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ADAPTARSE A CLASES LUEGO DE LAS VACACIONES

Escrito por: Lic. Zoar Carranza


Revisado por: Lic. Patricia López
2014

Por lo general, las vacaciones representan un tiempo de diversión y


descanso en el cual las principales actividades son recreativas tales como
jugar, pasear, compartir con la familia, relajarse, dormir y sobre todo: no
hacer tarea. Por el contrario, el inicio de las clases representa la vuelta a
la rutina, horarios, aburridas responsabilidades, un cambio significativo
que puede ser difícil para la mayoría de los niños.

Después de semanas haciendo cosas divertidas, el contraste con la


rutina del colegio puede provocar en el niño llanto, negativa a estudiar,
desobediencia, mal humor, expresiones como: “No quiero”, “No me lleves”,
“Eres malo (a), te odio”. No conforme con eso, para los padres también se
suman gastos, cambios de horario y, a veces, el regreso a sus empleos por
lo que pueden sentirse abrumados y no saben qué hacer.

Para lograr un cambio exitoso del “tiempo de vacaciones” al “tiempo de


clases” es importante comprender que se requiere una adaptación
progresiva que varía para cada familia de acuerdo a ciertas características
como la edad, maduración, situación emocional del núcleo familiar,
recursos económicos, entre otros.

La búsqueda de ayuda profesional oportuna puede ser muy beneficiosa


ya que el especialista cuenta con herramientas para manejar las diversas
situaciones que se puedan presentar. Sin embargo, no siempre se tiene
acceso a este recurso por lo que a continuación se presentan algunos
concejos que aliviarán el regreso a clases.

1. Comprenda a su hijo.
Para los padres y cuidadores puede ser muy inquietante ver el cambio
de conducta en los niños, sobre todo si están comenzando la etapa
escolar. Es importante comprender que su reacción es normal, el regreso a
clase frecuentemente no es agradable ya que no solo significa de dejar de
realizar las actividades divertidas de vacaciones sino que también implica
alejarse de casa, de su ambiente seguro por lo que el apoyo y contención
de los padres es fundamental.

2. Mantenga una actitud positiva.


Las diferentes conductas que pueden manifestar los niños se dan por la
anticipación a cosas desagradables como levantarse temprano o hacer
tareas. Por eso es importante mantener la atención del niño en las cosas
buenas y divertidas de las que dispondrá tales como volver a ver a sus
amigos, participar en actividades nuevas, paseos, realizar experimentos,
manualidades, utilizar materiales escolares nuevos y llamativos y sobre
todo el apoyo así como saber lo orgulloso que están sus padres por su
esfuerzo.

3. Realice los preparativos para el colegio con el niño.


Mantener una actitud positiva es difícil, tanto para el niño como para
los padres ya que estos también deben ocuparse de los preparativos para
el inicio de clases y eso suele abrumar a los representantes. Un recurso
que permite realizar estas tareas y ayudar a los niños a entusiasmarse
con el regreso al colegio es involucrarlos a ellos en las actividades a
realizar. Algunas sugerencias son:
a. Elaboren la lista de compras tanto de útiles como de uniformes con
sus hijos.
b. Realicen las compras juntos y permítale escoger al niño entre varias
opciones que usted pueda comprar. Procure buscar precios más
asequibles y comprar en un solo sitio ya que algunos establecimientos
ofrecen descuentos dependiendo de la cantidad de artículos.
c. Una vez que tengan todo lo necesario, permítale al niño acomodar su
uniforme y sus útiles escolares.
d. Si es un colegio nuevo, visitar las instalaciones unos días antes
puede ayudar al niño a acostumbrarse más rápidamente.
4. Establezca la rutina con antelación.
Durante las vacaciones, los niños suelen acostarse muy tarde, se
despiertan tarde y por lo general no han realizado ningún tipo de actividad
relacionada con el colegio. Volver a la rutina de un día para el otro puede
ser muy difícil e incomodo para todos; retomar estas actividades de
manera progresiva una o dos semanas antes de iniciar las clases suele ser
de gran ayuda ya que permite al niño acostumbrarse nuevamente a la
rutina.
Acostar y levantar al niño un poco más temprano cada día, unos pocos
minutos (por ejemplo 10) serán más llevaderos para él que dos horas
repentinas. De igual manera realizar actividades académicas con los
contenidos estudiados el año escolar anterior durante treinta minutos
unos días antes de empezar las clases, preferiblemente en el horario en el
que asistirá a la escuela, suele ser de gran ayuda.

5. Antes y después del primer día de clase.


La noche anterior, prepare el uniforme y el bolso con su hijo y ante las
negativas del niño a ir al colegio, recuérdele los aspectos positivos.
Converse con él sobre sus inquietudes o cualquier otro aspecto que quiera
mencionar sobre la escuela.
Acompañarlo el primer día es de gran apoyo, especialmente si inicia la
etapa escolar y al despedirse, recuérdele que lo vendrá a buscar y deséele
un buen día. Cuando regrese de clases, conversen sobre lo ocurrido

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