1.- Objetivos
- Identificar las categorías de semillas forrajeras.
- Recordar las etapas en la planificación de un semillero.
- Seleccionar las técnicas de manejo adecuadas a la especies forrajeras destinadas a la
producción de semillas.
- Aplicar los criterios usados para determinar el momento de cosecha de las especies.
- Conocimiento de la legislación vigente.
2.- Contenidos
2.1.- La producción de semilla en los sistemas: Tipos de semilleros. Factores que
afectan la producción de semilla. Rendimientos potenciales. Legislación: Normas a
cumplimentar. Categorías de semillas.
2.2.- Manejo del cultivo: Desfoliación, polinización, control de adversidades.
Maduración de la semilla, momento de iniciación de la cosecha y métodos. Manejo del
cultivo post-cosecha.
Tipos de semilleros
Existen dos tipos:
*Semillero comercial: el objetivo principal es la producción de semilla, y el objetivo
secundario es la producción de heno. Este heno es de muy buena calidad porque se riega
y fertiliza de manera óptima para la producción de semilla, y como consecuencia el
pasto también queda bien dotado de nutrientes. Además, es de muy buena calidad ya
que tiene alta proporción de hojas.
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Fertilización del cultivo
El manejo va a depender de varios factores:
Historia del potrero.
Nivel de fertilidad actual.
Sistema de siembra (pura o consociada).
Susceptibilidad del cultivo al crecimiento exuberante.
Susceptibilidad a enfermedades.
Régimen de defoliación utilizado.
Comp Inflor/ m2 Flores/Inf Óvulos/ Rto. Pot. Rto. Efect. % Rto. Pot.
Especie flor (tn/ha) (tn/ha)
Alfalfa 3750 16 10 12,0 0,5 4
T. Blanco 600 100 6 1,8 0,4 22
T. Rojo 750 110 2 2,6 0,6 23
Raigrás 2000 200 1 8,0 1,0 13
P. Ovillo 600 760 1 4,6 0,8 17
Festuca 660 680 1 9,0 1,0 11
Aislamiento
Gramíneas: en general, las de diferente género no se fecundan entre sí; las del
mismo género pero diferente especie (raigrás anual y perenne) sólo a veces producen
híbridos. Las del mismo género y especie se fertilizan fácilmente entre sí (festuca
Kentucky y festuca El Palenque).
Es aconsejable separa los lotes por lo menos 100 metros si se quieren obtener
semillas puras.
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Leguminosas: tampoco son probables los cruzamientos entre plantas de distinto
género o de distinta especie de un mismo género; pero las variedades distintas de una
misma especie son muy fértiles entre sí.
Es aconsejable separar para esos casos los lotes por lo menos 150 metros.
El Estado, representado por el INASE, debe controlar a través del ejercicio del
poder de policía de comercio, el cumplimiento de estas dos obligaciones: la existencia
del rótulo y de la autorización pertinente.
Etapas de multiplicación
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*Semilla certificada: es la progenie de la anterior, producida por semilleristas
especializados (controlados y supervisados). Se debe producir un volumen suficiente
para satisfacer la demanda.
*Semilla comercial: es la que se comercializa en mayor volumen, y proviene de
productores especializados o empresas.
Manejo del rastrojo: en este sentido, tanto el rastrojo seco como la paja esparcida
que queda como desecho de la cosecha constituyen, por lo general, un buen caldo de
cultivo para el desarrollo de enfermedades y la multiplicación de insectos nocivos.
Parecería que las respuestas a tratamientos tendientes a eliminar los rastrojos luego de la
cosecha, dependen de varias condicionantes tales como volumen de forraje seco, grado
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de infección de malezas, presencia de enfermedades o plagas, edad del semillero y
especies forrajeras en producción.
Manejo en Otoño
Con referencia a las defoliaciones realizadas en otoño, éstas parecen afectar tanto
los semilleros jóvenes como a los viejos.
Han observado en Dactylis glomerata, Festuca arundinacea, Festuca pratensís y
Festuca rubra efectos negativos cuando se realizan pastoreos en el año de siembra, y
también otro autor no recomienda desfoliar semilleros de Lotus corniculatus durante el
primer año.
Sin embargo, en la mayoría de los casos es posible afirmar que realizando a las
gramíneas defoliaciones prudentes en el otoño, se puede obtener un número mayor de
macollas fértiles en Dactylis glomerata; un mayor macollaje y menor daño por heladas
en Lolium perenne y Dactylis glomerata; y un mayor número de inflorescencias en
Lolium perenne.
En leguminosas, este aspecto también es importante. En Trifolium pratense cuando
se realizan cortes prudentes durante el desarrollo vegetativo se obtienen incrementos en
la producción de semillas sobre el control sin cortes.
Manejo de invierno
En cuanto a los tratamientos de invierno, hay concordancia en resaltar el estímulo
que tiene la defoliación en las gramíneas tanto sobre el macollaje como sobre el número
de tallos fértiles.
La falta de luz es aparentemente uno de los factores básicos que impide que los
tallos vegetativos se transformen en reproductivos.
Otra de las ventajas que se logra con la defoliación durante el desarrollo vegetativo
especialmente a fines de invierno es evitar los problemas que acarrea el acamado, como
consecuencia de un desarrollo foliar excesivo.
La eliminación de dicha masa vegetal favorece posteriormente una mayor
iluminación a nivel de las inflorescencias, una mejor polinización tanto por el viento
como por los insectos y fundamentalmente una cosecha fácil al eliminar el exceso de
follaje que complica la trilla y la limpieza de la semilla.
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Etapa reproductiva: el conocimiento de la época del año en que ocurre la iniciación
floral de las diferentes especies y variedades es muy importante para el manejo de los
semilleros.
En general el desarrollo y la expansión de las estructuras florales son acompañadas
por el alargamiento de los entrenudos con la consiguiente elevación de los meristemos
apicales; los que en consecuencia quedan expuestos a ser comidos por los animales.
Dactylis glomerata y Lolium perenne pueden ser desfoliadas durante otoño e
Invierno hasta aproximadamente dos semanas antes de que comience la iniciación
floral, sin que se registren reducciones importantes en su producción de semillas.
Luego del comienzo de la iniciación floral y a medida que se va formando la
inflorescencia, un tratamiento de desfoliación puede causar una seria disminución en los
rendimientos.
En las leguminosas la respuesta a la desfoliación es diferente según el hábito de
crecimiento y el ciclo de la especie que recibe el tratamiento. Así, mientras algunas
especies como Trifolium repens o Trifolium subterraneum soportan desfoliaciones aún
tardías dada la ubicación contra el suelo de sus puntos de crecimiento, otras como
Trifolium pratense pueden ser afectadas severamente a medida que avanza su desarrollo.
En cuanto a su ciclo, en general las especies de ciclo estival como Medicago sativa
y Lotus corniculatus admiten sin problemas defoliaciones primaverales, dada su
excelente capacidad de rebrote en dicha época del año.
Se debe recordar que si a muchas leguminosas se les permite florecer libremente en
forma continua desde fines de invierno, las primeras inflorescencias presentan un bajo
porcentaje de cuajado pues la población de abejas y su actividad en esa época del año es
pequeña. Por consiguiente, una defoliación realizada oportunamente permitirá
concentrar la floración hacia una época más avanzada y más adecuada, en que la
población de insectos polinizadores y su eficiencia son mayores.
En general, en las leguminosas el pastoreo o corte del primer crecimiento primaveral
otorga ventajas importantes para una mayor producción de semillas.
Consideraciones generales
Los tratamientos de defoliación aplicados en un semillero pueden provocar las
siguientes modificaciones primarias:
a) Variación en la población de macollas o tallos.
b) Reducción en el volumen de sustancias de reserva acumuladas en las plantas.
c) Variación en las superficies foliares de intercepción de luz.
d) Eliminación de los primordios florales.
e) Alteración en las hojas superiores de los tallos fértiles (gramíneas).
Las desventajas del pastoreo directo en lotes destinados a semilla son que disminuye
el vigor general de la planta cuando es realizado inoportunamente; favorece la
compactación del suelo disminuyendo el drenaje y la aireación; desempareja la
superficie provocando problemas en la cosecha.
En cuanto a los efectos secundarios del pastoreo, se tratará siempre de que éstos
sean efectuados con animales provenientes de praderas limpias, libres de malezas en
semillazón, o de campos naturales. Los animales serán retirados cuando por lluvias
excesivas haya falta de piso y siempre que sea posible después de los pastoreos se
utilizarán rastras para esparcir las deyecciones.
Resumiendo, la finalidad de la defoliación de un semillero debe encuadrarse dentro
de los siguientes objetivos de acuerdo con cada especie:
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-Eliminar los restos viejos y/o secos de vegetación.
-Promover una buena formación de macollas o tallos.
-Controlar los crecimientos excesivos.
-Favorecer una floración uniforme, simultánea.
-Controlar la presencia de malezas, plagas o enfermedades,
-Facilitar los procesos de recolección y trilla.
-Posponer la fructificación hacia épocas más favorables: alfalfa se cosecha en
diciembre y febrero, siendo la de diciembre de mayor producción. Pero si el año es
malo o se enferma, puede cortarse al ras en diciembre y cosechar solamente en
febrero.
Polinización
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En la mayor parte de las especies la polinización es cruzada. En gramíneas es
fundamentalmente por el viento, y en leguminosas por insectos. Entre las especies
autopolinizables se encuentran la vicia y el trébol de carretilla.
Normalmente la población de insectos naturales no es suficiente y en la mayoría de
los casos la producción de semilla de cultivos destinados a tal fin, a los que no se les ha
provisto de polinizadores, es bajo o sencillamente antieconómica.
Por consiguiente, la introducción de insectos polinizadores en los semilleros de
leguminosas de polinización cruzada es uno de los aspectos esenciales que no debe ser
descuidado en el manejo de dichos cultivos.
La utilización de insectos polinizadores como la abeja melífera presenta grandes
ventajas, ya que además de elevar la semillazón, la producción de miel como
subproducto es de excelente rentabilidad.
Abejas silvestres: Las abejas silvestres son polinizadoras muy eficientes dado que
son en especial recolectoras de polen. En este grupo pueden citarse abejorros, avispas,
lechiguanas, mangangaes, guángueros, etcétera.
Sin embargo, su baja población y la dificultad para su manejo, dado que son insectos
insociables o muy poco sociales, impiden que ocupen realmente un lugar importante en
el manejo de los semilleros.
Normalmente estos insectos cumplen una misión complementaria a la de las abejas
melíferas, ya que por si solos no cubren las necesidades de polinización de los cultivos.
Su trabajo es, por lo general, muy eficiente pues son menos afectados por las
condiciones ambientales (temperatura, humedad y viento) y trabajan más horas por día
que la abeja melífera. A ello debe agregarse que, como se expresara anteriormente,
tienden a recolectar más polen que néctar, dando como resultado final una gran labor
polinizadora.
Una de las mayores dificultades para su utilización como polinizadores es que no
forman colmenas, nidificando en montes, suelo, matas de pastos, rajaduras, cuevas, etc.,
lo que dificulta su control. Además su población es muy variable a lo largo del año.
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Las recolectoras de néctar "sin experiencia" o sea que se enfrentan a la flor en forma
directa, se apoyan sobre la quilla y alas e insertan la cabeza contra el estandarte o
simplemente se apoyan sobre este pétalo en una posición invertida e introducen su
probóscide en la flor.
Su forma de trabajo provoca indirectamente el desenlace de la flor por lo que estas
abejas ejercen también acción polinizadora.
Luego de muchas incursiones, las "sin experiencia" aprenden a cosechar el néctar
por el costado, con lo que pasan a formar el grupo de las "con experiencia" y por lo
tanto no polinizadoras.
Por otro lado, las recolectoras de néctar "con experiencia" descienden sobre la flor e
insertan su cabeza entre el estandarte y el ala. Su trabajo no provoca el desenlace y
aunque así ocurriera no habría polinización cruzada porque la columna estaminal no
toca su cuerpo.
Las recolectoras de polen deben producir necesariamente el desenlace de la flor.
Una vez seleccionada la flor, la abeja se apoya en la misma y empuja con su cabeza
contra el estandarte. Al mismo tiempo hace presión sobre la quilla provocando el
desenlace, momento en que la columna estaminal toca la parte ventral de su cabeza y
tórax. Posteriormente, el polen adherido a su cuerpo es transferido por las patas
protorácícas y mesotorácícas hacia las canastillas del último par de patas donde se
almacenan los granos de polen.
Población de colmenas
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Con una población alta de polinizadores no sólo se busca un alto porcentaje de
cuajado, con lo que se logran buenos rendimientos, sino lo que también es muy
importante, una maduración pareja del cultivo que facilita la cosecha.
En algunas especies como trébol blanco y Lotus, la población de dos abejas por
metro cuadrado parece ser suficiente y ello se logra ubicando dos colmenas por
hectárea. En otras, como alfalfa y trébol rojo, dicha población debe ser elevada en forma
apreciable, lo cual se alcanza con seis o más colmenas por hectárea, recomendándose en
alfalfa llegar hasta diez:
Especie Nº colmenas/ha
Trébol blanco 2-4
Lotus 3-5
Trébol rojo 4-7
Alfalfa 7-10
Tratamientos sanitarios
En los casos en que se deba efectuar al semillero algún tratamiento con insecticidas
o acaricidas para controlar plagas, éstos en general deberían ser aplicados antes o
después del período de floración. Cuando sea necesario utilizarlos durante dicha etapa
del cultivo es importante realizar el tratamiento con las mayores precauciones, para lo
cual deberá conocerse al detalle no sólo las características del producto sino también los
hábitos de vida y trabajo de los insectos polinizadores.
Control de adversidades
Control de malezas
Este objetivo debe ser perseguido durante todas las etapas del cultivo, desde el
momento previo a la instalación, tratando de elegir chacras limpias, hasta el momento
de la limpieza y clasificación final de la semilla ya cosechada, realizando los ajustes
adecuados a la maquinaria en la planta de procesamiento.
Desde ese momento y de allí en adelante se tratará de controlar todos aquellos
lugares de la chacra que se muestren como posibles focos para iniciar la infestación. A
tal efecto se cuidarán principalmente los bordes, partes abandonadas, montes, aguadas,
zonas con mayor porcentaje de malezas, etc., las que pueden extenderse y comprometer
posteriormente el semillero.
Las malezas presentes en semilleros de primer año difieren muchas veces de
aquellas de los años subsiguientes. A medida que aumenta la competencia por parte de
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la forrajera sembrada y la compactación del suelo, van desapareciendo muchas de las
malezas anuales. Posteriormente éstas son reemplazadas por malezas perennes, muchas
de ellas estoloníferas y rízomatosas o anuales de fácil resiembra, que pueden convertirse
en serios enemigos del semillero, pudiendo terminar con la vida útil del mismo.
En siembras puras de leguminosas, estas especies son muy vulnerables al
enmalezamiento tanto de gramíneas como de especies de hoja ancha, debido a que éstas
se ven muy beneficiadas por la disponibilidad de nitrógeno aportado por la leguminosa.
La presencia de semillas de malezas en los lotes cosechados puede transformarlos en
productos imposibles de comercializar.
Entre otras especies, pueden citarse: biznaguílla, víznaga, apío cimarrón, nabo,
mostaza, cardos, abrepuños, cuscuta, flor morada, cízaña, llantén, lengua de vaca, tutía,
sorgo de Alepo.
Una diferencia importante entre pasturas y semilleros, en lo que respecta al combate
de malezas, es que muy probablemente en estos últimos el control por métodos
mecánicos o químicos puede ser más rentable que en las primeras.
Normalmente el método de control aplicado depende del tipo de reproducción y de
la longitud de vida de la maleza. Por lo común, es más económico el control de las
especies perennes, ya que las especies anuales debido a su mecanismo de semillazón
simple y profuso aseguran, por períodos mayores de tiempo, su persistencia en las
chacras.
b) Cortes: Los cortes cumplen un rol más importante que los pastoreos para eliminar
en forma homogénea las malezas y en particular aquellas anuales de hábito erecto y
crecimiento más rápido que la propia forrajera. Sin embargo, períodos llovedores que no
permiten entrar al semillero con la maquinaria, pueden complicar este manejo.
El corte resulta inútil cuando las malezas son de hábito postrado, las que muchas
veces se ven favorecidas al ser eliminada la competencia que le ejercían las especies de
porte mayor.
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Si bien el corte puede constituirse en un aliado muy importante para combatir
malezas anuales, en el caso que éstas sean perennes constituye un método de menor
eficiencia.
No se debe olvidar que con los sucesivos cortes las malezas van adquiriendo hábitos
cada vez más postrados, terminando por florecer y fructificar por debajo del nivel de
defoliación.
c) Carpidas: tiene por finalidad controlar las malezas y airear el suelo. Este
tratamiento adquiere gran importancia en el primer año del cultivo y especialmente
durante los primeros meses del mismo.
En estos casos la labor debe ser realizada superficialmente, de tal manera de no herir
las raíces de las plantas forrajeras, no traer a la superficie nuevas semillas de malezas, ni
promover pérdidas de humedad. No se debe olvidar que el objetivo principal es sólo
controlar las malezas y en los suelos pesados también romper la costra superficial.
La labor puede efectuarse con cualquier implemento especializado (carpidores,
cultivadores, etc.) y al realizarla se evitará que el suelo removido cubra la hilera
sembrada del cultivo.
Posteriormente, durante el desarrollo del cultivo es posible que se deban realizar
nuevas carpidas.
Sin embargo, en cultivos sembrados a las distancias normalmente recomendadas,
muy probablemente ya en el año de siembra este tratamiento no deba ser repetido dado
que las plantas cubrirán el entresurco lo que constituirá una importante autodefensa por
competencia.
Dado que en las siembras en líneas juntas y al voleo es imposible efectuar carpidas,
si se debe realizar un tratamiento mecánico para controlar malezas, éste podrá ser
efectuado mediante el pasaje de rastras muy livianas, siempre que las plantas del cultivo
estén bien arraigadas.
En semilleros viejos es muy conveniente el pasaje de rastras, aunque en este caso
pesadas, para eliminar malezas, lográndose a la vez separar las matas y producir
renuevos.
a) Tipos de tratamiento:
I) Aplicaciones de presiembra
II) Aplicaciones de preemergencia
III) Aplicaciones de postemergencia
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verdaderas. En las gramíneas forrajeras la aplicación se podrá efectuar cuando éstas
posean dos a cuatro hojas, si bien en algunos casos habrá que esperar el macollaje.
Cuando se trate de combatir gramíneas en semilleros de leguminosas, los
tratamientos podrán efectuarse siempre que el área foliar de estas últimas sea menor que
el de las primeras. De lo contrario, su pueden ocasionar daños difíciles de reparar.
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En cuanto a las enfermedades, el uso de fungicidas resulta antieconómico por los
altos costos de los productos y la frecuencia con que deben ser aplicados en una masa de
follaje que debería protegerse continuamente.
El control de enfermedades en los semilleros puede encararse a través de diferentes
caminos tales como:
a) sembrando variedades con mayor resistencia o tolerancia;
b) protegiendo las plantas al prevenir posibles infecciones, mediante barreras entre
éstas y la enfermedad;
c) evitando ataques mediante la selección de áreas o fechas libres de la enfermedad;
d) evitando la introducción de enfermedades a zonas libres de las mismas;
e) reduciendo la severidad de la enfermedad en áreas infestadas;
f) erradicando la enfermedad por métodos químicos.
GRAMINEAS
Entre los agentes patógenos más destacables que es posible encontrar en las semillas
de las gramíneas, pueden citarse un número elevado de especies del orden Ustilagínales
(Tílletía y Ustílago); de los géneros Claviceps y Dreschlera, así como nematodos del
género Anguina; todos ellos parásitos del ovario de las gramíneas al cual reemplazan
con sus estructuras reproductivas.
LEGUMINOSAS
En esta familia, el número de enfermedades transmitido por las semillas es
importante pudiéndose distinguir tres grupos de patógenos: bacterias, hongos y virus.
Aspectos generales: no se debe olvidar que en el momento más crítico en el cual la
infección de la semilla puede resultar más peligrosa es durante el período de floración,
particularmente al germinar los granos de polen sobre el estigma hasta el momento de la
fecundación del óvulo.
Maduración de la semilla
Deben conocerse todos los cambios que se producen, a medida que se forma y
madura la semilla en los principales parámetros que fijan su calidad; para luego
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manejarlos tratando de alcanzar la producción máxima en cantidad y calidad, sin
pérdidas por adelantos (semilla liviana y de baja calidad) o atrasos (desgrane
generalizado) en la cosecha.
Tamaño o peso
La forma más común de expresar el tamaño individual de las semillas de un lote es a
través del peso de mil semillas.
Dicho peso alcanza un máximo en las primeras etapas del proceso de maduración
para luego disminuir como consecuencia de la pérdida de agua en tanto la semilla
alcanza su madurez total.
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Las inflorescencias tempranas maduran más rápido y poseen semilla más pesada que
las tardías y dentro de cada inflorescencia las semillas basales de cada espiguilla son
más pesadas que las distales y producen plántulas con rendimientos más altos de
materia seca.
Cuando las semillas no han completado su proceso de maduración son livianas y
normalmente eliminadas durante la trilla y limpieza; habiéndose calculado que entre un
25 y 35% del rendimiento puede ser perdido por esta razón.
Humedad
El contenido de humedad de las semillas aumenta rápidamente en la primera fase de
su desarrollo para luego permanecer más o menos estable hasta la última fase en que
decrece aceleradamente hasta alcanzar cierta estabilidad de acuerdo con las variaciones
de la humedad ambiente.
En general, el contenido de humedad de las semillas al iniciar la cosecha es muy
variable entre 45 y 15% de acuerdo con especies y épocas.
Consistencia
El estado del endosperma varía progresivamente desde el fluido incoloro hasta el
granular blanco pasando por numerosos estados intermedios en consistencia y
coloración.
Si la semilla presenta baja consistencia se producirán durante los golpes que
acompañan a la trilla numerosos machucones, resquebrajamientos y quebraduras que
provocan pérdidas de semillas, constituyen una vía muy eficaz para la penetración de
enfermedades, o afectan la vida del germen y en consecuencia bajan sensiblemente el
poder germinativo del lote.
Viabilidad
El porcentaje de viabilidad o de germinación constituye la forma de expresar el
porcentaje de embriones que han completado su desarrollo y son capaces de germinar
luego de ser expuestos a condiciones favorables.
La habilidad para germinar es directamente proporcional al peso de las semillas, por
lo que la viabilidad incrementa al avanzar el proceso de maduración.
Si bien es cierto que la germinación total máxima se logra temprano en el desarrollo
de la semilla, la máxima energía germinativa se logra en etapas posteriores; por lo que
parecería que la pérdida de humedad es necesaria para retener la viabilidad.
Cambios bioquímicos
a) Carbohidratos: se ha determinado que un endosperma está fisiológicamente
maduro cuando su contenido de almidón ha alcanzado un máximo estable y su
contenido de azúcares libres un mínimo estable; en otras palabras a medida que una
semilla madura, se produce un aumento del almidón y una disminución de los azúcares
libres. Desde el punto de vista práctico, para determinar el momento de la cosecha
parecería que esperar a que la fracción azúcares libres se presente en el menor nivel,
expone a pérdidas importantes de semillas, ya que el desgrane se produce en etapas
previas a dicho mínimo estable.
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c) Hormonas reguladoras del crecimiento: si bien las auxinas y las giberelinas se
encuentran en proporciones elevadas durante las primeras etapas del desarrollo, dichos
niveles descienden paulatinamente a medida que la semilla va completando su
desarrollo y alcanzando las diferentes etapas de madurez.
Abscisión o desgrane
En cuanto a la domesticación de las especies forrajeras es necesario desarrollar
plantas de fácil cosecha, pero con porcentajes elevados de recolección de semillas lo
cual asegurará su multiplicación y rápida expansión.
Algunas gramíneas forrajeras como Dactylis glomerata, Festuca rubra, Lolium
perenne y Poa pratensis poseen niveles aceptables de retención de semillas mientras
que otras como Brachiaria mutica, Festuca pratensis, Lolium multiflorum, Panicum
maximum, Phalaris tuberosa poseen aún las características de sus ancestros.
En general, la intensidad del desgrane es pequeña al principio del período de
maduración, luego se incrementa sensiblemente para volver a niveles bajos al final del
mismo.
Las causas más comunes del desgrane en las gramíneas son: la fragilidad de la
raquilla, la formación de un tejido o capa de abscisión en el pedicelo y la formación de
un callo en la base de la semilla con la desarticulación de la misma.
Momento de iniciación de la cosecha
Diagnóstico de rendimientos
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Para obtener una idea más o menos acabada de la factible productividad en semillas
de la especie forrajera deberá recurrir, como no podía ser de otra manera, a algunos
componentes naturales del rendimiento.
Con tal finalidad dividirá la chacra en grandes zonas contrastantes de acuerdo con el
aspecto general de la misma y en ellas arrojará marcos de hierro. Se cuenta la cantidad
de plantas que hay en el mismo, se realiza la cosecha, se pesa y se refiere este valor a
hectárea.
El rendimiento de semillas en Gramíneas es:
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-Consistencia del grano.
-Color de las inflorescencias.
-Color de los pedúnculos florales.
-Desgrane del extremo de la inflorescencia.
-Contenido de humedad de la semilla.
Algunos de ellos son de poco valor práctico para el productor que no sigue de cerca
la evolución de su semillero.
Sin embargo, para fijar con certeza el momento de cosecha, el contenido de
humedad de las semillas parecería ser el más adecuado para operar a nivel de productor,
siguiéndole en prioridad el estado de consistencia de la semilla.
En la mayoría de las gramíneas el momento óptimo de cosecha puede ser ubicado
cuando las semillas presentan entre 30 y 45% de humedad, mientras que en las
leguminosas es algo menor, entre 25 y 35%.
Sin embargo, es imprescindible recalcar que el momento adecuado para comenzar la
cosecha de cada cultivo difiere con cada sistema de cosecha empleado. Así en
gramíneas, el contenido de humedad para la cosecha directa es menor al apropiado para
corte e hilerado.
Cuando se tiene en cuenta la consistencia de la semilla, el momento recomendable
para iniciar la cosecha será cuando la población de inflorescencias presente algunas
semillas al estado lechoso, la mayoría en masa y algunas sólido.
En general, es posible afirmar que cuando la cosecha es efectuada cuando las
semillas se encuentran en estado en masa más bien dura poseen entre 30 y 40% de
humedad, según especies y se alcanzan los mayores rendimientos.
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Preparación final del semillero
Se debe tener siempre presente que los desecantes resultan más eficientes en
aquellos casos en que se coseche semillas y frutos de plantas donde la supervivencia de
los tallos y de la parte aérea no es deseable y si lo es su secado rápido.
La mayoría de las sustancias desecantes son herbicidas de contacto y normalmente
su acción es tan rápida que no existen posibilidades de que el proceso de abscisión de
las hojas pueda tener lugar y en consecuencia éstas no se separen de la planta. Sin
embargo se logra el principal objetivo, el secado rápido de toda la parte aérea.
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Para evitar problemas en tal sentido, se ha tratado de relacionar el grado de madurez
del cultivo con el momento de la aplicación. Para alfalfa y Lotus respectivamente, éste
coincide cuando el 75% de las vainas toman color marrón y otro autor recomienda
cuando el porcentaje de vainas que adquiere dicha coloración es 75% en Lotus y 80%
en alfalfa y tréboles blanco y rojo.
Desventajas:
-Es esencial que el desecante cubra totalmente el cultivo.
-En semilleros densos es necesario una doble aplicación.
-La semilla debe estar completamente madura en el momento del tratamiento porque
el desarrollo de la semilla cesa al realizarse la aplicación.
-Los rendimientos pueden ser bajos en cosechas tempranas que tienen un porcentaje
alto de frutos verdes.
-Requieren buena coordinación entre el momento de la aplicación del desecante y el
de las operaciones de cosecha.
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-La semilla cosechada posee alto porcentaje de humedad por lo que necesita secado
inmediato.
-No se adapta a cualquier tipo y condiciones de crecimiento de semilleros.
-El forraje tratado no puede utilizarse para alimentar ganado en forma inmediata.
Problemas de la cosecha
a) La mayoría de las especies forrajeras no mueren antes de la iniciación de la
cosecha (sólo las anuales) y en consecuencia existe un exceso de materia verde que
complica notablemente la recolección y la recuperación de la semilla en la trilla.
b) La falta de uniformidad en la floración, fructificación y maduración afectan el
momento de la cosecha, debiéndose buscar el equilibrio, entre la pérdida de semillas
inmaduras en cosechas muy tempranas y la de semillas muy maduras que se desgranan
en cosechas tardías.
Métodos de cosecha
La elección del método de cosecha depende de la especie y variedad, del sistema de
siembra utilizado (al voleo o en líneas), del estado del cultivo en el momento de la
cosecha, de las condiciones ambientales y básicamente del equipo agrícola disponible.
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con este método de cosecha, el peligro de contaminación con semillas de malezas de
altura menor a la barra de corte puede ser importante.
Sin embargo, la ocurrencia de lluvias impredecibles, mientras el cultivo se encuentra
en hileras, pueden complicar seriamente el proceso de cosecha. En estos casos, para
facilitar el secado se pasará el rastrillo hilerador en sentido inverso, tratando de prever
posibles excesos de humedad en el material trillado.
Dichos inconvenientes pueden resultar muy serios en especies de fácil desgrane
especialmente en algunas leguminosas como lotus (Lotus corniculatus) en el cual las
vainas se abren y expulsan con fuerza a las semillas maduras y en algunas gramíneas,
como falaris (Phalarís tuberosa L.).
Asimismo, si durante el período de hilerado la humedad es alta, pueden ocurrir
pérdidas importantes en el rendimiento debido a un proceso activo de respiración.
En general, es posible afirmar que si bien mediante este método es factible obtener
rendimientos altos de semilla de la mejor calidad, también es cierto que implica un
número mayor de operaciones que elevan los costos de producción.
De todas maneras, debe quedar bien claro que semilleros que ocupan superficies
extensas o que maduren en forma desuniforme deben ser cosechados forzosamente.
b) Cosecha directa:
Con menos de 40% de humedad es posible efectuar cosecha directa aunque existen
posibilidades de que ocurran daños en las semillas.
En algunas oportunidades se recomienda realizar la cosecha con porcentajes de
humedad cercanos a 20% lográndose el éxito en aquellos casos en que los cultivos son
muy poco desgranadores. La etapa más apropiada es en promedio alrededor de 35% de
humedad.
Este método se lleva a cabo con cosechadoras de arrastre y automotrices y es el más
económico ya que se gana en tiempo y trabajo.
Se recomienda especialmente en semilleros de especies de maduración pareja, poco
desgranadoras, o de follaje poco suculento y en semilleros pequeños o con baja
población de malezas.
Por otra parte, el exceso de humedad del material cosechado (del follaje y de las
semillas inmaduras de la propia forrajera y de las malezas presentes) puede causar
problemas.
En algunas regiones, para evitar ambos riesgos se realiza con éxito una doble
cosecha. La primera es efectuada con la cosechadora actuando simplemente como
hileradora para lo cual se ajusta de tal forma que sólo las semillas bien maduras se
desprenden de la planta y el resto del material es despedido y ubicado en hileras sobre el
rastrojo.
Una vez que dicho material adquiere el porcentaje de humedad deseado se levanta
en una segunda cosecha mediante la cosechadora con accesorio recolector.
Los riesgos que se corren con la cosecha directa son mayores, cuanto mayor es la
superficie del semillero.
La cosecha directa no puede realizarse en semilleros con excesivo follaje ni menos
aún en aquellos que por mal manejo o por condiciones climáticas muy favorables para
el crecimiento, se encuentran volcados.
Tampoco, como ya se expresó, es recomendable en cultivos de maduración
desuniforme donde la calidad de la semilla puede verse notablemente disminuida.
Por el contrario, la cosecha directa es fundamental en aquellos estados más tardíos
de maduración donde el sistema de corte e hilerado puede llevar a grandes pérdidas por
desgrane.
23
Dado que en muchos de los cultivos forrajeros la semilla esta fisiológicamente
madura cuando aun el follaje se encuentra completamente verde (especialmente en
leguminosas), es posible utilizar productos desecantes que permiten el quemado o
secado de la parte aérea mediante pulverizaciones previas a la cosecha directa.
Esto facilita enormemente la trilla al disminuir el volumen de material verde,
lográndose menores pérdidas de semilla y una mayor calidad de la misma. El uso de
desecantes es recomendable también en aquellas zonas húmedas donde es común o
factible la ocurrencia de lluvias importantes en el período de cosecha.
c) Engavillado y trilla:
Con él se han obtenido los mayores rendimientos, especialmente en pastos con
panojas o espigas con tallos largos que permiten la formación fácil de las gavillas.
La cosecha con segadora-atadora debe iniciarse en una etapa temprana de desarrollo
de la semilla, la cual completa su maduración durante un periodo de espera variable
entre 10 y 14 días en forma de gavillas reunidas en parvas en el campo.
Se trata de un método poco económico que requiere tiempo y trabajo.
El corte del cultivo debe hacerse alto tratando de levantar un volumen bajo de masa
verde y formar gavillas no muy grandes.
Las parvas deben formarse tan pronto la humedad de las gavillas lo permita y se
tratará de construirlas de tal forma que presenten buena ventilación con lo que se
evitarán calentamientos que provoquen inconvenientes en la calidad de la semilla.
24
tendrá que recurrir a los cortes cuando el rocío se transforma en un eficaz aliado contra
el desgrane, siempre claro está, que no dificulte el trabajo de las maquinarias.
Pérdidas de semillas
Las recomendaciones para comenzar la cosecha basadas en los porcentajes de
humedad de las semillas permiten obtener rendimientos altos de semilla de calidad al
ser esta cosechada en la etapa óptima del proceso de maduración evitando a la vez la
pérdida por desgrane.
Si bien aún en condiciones climáticas ideales pueden ocurrir pérdidas que oscilan
entre 15 y 25%, debido al mal tiempo reinante previo a la cosecha éstas pueden alcanzar
a un 30-40%.
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corriendo los riesgos que acompañan a la recolección de semillas no totalmente
maduras.
b) Pérdidas durante la cosecha: las principales causas que provocan una disminución
en los rendimientos comprenden aspectos relacionados con:
l) Vuelco de plantas.
2) Desuniformidad de altura de fructificación.
3) Excesivo volumen de materia verde (relación alta follaje-semilla).
4) Mala regulación de la maquinaria.
Si bien las pérdidas de semillas en las etapas previas, durante y luego de la cosecha
reducen notablemente los rendimientos finales, existen otros factores de fundamental
importancia que también contribuyen a disminución de la producción del semillero.
Estos son muy especialmente, aquellos que afectan la calidad de a semilla como
consecuencia de daños mecánicos durante la trilla, debidos normalmente a una
velocidad excesiva del cilindro.
Los daños mecánicos pueden ser causados por quebraduras, cortes o heridas y
presiones de diferente intensidad.
De ahí entonces que no sólo es importante regular la trilladora para evitar la pérdida
de semilla por disminución de su volumen, tanto de semillas enteras como de trozos de
las mismas por daños mecánicos, sino también por la disminución de su calidad a través
de un menor poder germinativo. A pesar de que este objetivo no es fácil de conseguir
plenamente, por lo menos se podrá mejorar mediante una época adecuada de cosecha y
una regulación apropiada de la maquinaria tratando de controlar durante el proceso el
contenido de humedad de las semillas.
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Cuanto mayor sea el porcentaje de humedad de la semilla al ser cosechada, menor
debe ser la temperatura de secado. De ello se deduce que a medida que una semilla
pierde agua al avanzar el proceso de secado, la temperatura podrá ser elevada
racionalmente.
Así por ejemplo, cuando el lote de semillas posee un porcentaje de humedad
superior al 20%, la temperatura no podrá pasar de 30 °C; entre 10 y 20% de humedad la
temperatura deberá mantenerse no mayor de 38 °C; mientras que por debajo de 10% de
humedad la temperatura podrá alcanzar 43 °C.
Procesos biológicos que suceden en una semilla de acuerdo con su porcentaje de humedad
Cuando el porcentaje de humedad es:
-Superior a 35-60%, la semilla puede germinar según la especie.
-Entre 35-60% y 18-20%, la semilla respira en forma acelerada lo cual conduce a
pérdida de reservas y probablemente a temperaturas elevadas que conspiran contra la
vida del germen. Existe gran peligro de desarrollo de microorganismos y de ardido.
-Entre 18-20% y 12-14%, la semilla aún respira en forma activa y en aquellas con
daños mecánicos es posible que aparezcan ataques de microorganismos.
-Entre 13 y 10%, la semilla presenta condiciones favorables para su conservación en
ambientes abiertos; aunque es muy sensible a daños mecánicos, ya que la menor
ocurrencia de daños mecánicos se produce entre 13 y 16% de humedad.
-Alrededor de 8-9%, la semilla presenta muy buenas condiciones para su
conservación no sólo debido a la vida de la semilla en sí sino también debido a que la
mayoría de los microorganismos e insectos no encuentran un medio ambiente apropiado
para su desarrollo, dado el bajo tenor de humedad.
-Entre 4-8%, la semilla se encuentra en condiciones ideales para su almacenamiento
por largo tiempo en recipientes cerrados.
Sistemas de secado
El secado de las semillas puede efectuarse mediante sistemas que utilicen aire a
temperatura ambiente o aire caliente y la elección del mismo depende básicamente del
volumen de producción de semillas y de las condiciones ambientales de la zona.
27
que se considere que hayan alcanzado porcentajes de humedad adecuados para su
almacenamiento.
Por el método del tendido, la semilla que llega de la chacra es inmediatamente
esparcida en capas sobre superficies lisas de diferentes materiales, tales como:
hormigón, ladrillos, madera, encerados, etc., ya sea a la intemperie o en tinglados,
cobertizos y galpones.
Como ya se ha expresado, es uno de los sistemas más comunes y de más bajo costo,
ya que no exige ni el conocimiento de técnicas refinadas, ni la disponibilidad de
instalaciones especiales; adaptándose a aquellas situaciones en que la producción de
semillas del establecimiento no alcanza volúmenes elevados.
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c) semillas livianas, chuzas y de tamaño inferior al normal (que se debió disminuir
fijando la fecha de cosecha más adecuada).
Entre los principales objetivos del procesamiento deben citarse:
a) lograr semilla con alto grado de pureza eliminando materia inerte (pajas, casullo,
etc.), semillas de malezas y semillas del cultivo sin madurar, semillas dañadas por
plagas y enfermedades o durante los procesos de cosecha y manipulación;
b) lograr semilla bien formada y de tamaño uniforme eliminando la semilla liviana,
quebrada, deforme, etcétera;
c) lograr semilla saludable por tiempo prudencial evitando condiciones adversas o
tratando los lotes con productos químicos que controlen hongos e insectos.
Recepción
Los lotes de semilla son recibidos en los galpones generalmente embolsados o a
granel.
Acondicionamiento
Antes de realizar la limpieza básica o limpieza propiamente dicha es necesario
efectuar en algunos casos trabajos de acondicionamiento que permiten aumentar los
rendimientos cuanti y cualitativos de las maquinarias de limpieza y clasificación gracias
a una regulación más eficiente. Entre éstos pueden incluirse los de prelimpieza y
desbarbado.
La operación de prelimpieza es una labor de gran capacidad y con ella se trata de
eliminar en forma grosera las partículas de mayor y menor tamaño presentes en el lote
de semillas en vías de procesamiento.
En otras oportunidades es necesario eliminar las aristas o barbas de ciertas semillas,
con lo que se facilitan los procesos posteriores de limpieza y clasificación.
Limpieza y clasificación
La limpieza y clasificación constituye una etapa muy importante en la explotación
de los semilleros y tiene por finalidad eliminar en su totalidad las impurezas que
acompañan a los lotes de semillas provenientes de las chacras, uniformizando y
elevando su calidad independientemente de sus características genéticas.
La limpieza y clasificación debe ser realizada con la mayor eficiencia (máxima
capacidad de separación y mínima pérdida de semillas) ya que de otra manera el costo
de la operación aumenta en forma notable.
La técnica de limpieza se basa en las diferencias entre distintos caracteres físicos de
las semillas tales como tamaño, peso, textura, forma, color, caracteres físicos de su
pericarpio, etcétera.
Entre las ventajas más destacables de la limpieza y clasificación debe destacarse el
logro de semilla de tamaño y forma uniforme, lo que permite una mejor regulación de
las máquinas a la siembra así como germinación y vigor inicial parejo.
29
Las separadoras por densidad son empleadas básicamente para mejorar la calidad
del lote, después de haber sido clasificado por tamaño, eliminando semillas atacadas por
insectos o microorganismos, así como semillas chuzas o que se encontraban en estados
tempranos de su desarrollo al ser efectuada la cosecha.
De esta manera, a pesar de que las semillas poseen prácticamente el mismo tamaño
o muy similar, son separadas del lote debido a su menor peso específico.
Almacenamiento
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Cuando se trata de conservar semilla, de ninguna manera se pretende incrementar la
vida de la misma, ni detener totalmente su proceso normal de deterioro; sino al menos
minimizarlo y de esta manera ofrecer al productor semilla capaz de convertirse en
cultivos densos y vigorosos.
El volumen relativamente reducido que ocupan en los depósitos, frente al alto precio
que alcanzan, justifican sin duda que se tomen las máximas precauciones para su
correcto almacenamiento; lo que permite disponer de semilla de máxima calidad en
cualquier época del año.
Humedad
Un alto contenido de humedad de la semilla constituye el principal obstáculo para
lograr una buena conservación. A mayor porcentaje de humedad mayor será la tasa de
respiración de la semilla y en consecuencia también mayores los gastos de reservas, lo
que conduce finalmente a pérdidas de longevidad.
Pero así como contenidos de humedad superiores a 14% pueden ser nefastos para la
prolongación de la vida de las semillas, a medida que dicho porcentaje desciende por
debajo del 6%, existe un deterioro en la viabilidad de las semillas como consecuencia de
un proceso de auto-oxidación de los lípidos. Esto llevaría mediante diferentes
reacciones, a la destrucción de la estructura de las membranas celulares, a inactividad de
enzimas, a la aparición de anormalidades cromosómicas y aun de mutaciones.
Temperatura
Cuanto más baja es la temperatura, mayores son las probabilidades de lograr una
buena conservación. Este concepto es aplicable hasta temperaturas cercanas a 0 °C
debido a que a medida que éstas descienden progresivamente la actividad de los hongos
y la multiplicación de los insectos.
En general es posible afirmar que se alcanza una buena conservación manteniendo
las temperaturas entre 0 y 12ºC.
A medida que aumentan las temperaturas y en especial entre 21 y 27ºC, la actividad
de los hongos e insectos se ve muy favorecida.
Aireación
Durante el almacenamiento y en las condiciones que se colocan las bolsas
generalmente, es decir, formando estibas de distinto espesor y altura, muchas veces se
producen focos de elevación de temperaturas en las bolsas que forman las camadas
inferiores.
Por ello, se recomienda formar estibas angostas dejando espacios adecuados entre
estas y las paredes del depósito y entre las distintas estibas, tratando también de dejar
siempre espacios apropiados entre la camada inferior y el suelo del depósito. Esto
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permitirá una buena aireación y reducción de los riesgos de elevación de temperaturas
en las camadas inferiores.
Tipos de envasados
En primer término es posible disponer de envases porosos confeccionados con
arpillera, algodón, papel y tela de plástico, los cuales permiten el pasaje libre de la
humedad llevando a un continuo intercambio. Estos embalajes requieren que se deba
ejercer un buen control de la humedad ambiente, el cual deberá ser tanto mayor cuanto
menos cerrados sean los envases.
Un segundo grupo de envases permite un pasaje restringido de la humedad. Entre
otros pueden citarse aquellos realizados con telas asfálticas, papeles reforzados o
formados por varías capas, y toda una gama de materia prima sintética como polietileno,
etcétera.
Finalmente, un tercer grupo comprende aquellos envases herméticos que no
permiten el intercambio gaseoso y la penetración de la humedad. Entre ellos se
encuentran los recipientes de papel celofán, de aluminio, metálicos, etc.
La mayoría de los envases de los últimos dos grupos que permiten un intercambio
restringido o nulo de humedad presentan ventajas importantes, pudiéndose citar entre
otras un mayor mantenimiento del poder germinativo y una mejor defensa contra
microorganismos e insectos.
Los recipientes más utilizados comercialmente son las bolsas de arpillera o de
algodón que son rusticas, resistentes y fáciles de estibar así como las bolsas de papel
reforzado constituidas por varias hojas solas o combinadas con otras materias primas
(capas de asfalto, aluminio o polietileno).
En ciertas ocasiones las bolsas de papel ubicadas en la parte inferior de la estiba no
soportan presiones grandes y se abren; mientras en otras las bolsas de plástico se
deslizan impidiendo un buen almacenamiento.
De todas maneras, cualquiera sea el tipo de envase adoptado deberá cumplir con los
siguientes requisitos básicos:
a) Resistir y soportar presiones o tensiones fuertes.
b) Ser fácil de manipular y distribuir.
c) Proteger las semillas de roedores e insectos.
d) Ser durable y atractivo.
e) Impedir la posibilidad de mezclas físicas con semillas extrañas.
f) Ser de bajo costo.
g) Ser fácil de rotular.
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Los datos mínimos incluyen especie, variedad y procedencia de la semilla,
debiéndose agregar mayor información tal como etapa de multiplicación, número de
lote, año agrícola, porcentajes de germinación y pureza, fecha de realizados dichos
análisis, tratamiento recibido por la semilla (curasemillas), etc., de acuerdo con la
reglamentación vigente en cada país.
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- Prácticas culturales eficientes (uso de variedades reconocidas, densidad de
siembra, distancia entre hileras, control de malezas, etc.).
- Apropiado control de insectos perjudiciales.
- Riegos en cantidad y momentos adecuados.
- Eficiente uso de los polinizadores.
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momentos precisos, una falta de definición acerca del sistema apropiado de
multiplicación, la inestabilidad en la oferta de semilla, etc.
Requerimientos Climáticos
Mientras que el riego y un verano seco, con días calurosos y soleados inciden
positivamente en la producción de semilla, las precipitaciones estivales la reducen
seriamente. Las condiciones climáticas que favorecen la producción de semilla son:
1) Período de crecimiento de por lo menos 150 días.
2) Temperatura promedio de 24-25"C durante el día y mas de 18ºC en la noche, a lo
largo del período de floración.
3) Aire relativamente seco (menos del 50% de HR) durante el día y la noche en el
momento de floración.
4) Alta heliofanía y sin viento (o de moderada intensidad) durante floración, con un
mínimo de días nublados y frescos.
5) Días largos (con un mínimo de 14 horas de luz).
6) Una distribución de lluvias o riego que provea adecuada humedad del suelo para
un crecimiento vegetativo temprano, con reducción gradual de la humedad a partir del
momento de la floración.
Requerimientos de suelo
La alfalfa tiene considerable resistencia a la sequía, a la salinidad y al frío,
adaptándose, por eso, a un amplio rango de condiciones climáticas. No obstante, para
alcanzar un óptimo de producción, requiere suelos bien drenados, con bajo contenido de
álcalis y sales solubles y una profundidad mayora 1 m. Falta de drenaje y exceso de
humedad en el suelo son considerados factores adversos para la producción de semilla,
por favorecer un excesivo desarrollo vegetativo, producir muerte de plantas por asfixia
radicular, y permitir el desarrollo de enfermedades de raíz.
La salinidad es un problema en muchas de las áreas productoras de semilla bajo
riego.
Son preferibles los suelos arcillosos, arcillo-limosos o franco-arcillo-limosos, con
buena capacidad de retención de agua, a los arenosos.
35
Establecimiento del cultivo
*Elección y Preparación del Suelo: debe tenerse en cuenta la presencia de malezas
problemas como cuscuta (Cuscuta Sp.), gramón (Cynodon dactylon L.), pasto puna
(Stipa brachychaeta G.), sorgo de alepo (Sorghum halepense L.), enredadera
(Polygonum convolvulus L.), trébol de olor (Melilotus sp.), etc. La presencia de alguna
de las malezas mencionadas sería motivo suficiente para buscar otro lote, en especial
cuando la invasión de cuscuta es importante.
Las prácticas de preparación de suelo son las que permitan conseguir una cama de
siembra fina y firme, precedidas por un tiempo suficiente para un barbecho apropiado.
Las capas duras (pisos de arado) deben destruirse con labores profundas antes de iniciar
la preparación definitiva.
En áreas bajo riego una adecuada sistematización del lote a sembrar es de enorme
relevancia. Una pendiente del grado de 0,5% a 0,2% facilitara la distribución del agua.
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a) Plantas con crecimiento mas erecto, más abiertas, que permiten un mejor acceso
de los polinizadores a las flores, una mejor penetración de la luz y un aumento de la
temperatura del suelo.
b) Disminuye el vuelco y se reduce la humedad en la canopia de la planta, lo cual
hace disminuir las enfermedades de hoja y el manchado o ardido de las semillas por un
exceso de humedad.
c) Reduce la caída de flores y vainas.
d) Favorece la penetración de los productos químicos para el control de malezas e
insectos, y un mayor contacto con el defoliante en la cosecha.
e) Permite contar con mayor flexibilidad en el manejo de los riegos y el control de
malezas.
Tallos/superficie Racimos/superficie
Racimos/tallo
Flores/racimo Vainas/racimo
Semillas/vaina Rendimiento de semilla (kg/ha)
Peso mil semillas
Control de malezas
El control de malezas en todo semillero de alfalfa debe ser permanente, desde el
establecimiento del cultivo hasta el proceso final de limpieza y clasificación de la
semilla.
Es más sencillo y económico eliminar malezas en el lote que hacerlo durante el
procesamiento de la semilla cosechada.
Las semillas de malezas mas difíciles de separar de la de alfalfa son las de sorgo de
alepo, rúcula (Eruca sativa G.), yuyo colorado (Amaranthus Sp.), roseta (Cenchrus Sp.),
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lengua de vaca (Rumex crispus L.), Cuscuta, porotillo (Hoffmanseggia falcaria) y
tréboles de olor.
Medidas de prevención
Las malezas bien establecidas son difíciles de controlar. La mejor estrategia de
manejo es anticiparse y prevenir los problemas que puedan ocasionar. Los factores a
tener en cuenta son:
- Elección apropiada del lote: En campos infestados con malezas perennes, como
sorgo de alepo, gramón, cebollin (Cyperus rotundus L.), pasto puna, sanguinaria
(Polygonum aviculare L.) y yuyo sapo (Wedelia glauca H.) el control es más eficiente y
económico realizado antes de la siembra. En lo posible, deben rechazarse lotes
infestados con malezas problema, como la cuscuta.
Adecuada preparación del terreno y la cama de siembra: La germinación rápida y
uniforme de la semilla será estimulada por una cama de siembra bien preparada. Las
labores anticipadas realizadas criteriosamente liberan al suelo de malezas y evitan
interferencias en la implantación del cultivo.
Apropiada época de siembra: Los lotes sembrados muy tarde en verano pueden ser
infestados por malezas estivales, mientras que los sembrados muy tarde en otoño
germinaran y crecerán muy lentamente, permitiendo que las malezas de invierno
desarrollen antes que el lote este en condiciones de ser tratado con herbicidas. Una
buena implantación permitirá un crecimiento competitivo a la invasión de malezas.
Mantenimiento de la limpieza: El control de malezas debe efectuarse en el lote de
alfalfa y sus alrededores, incluyendo los canales y acequias de riego. Todos los equipos
de labranza y cosecha deben limpiarse cuidadosamente.
38
La complementación de los herbicidas mencionados con 2,4-DB (750 a 1.000 g
i.a./na) en postemergencia resulta eficaz en el control de especies latifoliadas que
escapan a la acción de trifluralina o EPTC, como las crucíferas y los cardos (Carduus
Sp.).
En el caso de gramíneas anuales y perennes se cuenta con un número imponente de
herbicidas selectivos como, por ejemplo, cletodim, fenoxaprop-p-etil, haloxifop-metil,
quizalofop-etil, quizalofop-p-etil y setoxidim.
Control de la cuscuta
Esta maleza anual es una especie parásita. Cada plántula que emerge comienza a
rotar lentamente, en el sentido de las agujas del reloj, buscando la planta huésped. Una
vez encontrada, la cuscuta se adhiere y penetra, por medio de haustorios, en el
hospedante. A partir de ese momento la plántula parásita pierde todo contacto con el
suelo y comienza a vivir a expensas de la planta parasitada. La cuscuta parasita no solo
la alfalfa, sino también otras especies cultivadas (cebolla, papa, tomate, tréboles,
zanahoria, etc.) y malezas (Cardo ruso, quínoa, etc).
La cuscuta es una especie que se caracteriza por presentar semillas "duras‛'
(tegumento impermeable), que facilita su permanencia en el suelo por periodos de 10-20
años. Una vez infestado un lote es necesario largo tiempo para su control efectivo. Se
reproduce y difunde exclusivamente por semillas que tienen la particularidad de
presentar forma, peso y tamaño muy similares a las de alfalfa, lo que dificulta su
separación con las máquinas tradicionales.
La cuscuta aparece generalmente en forma de manchones aislados. Las medidas
preventivas a tener en cuenta son: no sembrar un cultivo para semilla en lotes que hayan
tenido infestaciones importantes de esta maleza; no sembrar semillas de alfalfa
infestadas con semillas de cuscuta; asegurar una adecuada limpieza de la cosechadora
cuando proviene de lotes infestados; controlar todas las plantas de cuscuta y malezas de
hoja ancha (posibles hospederas) que se desarrollen a lo largo de caminos, alambrados y
canales de riego, y no permitir la entrada de animales desde un lote contaminado con
cuscuta.
En caso de detectarse cuscuta en lotes ya cosechados, es posible la separación con
un equipo especial conocido como descuscutadora, que aprovecha la mayor rugosidad
de la semilla de la maleza, a la que se le adhieren limaduras de hierro que luego son
separadas mediante un electroimán.
Si la cuscuta aparece en manchones aislados, puede controlarse antes que florezca y
produzca semilla, para lo cual se procederá a cortar las plantas por debajo del lugar
donde la cuscuta esta adherida, dejando luego secar y retirando del lote el pasto cortado;
o se rociara con gas oil el area a tratar y se quemara al secarse el pasto; o se quemara
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directamente el sector con un lanzallamas; o se aplicara un herbicida de contacto
(paraquat) para secar el sector infestado y quemarlo.
En infestaciones generalizadas deben realizarse aplicaciones de herbicidas
preemergentes para eliminar las semillas o las plántulas de cuscuta, antes que se
adhieran a la alfalfa.
Control de insectos
Los problemas de insectos son esencialmente los mismos en un lote para producción
de forraje que en uno para producción de semilla, pero en este último debe prestarse
especial atención a los insectos capaces de producir daños en la etapa de floración,
fructificación y maduración de las semillas. En la etapa vegetativa de la alfalfa es
posible utilizar un espectro mayor de insecticidas que en floración, aunque siempre debe
procurarse la preservación de la fauna útil. La aplicación de insecticidas en floración
debe realizarse al atardecer o a 1a noche, para evitar daños a los polinizadores.
Los insecticidas aplicados en floración tienen efecto negativo sobre la frecuencia de
visita de polinizadores por un tiempo posterior a la aplicación.
-Isoca de la Alfalfa: Esta isoca se alimenta del follaje, racimos florales y vainas en
desarrollo, aunque los mayores daños se producen desde la mitad hasta el final de la
estación de crecimiento.
Suele suceder que esta isoca ataca asociada con otras especies como la militar tardía,
bolillera o medidora. Si bien los umbrales de daño son semejantes, las técnicas de
control difieren.
Las isocas militar tardía, medidora y bolillera han sido detectadas alimentándose de
ramilletes florales.
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Por ser larvas de hábitos nocturnos, son difíciles de detectar si no se escarba el sustrato
o broza alrededor de la corona.
Los trips son insectos comunes en las flores de alfalfa y generalmente pasan
desapercibidos para el observador común. En las inflorescencias provocan decoloración
y posterior marchitamiento de las flores, afectando la formación de semilla. El ataque de
trips se relaciona con el aborto floral.
Las larvas de gorgojos provocan severos daños a las raíces, disminuyendo el stand
de plantas y la longevidad del cultivo. Las larvas son sensibles a insecticidas aplicados
al suelo, como carbofuran, clorpirifós y aldicarb, mientras que también es posible, y
probablemente más fácil, el control químico de los adultos.
Polinización
La polinización deficiente es uno de los factores que mas ha dificultado la
producción de semilla de alfalfa en el mundo. Esto se debe a la elevada autoesterilidad y
la disposición morfológica de sus flores.
El desenlace es la liberación de la columna sexual (pistilo y estambres) de cada flor,
lo que ocurre por una presión del insecto. La polinización cruzada tiene lugar cuando,
en el momento del desenlace, la columna sexual golpea en el insecto que transporta
polen de otras flores, resultando así la transferencia de polen e iniciándose el proceso de
fecundación.
Cuando ocurre autofecundación, solamente un 36%, aproximadamente, de las flores
fecundadas forman vainas, mientras que se llega al 60% en caso de polinización
cruzada. Además de reducir el vigor de la plántula, la autofecundación por una
generación, reduce la producción de semilla en un 62% y la de forraje en un 50%
aproximadamente.
El polen competitivo en realidad estimula a las abejas a colectar mas polen de todas
las fuentes disponibles, incluyendo la alfalfa.
Cosecha
La cosecha de semilla de la mayoría de las especies forrajeras ofrece inconvenientes
que suelen provocar grandes perdidas. En alfalfa, las principales causas son: 1)
condiciones climáticas desfavorables; 2) pobre preparación del terreno; 3) control
deficiente de malezas; 4) inadecuado método de cosecha (hilerado, recolección y trilla o
defoliado con cosecha directa); 5) ajuste incorrecto del equipo trillador, que produce un
incompleto trillado y daño, y 6) separación inadecuada de semilla y granza.
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Si se considera que una perdida de 3 a 4 kg/ha es normal, debe tenerse en cuenta que
la mala regulación del equipo puede ocasionar pérdidas de semilla mayores que la
cantidad que se cosecha.
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Normalmente genera niveles de rendimiento que superan significativamente a los
obtenidos con el método tradicional, ya que con este ocurren notables perdidas de
semilla que, en algunos casos, pueden llegar a ser totales.
Cuando se realiza el método del hilerado en condiciones de baja humedad relativa y
en presencia de fuertes vientos, puede perderse más del 50% de la semilla.
El cultivo así tratado es sometido a un secado rápido y homogéneo, no siendo
necesario esperar el riesgoso secado natural de las hileras en el campo, llegando a la
cosecha con la planta en pie y evitando el uso del implemento recolector.
En lo referente a la calidad de la semilla obtenida por el método de defoliación, se
ha comprobado que la germinación no se ve afectada aunque, ocasionalmente, puede
aumentar el número de semillas duras. La semilla cosechada en forma directa no
presenta inconvenientes de manchado ni reducción en su poder germinativo. El insumo
desecante, si bien de costo relativamente elevado, es económicamente justificable si se
obtiene un incremento significativo en los rendimientos de semilla.
Cuchilla de corte
Su acción produce un importante desgrane en cultivos previamente desecados.
El uso de un nuevo sistema de cabezal con picos sopladores ("air jet") montados
sobre los puntones levantadores, redujo las pérdidas por desgrane.
Manejo post-cosecha
Una vez realizada la cosecha es aconsejable remover o destruir el rastrojo lo antes
posible. El mismo puede ser retirado mediante rastras, enfardado o quemado.
Un riego de post-cosecha mantendrá el vigor de las plantas, ayudara en la
germinación de las plantas voluntarias.
Consideraciones generales
En cultivos para producción de semilla, el momento de máxima floración debe
coincidir con el período de mayor actividad de los polinizadores.
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El corte en primavera es usualmente utilizado como práctica reguladora de la
floración.
En San Juan, donde los cultivos son conducidos normalmente para la obtención de
dos cosechas, se ha observado mayor fecundación de flores en plantas donde no se
realizó el corte de primavera.
Además, al iniciarse el período de floración más temprano, se produce una
anticipación de la primera cosecha, eludiendo el riesgo de las lluvias de verano.
Recientes resultados de ensayos experimentales indican la no conveniencia del corte
de primavera, teniendo en cuenta no solamente los rendimientos obtenidos en la primera
cosecha, sino también la ventaja económica y practica que representa la supresión de
varias labores culturales, tales como corte, rastrillado, enfardado, riego adicional y
carpida mecánica.
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