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Temas:
o Tipos de Constituciones.
Puede definirse, siguiendo a Karl Lowenstein, como la “decisión del pueblo, en forma de Ley
Fundamental y Pacto Político que, imperando eficazmente sobre un territorio, tiene el efecto de
limitar el poder estatal, de servir de cauce a la acción política del Pueblo y de proteger los derechos
de todas las personas”.
En el concepto de Hans Kelsen, las normas jurídicas integran un sistema jerarquizado (piramidal),
en el cual la Constitución ocupa el lugar superior, lo que implica que la Carta Fundamental determina
la creación de las demás normas, y además, es el fundamento de validez de todo el ordenamiento
jurídico.
Características generales de la Constitución Política
Nuestra Constitución actual es más bien breve, dentro de la consideración de las constituciones
escritas. Además, contiene las normas esenciales sobre los poderes públicos y entrega la
reglamentación de sus disposiciones a leyes complementarias (ej. Servicio Electoral, ley de
Nacionalización etc.).
Asimismo, es semirígida, en cuanto a su reforma, pero no tan flexible como para admitir
modificaciones mediante una ley ordinaria.
Regular mecanismos que establezcan la cooperación de los diversos detentadores del poder.
Establece un mecanismo, planeado igualmente con anterioridad, para evitar los bloqueos
respectivos entre los diferentes detentadores autónomos del poder, con la finalidad de evitar que
uno de ellos, en caso de no producirse la cooperación exigida por la constitución, resuelva el
impasse por sus propios medios; esto es, sometiendo el proceso del poder a una dirección
autocrática.
Debe establecer un método, también establecido de antemano, para la adaptación pacífica del
orden fundamental a las cambiantes condiciones sociales y políticas (el método racional de la
reforma constitucional) para evitar el recurso a la ilegalidad, a la fuerza o a la revolución.
TIPOS DE CONSTITUCIONES
Las Constituciones pueden clasificarse en (Lowenstein):
1. Constituciones semánticas: Aquellas que se sirven de las formas y del lenguaje del
constitucionalismo para vestir una estructura autoritaria del poder.
2. Constituciones nominales: Aquellas cuyos contenidos satisfacen las exigencias sustantivas
del constitucionalismo, pero que, sin embargo, no tienen eficacia real.
3. Constituciones normativas: Aquellos textos que, junto con abrazar las definiciones de
contenido del constitucionalismo, logran, además, imperar eficazmente sobre un territorio.
Su génesis está ligada a la expansión de los intereses de la clase burguesa europea, y se fragua
principalmente en la lucha en contra de la legitimación absolutista del poder monárquico.
Así, producto de esta pugna es la limitación del poder de la monarquía al principio de la soberanía
parlamentaria, que se reflejan, por ejemplo, en la Carta Magna de 1215 y el Bill of Rights de 1689,
ideas que posteriormente fueron profundizadas por John Locke y por Montesquieu.
Luego, las ideas centrales del constitucionalismo fueron sintetizadas en la “Declaración de
Independencia de los Estados Unidos de América” y en la “Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano”.
Posteriormente, José Miguel Carrera designa una comisión encargada de redactar un nuevo texto
constitucional, conocido como el Reglamento Provisional de 1812, que contiene ocho artículos que
contemplan garantías individuales.
La religión del Estado era la católica apostólica romana, con exclusión del ejercicio público de
cualquier otra.
Se reconocían garantías constitucionales: igualdad ante la ley, igualdad en la admisión a todas las
funciones públicas y empleos, igualdad en el reparto de los impuestos y contribuciones a proporción
de los haberes, libertad de permanecer en cualquier punto de la República, inviolabilidad de todas
las propiedades, derecho de petición, libertad de imprenta y mantención del régimen de
mayorazgos con algunas salvedades. La adquisición de la nacionalidad estaba condicionada a la
posesión de capital o industria, residencia de diez años para los solteros, seis para los casados con
extranjeras y tres para los casados con chilenas.
El Poder Legislativo residía en un Congreso Nacional, compuesto por dos Cámaras: una de
diputados, elegidos por los departamentos de votación directa (uno por cada 20.000 habitantes), y
un Senado, integrado por 20 senadores nombrados por electores, que para este objeto designaban
los departamentos en número triple al de los diputados.
El Poder Legislativo residía en un Congreso Nacional, compuesto por dos Cámaras: una de
diputados, elegidos por los departamentos de votación directa (uno por cada 20.000 habitantes), y
un Senado, integrado por 20 senadores nombrados por electores, que para este objeto designaban
los departamentos en número triple al de los diputados.
La Constitución de 1833 tuvo carácter presidencialista durante sus primeros cuatro decenios de
vigencia. A partir de 1871, se dará comienzo a una serie de reformas constitucionales, sumado a
prácticas políticas que contribuirán, hacia fines del siglo XIX y principios del XX, a la instauración en
Chile de un régimen parlamentario o a un “parlamentarismo a la chilena” que existió hasta el año
1925.
Constitución Política de 1925
La carta de 1925 instituyó un Ejecutivo fuerte, con amplias atribuciones administrativas, sin
desmedro de las libertades públicas y de las garantías individuales. El Presidente es Jefe de Gobierno
y de Estado. Nombra y remueve discrecionalmente a los Ministros que deben gozar de su exclusiva
confianza, ejerciendo importantes funciones colegisladoras y nombrando a los jueces de los
Tribunales ordinarios de Justicia a proposiciones en ternas o quinas (grupos de tres o cinco) de las
Cortes de Apelaciones o Corte Suprema según sea el caso. El Presidente duraría en su cargo seis
años, siendo elegido por sufragio universal directo. Se crea la incompatibilidad entre los cargos de
parlamentario con la de Ministro de Estado.
En materia de sufragio, otorgó el derecho a voto a los chilenos con veintiún años cumplidos, si sabían
leer y escribir, y se inscribían en los registros electorales. Sin embargo, por vía de ley se le impedía
a las mujeres votar, situación que solo cambió a partir de 1935, en que se permite a las mujeres
inscribirse y participar en las elecciones municipales (ley 5.357 de 1934) y posteriormente en 1949
(ley 9.292) sufragar también en las parlamentarias y en las presidenciales.
La forma del Estado era unitaria y establecía una cierta posibilidad de descentralización provincial.
Esta Constitución estableció la separación de la Iglesia del Estado y garantizó la más amplia libertad
de conciencia y de cultos.
Además, estableció un sistema de control de constitucionalidad de las leyes con efecto para el caso
particular que conocía, a través del recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad ante la Corte
Suprema, y posteriormente, en 1970, se establece un Tribunal Constitucional encargado de realizar
un control de constitucionalidad preventivo de los proyectos de ley.
Conviene destacar que la mencionada Carta Fundamental también estableció que existirían
tribunales contencioso-administrativos, encargados de resolver las reclamaciones que se
interpongan contra los actos o disposiciones arbitrarias de las autoridades políticas o
administrativas y cuyo conocimiento no esté entregado a otros Tribunales por la Constitución o las
leyes, y encargando su organización y atribuciones a la ley. Sin embargo, al no regularse estas
últimas materias por el legislador, dichos tribunales no entraron en funcionamiento.
APARTADOS DE UNA CONSTITUCIÓN Y ORGANIZACIÓN DE LA
CONSTITUCIÓN CHILENA
La Carta Fundamental de 1980 puede dividirse, a grandes rasgos, en cuatro grandes bloques.
Parte Dogmática:
Nacionalidad y Ciudadanía
(Capítulo II)
Derechos y Deberes
(Capítulo III)
1. Capítulo IV - Gobierno:
Establece como jefe del Estado y del Gobierno al Presidente de la República. Define las formas
de elección de éste, los requisitos para desempeñar el cargo y las atribuciones del Presidente
de la República. Por otra parte, define las normas relativas a los Ministros de Estado, su
nombramiento y requisitos para desempeñar el cargo, y las normas básicas sobre las bases de
la Administración del Estado y los Estados de Excepción Constitucional.
Respecto del Presidente de la República, en su artículo 24 se establece que:
Luego, el artículo 35 dispone que “Los reglamentos y decretos del Presidente de la República
deberán firmarse por el Ministro respectivo y no serán obedecidos sin este esencial requisito”.
En el artículo 63 de la CPR, se establecen taxativamente las materias que pueden ser reguladas a
través de una ley.
1) Las que en virtud de la Constitución deben ser objeto de leyes orgánicas constitucionales.
2) Las que la Constitución exija que sean reguladas por una ley.
3) Las que son objeto de codificación, sea civil, comercial, procesal, penal u otra.
4) Las materias básicas relativas al régimen jurídico laboral, sindical, previsional y de seguridad
social.
9) Las que fijen las normas con arreglo a las cuales las empresas del Estado y aquellas en que
éste tenga participación puedan contratar empréstitos, los que en ningún caso, podrán efectuarse
con el Estado, sus organismos o empresas.
10) Las que fijen las normas sobre enajenación de bienes del Estado o de las municipalidades y
sobre su arrendamiento o concesión.
11) Las que establezcan o modifiquen la división política y administrativa del país.
12) Las que señalen el valor, tipo y denominación de las monedas y el sistema de pesos y
medidas.
13) Las que fijen las fuerzas de aire, mar y tierra que han de mantenerse en pie en tiempo de
paz o de guerra, y las normas para permitir la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la
República, como, asimismo, la salida de tropas nacionales fuera de él.
14) Las demás que la Constitución señale como leyes de iniciativa exclusiva del Presidente de la
República.
15) Las que autoricen la declaración de guerra, a propuesta del Presidente de la República.
16) Las que concedan indultos generales y amnistías y las que fijen las normas generales con
arreglo a las cuales debe ejercerse la facultad del Presidente de la República para conceder
indultos particulares y pensiones de gracia.
Las leyes que concedan indultos generales y amnistías requerirán siempre de quórum
calificado. No obstante, este quórum será de las dos terceras partes de los diputados y senadores
en ejercicio cuando se trate de delitos contemplados en el Artículo 9°.
17) Las que señalen la ciudad en que debe residir el Presidente de la República, celebrar sus
sesiones el Congreso Nacional y funcionar la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional.
18) Las que fijen las bases de los procedimientos que rigen los actos de la administración
pública.
20) Toda otra norma de carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales de un
ordenamiento jurídico.
2) Crear nuevos servicios públicos o empleos rentados, sean fiscales, semifiscales, autónomos o
de las empresas del Estado; suprimirlos y determinar sus funciones o atribuciones.
6) Establecer o modificar las normas sobre seguridad social o que incidan en ella, tanto del
sector público como del sector privado.
El Congreso Nacional sólo podrá aceptar, disminuir o rechazar los servicios, empleos,
emolumentos, préstamos, beneficios, gastos y demás iniciativas sobre la materia que proponga el
Presidente de la República.
En este apartado, se regula el Poder Judicial que está constituido por los tribunales subordinados a
la Corte Suprema, establecidos por la ley, a los cuales les corresponde el conocimiento, resolución
y fallo de todos los asuntos judiciales que se promueven dentro del territorio de la República de
Chile.
Se establece una magistratura especial e independiente, con una serie de atribuciones, entre las
cuales se destaca el control de constitucionalidad preventivo y posterior de preceptos legales.
Establece un Consejo de Seguridad Nacional, formado por los miembros que la Constitución
señala, para asesorar al Gobierno en materias de su incumbencia.
Establece las bases del Gobierno y la Administración del Estado a nivel regional y provincial y de la
administración comunal, la forma y modo de operar de las autoridades de dichos entes y sus
atribuciones.
Artículo 111 inciso primero.- El gobierno de cada región reside en un intendente que será de la
exclusiva confianza del Presidente de la República. El intendente ejercerá sus funciones con
arreglo a las leyes y a las órdenes e instrucciones del Presidente, de quien es su representante
natural e inmediato en el territorio de su jurisdicción.
El intendente tiene por función dirigir las tareas del Gobierno Interior en la Región, conforme a las
orientaciones, órdenes e instrucciones que imparta el Jefe de Estado.
Artículo 111 inciso segundo.- La administración superior de cada región radicará en un gobierno
regional que tendrá por objeto el desarrollo social, cultural y económico de la región.
Artículo 116.- En cada provincia existirá una gobernación que será un órgano territorialmente
desconcentrado del intendente. Estará a cargo de un gobernador, quien será nombrado y
removido libremente por el Presidente de la República.
Artículo 118.- La administración local de cada comuna o agrupación de comunas que determine la
ley reside en una municipalidad, la que estará constituida por el alcalde, que es su máxima
autoridad, y por el concejo.
El sistema, actualmente vigente hasta esta fecha, presenta las siguientes características:
Iniciativa Ejecutivo o
Legislativo
REFORMA (Capítulo XV)
PROCEDIMIENTOS DE
Quórum de 3/5 (salvo
capítulos I, III, VIII, XII y XV
que es de 2/3)
Quórum de 3/5:
Exigencia de un quórum general de aprobación de tres quintas partes de los diputados y senadores
en ejercicio; y de un quórum especial más elevado de dos tercios para la modificación de
determinadas materias (Caps. I, III, VIII, XI, XII y XV).
Disposiciones Transitorias
El último capítulo de la CPR contiene 27 artículos que regulan situaciones especialísimas. La mayor
parte de dichas normas se contenía en el texto original de la Carta Fundamental, pero algunas han
sido incorporadas con posterioridad, para regular situaciones especiales ocurridas a propósito de
reformas constitucionales.
Ejemplos:
1. Disposición cuarta transitoria, según la cual se entiende que las leyes vigentes a la época
de entrada en vigencia de la CPR, sobre materias de LOC o de LQM, cumplen con esos
requisitos.
2. Disposición vigesimocuarta transitoria, que permitió al Estado de Chile ratificar el estatuto
de Roma de la Corte Penal Internacional.
3. Disposición vigesimoséptima transitoria, que reguló la situación de los consejeros del
SERVEL en funciones al momento en que ese organismo adquirió autonomía
Constitucional.
Los valores superiores del ordenamiento jurídico chileno están contemplados en el artículo 1 de la
Constitución Política (CP):
“Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.
El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura
la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines específicos.
El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo
cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los
integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno
respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece.
Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la familia,
propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los sectores de la
Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida
nacional.”
Sobre este artículo el Tribunal Constitucional ha señalado que es donde se encuentra la filosofía que
orienta al intérprete de la CP en la búsqueda de su verdadero sentido (sentencia rol Nº 19 de 1983).
Valor esencial de la persona humana (Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos).
Nuestra CP reconoce que las personas somos los únicos seres dotados de dignidad, atendido que
somos seres consientes, racionales, dotados de voluntad y afectividad, que merecemos ser
respetados por el sólo hecho de existir.
Partiendo de esta premisa (la dignidad del hombre) se reconoce que los humanos somos libres, más
allá de toda consideración o idea (ser hombre es ser libre). Es a partir de esta libertad intrínseca que
se puede hablar de libertad para elegir una opción o crear una nueva (libre albedrío), de libre
participación (que se manifiesta en los derechos políticos) y de libertad para buscar nuestro máximo
desarrollo como seres humanos. Asimismo se reconoce la igualdad natural de las personas – sin
distinción de sexo, clase social, condición ni raza – en el sentido de que no hay seres humanos
superiores ni inferiores a otros. En este contexto, como nadie es más que otros en dignidad o
derechos, por una parte nadie puede discriminar a otras personas (o sea, no se pueden hacer
diferencias arbitrarias, irracionales o injustas) y, por otra el Estado debe propender a corregir las
desigualdades (valor contemplado en el inciso final del artículo 1 de la CP, que veremos más
adelante).
La incorporación de la libertad e igualdad reconoce su origen en el constitucionalismo moderno y la
redacción constitucional tiene una semejanza casi literal con la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre (1948).
Es importante tener en cuenta que libertad e igualdad son los valores que inspiran la creación del
Estado, limitan su actuación y el imponen los deberes que la Constitución contempla.
La familia como estructura social básica (La familia es el núcleo fundamental de la sociedad).
Se reconoce a la familia como un ente que trasciende a las personas que la integran y, en este
contexto se le reconoce dignidad propia y se la protege como grupo social unido por vínculos de
sangre y/o legales y/o religiosos, ya que es esencial para el desarrollo integral de las personas y de
la satisfacción de sus necesidades de amor, alimento, techo cuidado y preparación para la vida en
sociedad.
Considerando su importancia y en línea con el reconocimiento de los grupos intermedios que se
analizará a continuación es que las normas que regulan a la familia se las reconoce como de orden
público y de ese modo irrenunciables e innegociables.
Vale la pena resaltar que la CP no definió el concepto de familia, lo que nos lleva a entender que
estamos bajo un concepto jurídico indeterminado. En ese sentido, lo que se pudo entender como
una familia a la fecha de entrada en vigencia de la CP, no parece ser del todo coincidente con lo que
la sociedad y el Estado entienden por tal hoy en día.
Respeto a los cuerpos intermedios y subsidiaridad del Estado (El Estado reconoce y ampara a los
grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura la sociedad y les garantiza la
adecuada autonomía para cumplir sus propios fines específicos).
Acá el valor es el respeto que el Estado tiene por la organización de los grupos intermedios de la
sociedad, o sea aquellos que surgen entre la sociedad mayor – el Estado – y las personas. Se les
reconoce a estos grupos la posibilidad de desenvolverse de modo autónomo para cumplir sus fines,
desde que se subordinen a las exigencias del bien común, ya que en caso contrario dicha autonomía
desaparece.
Como corolario del valor antes descrito surge la idea de la subsidiaridad del Estado, cuyo objetivo
es doble. Por una parte proteger a los cuerpos intermedios para que puedan llevar adelante sus
fines específicos y, por otra inhibir al Estado para que no intervenga en las acciones de dichos grupos
intermedios, desde que éstos cumplan su rol y fines orientados al bien común.
En este entendido, el Estado sólo podrá intervenir en una actividad cuando las sociedades
intermedias no sean capaces de desarrollarlas de modo eficiente o atenten contra el bien común.
Es importante tener en cuenta que el rol subsidiario del Estado no puede entenderse en desmedro
de su deber fundamental de, entre otros aspectos, promover la integracion armonica de todo los
sectores de la nacion y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de
oportunidades en la vida nacional (lo que está relacionado con el inciso siguiente de este artículo
que establece que el Estado está al servicio del bien común).
El Estado como instrumento para el bien común (El Estado está al servicio de la persona humana
y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones
sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor
realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta
Constitución establece).
Este valor define la concepción instrumental del Estado, como una entidad cuyo fin es favorecer el
desarrollo integral de los seres humanos. El Estado existe porque los hombres (entendido como las
personas) lo crearon, lo organizan de una forma determinada y le fijan la misión de coordinar los
esfuerzos sociales en busca de la mayor realización espiritual y material de sus miembros.
Ahora bien, la finalidad que el Estado debe perseguir es la "promoción" del bien común y no la
implantación del mismo, vale decir, que debe crear las condiciones que hagan posible su existencia.
El bien común a que se refiere la CP es de carácter personalista, o sea vinculado con el desarrollo
integral de las personas, en sus diversas dimensiones. Considerando que bien común es concepto
jurídico indeterminado, muchos autores prefieren identificarlo con la segunda parte del inciso 3º
del artículo 1 de la CP, de manera que lo entienden como: “crear las condiciones sociales que
permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización
espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución
establece”.
Los deberes del Estado (Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la
población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica
de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad
de oportunidades en la vida nacional).
Siguiendo con la caracterización del Estado como un instrumento al servicio de las personas con
norte en el bien común, la CP define algunos deberes básicos que el Estado debe cumplir:
- Resguardar la seguridad nacional, esto es cuidar de la integridad del territorio, la seguridad
y derechos de sus habitantes. Se entiende la integridad territorial como condición para el
normal desarrollo del Estado, que en cualquier caso está subordinada al bien común.
- Proteger a la población y a la familia, y propender al fortalecimiento de ésta última (respetar
la intangibilidad de los derechos esenciales).
- Promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho
de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional, esto es
garantizar la igualdad de oportunidades (dice relación con hacer realidad el valor de la
igualdad, imponiendo al Estado el deber de remover los obstáculos sociales que permitan
la igualdad de oportunidades, creando las condiciones materiales para ello).
Vale la pena resaltar que la lista anterior no es taxativa y, por ejemplo no contempla el respeto y
promoción de los derechos fundamentales (que está consagrado en el artículo 5º inciso 2º CP).
Símbolos o emblemas nacionales (Artículo 2º.- Son emblemas nacionales la bandera nacional, el
escudo de armas de la República y el himno nacional.).
Los emblemas son parte importante de la auto representación del Estado – la bandera incluso es un
signo de identificación ante otros Estados – y una forma de representación el él.
El respeto por los símbolos descritos por la CP se considera una obligación impuesta por el propio
texto, que en su artículo 22 señala que es un deber de los habitantes de la República el respetar a
Chile y sus emblemas nacionales.
La existencia de estos símbolos o emblemas nacionales no es obstáculo para la existencia de
banderas o pabellones regionales, cuyo uso está definido en el decreto 1534 de 1967, del Ministerio
del Interior (incorporado en una reforma del año 2013).
Son aquellos principios contemplados entre los artículo 3º al 9º y que dicen relación con la
organización fundamental del Estado, los requisitos y límites esenciales para su funcionamiento.
Forma jurídica del Estado chileno (Artículo 3º.- El Estado de Chile es unitario.
La administración del Estado será funcional y territorialmente descentralizada, o
desconcentrada en su caso, de conformidad a la ley.
Los órganos del Estado promoverán el fortalecimiento de la regionalización del país y el
desarrollo equitativo y solidario entre las regiones, provincias y comunas del territorio nacional).
Se considera Estado federal aquel Estado en el que las distintas competencias constitucionales son
distribuidas entre un Gobierno central y los estados particulares (estados federados, provincias,
territorios u otra denominación) que lo conforman.
Diferente del modelo anterior, el Estado de Chile es unitario, o sea cuenta con un solo centro
político de dirección central, que recae en el Gobierno Central. Asimismo, la función legislativa
también está concentrada, en un trabajo conjunto entre el gobierno y el Congreso. Sin perjuicio de
esta concentración del poder, el territorio se divide en 15 regiones y estas en provincias, las cuales
para efectos de su administración interior se dividen en comunas.
Esta norma consagra dos importantes definiciones sobre el modelo político chileno:
- En cuanto forma política de Estado, Chile es un Estado Democrático, esto es aquel sistema
donde los gobernantes son elegidos en elecciones libres y deben someter su acción al
ordenamiento jurídico con respeto por los derechos fundamentales.
Todo régimen democrático, para ser considerado como tal, debe cumplir con ciertas reglas básicas:
que se trate de un gobierno de mayorías con respeto a las minorías, pluralismo político e ideológico,
competencia regulada y pacífica, alternancia en el poder (a través de elecciones libres y limpias),
reconocimiento de la autonomía de los cuerpos intermedios y el respeto por el Estado de Derecho.
En cuanto forma de gobierno, Chile es una república, o sea el titular del Poder Ejecutivo es electo,
temporal y responsable políticamente de sus actos. En términos generales de habla de república en
oposición a monarquía.
La soberanía es el poder supremo (poder político) en cuya virtud el Estado se da una organización
política y jurídica y se relaciona con otros Estados en un plano de independencia e igualdad.
Según la CP ese poder reside en la Nación toda. Ya su ejercicio recae en el pueblo, entendido como
el electorado, participando en elecciones y/o plebiscitos y, a través de las autoridades electas. Por
este motivo, sólo aquellas autoridades o gobernantes que hayan recibido el poder directamente o
derivado (como en el caso de los jueces, fiscales o el propio Contralor General) desde el
electorado, en la forma prescrita por la CP, son legítimos.
Considerando esta residencia del poder en el electorado, la CP prohíbe que un sector determinado
de éste o un individuo en particular se atribuya algún poder o prerrogativa al margen de la
voluntad del cuerpo político de la sociedad (electorado).
Aun cuando la soberanía sea un poder supremo, está limitada por los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana. Esto significa que dentro del ordenamiento chileno no existe un
poder capaz de eliminar, ni siquiera coartar los derechos fundamentales, ni siquiera mediante una
reforma constitucional (salvo, es claro, si se hiciera fuera de los límites de la actual CP). Es
importante aclarar que sin perjuicio del listado de derechos humanos protegidos por la CP (en el
Capítulo III) o de aquellos listados en los tratados internacionales ratificados por el país y vigentes
en Chile, éstos no pueden ser enumerados taxativamente, ya que el desarrollo del ser humano
puede ir perfeccionando los existentes o creando otros nuevos. Esto significa que no porque un
derecho en particular no esté mencionado en la CP o en los tratados sobre derechos esenciales
vigentes, éste no existe.
Toda esta declaración sobre origen y ejercicio del poder soberano, así como su limitación por
parte de los derechos esenciales, concluyen con una imposición a los órganos estatales, en el
sentido de que deben respetar y promover tales derechos. Esta obligación es amplia y alcanza
tanto a las funciones estatales clásicas (Ejecutiva, Legislativa, Judicial) como para las restantes
funciones y órganos (Contraloría, Ministerio Público, Banco Central, FF.AA. De Orden y Seguridad,
municipalidades, etc.).
Artículos 6° y 7°
Supremacía constitucional (Artículo 6º.- Los órganos del Estado deben someter su acción a la
Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la
República.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos
como a toda persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley.).
En este entendido toda norma de menor jerarquía que la CP debe ser interpretada a la luz de los
preceptos constitucionales.
Este artículo incluye también lo que se denomina principio de responsabilidad, en cuya virtud
quien ejerce el poder es responsable de ejecutar sus actos conforme al ordenamiento jurídico y
cualquier actuación al margen de éste da pie para perseguir las responsabilidades administrativas,
civiles, penales y/o políticas que fueren procedentes. Ahora bien, la definición de las sanciones
queda entregada a la ley y no son establecidas directamente por la CP.
Separación de Poderes y Estado de Derecho (Artículo 7º.- Los órganos del Estado actúan
válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su competencia y en la
forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a
pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente
se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones
que la ley señale.).
En virtud del principio de Estado de Derecho cualquier autoridad debe someter su acción al
ordenamiento jurídico vigente, para de ese modo evitar la arbitrariedad del actuar de los
gobernantes y garantizar el respeto por los derechos esenciales. Conforme con este principio es
que los gobernantes y autoridades sólo pueden hacer aquello que esté dentro de las atribuciones
y derechos que expresamente les haya conferido el ordenamiento jurídico.
Artículos 8° y 9°
El principio de probidad dice relación con el actuar recto/honrado de las actuaciones y decisiones
de las personas que ejercen poder público, que deberá pensar siempre en el interés general por
sobre el interés particular – sean propios, de sus relacionados o de una persona o grupo en
particular. En este sentido, la probidad dirige la actuación de los gobernantes y autoridades que
siempre se deben orientar por el interés general de la sociedad.
Probidad, publicidad y transparencia ya habían sido recogidos por la ley – en la de Bases Generales
de la Administración del Estado y en la de procedimientos administrativos, pero ahora pasan a ser
reconocidos como principios constitucionales y, por esa vía orientadores de todo el
funcionamiento del Estado.
El terrorismo como violación a los derechos humanos (Artículo 9º.- El terrorismo, en cualquiera
de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos.
Una ley de quórum calificado determinará las conductas terroristas y su penalidad. Los
responsables de estos delitos quedarán inhabilitados por el plazo de quince años para ejercer
funciones o cargos públicos, sean o no de elección popular, o de rector o director de
establecimiento de educación, o para ejercer en ellos funciones de enseñanza; para explotar un
medio de comunicación social o ser director o administrador del mismo, o para desempeñar en él
funciones relacionadas con la emisión o difusión de opiniones o informaciones; ni podrá ser
dirigentes de organizaciones políticas o relacionadas con la educación o de carácter vecinal,
profesional, empresarial, sindical, estudiantil o gremial en general, durante dicho plazo. Lo
anterior se entiende sin perjuicio de otras inhabilidades o de las que por mayor tiempo
establezca la ley.
Los delitos a que se refiere el inciso anterior serán considerados siempre comunes y no políticos
para todos los efectos legales y no procederá respecto de ellos el indulto particular, salvo para
conmutar la pena de muerte por la de presidio perpetuo.).
Hecha la declaración, la CP entrega al legislador – para que por medio de una ley de quórum
calificado – la potestad de definir qué conductas se considerarán terroristas y su penalidad**, no
obstante define expresamente las inhabilidades a las que quedan sujetos los condenados por
estos delitos y los plazos mínimos que estas durarán. Además, el texto constitucional prohíbe el
otorgamiento de indultos para delitos de este tipo, salvo que se trate de conmutar la pena de
muerto por la de presidio perpetuo.
Es importante tener en cuenta que la CP hace una declaración expresa en el sentido de identificar
los delitos terroristas como delitos comunes y no como delitos políticos (como se dijo
previamente, no hay ninguna causa que justifique la violación de los derechos humanos).
EJERCICIO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Y SU RELACIÓN CON LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA
La función pública – etimológicamente cumplir o ejecutar lo público – se entiende como la tarea,
misión o cometido asignados a los órganos públicos. O sea, la ejecución de actos jurídicos y/o
hechos materiales, realizados por un órgano estatal cuyo fin es la obtención del bien común.
Este concepto abarca tanto la estructura, prerrogativas y funciones de los órganos estatales, como
el ejercicio de la función pública, esto es la regulación del trabajo de los funcionarios públicos.
El régimen jurídico de la función pública en Chile está contenido esencialmente en lo siguientes
textos:
• Constitución Política de la República.
• Ley Nº 18.575, de Bases de la Administración del Estado.
• Ley N° 18.834, que aprueba el Estatuto Administrativo + Estatutos especiales.
• Ley N° 19.653, de Probidad Administrativa.
• Ley Nº 19.880, de Bases de Procedimiento Administrativo.
• Ley Nº 19.882, del Nuevo Trato Laboral y Sistema de Alta Dirección Pública.
• Ley Nº 20.088, de Declaración de Intereses y Patrimonio.
• Ley Nº 20.055, de Acoso Sexual.
• Ley Nº 20.880, sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos
de intereses.
En sentido amplio, en la medida que la CP actúa como un límite y regulación para la actividad del
Estado, se puede decir que toda ella, en mayor o menor medida, regula la función pública. En
efecto, todos los valores y principios de la CP constituyen un marco de acción orientador de la
actividad estatal – tanto en la actuación de los órganos como en el quehacer de los funcionarios –
que, en la búsqueda del bien común debe cumplir con su deber ajustándose al ordenamiento
jurídico, con pleno respeto de los derechos esenciales que emanan de la persona humana.
Ahora bien, en sentido estricto, la regulación constitucional de la función pública está contenida
esencialmente en las siguientes normas:
- Artículo 19 Nº 17 CP: que se conoce como la igualdad ante los cargos públicos, dispone
que “La Constitución asegura a todas las personas: La admisión a todas las funciones y
empleos públicos, sin otros requisitos que los que impongan la Constitución y las leyes”;
- Artículo 38 CP, que establece que “Una ley orgánica constitucional determinará la
organización básica de la Administración Pública, garantizará la carrera funcionaria y los
principios de carácter técnico y profesional en que deba fundarse, y asegurará tanto la
igualdad de oportunidades de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento
de sus integrantes.
Cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administración del Estado, de
sus organismos o de las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales que
determine la ley, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiere afectar al funcionario que
hubiere causado el daño.”
Los derechos esenciales (comúnmente conocidos como derechos humanos) son innatos y
anteriores a cualquier ordenamiento jurídico, o sea son naturales y anteriores al Estado. En este
sentido, nuestro ordenamiento constitucional parte de la base de que los derechos esenciales
tienen las siguientes características:
- Son universales, ya que se extienden a todo el género humano, sin importar el tiempo o lugar.
- Son absolutos, desde que pueden reclamarse respecto de cualquier persona, autoridad o
comunidad.
Atendidas estas características es que la doctrina jurídica concluye que los derechos humanos son
necesarios, inalienables, inviolables e imprescriptibles.
Aun cuando los derechos son anteriores al Estado y no dependen de éste para su existencia, la
Constitución igualmente los consagra por los siguientes motivos:
Entendemos por amenaza un mal futuro, cierto o predecible, que no debería ser soportado por el
afectado; la perturbación es la alteración de una situación tranquila, o sea el trastorno del ejercicio
regular de un derecho; la privación es derechamente un abuso, usurpación o desconocimiento de
un derecho o su ejercicio.
El acto (ejecutar o hacer algo) u omisión (dejar de hacer algo a que se está obligado) puede ser
cometido por particulares, por el legislador, por el administrador (gobierno, municipio, servicios
públicos), el contralor o incluso un juez. En general, por cualquier persona como particular o en
ejercicio de un mandato público. Asimismo, el afectado puede ser cualquier persona, sea de
derecho público o privado.
La CP dice que será competente para conocer de esta acción el tribunal competente, el que
conforme a la ley se la Corte de Apelaciones del lugar donde se hubiere incurrido en el acto u
omisión.
Que un acto u omisión sea ilegal o arbitrario, quiere decir que es contrario a derecho. En caso que
se viole el ordenamiento jurídico, el acto u omisión será ilegal; a su turno, estos podrán ser
arbitrarios cuando son producto del mero capricho, voluntad irracional o ausencia de motivación
que los justifiquen.
- La Protección ambiental sólo procede contra actos u omisiones ilegales, pero no respecto
de conductas arbitrarias;
- La conducta que da origen al recurso debe ser imputable, o sea, debe provenir de culpa o
dolo de otro sujeto, esto quiere decir que se requiere de negligencia o mala fe de parte de
aquel contra el que se interpone el recurso/acción.
- El acto u omisión que se reclama debe provenir de una persona o autoridad determinada,
la que deberá individualizarse con precisión.
El recurso de amparo o “habeas corpus” – como se conoce universalmente – forma parte del
ordenamiento chileno desde la Constitución Política de 1833, de ahí pasó a la de 1925 y asimismo
la encontramos en la CP vigente. Desde su origen, esta acción constitucional ha podido ser
invocada frente a un arresto, detención o prisión ilegal, pero además en caso que una persona
sufran otro tipo de atentados ilegales a su libertad individual.
Esta acción constitucional se interpone, sin mayor formalidad (por escrito, verbalmente, por
teléfono, correo electrónico, etc.), ante la Corte de Apelaciones que corresponda cuando se ha
producido una detención, apresamiento o prisión contrarios al ordenamiento jurídico, a fin de que
el afectado sea puesto en libertad o se reparen los defectos con que se procedió. Este recurso
puede ser interpuesto por cualquier persona, o sea podría ser presentado por el directamente
afectado o por terceros a su nombre.
Deberes constitucionales art. 22 y 23
(Artículo 22.- Todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales.
Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la patria, de defender su soberanía y de
contribuir a preservar la seguridad nacional y los valores esenciales de la tradición chilena.
El servicio militar y demás cargas personales que imponga la ley son obligatorios en los términos
y formas que ésta determine.
Los chilenos en estado de cargar armas deberán hallarse inscritos en los Registros Militares, si no
están legalmente exceptuados.
Artículo 23.- Los grupos intermedios de la comunidad y sus dirigentes que hagan mal uso de la
autonomía que la Constitución les reconoce, interviniendo indebidamente en actividades ajenas
a sus fines específicos, serán sancionados en conformidad a la ley. Son incompatibles los cargos
directivos superiores de las organizaciones gremiales con los cargos directivos superiores,
nacionales y regionales, de los partidos políticos.
La ley establecerá las sanciones que corresponda aplicar a los dirigentes gremiales que
intervengan en actividades político partidistas y a los dirigentes de los partidos políticos, que
interfieran en el funcionamiento de las organizaciones gremiales y demás grupos intermedios
que la propia ley señale.).
Los principales deberes constitucionales, consagrados en los artículos 22 y 23 de la CP, tienen las
siguientes características:
i. En palabras del Consejo de Estado* se trata de deberes de tipo patriótico, considerados
esenciales para el país en su unidad y destino como Estado nación soberano;
ii. Hay algunos que son exigibles sólo a los chilenos y otros de carácter general, que obligan a
todos los habitantes de la República, sean estos chilenos o extranjeros;
iii. No son taxativos, ya que fuera la CP contiene una serie de otros deberes para las personas.
Los deberes contemplados en el capítulo III de la CP puedes clasificarse según el sujeto al que
obligan en:
1. Deberes de las personas naturales: ya sean estos chilenos o extranjeros.
Aquellos deberes transversales que obligan a todos los habitantes de la República son: respetar a
Chile y a sus emblemas.
Por su parte, los deberes imponibles sólo a los chilenos son: honrar a la Patria; defender su
soberanía; contribuir a preservar la seguridad nacional; contribuir a preservar los valores
esenciales de la tradición chilena; e inscribirse en los Registros Militares, si están en estado de
cargar armas y no están expresamente exceptuados.
La CP agrega que el Servicio Militar y cualquier otra carga personal que imponga la ley son
obligatorios en la forma y términos que ella determine (y que en cualquier caso deberá respetar
los derechos esenciales).
2. Deberes de los grupos intermedios: quienes tienen prohibido hacer mal uso de la
autonomía que la Constitución les reconoce, interviniendo indebidamente en actividades
ajenas a sus fines específicos, caso en el que se les aplicarán las sanciones que defina la
ley. Además, se establecen incompatibilidades entre cargos directivos superiores de
organizaciones gremiales y cargos directivos superiores, regionales y nacionales de
partidos políticos.
Asimismo, se serán sancionadas por ley la intervención en actividades político - partidistas
por parte de los dirigentes gremiales y la interferencia de los dirigentes de los partidos
políticos en el funcionamiento de las organizaciones gremiales, y demás grupos
intermedios que la ley señale.
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