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Concepto de Manejo Integrado de Plagas

El manejo integrado de plagas –mejor conocido como MIP- se introdujo a


gran escala en Indonesia a fines de los años 80, y hoy lo está promoviendo la
FAO en más de 40 países de todo el mundo. El MIP permite a los agricultores
vigilar y controlar las plagas en sus campos, reduciendo al mínimo absoluto la
utilización de plaguicidas químicos costosos y potencialmente dañinos y
peligrosos.
En los países en desarrollo, en las condiciones comunes de las aldeas, es
prácticamente imposible la utilización segura de los plaguicidas peligrosos. Los
trajes de protección resultan prohibitivos por su costo, y el calor tropical casi
impide utilizarlos. Un estudio realizado en Indonesia en 1993 reveló que 21 por
ciento de las actividades de aplicación de estas sustancias producía síntomas
asociados a la intoxicación con plaguicidas. También se encontró que 84 por
ciento de los campesinos guardaban los plaguicidas en sus casas, en condiciones
carentes de seguridad y al alcance de los niños.

Una publicación de Indonesia sobre el MIP dice: “El programa del MIP...
[ofrece] a los agricultores los medios para tomar decisiones informadas, para
que no desperdicien sus recursos ni pongan en peligro su salud, ni dañen sus
cultivos o el medio ambiente”.

Capacitación en el campo

Para impartir el MIP con eficacia a los agricultores se creó una técnica
innovadora de capacitación participativa que se lleva a cabo en el campo: la
Escuela Agrícola en el Campo. Los campesinos se reúnen una vez por semana
durante la temporada de 12 semanas de la campaña agrícola, desde el momento
del transplante hasta la cosecha, y obtienen conocimientos de la ciencia básica
y las técnicas de los que depende el éxito del MIP. Su primera tarea consiste en
sembrar una parcela experimental de arroz que hará las veces de aula.

En esta parcela estudian sobre sanidad vegetal, aprovechamiento del agua,


condiciones meteorológicas, densidad de las yerbas y enfermedades. También
recopilan y hacen dibujos de los distintos insectos que aparecen en el campo, y
aprenden a distinguir entre las “plagas” y los insectos “buenos”, es decir, los
depredadores que impiden que aumente la población de los dañinos.

Existen tres tipos de plagas del arroz:

 los barrenadores del tallo


 los dobladores de la hoja
 los insectos de las semillas
Los barrenadores del tallo pueden producir daños que se perciben visualmente,
aunque las pérdidas que producen son escasas. Los dobladores de las hojas
limitan la capacidad de la planta de hacer la fotosíntesis, al literalmente plegar
las hojas. Pero una planta de arroz puede tolerar que se “doble” hasta el 10 por
ciento de sus hojas sin mermar su rendimiento. Los insectos de las semillas no
suelen ser tan numerosos que produzcan pérdidas en las cosechas.

A menudo, cuando los campesinos observan el daño superficial producido por


las plagas, que en realidad no dañarían las cosechas, rocían plaguicidas porque
piensan que sus cultivos corren peligro. Es evidente que cuando los precios del
arroz se han disparado, los agricultores están particularmente ansiosos por
proteger sus cultivos a cualquier costo.

Opciones para controlar las plagas

Los agricultores también pueden aprender otras técnicas de control de plagas,


útiles cuando corren peligro los cultivos. Entre éstas está la eliminación y
destrucción manual de los insectos, la reproducción de insectos depredadores
benéficos, colocar trampas para las plagas, y alternar y diversificar los cultivos.
También se promueve la utilización de variedades de plantas resistentes a las
plagas. Como último recurso se aplican cantidades limitadas de una variedad
restringida de insecticidas contra cierto tipo de plagas.

El apoyo mutuo y la discusión entre compañeros es vital para lograr un


cambio sostenible

El trabajo de grupo, la solución conjunta de los problemas y la toma colectiva


de decisiones es fundamental en el programa de las Escuelas Agrícolas. “El
apoyo mutuo y la discusión entre compañeros es vital para lograr un cambio
sostenible del comportamiento –explica Kevin Gallagher, oficial superior del
MIP de la FAO-. El MIP es una tecnología nueva para muchos agricultores y
resulta difícil cambiar sin ayuda”.

Al observar la vida en el campo, los agricultores ven directamente lo que quiere


decir “equilibrio ecológico”. Observan la cadena alimentaria y, lo más
importante, ven que las plagas no necesariamente devastan un campo sin
plaguicidas. También ven que las plantas de arroz pueden soportar cierto daño
producido por las plagas sin que esto repercuta en los rendimientos. Los
agricultores comparan el rendimiento de una parcela experimental con el de sus
terrenos, y sopesan el costo de los plaguicidas que han aplicado frente al costo
del tiempo extra que han pasado en el campo vigilando la situación.

Pero el MIP no consiste en un conjunto fijo de reglas. Se trata de un


planteamiento dinámico, orientado a los agricultores, para resolver los
problemas actuales del campo, que pueden ser distintos de los de ayer y de los
de mañana.

Los agricultores se unen para promover prácticas agrícolas saludables en


el MIP de la comunidad

Según Andrew Bartlett, funcionario de la FAO: “En el transcurso de los años


se ha creado en Asia un nuevo tipo de programa de capacitación en materia de
MIP, que se ha denominado ‘MIP de la comunidad’, y consiste en programas
adaptados a las condiciones locales en que se llevan a cabo”.

El MIP de la comunidad consiste en que los agricultores organicen y lleven a


cabo las actividades del programa, y en vez de ser sus receptores lo promuevan.
Comprende una acción de grupo que utiliza los conceptos agroecológicos del
MIP para el análisis de problemas, elaboración de estudios de campo y
realización de experimentos. Sobre todo, el MIP de la comunidad se trata de
que los agricultores unan sus fuerzas para promover y proteger las prácticas
agrícolas más sanas y eficientes que conozcan.

SINTOMAS Y SIGNOS

Las plantas tienen que superar numerosos problemas si quieren


sobrevivir. Todo tipo de plagas y hongos están siempre a la espera de que
muestre cualquier signo de debilidad para atacarla.

Se pueden evitar, por supuesto, pero a veces no resulta sencillo. Para ayudarte
a cuidar de ellas, te damos unos consejos para que sepas identificar
los principales síntomas de plagas y enfermedades en las plantas.

Síntomas de plagas

Los insectos pueden atacar a las plantas durante todo el año, siendo la primavera
y sobretodo el verano sus estaciones favoritas. El ambiente seco y cálido
favorece a las cochinillas, a los pulgones, y a muchos otros, como la araña roja
o la mosca blanca. Pero, además, no nos tenemos que olvidar de las larvas de
algunos insectos, como las del picudo rojo de las palmeras, las cuales necesitan
comer cantidades ingentes de la planta para saciar su apetito.

Pero, ¿qué daños les provocan a nuestras plantas? Los más frecuentes son:

Hojas dañadas: pueden estar mordidas por caracoles, arrugadas por la presencia
de pulgones, o presentar áreas de color plateado por los trips.

Hojas secándose rápidamente: las larvas del picudo rojo se alimentan del
cogollo de la palmera, y lo primero que se suele ver es el debilitamiento de las
hojas. Si la plaga avanza, en cuestión de días caerán y ya no se podrá hacer nada
para salvar a la planta.

Síntomas de enfermedades

Los hongos son unos organismos que siempre están presentes en el entorno. Si
nos excedemos con el riego o si la humedad es demasiado alta, la planta se
puede llegar a debilitar. Asimismo, hay que tener en cuenta que si no ponemos
pasta cicatrizante tras podarlas y/o no desinfectamos las herramientas antes y
después del trabajo, el riesgo de que terminen afectadas es alto.

Podremos saber si la planta tiene alguna enfermedad si observamos:

 Polvo blanco o grisáceo en las hojas, debido al oidio.


 Pequeños bultos en el envés de las hojas y decoloraciones en el haz,
como consecuencia de la roya.
 Pudrición del tallo, especialmente en plantas jóvenes, como causa del
hongo Phythophtora.

Recuerda revisar tus plantas periódicamente para detectar a tiempo cualquier


síntoma de plaga.

Opciones para controlar las plagas

Los agricultores también pueden aprender otras técnicas de control de plagas,


útiles cuando corren peligro los cultivos. Entre éstas está la eliminación y
destrucción manual de los insectos, la reproducción de insectos depredadores
benéficos, colocar trampas para las plagas, y alternar y diversificar los cultivos.
También se promueve la utilización de variedades de plantas resistentes a las
plagas. Como último recurso se aplican cantidades limitadas de una variedad
restringida de insecticidas contra cierto tipo de plagas.

El apoyo mutuo y la discusión entre compañeros es vital para lograr un


cambio sostenible
El trabajo de grupo, la solución conjunta de los problemas y la toma colectiva
de decisiones es fundamental en el programa de las Escuelas Agrícolas. “El
apoyo mutuo y la discusión entre compañeros es vital para lograr un cambio
sostenible del comportamiento –explica Kevin Gallagher, oficial superior del
MIP de la FAO-. El MIP es una tecnología nueva para muchos agricultores y
resulta difícil cambiar sin ayuda”.

Al observar la vida en el campo, los agricultores ven directamente lo que quiere


decir “equilibrio ecológico”. Observan la cadena alimentaria y, lo más
importante, ven que las plagas no necesariamente devastan un campo sin
plaguicidas. También ven que las plantas de arroz pueden soportar cierto daño
producido por las plagas sin que esto repercuta en los rendimientos. Los
agricultores comparan el rendimiento de una parcela experimental con el de sus
terrenos, y sopesan el costo de los plaguicidas que han aplicado frente al costo
del tiempo extra que han pasado en el campo vigilando la situación.

Pero el MIP no consiste en un conjunto fijo de reglas. Se trata de un


planteamiento dinámico, orientado a los agricultores, para resolver los
problemas actuales del campo, que pueden ser distintos de los de ayer y de los
de mañana.

Los agricultores se unen para promover prácticas agrícolas saludables en


el MIP de la comunidad

Según Andrew Bartlett, funcionario de la FAO: “En el transcurso de los años


se ha creado en Asia un nuevo tipo de programa de capacitación en materia de
MIP, que se ha denominado ‘MIP de la comunidad’, y consiste en programas
adaptados a las condiciones locales en que se llevan a cabo”.

El MIP de la comunidad consiste en que los agricultores organicen y lleven a


cabo las actividades del programa, y en vez de ser sus receptores lo promuevan.
Comprende una acción de grupo que utiliza los conceptos agroecológicos del
MIP para el análisis de problemas, elaboración de estudios de campo y
realización de experimentos. Sobre todo, el MIP de la comunidad se trata de
que los agricultores unan sus fuerzas para promover y proteger las prácticas
agrícolas más sanas y eficientes que conozca

LOS INSECTOS

Los insectos (Insecta) son una clase de animales invertebrados del filo de
los artrópodos, caracterizados por presentar un par de antenas, tres pares
de patas y dos pares de alas (que, no obstante, pueden reducirse o faltar). La
ciencia que estudia los insectos se denomina entomología. Su nombre proviene
del latín insectum, calco del griego ἔντομα, 'cortado en medio'.1

Los insectos comprenden el grupo de animales más diverso de la Tierra con


aproximadamente un millón de especies descritas,23 más que todos los demás
grupos de animales juntos, y con estimaciones de hasta 30 millones de especies
no descritas, con lo que, potencialmente, representarían más del 90 % de las
formas de vida del planeta.4 Otros estudios más recientes rebajan la cifra de
insectos por descubrir a entre 6 y 10 millones de especies.56

Los insectos pueden encontrarse en casi todos los ambientes del planeta,
aunque solo un pequeño número de especies se ha adaptado a la vida en
los océanos. Hay aproximadamente 5000 especies
de odonatos (libélulas, caballitos del diablo), 20 000
de ortópteros (saltamontes, grillos), 120 000

de lepidópteros (mariposas y polillas), 160 000 de dípteros7


(moscas, mosquitos), 9800 de dictiópteros (cucarachas, termitas, mantis),
5200 ftirápteros (piojos), 1900 sifonápteros (pulgas), 82 000
de hemípteros (chinches, pulgones, cigarras), 350 000
de coleópteros (escarabajos, mariquitas), y 153 000 especies
de himenópteros (abejas, avispas, hormigas).

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