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¿Qué se entiende por ética?

Concepto: Ética es esa tendencia natural que tienen los seres humanos de
escoger algunas entre las muchas opciones de hacer algo, teniendo en cuenta el
bien que de ese hacer obtendrán ellos y los demás.

El poder y el querer hacer están siempre y en abundancia a la mano; no así el


deber de realizar o impedir, deber que exige madurez

En suma, el problema de la ética es saber qué se debe o no hacer en un momento


dado, de entre todo lo que se puede y se desea hacer, teniendo en vista sus
consecuencias buenas o malas.

Elementos de la ética:

Capacidad de discernir no significa facilidad de discernir, como tampoco


capacidad de encontrar la verdad significa facilidad de delimitarla con precisión; en
muchas ocasiones la libertad para escoger el bien y evadir el mal fracasa.

La existencia de una conciencia ética, de la cual todos podemos dar testimonio,


revela una capacidad de la mente para captar la realidad y sus posibilidades de
modificación, transformación, ocultación y creación de realidades nuevas; la ética
debe guiar dicho proceso en lo que puede tener de positivo o negativo, en el
sentido de mejorar o empeorar el mundo que nos rodea y en el que no sólo
vivimos nosotros, sino las generaciones siguientes, por el bien de las cuales
también nos sentimos responsables.

Temporalidad
De este modo, integra la conciencia ética el experimentar que sus decisiones no
están ajenas al transcurso del tiempo. Debe medirse el alcance en el tiempo de
cualquier acto; no es idéntico introducir un orden o un desorden transitorio o uno
perdurable debido a una acción nuestra, que a lo mejor trae beneficios inmediatos
pero acarrea perjuicios duraderos, como ocurre con muchas políticas ecológicas o
simplemente comunitarias. Incluso una verdad cualquiera, como el diagnóstico de
una enfermedad, debe comunicarse al paciente en el momento oportuno y en
forma adecuada al modo de ser de esa persona, pues de otro modo puede
constituir un franco desatino.
Sensibilidad
De este modo, componente valioso de la conciencia ética, junto con la inteligencia
y la voluntad libre, es el sentimiento y sobre todo la sensibilidad para percibir la
injusticia, el dolor ajeno, la desestimación del prójimo: sensibilidad que llega hasta
a identificación

Ética
decisión e
intención
Un elemento central para que un acto se considere ético es que sea producto de
una deliberación íntima, con una conciencia lúcida, informada, crítica y con plena
capacidad de decisión. Los actos automáticos o psicóticos se excluyen de la ética.
El momento ético es aquel en que la conciencia se decide a hacer o no hacer, aun
cuando lo decidido no pueda realizarse por circunstancias de otro orden. Es
evidente que es posible arrepentirse de un acto ya decidido que vuelve a
reflexionarse y no se lleva a cabo; en tal circunstancia la bondad ética se ha
salvado. En todos los casos la opción ética o antiética se juega al interior de la
conciencia, y es la intención con que se realiza, o la intención de lo que se desea
realizar, lo que impone a todo su marca ética. Dos médicos que ejercen
correctamente su trabajo actúan ambos en la dirección esperada pero, si la
intención de uno está puesta en el dinero que obtiene y la del otro en el amor al
paciente, en la alegría de restaurarle la salud, de aliviarle el dolor, de confortarlo,
es imposible no ver dos calidades éticas distintas; en ese sentido podemos decir
de muchos seres humanos que son personas correctas, pero de muy pocas que
son personalidades morales.
EL bien
Finalidad ética: Hacer el bien
¿Qué es el bien?

El problema ético consiste entonces en discernir el bien y mal, para lo cual resulta
fundamental saber cuáles son los rasgos primordiales en cuya virtud identificamos
lo uno y lo otro.
Bien y
El bien, para que sea tal, debe también redundar en beneficio de los demás, así generosida
como el bien de los otros debe redundar en beneficio de uno, pues siendo el d
hombre por naturaleza un ser social – o sea, que para desarrollarse como ente
cultural necesita el concurso directo de la sociedad y de la historia entera - , un
bien exclusivamente personal sería una ilusión. En efecto, si los otros llevan una
vida mínima, amargada e insignificante, también la llevará a uno. Todo actuar
debe procurar hacerle la existencia más rica y grata a los demás y viceversa. De
ahí que el bien ético sea todo lo que procura simultáneamente la realización de sí
y de los otros. Por eso el amor es el bien por excelencia, pues se vuelca por
entero a hacer la felicidad de los seres amados y para conseguirlo procura dar lo
mejor de sí mismo, con lo cual obtiene a la vez su propia felicidad. Se feliz, en el
fondo, es sentir que se ama y se es amado y que a través de ese amor se ha
llegado a un a plenitud de la existencia, aunque esa existencia está entreverada
por montones de alegría y de tristeza, como es propia del humano.
Bien ético
Así como el bien ético consiste en incrementar la realidad propia y la de los demás y ser
para gozar al máximo de la conquista de la realidad, el mal consiste en poner el social del
empeño en destruirse a sí mismo y en destruir a los otros directa o indirectamente, hombre
como ocurre en el comercio con la drogadicción, en la pereza, en la envidia, en la
maledicencia, en las mentira, en la calumnia, en el egoísmo; por lo demás, como
el hombre es un ser social que para su crecimiento intelectual y moral necesita el
creamiento de los otros, al procurar la destrucción de los otros se destruye a sí
mismo. De este, modo el grado de vigor humano del mundo y de su historia
depende en primerísimo lugar de la altura ética de los hombres, teniendo en
cuenta que un reducido grupo que brille por esa altura es capaz de hacer más por
nuestro destino que una gran masa que se sostiene en un a penumbra ética, pues
el ser, que se identifica no solo con el bien ontológico sino con el bien ético,
siempre, por mínimo que sea, tendrá más poder que el mal o la nada.

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