcción de la misma. Para ello se precisan todos los aspectos técnicos y
constructivos para la materialización de la idea abstracta.
En esta etapa realizan los cálculos definitivos de estructura e instalaciones.
La documentación deberá contener todos los elementos necesarios para
presupuestar, contratar y construir el proyecto.
El medio de comunicación de la idea abstracta para su materialización, está
constituido entonces para la documentación técnica completa, elementos gráficos y
escritos que no solo deben ser comprendidos inequívocamente por el constructor
sino que además constituye un elemento legal como parte del contrato de
construcción entre el comitente y constructor.
En consecuencia la técnica de comunicación cambia, una fachada que en el
anteproyecto se dibuja con sombras y efectos plásticos pictóricos para resaltar los
valores formales del edificio, en la documentación tiene que ser un geometral
donde se indiquen materiales, tipos de ventanas, detalles constructivos, etcétera,
un dibujo esencialmente técnico. Importa tanto lo que se dibuja como lo que se
escribe; especificaciones, planillas, medidas, etcétera, donde las interpretaciones
ambiguas no tengan (para evitar en lo posible los “inevitables” adicionales).
La precisión en el replanteo y el detalle constructivo son imprescindibles en los
planos de obra.
3. MATERIALIZACIÓN
Con suerte, la idea expresada en la documentación del proyecto se lleva a cabo:
pasa de la etapa de prefiguración a la de materialización.
En la etapa de prefiguración intervienen los usuarios y los proyectistas, en la
etapa de materialización es necesario un nuevo personaje, que es el constructor.
El rol del arquitecto en la etapa de construcción es, por una parte controlar que
el constructor ejecute la obra de acuerdo al proyecto y a las reglas del arte, y por
otra parte el arquitecto verifica la idea del proyecto, que hasta ahora sólo está
expresado mediante dibujos y maquetas.
Siempre esta verificación implica ajustes. Ya que la idea es una aproximación a
la realidad, pero no la realidad misma de la que se tiene conciencia plena solo
durante el proceso de materialización, porque el proyecto no se congela con los
planos, sino que sigue madurando durante la obra, del mismo modo que un chico se
gesta durante nueve meses y después necesita la crianza y la educación.
Esta realidad sobre todo es comprobado por el usuario (principalmente las señoras)
que suman su opinión con sugerencias y propuestas que enriquecen el proceso.
Durante la ejecución de la obra el arquitecto traslada sus ideas mediante las
órdenes de servicio y planos complementarios.
La producción gráfica, escrita y también hablada que se usa en la obra tiene
su técnica particular, fundamentalmente en forma de croquis realizados en el sitio,
que se asientan en el libro de obra o detalles que se dibujan en las paredes como
complemento de abundantes explicaciones verbales.
La obra terminada comienza su vida en la cual podrá verificarse la validez de
las ideas propuestas y si se han cumplido con eficacia los requisitos y satisfechas las
necesidades emergentes del programa.
Como la obra tiene una vida útil prolongada en el transcurso del tiempo,
cambian bastante las condicionantes que le dieron origen, por cambio de formas de
vida, costumbres, tipo de usuario, usos e incluso crecimientos, etcétera, en el
tiempo. Con lo cual durante la vida de la obra, ésta genera también su adecuación
espacial a estas nuevas circunstancias mediante posibles modificaciones leves o de
fondo a su estructura primitiva.
De la reflexión sobre esta realidad, el arquitecto aumenta su bagaje instrumental
para futuras experiencias.
CONCLUSIONES
Nuestro quehacer de arquitecto está enmarcado dentro de una cultura
determinada, y constituye un servicio a la comunidad.
Por ello es necesario que seamos conscientes y entendamos nuestra
realidad cultural.
Esto no resulta fácil, ya que actuamos en una comunidad joven, de
composición compleja, producto de la superposición de las culturas precolombinas,
la conquista y colonización española y la inmigración europea, en territorio enorme,
que abarca diversos tipos de climas y condiciones.
Añadamos la presencia a lo largo de nuestra historia de dos concepciones
opuestas de país. Una que tiende de modo natural a sistematizar en una postura
nacional el joven y bullente “crisol de razas” que constituimos; otra que mirando
hacia afuera, refleja sin digerir, las irradiaciones del exterior, copiando textualmente
modas y modos que no nos sirven.