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Las relaciones son geopolíticas entre centro y periferia, en donde el mundo está

dividido jerárquicamente y se habla de estratificación, en contexto de un sistema


imperial y estratificado, la autonomía permitiría una relación intraimperial
suficientemente universal o crecientemente universal. En este contexto se dirá que
América Latina es parte del sistema intraimperial americano que busca asegurar para
el centro imperial materias primas y mercado para sus productos. Existen cuatro
formas de relaciones intraimperiales con EUA: Primacía general, Primacía Regional,
Autonomía Sectorial y Nivel de la dependencia.

Un punto álgido es la Etnocentrismo, basado en el propio desarrollo del imperio


permeando esta relación de sus intereses, destacando que es algo que aún se
mantiene a nivel mundial, hablar de la influencia hegemónica en los espacios
geopolíticos y cuando se refiere a estos, hacen hincapié a varios países en Europa que
fueron colones y que a pesar de haber alcanzado en algún momento su independencia,
siguen dependiendo de potencias, igualmente me parece importante recalcar que igual
se sigue manteniendo la primacía regional, la autonomía y el nivel de dependencia.

El sustento que permitiría a un estado llegar a un desarrollo fundamental depende de


la variable cultural, lo cual es un enfoque distinto, por su lado los dependientitas
mencionan que es a través de la sustitución de importaciones, planificación estatal, lo
que permitirá cambiar esta relación de deterioro en los términos de intercambio. Los
dependientitas piensan que la versión moderna de Cardoso es sino una adecuada
asociación al “Capitalismo dependiente asociado” mientras que para los Marxistas
neoimperialistas en cambio es la ruptura con el capitalismo, la revolución socialista.

En este contexto el autor Jaguaribe definirá el sistema cultural como el que daría la
cohesión para el desarrollo tecnológico, político y participacional, poniendo énfasis
en lo cultural. Este autor concibe la importancia de la Viabilidad Nacional y
Permisibilidad Internacional, con ella se puede alcanzar una autonomía, la cual es
distinta a los teóricos de la dependencia. Su visión no es trágica, puesto que no
estamos condenados a la dependencia o subordinación, tampoco a un sistema
equitativo, pero si existe una posibilidad de maniobra en América Latina, pero no es
una posición estática ni posición determinada por la economía, por la política, sino
que es mucho más dinámica y que no depende solo de lo económico, sino que juegan
elementos políticos y culturales, pero es fundamentalmente geopolítica, es una
posición que supera lo económico.

En este contexto se nombrará esta perspectiva como la más cercano a la


independencia, es decir que el mundo es un sistema imperial en donde se dan
relaciones centro periferia. Para Jaguaribe solo países como Brasil, Venezuela,
Argentina, Chile, posiblemente México y Uruguay y tal vez Colombia son candidatos
a salir de la dependencia y poder tener niveles de autonomía regional y sectorial.

La relación en el sistema intraimperial del estado de América Latina es envolvente, en


el sentido, que los estados latinoamericanos, tendemos a adecuarnos y negociamos
nuestros intereses con el estado imperial. Las relaciones envolventes son de
aculturación, en donde nosotros adecuamos nuestra cultura, instituciones, economía a
los intereses imperiales, poniendo énfasis en la lucha por nuestra autonomía.

Es posible pensar en la existencia de una gran estrategia de América Latina si èsta se


concibe en una clave distinta. No como un paquete articulado de políticas orientadas a
un fin estratégico superior, sino como un principio ordenador de la acción externa de
países de la región que permanece constante a pesar los cambios en el “entorno
estratégico”, tanto en el plano global como regional. Stephen G. Brooks, G. John
Ikenberry y William C. Wohlforth definen una gran estrategia como “un conjunto de
ideas para desplegar los recursos de una nación para alcanzar sus intereses a largo
plazo”, que sirve de guía a la conducta internacional de un país o región con el fin de
preservar o alcanzar determinados intereses que se definen como fundamentales.
Finalmente, es preciso señalar también que América Latina no es un actor
internacional; en consecuencia, cuando hablamos de las grandes estrategias de la
región hacemos referencia a las dos lógicas que han orientado las políticas exteriores
de los países del área, a pesar de las notables diferencias apreciables entre ellos.
También vale aclarar que un mismo país puede haberse regido en distintos momentos
de su historia tanto por la lógica de la autonomía como por la de la aquiescencia.

Las pequeñas grandes estrategias de América Latina han procurado responder, en lo


fundamental y especialmente durante la Guerra Fría, a situaciones y procesos de
naturaleza vecinal (Russell y Tokatlian, 2013; 160) es decir, han sido concebidas y
desarrolladas para afrontar retos y amenazas locales con independencia de las
dinámicas propias del juego de poder global de los grandes poderes

Para Boròn la teoría de la dependencia es un producto genuino de América Latina.


Actualmente, luchar contra la dependencia exige buscar algún mecanismo para
reactivar, organizar y concientizar a los sectores populares, que son quienes pueden
impulsar un cambio. Esta teoría no debe ser entendida como un problema
característico del Sur sino, como una nueva interpretación del capitalismo mundial en
su fase imperialista más radicalizada, mejor conocida como globalización. Se
encuentra en permanente evolución la reflexión sobre imperialismo, ya que ha dejado
de ser eurocéntrica. Su concepto central se fundamenta en el Imperialismo, en su fase
del desarrollo capitalista y en la geopolítica clásica, siendo una reflexión sobre las
consecuencias del control político-militar del espacio; y es desde este concepto que
piensa la relación de América Latina con el mundo. Es decir, la expansión del
capitalismo bajo un control político y militar espacial.

Boròn, cree que los recursos naturales es la naturaleza sujeta de derechos, lo que
implica un cambio de la relación con el mundo, ya que a la naturaleza se le da un
estatuto político. América Latina ha realizado un crucial aporte filosófico y ético –
político al instituir en las constituciones de Bolivia y Ecuador, una nueva concepción
doctrinaria: “Sumak Kawsay” No es un “desarrollo alternativo”, sino algo mucho más
amplio y a la vez más difuso, es una “alternativa al desarrollo”, superadora de la
racionalidad establecida por la modernidad con respecto al progreso, la explotación de
la naturaleza y las relaciones entre los hombres. Considera que América Latina tiene
la posibilidad de proponer otro modelo de civilización, basado en la relación con la
naturaleza y en otro modelo de ocupación política del espacio.

Tickner se enfoca en conocer el mundo desde el lugar en el que estamos situados con
la realidad y dificultades que esta implica y a su vez entender el proceso histórico
como experiencia misma que es constitutiva de la sociedad y deben ser comprendidos
de esta manera en la actualidad para poder relacionarlo con la realidad de cada país,
por lo que desde la dependencia puede ser analizado desde diferentes ángulos,
teniendo en cuenta principalmente la situación desde la cual se puede y se va a
generar conocimiento, ya que las dificultades de un territorio son únicas y no podrían
ser resueltas con un enfoque y concepto diferente al de otro lugar por su contexto
social y cultural.

Su perspectiva de lo internacional hace un llamado a dejar a un lado las teorías de las


relaciones internacionales, debido a que considera que para alcanzar un desarrollo es
importante separar los vínculos internos y externos que afecten a la producción de
conocimiento desde la situación que se generan y comenzar a construir sus propias
ideas, puesto que las teorías pueden perjudicar el conocimiento e influenciar en sus
decisiones. En su lugar hace un llamado a trascender a las ideas académicas
determinadas por la práctica profesionalizaste y su neoliberalización para rescatar la
producción de conocimiento social y políticamente vinculado; y de esta manera saber
interpretar las relaciones de América Latina con el mundo en beneficio de nuestros
propios intereses y de las necesidades del saber, conocer lo internacional recuperando
su propia perspectiva como por ejemplo el feminismo o postcolonialismo haciendo un
llamado a la necesidad de limitarse a lo que los demás manifiesten.

Es importante entenderlo como una geografía del saber en conocimiento económico,


político, social o intelectual, pues al vivir en un lugar determinado permite examinar
el mundo desde varias perspectivas y a su vez entendido dentro del contexto de
centro-periferia para entender el desarrollo de América Latina con un concepto que
permita liberarse y descifrar el vínculo con las redes de conocimiento global, teniendo
en cuenta que la mayoría de conocimiento sobre la periferia es producida por países
céntricos.

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