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Autores: Yamila Vega, Alicia Dematteis, Paula Chaher, Liliana Villegas, Juan Luqui.

Institución: Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 25


Provincia: Carmen de Patagones, Provincia de Buenos Aires

DE MEMORIAS Y OLVIDOS. RELATOS DE SOBREVIVENCIAS Y


ESPERANZAS SOBRE LAS COSTAS DEL RÍO NEGRO

A MODO DE INTRODUCCION, ALGUNAS REFLEXIONES INICIALES

“Todo está guardado en la memoria /sueño de la vida y de la historia,


el engaño y la complicidad /a los genocidas que están sueltos,
el indulto y el punto final / a las bestias de aquel infierno.
Todo está guardado en la memoria / Sueño de la vida y de la historia”.
(León Gieco: La memoria)

El 24 de marzo de 1976 la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas derrocaba a


la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón, asumiendo el gobierno del país.
Las políticas y metodologías de esta “nueva” dictadura militar sostenían la intencionalidad de
poner “orden en la sociedad”, cambiando para ello la normativa legal y desarrollando
paralelamente un plan clandestino de represión que neutralizara y posibilitara el exterminio
físico de sus opositores. De esta manera, las detenciones clandestinas, el encierro por razones
políticas, la tortura y el asesinato constituyeron su estrategia de acción. La figura del
detenido desaparecido implicó la pérdida de los derechos, la privación de la libertad y más
aún, el incierto destino sobre las posibilidades de sobrevivencia que quedaron sujetas a las
decisiones de quienes llevaban a cabo la aplicación del Terrorismo de Estado.
Durante 1983 y 1984 los testimonios reunidos posibilitaron a la Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas, demostrar que la política represiva había cumplido con un plan
sistemático, cuyas consecuencias podían ser reconocidas como la mayor tragedia de nuestra
historia (CONADEP,1985, Prólogo).
Nos proponemos un camino hacia el rescate de la memoria de aquéllos que fueron víctimas de
esta etapa de terror padecida en la Argentina, focalizando la recuperación de las historias
que en las ciudades de Viedma (Prov. De Río Negro) y Carmen de Patagones (Pcia de BsAs),
anudan los recuerdos de Vilma Rial de Meilán (“Chiqui”, como todos la conocen) y su esposo
Oscar Meilán, nativos de esas localidades. Intentaremos recrear los escenarios de la época
donde actuaron, los actores sociales involucrados, pero también los sueños por los que
luchaban, sus motivaciones políticas, el doloroso trayecto que les tocó recorrer y la búsqueda
constante de justicia en la que aún continúan, por aquellos que no volvieron ni tuvieron la
posibilidad de sobrevivir y para que el olvido y la indiferencia no sean posibles.

Coincidimos en que una sociedad sin memoria, es incapaz de aprender del pasado y no puede
transmitir ese aprendizaje a las futuras generaciones. Esa también es la convicción de
nuestros entrevistados.

HAGAMOS UN POCO DE HISTORIA...


Una autora ha señalado que “la política desaparecedora de los años 70 comprendió junto a la
desaparición de personas, el intento de “desaparecer” al mismo tiempo los crímenes y sus
responsables” (Calveiro, 2005,p.12).
Es por eso que en este largo camino transitado en la recuperación de la memoria que lleva ya
30 años sentimos la necesidad de involucrarnos para poder entender qué pasó, qué nos pasó a
todos, desde los diferentes lugares que ocupamos. Buscamos reconstruir las historias para
iluminar este presente y dotar de mayores significaciones al futuro que soñamos. Desde esa
perspectiva, los relatos del matrimonio Meilán tienen la intensidad de sus propias vivencias
pero también son parte de la historia de una generación que vivió la sucesión de golpes
militares y que a partir de 1966 durante la etapa de Onganía, se resistió al proyecto de fuerte
disciplinamiento que el gobierno militar les imponía. Fue en ese contexto de censura,
proscripciones, intervención en la vida política, cultural y social del país, donde surgió la
fuerte politización de los sectores medios y estudiantiles que repudiaron a un gobierno
ilegítimo y autoritario, buscando a través de su masivo ingreso al peronismo diferentes vías de
militancia política. El Cordobazo, la Noche de los bastones largos, los fusilamientos en
Trelew, radicalizaron los enfrentamientos. La inspiración en el modelo cubano y en los
movimientos de liberación que se producían en distintos escenarios, determinó el surgimiento
de las organizaciones armadas. Como señaló un medio de información nacional, estos son
“procesos y momentos que no convienen situarlos en el olvido” (Diario Clarín. Suplemento
Zona,16/10/05).
La tercera etapa del peronismo a partir de 1973, mostró las diferencias profundas que
separaban a los sectores que lo conformaban. La muerte de Perón y la llegada de Isabel al
gobierno, acentuó la tendencia hacia la derechización del poder acompañado de un fuerte
descontrol económico, violencia política y acción parapolicial de la Triple A. La evidente
descomposición del gobierno fue la justificación para que los militares tomaran el poder. El
24 de marzo de 1976 la Junta Militar integrada por los comandantes de las tres armas, Jorge
R. Videla (Ejército), Emilio E. Massera (Marina) y Orlando R. Agosti (Aeronáutica),
inauguraban el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. La represión ilegal y
clandestina que alcanzó su mayor intensidad entre los años 1976 y 1978 fue cuidadosamente
planeada, organizada y dirigida por los más altos niveles de decisión políticos y militares. Sus
destinatarios no fueron exclusivamente los integrantes de las organizaciones guerrilleras
comprometidos con la lucha armada, sino que la ola represiva se extendió a un amplio
conjunto de actores sociales y políticos. Nacía la sociedad patrullada, silenciada en sus
espacios públicos y privados en el marco de la aplicación de la Doctrina de Seguridad
Nacional. Todos pasamos a ser sospechosos si manteníamos la capacidad de disentir.
La Junta Militar había suspendido la actividad política y el funcionamiento de los partidos en
jurisdicción nacional, provincial y municipal. La ley N° 21.261 dispuso ‘transitoriamente” la
suspensión del derecho de huelga como así también de toda otra medida de fuerza, paro,
interrupción o disminución del trabajo o su desempeño en condiciones que pudieran afectar
la producción, tanto por parte de los trabajadores como de los empresarios y de sus
respectivas asociaciones u organizaciones.
Se implantó la pena de muerte, sin embargo la misma fue ejecutada en la clandestinidad.
Como consecuencia de ello surgirá con el regreso de la democracia, la figura jurídica de la
desaparición forzada de personas (alrededor de diez mil casos comprobados aunque las
estimaciones triplicaron esa cifra), que incluirá a detenidos y desaparecidos en los centros
clandestinos de detención por las fuerzas de seguridad. Las consecuencias del Estado
terrorista fueron vividas en la sociedad, el miedo y la inseguridad posibilitaron el repliegue de
la gran mayoría de la población, mientras los medios de comunicación comprometidos con la
estrategia militar acompañaban la acción de disciplinamiento y silenciamiento social.
En la Provincia de Río Negro los procedimientos clandestinos realizados tempranamente desde
el año 1975 por el aparato estatal, se llevaron a cabo a través de diversos atentados
planificados desde la Jefatura de Policía de Viedma, con la colaboración de la Policía
Federal.
Como señala un informe, al producirse el golpe del 24 de marzo de 1976 “ el aparato
represivo estaba montado y en condiciones de iniciar los operativos a escala provincial,
combinando acciones clandestinas con procedimientos legales. Esto permitió que en nuestra
provincia se torturara e hiciese desaparecer a las personas, sin episodios de acciones
subversivas que lo justificaran” (CDH de Río Negro,1984, p.3).
En Viedma y en la vecina ciudad de Carmen de Patagones, la responsabilidad operacional
estuvo a cargo del Comando del 5to. Cuerpo de Ejército, con asiento en Bahía Blanca y el
accionar represivo se realizó a través de la Delegación 1ra Viedma de la Policía Federal.
En la noche del 1º de diciembre de 1976 son secuestrados en Carmen de Patagones por
personal de la Policía Federal, el matrimonio Meilán quienes fueron llevados al centro de
detención clandestino denominado “La Escuelita”. Mientras que Vilma Diana Rial de Meilán
es liberada el día 22 de diciembre de ese año, su esposo Oscar José Meilán fue llevado a la
cárcel de Villa Floresta en Bahía Blanca.
El 15 de diciembre de 1976, es secuestrado Jorge Antonio Abel y conducido al mismo destino:
el centro clandestino de detención “La Escuelita”, situado en dependencias del 5to Cuerpo de
Ejército con asiento en la ciudad de Bahía Blanca (CDH de Río Negro, 1984, p.14)
En su declaración ante la Justicia Jorge Abel señalaba que “ese día se terminaban las clases,
me dirigía a mi lugar de trabajo por la mañana y se me cruza una camioneta Ford de frente,
me suben por la fuerza, me atan las manos y me llevan a la Policía Federal de Viedma.
Después hacia el Aeropuerto, me pegan, me roban el reloj y también simulan un
fusilamiento. Viene otro auto y me cambian de vehículo, rumbo a Bahía Blanca. Al llegar
bajan a otra persona y siguen por un camino de tierra. Luego nos encontramos en un lugar
donde me piden los datos de mis padres, terminando con una gran paliza. Estoy vendado y
atado de manos... pero si quiero pedir algo, debo decir “señor”. Allí estaba también Darío
Rossi, Oscar Meilán que pedía agua y Chiqui Meilán a quien le decían: “te vas a ir, tomá
plata”... finalmente escucho que la dejan ir”. (Abel, Jorge, 2001)
Vilma Rial de Meilán fue llevada a la terminal de micros de Bahía Blanca desde el centro
clandestino de detención donde parte de regreso a Viedma. Darío Rossi cuya presencia fue
detectada por otros detenidos sufrió un destino trágico. El 5to. Cuerpo emitiría un
comunicado informando que Rossi había sido muerto en un enfrentamiento con una patrulla
militar en la ciudad de Bahía Blanca. Los diarios de la época publicaban cotidianamente
noticias de este tipo. La vida no valía nada...

DESDE LA NOCHE HACIA LA LUZ: ENTREVISTA A CHIQUI Y OSCAR MEILAN

Al anochecer nos acercamos a la casa del matrimonio de Vilma Rial (Chiqui) y Oscar Meilán,
que residen actualmente en la ciudad de Viedma en la Provincia de Río Negro.
Con la compañía de un mate que circula entre los presentes, la dueña de casa comienza
contando su origen familiar:

Chiqui:- Mi mamá es la primera generación de argentinos, es yugoeslava, mi tía vive en


Triestre (Véneto) y mi lado paterno es argentino de varias generaciones.
Oscar:- Por parte del padre, ella es descendiente de los fundadores de Patagones.
¿Cómo era la comarca en los 70?
Ch:- En 30 años Patagones y Viedma cambiaron tanto, pero tanto que nada es lo mismo, la
gente también es diferente ahora que hace 30 años atrás. El puente nuevo para el 76 nadie se
imaginaba que lo iban a construir y para los 80 ya lo teníamos.
- ¿No pasó tanto tiempo?
Os:- A la costanera de Viedma, con la playita que se encuentra a 2 cuadras, no íban más de
15 personas y ahora lo hacen miles.
¿Antes de tener esta casa dónde vivían?
Os:- Alquilábamos en Patagones en realidad no pagábamos el alquiler, era de una prima de
mi mamá, la casita estaba casi frente a las canchas del club Jorge Newbery. En esa casa
quinta de esa esquina nos secuestraron. Apenas nos casamos, nos instalamos allí cerca del
puente nuevo en una casa de los Bergonsi.
¿En que año se casaron?
Os: - En el año 74, nos íbamos a casar en el 73, pero la muerte de Perón alteró los planes.
¿Ustedes siempre militaron?, ¿ Cómo fue el inicio en la política?.
Ch:- Yo no era militante, digamos era una persona con sensibilidad social, porque trabajaba
en Textiles Viedma que tenía muchos problemas, era una fábrica que todos los meses los
empleados la tomaban, porque se presentaban en quiebra, no funcionaba, era una cuestión
bastante irregular y la gente pasaba mucho tiempo sin cobrar a pesar de haber trabajado.
Después entré en la Universidad y fue allí donde empecé a militar.
¿Cómo era la juventud de los 70?
Os:- Como ella dice había una gran mayoría que militaba en las distintas corrientes, sobre
todo la juventud que se incorpora masivamente al estudio de la política, sobre todo es la
clase media quien descubre la historia de nuestro país, los movimientos populares. Pero era
una juventud producto del contexto mundial, que tenía que ver con los acontecimientos del
mayo francés, con el movimiento hippie y en América Latina con la revolución cubana
triunfante y más tarde con la revolución en Nicaragua. De todo ese contexto y de toda esa
ideología estaba profundamente compenetrada la juventud del 70 y aún aquellos que no
militaban en política, tenían ese costado de la sensibilidad social. El movimiento de Medellín
y los curas del Tercer Mundo son las primeras manifestaciones, primero son militantes
católicos los que recogen el producto del concilio de Medellín.
¿Y en el ámbito local cuál era el movimiento político que comenzaba?
Os:-. En el nivel local había un antecedente que a mí me sorprendió porque la juventud de
Viedma y Patagones no era una juventud politizada hasta la década del 70, pero se da el
fenómeno de la creación de la Universidad. Nacional del Comahue, mediante la cual todos
aquellos centros regionales preexistentes en la provincia de Río Negro y Neuquén, se
peleaban para pasar a formar parte de la Universidad. Nacional del Comahue. Fue una cosa
que movilizó a toda la comunidad de la Comarca Viedma y Patagones. Había chicos que no
tenían ideas políticas pero igual se movilizaron.
Ch:-. En el 72 cuando yo empecé la Universidad arrancamos en el Centro Regional con una
sentada frente a la Casa de Gobierno.
Os:-. Por eso digo no había movimientos políticos, sino que fue una sensibilidad social por
defender algo para la región, pero además estaba el movimiento de los textiles Viedma y
había una anécdota muy linda: los universitarios logramos que viniera Mercedes Sosa a cantar
al Centro Cultural para recaudar fondos para la olla popular y era una época donde se daba el
fenómeno de peñas y había mucho auge del folklore. Además estaban las salidas
tradicionales al boliche el día sábado y las peñas funcionaban, menos el lunes todos los días
de la semana, entonces era un lugar al que se podía ir casi todas las noches. Esa noche la
quisieron llevar a Mercedes Sosa a todas las peñas y ella dijo,” yo vengo a cantar para los
obreros y soy amiga de los estudiantes”. Después se vino a la casa de Chiqui a charlar con
nosotros y a tomar mate desde las 2 a las 6 de la mañana, en eso se levanta mis suegros, ven
a Mercedes Sosa y quedan asombrados. Fue una cosa muy linda. Muchos de esos chicos
integraban el Centro Universitario: el negrito Palma de Letras, y varios más...
¿Cómo empieza tu participación en la política Oscar?
Os:- Yo también había sido un poco reacio, si bien iba a las primeras reuniones de la Juventud
Peronista, motorizadas por Rómulo Constanzo, el hermano de Remo, que fue un dirigente
peronista de prestigio. Remo no era peronista sino del Movimiento de Integración y
Desarrollo, pero Rómulo en la época de la resistencia era un dirigente muy caracterizado del
justicialismo en el nivel nacional. Recuerdo que nos invitó a una reunión de la Juventud
Peronista y puedo mencionar los pocos que estaban Nito Costa, Tulio Galantini y no creo que
muchos más. Yo hacía mis primeras armas en política, nunca había participado, pero se vivía
el entusiasmo, eran los orígenes de la Juventud Peronista, luego con todo el boom de la
incorporación de la clase media en los movimientos populares (que fue un fenómeno nuevo
en esa época), la gran mayoría se convierte en peronista, habiendo sido hijos de padres
antiperonistas. Esta fue una de las características de la clase media que reconoce a este
movimiento como popular. Después seguimos participando y empezamos en esa época a
militar en contra de la burocracia y en contra de las estructuras. No íbamos a la unidad básica
del centro, teníamos una unidad básica en el barrio Fátima y nos reivindicábamos como
peronistas. Era el momento en que la juventud se organiza en distintas regionales, la
denominada Tendencia Revolucionaria que actuaba dentro del peronismo sin integrarse al
partido, a nosotros no nos interesaba estar afiliados y peleábamos por el regreso de Perón.
Por ahí queríamos un Perón distinto a lo que había sido, por eso empezamos a hablar de
socialismo nacional, pensábamos que debía converger lo tradicional del movimiento popular,
lo bueno de la experiencia del Movimiento Nacional Justicialista con sus tres banderas con los
aportes de los movimientos de liberación que se daban en distintas regiones. Queríamos un
avance. Queríamos un poco más. Seguimos así hasta el año 1974, cuando se produce el crac.
Antes había pasado el gobierno de Cámpora con un gabinete donde había gente que
respetábamos y otras que no nos gustaba pero que tolerábamos porque estaba Perón. Luego
vino Ezeiza y las cosas empezaron a cambiar. Uno de los problemas graves del Movimiento
Jjusticialista era que dentro de su estructura había desde la extrema izquierda hasta la
extrema derecha, entonces parecía la caldera del diablo. Perón que era un gran estratega
jugaba con unos y con otros, él siempre mantenía el equilibrio. Un día nos echó de la plaza
por algunas cosas que le dijimos y no le gustó. Le gritamos: ”¿qué pasa, qué pasa general que
está lleno de gorilas el gobierno popular?”. También puteamos a Isabel que era vicepresidente
de la Nación y además, su mujer ¿cómo lo iba a aguantar?. Nos llamó estúpidos e imberbes y
reivindicó a la derecha, lo que significaba favorecer a López Rega, organizador de la Triple A.
Por primera vez, la juventud que había peleado por la vuelta de Perón y por la resistencia no
se queda. Vaciamos la plaza y luego un Perón ya enfermo, creo se arrepiente cuando en el
discurso del 12 de junio trata de equilibrar las cosas, pero ya era tarde. Se muere el primero
de julio y eso provoca ese viraje a la derecha en el gobierno, deben renunciar o se van todos
los sectores revolucionarios con cargos en el ejecutivo, inclusive también se van los ocho
diputados de la juventud, muchos de ellos ahora están muertos. El gobierno de Isabel fue un
gobierno copado por la derecha que tuvo como característica la violencia, las bombas a las
casas de militantes y la Triple A.
Todo esto repercute en las provincias, porque aquellos gobernadores que habían sido
proclives a la línea de la Juventud Peronista como los de Santa Cruz, Córdoba y Buenos Aires,
son sacados y reemplazados por gobernadores de derecha.
¿Cómo se viven estos acontecimientos en la Comarca?
Os: - Se empieza a perseguir a la gente, en educación copan las universidades entre ellas la
del Comahue, donde desmantelan la estructura y echan al decano Jorge Tassara reemplazado
por una réplica del Ministro de Educación Nacional, el Dr. Ivanisevich. El nuevo decano del
Centro Regional Viedma era el profesor Meyer, que aún vive, que es un nazi declarado.
Aquellos sectores que representaban la línea de la Juventud Peronista se empiezan a ir y
desaparece nuestra militancia.
¿En esa época que hacían Chiqui y vos?.
Os:- Ella estudiaba y yo terminé en el 73 en la Universidad.
Ch:- Yo trabajaba en Textiles Viedma y comencé al año siguiente de terminar el secundario
la carrera de Psicopedagogía. Después lo acompañaba a Oscar y empecé la militancia, pero
sobre todo en la órbita de lo social más que de lo político. Luego trabajé en IPPV (Instituto
Provincial para la Vivienda) pero con la gente que adhería al Partido Peronista militábamos en
una villa miseria detrás del cementerio, levantando casas porque les habían prometido casitas
a sus habitantes.
Os:-. En el 73, 74 fuimos un fin de semana al barrio, se voltearon todas las casa viejas de
cartón y se hicieron nuevas de material, la gente se sentaba en el medio de la calle y nos
miraba. Después hubo una autocrítica porque nos dimos cuenta que era mejor enseñar a
hacer, que dar.
¿Tenían chicos en esa época?
Ch:- No, en el 74 nos casamos. Sebastián nació en el 75 y Guadalupe en el 76. Yo tenía 23
años.
¿Tenían amigos en esa época?
Ch.:- Teníamos amigos en los dos lados, tanto en Viedma como en Patagones, yo sigo
teniendo mis mismos amigos de siempre más los nuevos.
Os.:-. Ella se reúne con los de la primaria además de los de la secundaria. Estas son las cosas
que pasan en un pueblo, no en las ciudades. Al grupo de detenidos y desaparecidos en general
los conocía de toda la vida. Es un pueblo chico, todos vivían acá o en San Antonio y yo pasaba
los veranos allá.
¿Cómo transcurrió la vida sola, con dos chicos y sin Oscar? ¿Fue difícil no?
Ch:-. Si que fue difícil con esas cosas que pasaban, incluso había quedado sin trabajo. Yo
pensaba que nadie me iba a hablar y que me iba a tener que ir a otro lado, por ser un pueblo
más chico, tengo el recuerdo de mis compañeros de trabajo porque iban a la casa de mis
padres, estaban con mis hijos y cuando yo volví nunca me dejaron sola. Empezamos a
reunirnos, a ir al mar juntos, la situación económica no era fácil y nos juntábamos los fines de
semana. Tenía algunas amigas de la Universidad que estuvieron cerca, yo vivía con mis
padres, con los chicos, más el temor. Estaba más preocupada por lo que le podía suceder a
Oscar que por lo que a mí me ocurría. No tenía otra cosa que hacer más que estudiar y
trabajar. Pero no era fácil, porque los chicos eran muy chiquitos. Cuando volví Guadalupe no
me conocía, en cambio Sebastián cuando me vio no le alcanzaba la cara para expresar la
alegría que tenía. El día que llegué, me bajé del colectivo y fui caminando hasta mi casa
como pude, allí estaban mis tíos, mi mamá, mis chicos, yo venía de Bahía Blanca.
¿Tus familiares no sabían cuando volverías?
Ch.:-. No, fue imprevisto ya que nadie sabía nada. Mi hermana había puesto un recurso de
Habeas Corpus, sin embargo nadie sabía nada de mí.
¿Vos estuviste detenido en Rawson, Oscar?
Os:- Después del campo de concentración estuvimos 6 meses en Bahía Blanca en Villa Floresta
y después dos años y pico en Rawson, Chubut.
Chiqui: ¿ no tuviste ninguna noticia de Oscar durante ese tiempo?
Ch:- Mientras que estuvo en “La Escuelita”, en enero del 77 no tuvimos ninguna noticia,
después lo legalizan y pasa a la cárcel, lo vamos a ver con mi suegra a Villa Floresta en Bahía
Blanca. Después de ahí nos enteramos cuando ya lo habían trasladado a Rawson, justo el día
de la masacre de Trelew. Estuvimos muy preocupadas porque pensábamos que la recepción
sería como para que no se olvidaran, deseábamos saber cómo estaban y cómo habían llegado
allí.
Os:-. Si bien en la cárcel de Rawson había un poquito más de seguridad de manera tal que
había un reconocimiento de la existencia del blanqueo, uno no sabía cuál era la buena
conducta. Por ejemplo, el día antes del comienzo del mundial 78 viene un oficial y me felicita
por la forma en que estaban ordenadas mis cosas, al día siguiente entramos al recreo y veo
que hay un guardia que daba vueltas y me dice: -¡a ver usted enciérrese¡, y yo me
preguntaba, ¿qué habrá encontrado?. Me lleva al calabozo de castigo que era de 1 metro de
ancho por 2 de largo pleno mes de julio... y allí estuve 15 días... Uno busca las cosas para
sobrevivir, por eso de noche en vez de dormir, hacía gimnasia para soportar el frío y de día
me había buscado cuestiones nemotécnicas para acordarme de mis amigos de acá y allá.
Después nos llevaron a un pabellón junto a 14 o 15 y ahí nos enteramos el motivo. Fuimos una
especie de rehenes especiales, destinados a ser eliminados si había algún atentado durante el
mundial, nos habían seleccionados al azar. Yo nunca tuve causa, nunca me acusaron de nada,
ni siquiera me aplicaron la ley de prescindibilidad.
¿Cuáles fueron las razones para tu detención, Oscar?.
Os:- Por la militancia. Era necesario provocar miedo, si bien nunca me había ido de acá daba
clases todos los días, incluso tenía alumnos que eran hijos de militares que estaban en el
poder.
¿Qué pensabas en ese momento?
Os:- Tenía un poco de inconsciencia, aunque manteníamos algunos contactos, también
teníamos noticias de los movimientos en las grandes ciudades, nunca cuantificamos la
magnitud de la represión. Yo pensaba que me acusarían de algo, me meterían preso e iría a
una cárcel. A tal punto desconocíamos la realidad de la represión, que nosotros ignorábamos
la existencia de los centros clandestinos de detención. Había más de 500 en todo el país, fue
toda una sorpresa que nos pasara eso.
¿Cómo fue tu regreso? ¿Los chicos habían crecido, no?
Os:- Si bien ellos me conocieron porque Chiqui les hablaba mucho, en los meses que
estuvimos en Bahía Blanca la visita era de contacto...
Ch:- De contacto era porque nos podíamos tocar la rodilla, estaban todos los familiares y
todos los detenidos en un salón grande donde podíamos charlar o tocarnos las manos o darnos
un beso.
Os:-. En cambio en Rawson era a través de un vidrio blindado y teníamos que hablar por un
micrófono. Los chicos no te podían tocar, no te veían, no te sentían.
Ch:- Además había un montón de otras cosas, en Rawson si yo quería llevar a los chicos,
tenía que ir con el certificado de domicilio de Viedma, mi documento, la libreta de
matrimonio para decir que era la esposa de él, el documento del nene, la libreta de
matrimonio en donde estuviera asentado el nacimiento y tener la suerte que no estuviera con
castigo, porque entonces había realizado el viaje en vano y no lo podía ver. Llegabas y tenías
que pasar por el guardia, por la requisa que era terrible, luego por tres o cuatro portones con
candados hasta que entrabas a un locutorio con bancos de cemento y vidrio blindes, con
bocas de hormigón y rejillas por donde hablabas.
Os:-. Y además un guardia atrás de cada uno y si interpretaba mal gestos o miradas
suspendían la visita y los echaba a todos ellos.
Ch.:- También el tema de la solidaridad que estaba en todos lados. Tratábamos de juntarnos
los que debíamos ir, con los que venían de Bahía Blanca, o viajábamos con los familiares de
los que estaban en el mismo pabellón. La idea era nunca estar solos en los lugares que
íbamos, incluso coincidíamos con otros que venían de otras zonas del país. Recuerdo el caso
de una señora que venía de Jujuy para encontrarse con su hijo que hacía más de un año que
no veía y no pudo cumplir su deseo porque no había traído el certificado de domicilio, la
viejita que era analfabeta, lloraba porque toda la comunidad le había juntado el dinero para
que pudiera venir en avión, pero no hubo forma que entrara.
Yo nunca tuve afinidad con las religiosas de acá, pero tenía una amiga cuya hermana era
religiosa de la orden de María Auxiliadora que estaba en Trelew, también la hermana de una
señora de Patagones y entonces ellas me daban alojamiento cuando iba a Rawson. Yo les
estoy eternamente agradecida, porque fueron una familia para mí.
¿ En qué momento Chiqui te enterás que Oscar podía salir en libertad?
Ch:- Salió en el diario que Oscar recuperaba su libertad, yo estaba en el trabajo y mis
compañeros me preguntaban para qué había ido a trabajar. Me avisan, me voy con mi
hermano, mi suegra y los chicos en el coche de mi papá a buscarlo a Oscar con la ilusión que
en dos días salía. Oscar no estaba ni enterado, allá averiguamos si había noticias, pero en
realidad tardó un mes más en salir y teníamos mucho temor de que lo liberaran por la noche y
lo volvieran a secuestrar.
Os:- Pasó en todas las cárceles del país y también pasó en Rawson, porque una vez que los
detenidos salían en libertad los volvían a chupar y eran desaparecidos. Era un miedo terrible y
por eso a la noche no quería salir nadie.
Ch:- Para colmo mi papá me avisaba que me llamaban de la comisaría de Patagones para que
Oscar se notificara de la libertad vigilada y mi papá tenía que ir a avisarles que Oscar no
había llegado. Pasó más de una vez, hasta que le dijeron que tenía que ir yo para que se
levantara un acta. Organizamos todo para que mi hermana fuera hacia Rawson porque la
visita era cada 45 días. Mi hermana pasó la requisa, llegó al locutorio y a los 40 minutos el
guardia la quería sacar, pero ella seguía diciendo que quería ver a Oscar, hasta que por fin le
dijeron que se fuera, porque él salía en libertad. Cuando Oscar salió, se encontró con mi
hermana y su mamá esperándolo.
¿Cómo fue el regreso a Viedma, Oscar?
Os:-. Bueno primero uno sale con una coraza, yo también tuve muchos inconvenientes
porque primero me anuncian visitas y luego me encierran, yo tenía miedo. Uno sale con una
coraza, creo que salí a las 4 o 5 de la tarde era de día y desde la otra esquina venía mi mamá
llorando y así vuelvo a Viedma en el colectivo de la empresa La Puntual. Cuando me bajo,
voy al kiosco a comprar el diario Clarín y pago con 5 pesos, para ese entonces había cambiado
la moneda. Yo me quedaba esperando el vuelto y el tipo esperando que le pagara lo que
faltaba. Algo muy lindo fue cuando llegué a Viedma, donde funcionaba el Hotel Comahue, allí
estaba ella con todas las compañeras de la oficina, algunos amigos y vecinos que me habían
ido a saludar. En la casa de mis suegros los chicos estaban durmiendo, después se
despertaron, lloramos... y mi cuñada que siempre fue así, nos había esperado con una suite
como si fuéramos a casarnos. Nos había dejado su casa para ir a dormir y lo que queríamos
era charlar. Hablamos mucho, hasta que ella me contó lo que había pasado con los chicos
porque cada vez que se abría la puerta, Sebastián corría por el pasillo y llamaba ¡ mamá,
mamá¡. Si veía que no era quien esperaba volvía con la cabeza gacha. Después de esto,
recién ahí me pude largar a llorar.
Ch:- En la noche les pedía que saludaran al papá y como dormían en la habitación de soltera
de mi hermana, ella tenía colgado un póster de Robert Redford y los chicos decían” chau
papá, hasta mañana,”... creían que ése era su papá.
¿También te sentiste acompañado a tu regreso, Oscar?
Os:- Como Chiqui yo tuve el acompañamiento de los amigos, de los colegas.
¿Recordás el día que los secuestran?
Os:- La noche que nos secuestran estabamos en un asado de un compañero de trabajo de
Chiqui, era el 1º de diciembre, allí nos reunimos entre otros Jorge Abel, Pascual con 3 nenitos
chiquitos, etc. Como no había transporte en aquel momento yo le dije a Chiqui que
lleváramos a dormir a los chicos y luego volvería para acompañar a otros que necesitaran
regresar. Al llegar a mi casa vemos a unos tipos en la calle y Chiqui me pide que volviéramos
porque le daba temor. Mi respuesta fue “no te hagas problemas que son los muchachos de la
Federal que están averiguando algo”. Yo los vi, a algunos los conocía de toda la vida, ahí fue
cuando nos secuestran. Lo más terrible era no saber lo que había pasado con los chicos,
porque eran bebés los dos y las puertas del auto quedaron abiertas con el auto en marcha. Yo
pensaba lo peor, que habían tocado la palanca de cambio, en fin...Felizmente cuando vieron
en la reunión que no volvíamos fueron a ver que pasaba y allí encontraron a mis hijos que no
se habían movido.
Chi:-. El del cumpleaños se encontró con el coche en marcha, las luces prendidas, los chicos
adentro y nosotros no estabamos. Enseguida le avisaron a mi papá, hicieron la denuncia y le
dijeron que había un operativo por el cual nadie podía cruzar el puente para Viedma. Mi papá
igual vino a Viedma, avisó a los amigos y nadie le dijo nada. Por eso te digo que en los
pueblos pasan cosas o al menos acá pasan cosas que no pasan en otros lugares. Al otro día un
montón de docentes que lo conocían a Oscar hicieron un telegrama a Videla, en el correo no
se lo querían recibir pero igual lo firmaron, pusieron el número de documento y lo pudieron
mandar, también lo fueron a ver al gobernador.
Os:-. Lo más importante, lo que nos salvó la vida fue que ese mismo telegrama en forma de
nota lo firmaron todos los que trabajaban en el Centro de Investigaciones Científicas, gente
de las dos ciudades y salió en el noticiero de las 7 de la tarde. Esto y la acción de Monseñor
Hessayne en el patio del 5to. Cuerpo cuando se negó a retirarse diciendo: “yo sé que están
acá y no me voy hasta que salgan”. Yo creo que esas cosas nos salvaron la vida. Además,
que esos compañeros hayan ido a casa a buscarnos y encontraran a los chicos los salvó a
ellos, porque si hubiera ocurrido en otra parte del país, Sebastián y Guadalupe hubieran sido
algunos de los nietos desaparecidos de las Abuelas de Plaza de Mayo.
¿Ustedes lo conocían a Hessayne?
Os:-. No, lo conocimos después, fue muy importante la acción de Hessayne a posteriori
porque en el marco del obispado se armó toda una movida.
¿Que relación tuvieron ustedes con el obispo Hessayne?
Os:-. Hessayne fue uno de los pocos entre los prelados de la Iglesia que reaccionaron en
contra de la dictadura militar, los otros son Mons. Novak (Obispo de Quilmes), Jaime de
Nevares (Neuquén) y dos que fueron asesinados por la dictadura: Ponce de León y el obispo
Angelelli de La Rioja. El resto de la jerarquía eclesiástica se cayó la boca y también algunos
fueron cómplices de la represión.
¿Qué pasó con ustedes?, porque vos Oscar, seguiste con la militancia política y no cediste a
la presión a pesar de todo lo que te pasó.
Os:-. El contexto ayudó mucho porque nuestros amigos siempre estuvieron con nosotros y por
otro lado tuvimos que desarrollar nuestra creatividad. Cuando llegamos teníamos mucho
miedo, al principio Chiqui fue reintegrada a su trabajo, pero yo no. Empecé a trabajar en
negro, en una agencia de quiniela, después conseguí un laburito en Rossi materiales, también
en negro. Como sabía algo de contabilidad, les llevaba los libros a algunos negocios del
barrio, con eso subsistíamos y pudimos terminar la casa.
Al principio se hacía muy difícil porque yo tenía libertad vigilada. Un día viene el gerente del
lugar en que trabajaba y me dice que había venido la Federal y le habían prevenido que si no
me despedía le reventaban el negocio. Yo le dije que no quería traerle problemas, además en
aquella época me tenía que reportar a la autoridad máxima que era el Jefe del Distrito
Militar. Justamente fue a él a quien le conté lo que había sucedido, a los dos o tres días me
llama y me dice que podía continuar con mi labor sin inconvenientes. Sin embargo, al mes
ocurre otra circunstancia y le pregunto si no podría, para mantener a mi familia y terminar
nuestra casa, reintegrarme a Vialidad y retomar mis clases como profesor. Me contestó que lo
iba a averiguar, pero al miércoles siguiente, muy enojado parado frente al escritorio y
golpeando los puños me dice: “¿qué quiere Meilán?, yo no puedo pasar por encima de los 7
servicios de información de Viedma”. Se pueden dar cuenta, que si esto ocurría en Viedma
que era una ciudad chica como sería la situación en los grandes centros poblados. Los
servicios de información tenían más ingerencia en estas cuestiones que la autoridad militar
máxima de la zona. Con el tiempo aparecen los bolsones de represión porque había civiles
más papistas que el papa, por ejemplo el Jefe de Personal del Consejo Provincial de
Educación tenía mi ficha de personal en rojo, lo que significaba que no podía dar clases.
Llega el año 81 y Wenceslao Arizcuren, que era el director de la Escuela Nocturna de Viedma
me ofrece unas suplencias. En situación de silencio, empiezo a trabajar como suplente dando
nada menos que Educación Cívica. Termina ese año y al año siguiente comienzo con otras
horas en otras escuelas, pero cuando se dan cuenta el Supervisor que era de San Antonio le
pregunta a Arizcuren como estaba yo trabajando en su escuela. El director le pide las
disposiciones escritas en las cuales constara que Meilán no podía trabajar. Por supuesto el
Supervisor se fue. Una noche me cuentan, llama la secretaria del Consejo Provincial de
Educación al director y le dice ”vos tenés que despedir a Meilán, no puede trabajar allí” y la
respuesta del director fue “pasámelo por escrito”. Esto motivó que la secretaria gritando le
respondiera “vos sabés que esas cosas no se pueden poner por escrito”. En síntesis, no
pudieron hacer nada porque no había nada escrito y yo pude continuar dando clases.
¿La casona que aún está en la costanera de Viedma fue un centro clandestino de detención?
Os:- El famoso edificio fue usado como centro de información del Ejército, pero no era un
centro de detención. Allí trabajaban civiles que simplemente estaban para controlar a sus
amigos, vecinos y compañeros de trabajo, informando de sus movimientos y buscando
motivaciones para que se los pudiera luego despedir de sus trabajos. Había muchos otros en
Patagones y Viedma que trabajaban de esa manera.
¿Cuáles fueron tus acciones después de reinsertarte en Viedma?
Os:- Comencé a trabajar en todas las escuelas y cuando llegó la democracia se formó una
Comisión para revocar la ley de prescindibilidad, porque había miles que habían sufrido
cárceles por haber pensado o actuado en política. Fuimos reincorporados, recuperé mi cargo
en Vialidad y pude trasladarlo a Educación.
¿Qué reflexión te merece todo lo que te sucedió?
Os:- Para mí y para muchos de mis compañeros lo que pasó constituye un compromiso de vida
para siempre como lo es la militancia política. Volvimos a ser militantes del justicialismo,
pero vino la época del menemismo y ya no nos gustaron muchas de las cosas que hizo. El
punto máximo fue en el año 88 cuando decretó el indulto a los comandantes. Esa fue la gota
que colmó el vaso, hicimos una renuncia pública mediante una carta junto a otros muchos
compañeros de la provincias al Partido Justicialista. Después estuvimos largo tiempo sin hacer
política partidaria, trabajando sobre la temática de los derechos humanos, dando nuestro
testimonio en charlas en las escuelas, nos convocaban de todos lados. Más tarde se presentó
la instancia del Frente Grande y fue la última vez que milité con auténtica convicción. Ahora
nos gustaría acompañar a nuestro presidente, pero no estamos de acuerdo con la estructura
partidaria del Frente para la Victoria. Integramos la red por la identidad local para
identificar a los desaparecidos, es muy interesante porque está ligado al trabajo de las
abuelas ya que hay un montón de ellas que buscan la identidad de jóvenes nacidos en esos
años con adopciones truchas o mal realizadas.
¿Se puede seguir adelante Chiqui y tener fuerzas para continuar con la lucha que comenzaron
hace tanto tiempo?
Ch:- Se puede y es necesario seguir adelante no solamente por los hijos, por nosotros, por los
que no están y por el resto que está también, por todos ya que considero que está vigente la
premisa de un mundo más justo y equitativo. Lo único que nos queda es pelear por ello.
En ese momento miramos el reloj y nos asombramos del paso del tiempo. Ya eran casi las 23
horas y el relato de Chiqui y Oscar nos habían transportado al pasado, al dolor de lo vivido
pero también lo sentimos fuertemente, al presente de sus luchas y de sus sueños. Una noche
inolvidable.

A MODO DE CONCLUSIÓN
El registro de las voces acompañó este recorrido por los años trágicos del terrorismo de
Estado en Argentina. La escala local no fue omitida en los rastreos y persecuciones
característicos de esta etapa. Experiencias de dolor pero también de fortaleza y esperanza
acompañaron los relatos de nuestros entrevistados.
Coincidimos cuando se señala que “ la experiencia entendida como un proceso de
construcción de subjetividades permite a cada cual ubicarse en el mundo y constituirse en
sujeto de una relación particular con la realidad social y aunque las imágenes surgidas de los
relatos particulares constituyan resignificaciones individuales de la propia experiencia, es en
ese mismo movimiento de dar sentido a las historias personales cuando las narraciones se
insertan en un contexto social que da cuenta de pertenencias culturales”
(Lauretis:1992,p.253).
Memorias y olvidos. Búsqueda de caminos. Casullo (2005,p.32 a 34) nos recuerda que “la
memoria contiene la posibilidad de hacer justicia”, pero también que “la memoria no es
información sino aquello que tiene significado, que tiene valor”, por eso reitera que “ ella
es realmente peligrosa cuando está viva”.
En síntesis, si como expresa una autora “pudimos probar que la derrota de los sueños
acumulados de varias generaciones, sueños arrasados de los 70 con los cuerpos y cabezas de
quienes lo soñaron, retornaban de la pesadilla”, el desafío tal vez sea “ la recomposición de
un conjunto de significaciones acerca de quiénes somos y sobre qué horizontes no solo
económicos sino representacionales queremos estructurar nuestras vidas” (Bleichmar
2002,p.24 y 25).
A nosotros nos gustaría añadir también, sobre qué horizontes intentaremos construir futuros
posibles.
BIBLIOGRAFIA

ABEL, Jorge A. Testimonio en el Juicio por la verdad. Causa caratulada Nº 283. Bahía
Blanca.2001
BLEICHMAR, Silvia: Dolor país. Libros del Zorzal. Buenos Aires.2002
CALVEIRO, Pilar: Poliítica y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años
70.Editorial Norma. Buenos Aires.2005
CASULLO, Nicolás: Sobre la marcha. Cultura y política en la Argentina 1984-20004. Colihue.
Buenos Aires.2004
COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DE LA PROVINCIA DE RIO NEGRO. Informe. Viedma.
Año1984
CONADEP: Nunca más. Eudeba. Buenos Aires. 1985
LAURETIS, TERESA: Alicia ya no. Cátedra. Madrid. 1992
ROSSI, Paolo: El pasado, la memoria y el olvido. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires.2003
YERUSHALMI, Yosef H: Reflexiones sobre el olvido. En: Yerushalmi,Y- Loraux, N y otros. Usos
del olvido. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires. 1989

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