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Estimadas y estimados docentes: Hoy comenzamos a transitar el curso de

CLASE 1 capacitación: “Docentes multiplicadores/as de derechos. Educación en y para los


Introducción a derechos humanos”.
los derechos Concepto de derechos humanos
humanos.
Entendemos por derechos humanos aquellos derechos propios de las personas,
Características; derechos que nos corresponden por nuestra sola condición de tales, sin que sea
fundamentos. necesario cumplir con requisito o exigencia adicional alguna.
El rol del Todo ser humano, por el hecho de serlo, es titular de derechos fundamentales
Estado. que el Estado no puede arrebatarle ilícitamente (NIKKEN, 1994); no siendo
relevante profesar una determinada religión, pertenecer a uno u otro género,
contar con determinada edad, conformar una etnia en especial, ni aún gozar de
una determinada nacionalidad.
En este sentido, y tal como lo expresa el preámbulo de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, éstos no nacen del hecho de ser nacional de
determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la
persona humana.
“Los Estados americanos signatarios de la presente Convención […] reconociendo
que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de
determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la
persona humana…”, Preámbulo de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, OEA, 1969.
Es decir, los derechos humanos no son concesiones graciosas que hacen los
Estados en favor de las personas que habitan en sus territorios. Más aún, los
derechos humanos no son creaciones estatales, por el contrario, desde una
mirada filosófica debe señalarse que los derechos fundamentales nacieron con el
surgimiento de la humanidad, existen desde entonces, y han llegado a ser
reconocidos política y jurídicamente por las naciones, a través de los procesos de
adopción de instrumentos internacionales primero, y de la ratificación e
incorporación de ellos en las legislaciones y agendas nacionales después. El largo y
arduo camino de reconocimiento tuvo como base fundamental las luchas sociales
encarnadas por diversos grupos históricamente discriminados y segregados,
quienes permitieron visibilizar las distintas situaciones de opresión y vulneración
de la sociedad.
La distinción no es menor si se considera que, de creer que los derechos humanos
han sido creados por los Estados, podría considerarse que éstos pueden disponer

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libremente de ellos, y hasta incluso avanzar en su extinción. Sin embargo esto no
es posible, quien reconoce la existencia de algo no sólo admite su pre existencia
sino que incluso se ve imposibilitado a futuro de ir contra sus propios actos: el
derecho reconocido ya no puede ser desconocido.
En suma, los derechos humanos hacen a la dignidad de las personas, son
derechos inherentes a la condición humana que se plantean inicialmente como un
límite infranqueable para los Estados independientemente de cualquier condición
que detenten las personas que se encuentren bajo su jurisdicción (SALVIOLI,
2013); se ejercen frente al Estado y, por ende, son los Estado quienes asumen las
obligaciones de respetarlos y garantizarlos. De ellos depende el efectivo
cumplimiento de los derechos fundamentales.
Características de los derechos humanos
Los derechos humanos cuentan con una serie de características, como lo son la
universalidad, la progresividad, la interdependencia, la irrenunciabilidad y la
indivisibilidad.
La universalidad implica que los derechos fundamentales les corresponden a
todas las personas sin importar donde hayan nacido, donde habiten, ni tampoco a
qué cultura pertenezcan. Este carácter se opone a la denominada relatividad
cultural, desde donde se ha pretendido la justificación de claras violaciones a los
derechos humanos al considerarlas simples consecuencias de prácticas culturales.
Dicha cualidad, tan inherente al concepto de derechos humanos, fue discutida
hasta el año 1993, cuando en el marco de la Segunda Conferencia Mundial sobre
Derechos Humanos y luego de haber transitado duras negociaciones, las
representaciones oficiales de todas las naciones del mundo aprobaron la
Declaración de Viena estableciendo que todos los derechos humanos son
universales, interdependientes e interrelacionados (NOWAK, 2009).
La progresividad implica la posibilidad de crecimiento en cantidad y contenido, es
decir, que en el futuro podremos encontrar derechos que hoy no están
consagrados como derechos humanos, e incluso el paso del tiempo podrá dotar
de mayores alcances a los derechos existentes. Así, por ejemplo, el derecho a la
vida antes se concebía esencialmente como una protección frente a la ejecución
extrajudicial, ahora se trata de un derecho más fuerte y complejo, donde ya no se
habla simplemente de la vida; el derecho se ha enriquecido fuertemente, ahora se
trata del derecho a la vida digna, para cuya plena satisfacción se necesita
ineludiblemente del disfrute de los restantes derechos humanos.
Este carácter de progresividad también indica que los Estados están obligados a
avanzar en el nivel de protección de los derechos fundamentales creando nuevos
y mejores mecanismos de tutela. Además, los Estados no pueden retroceder en el

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reconocimiento que ya han hecho, como tampoco en los niveles de disfrute que
han alcanzado, es decir que la progresividad es también prohibición de
regresividad.
Por ejemplo, ningún tratado internacional obliga a los Estados a brindar educación
universitaria de manera gratuita, sin embargo, aquellas naciones que la imparten
se encuentran obligadas jurídicamente a sostener ese nivel de reconocimiento del
derecho y consecuentemente a no retroceder en su nivel de garantía, ya que si lo
hicieren estarían vulnerando este carácter.
Finalmente, la progresividad, muy vinculada a los derechos de contenido
eminentemente económico, social y cultural, sirve como herramienta para medir
el nivel de avance y respeto general de los derechos fundamentales.
La irrenunciabilidad significa que los derechos humanos no pueden declinarse, si
así fuera, se estaría desistiendo de la propia condición de persona, lo que resulta
imposible. Esto es así porque, como se dijo anteriormente, los derechos humanos
son inherentes a todas las personas. Por lo expresado, cualquier pretensión de
renuncia, libremente expresada o no, será nula y no producirá efecto alguno.
Otro carácter tiene que ver con la indivisibilidad, este indica que nos es imposible
gozar plenamente de un derecho humano si no se tiene un efectivo disfrute de
todos los demás. Resulta difícil pensar que si uno solo de los derechos humanos
nos es vulnerado estaremos en condiciones de gozar en plenitud de los restantes.
Un derecho humano que pareciera no ser susceptible de limitación externa es el
derecho a la libertad de pensamiento, se puede creer que el Estado no tiene
cómo vulnerar nuestras posibilidades de pensar libremente, sin embargo la
libertad de pensamiento está directamente asociada a la educación. Cada quien
piensa en base a lo que conoce, e incluso a partir de allí se encuentra en
condiciones de imaginar. Entonces advertimos que hasta el derecho de ejercicio
más íntimo, como puede ser el planteado, se puede ver limitado por el no acceso
a una educación de calidad, y la educación está condicionada a una previa y
adecuada alimentación, y a su vez condiciona el posterior acceso a un trabajo
digno, y así se podrían seguir estableciendo relevantes relaciones con otros
derechos esenciales.
El ejemplo señalado ilustra la imposibilidad de dividir los derechos humanos, los
que sólo pueden ejercerse y disfrutarse en conjunto, es decir, no es posible hablar
de disfrute de algunos derechos humanos mientras otros sean vulnerados. Sin
embargo, a lo largo del tiempo el conjunto de derechos humanos ha sido dividido
en diversas categorías.

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A lo largo del desarrollo de la disciplina de los derechos humanos se nos ha
señalado que existen categorías, una de ellas integrada por derechos civiles y
políticos, la otra, por derechos económicos, sociales y culturales.
La referida clasificación puede facilitarnos el estudio de los derechos esenciales de
las personas, y por lo tanto tiene que ser considerada exclusivamente a los
efectos pedagógicos; de ningún modo puede ni debe usarse para pretender, y
mucho menos justificar, superioridades o inferioridades de unos respecto de
otros.
Las relaciones que se dan entre ambos grupos de derechos resultan ser tan
fuertes que no existen derechos que pertenezcan exclusivamente a una u otra
clasificación; así, los derechos civiles poseen elementos de naturaleza política,
económica, social y cultural y lo mismo ocurre en sentidos inversos.
Para seguir profundizando sobre el tema:
Pueden descargar el siguiente documento sobre la Conferencia Mundial de
Derechos Humanos de Viena de 1993
http://www.ohchr.org/Documents/Events/OHCHR20/VDPA_booklet_Spanish.pdf
Una mirada adecuada sobre las obligaciones estatales y sus violaciones
Todos los derechos humanos imponen a los Estados las obligaciones generales de
respeto y garantía. El deber de respeto a los derechos y libertades fundamentales
comprende necesariamente una restricción al ejercicio del poder estatal, es decir,
dando cumplimiento, mediante acciones positivas u omisiones, a la conducta que
generalmente se encuentra regulada normativamente. El deber de garantía
comporta la necesidad de que el Estado asegure la existencia del pleno y libre
ejercicio de los derechos humanos. Se desprenden de este último, cuatro
obligaciones más: prevenir, investigar, sancionar y reparar. Finalmente, los
Estados se encuentran obligados a tomar todas las medidas necesarias para hacer
efectivos los derechos consagrados (GONZÁLEZ NAPOLITANO, 2013).
En este sentido, son únicamente los Estados los sujetos que asumen obligaciones
jurídicas en materia de respeto y garantía de todos y cada uno de los derechos
humanos a favor de todas y cada una de las personas que habitan circunstancial,
temporal o permanentemente en sus territorios, y por esta razón sólo ellos
pueden incurrir técnicamente en lo que se llama violación de derechos
fundamentales (NIKKEN, 1994).
No basta con que el derecho vulnerado tenga reconocimiento como derecho
humano para hablar técnicamente de una violación a derechos humanos, es
necesario que esa violación sea consecuencia de una acción o de una omisión

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estatal, es decir que además del derecho de que se trate, resulta necesario
evaluar la condición de la persona agresora.
Por esa circunstancia, si bien todos y todas somos titulares de los mismos
derechos humanos, no todos y todas, con aquello que hagamos o dejemos de
hacer, podremos producir violaciones a los derechos básicos. La violación en
sentido técnico solo puede venir como producto de una acción o una omisión
estatal, reprochable a un agente público.
Sistemas internacionales de protección de los derechos humanos
Los sistemas internacionales de protección de derechos básicos de las personas
son creados por voluntad de los Estados en el ejercicio pleno de su soberanía.
Entonces, no se encuentran razones para que éstos incumplan los efectos que de
ellos se desprenden, como las observaciones, recomendaciones, sentencias,
informes, etc., de los órganos y tribunales internacionales. Si fueron los Estados
los que discutieron, negociaron, adoptaron y ratificaron los tratados reconociendo
derechos y obligaciones, disponiendo la creación de los órganos y sistemas de
control, aceptando expresamente las reglas a las que decidieron someterse, no
pueden entonces posteriormente esgrimir desconocimiento, error o falta de
intención en cumplirlos. Sencillamente, no pueden alegar en su favor la propia
torpeza.
Dichos sistemas se integran por tres elementos centrales, generalmente
consagrados y derivados de instrumentos internacionales de derechos humanos,
adquieran estos el nombre de tratados propiamente dichos, de pactos, de
convenciones de protocolos, y hasta incluso de declaraciones, en cuyo último caso
estaremos frente a un tipo de instrumento que en principio no resulta vinculante,
es decir que sus postulados carecen de fuerza obligatoria en términos jurídicos.
Entre los elementos encontramos los derechos, o normas sustanciales, que en
todo instrumento se reconocen a favor de las personas y que limitan el poder de
los Estados; los órganos encargados de supervisar la aplicación de esas normas; y
los procedimientos, o normas procesales, que le indican a los órganos cómo los
derechos deben ser aplicados.
Estos tres elementos responden a tres consignas fundamentales, el primero de
ellos a ¿qué es lo que se aplica?, el segundo a ¿quién lo aplica? y el tercero a
¿cómo lo hace?
Con esto advertimos que los instrumentos internacionales de derechos humanos
no sólo reconocen derechos a favor de las personas sino que frecuentemente van
más allá y establecen mecanismos para que esos derechos sean efectivamente
reconocidos y para ello muchos veces se crean órganos encargados de monitorear
la efectiva aplicación de los derechos, dotados de normas procesales que indican

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el modo en que tienen que actuar frente a las circunstancias que se les pueden
presentar.
En el caso de los sistemas regionales de protección de derechos humanos,
específicamente el sistema interamericano, la Convención Americana sobre
Derechos Humanos creó la Corte Interamericana de Derechos Humanos como
órgano de supervisión judicial de la vigencia de los derechos reconocidos en la
misma Convención y en otros instrumentos interamericanos. Dentro del sistema,
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como uno de los órganos
principales de la Organización de Estados Americanos, también cumple funciones
de supervisión de los derechos reconocidos en los instrumentos regionales de
derechos humanos.
La importancia de los sistemas internacionales
Los sistemas son valiosos por múltiples circunstancias, en principio porque los
tratados en los que ellos reposan reconocen derechos obligando a los Estados
Partes a respetarlos y garantizarlos, también porque los órganos internacionales,
que monitorean la conducta de los Estados, al hacerlo cooperan con ellos en la
identificación de las medidas a adoptar para un más adecuado estándar de
protección y garantía de los derechos fundamentales, y finalmente porque
obligan, frente a un supuesto de violación de derechos humanos, a investigar,
sancionar y reparar, generando obstáculos para el triunfo de la impunidad.
Finalmente, los sistemas son importantes porque permiten denunciar casos de
violación de derechos humanos cuando el Estado en el que el hecho sucedió no
puede o no quiere investigar los sucesos, o no sanciona a la persona responsable,
o no repara a la víctima o a sus familiares.
En consecuencia, se accede a estos sistemas internacionales de protección a
través de una denuncia sólo cuando el Estado no hizo aquello que debió hacer, es
una instancia más que de ningún modo reemplaza la función estatal de
administración de justicia, por el contrario, la exige.
Los sistemas internacionales son complementarios, en tanto vienen a fortalecer
los sistemas jurídicos internos actuando cuando éstos no funcionan, por ese
motivo se dice también que son subsidiarios.
Principales tratados de derechos humanos
Los países miembros de las organizaciones de las Naciones Unidas y los Estados
Americanos, se encuentra alcanzados por esa mera circunstancia, por la
Declaración Universal de Derechos Humanos y la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre (y de la Mujer), respectivamente.

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Ahora bien, en lo que respecta a los tratados, en el marco de las Naciones Unidas
encontramos dos pactos de especial trascendencia: el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales. Ambos fueron aprobados por la Asamblea General de
Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1966. Estos dos pactos, junto a la
Declaración Universal de Derechos Humanos, conforman los que se da en llamar
la Carta Internacional de los Derechos Humanos en el ámbito universal.
En el marco continental el grupo más relevante de instrumentos lo tenemos
integrado por la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre ya
mencionada, la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, también ya
citada y conocida como Pacto de San José de Costa Rica, y el Protocolo Adicional I
al Pacto de San José, relativo a Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
conocido como Protocolo de San Salvador.
Casi todos los instrumentos señalados trabajan bajo un axioma medular, el
principio rector de la no discriminación, contemplando sólo la posibilidad de
discriminar en forma positiva, caso, por ejemplo, las leyes que en muchos países
establecen un cupo mínimo para el acceso de las mujeres en los espacios
parlamentarios, o las que alientan la contratación de personas con discapacidad
mediante reducciones impositivas a favor de sus empleadores y empleadoras.
Por otro lado, los instrumentos en ocasiones señalan que existe un núcleo duro de
derechos que resultan insuspendibles, que no pueden ser dejados sin efecto ni
aún en situaciones guerra. La Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en su artículo 27.2 establece que no se “autoriza la suspensión de los derechos
determinados en los siguientes artículos: 3 (Derecho al Reconocimiento de la
Personalidad Jurídica); 4 (Derecho a la Vida); 5 (Derecho a la Integridad Personal);
6 (Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre); 9 (Principio de Legalidad y de
Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia y de Religión); 17 (Protección a la
Familia); 18 (Derecho al Nombre); 19 (Derechos del Niño); 20 (Derecho a la
Nacionalidad), y 23 (Derechos Políticos), ni de las garantías judiciales
indispensables para la protección de tales derechos.”
Finalmente, el criterio de interpretación que atraviesa todos los sistemas de
protección de derechos humanos es el principio pro homine o pro persona. En
virtud de este principio, debe acudirse a la interpretación más amplia de las
normas y a aquellas que mejor protejan los derechos de las personas.
Inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o su suspensión
extraordinaria (PINTO, 1997).

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Para seguir profundizando sobre este tema, pueden ingresar al siguiente link
donde encontrarán toda la normativa nacional e internacional sobre derechos
humanos obligatoria para nuestro país:
http://www.jus.gob.ar/derechoshumanos/los-derechos-humanos/normativa.aspx

Les acercamos AcceDER, un buscador jurídico especializado, para que puedan


conocer los pronunciamientos de los distintos órganos internacionales de supervisión
de derechos humanos (universales y regionales), no sólo en relación a la República
Argentina sino también a los países de la región.

Link: http://www.derechoshumanos.unlp.edu.ar/buscador/search

¿Hay algún derecho o tema ofrecido que tenga relación con los contenidos de la
presente capacitación? ¿Se animan a realizar una búsqueda y compartir los
resultados obtenidos?

ACTIVIDAD

Las/os invitamos a mirar un video en el que el Dr. Fabián Salvioli explica


las nociones principales en relación a los derechos humanos:
INSERTAR VIDEO
A partir de lo reflexionado en el video, se propone pensar en torno a las
siguientes consignas:
1. En la escuela en la que trabajan o en su entorno personal: En general,
¿las personas se perciben sujetos titulares de derechos humanos?, ¿Está
naturalizada la violación de algún tipo de derecho humano?, ¿Se
conocen los mecanismos de reclamo frente a violaciones a este tipo de
derechos?
2. ¿Pueden identificar los derechos humanos más relacionados con su
actividad docente, tanto como trabajadores/as estatales como
asociados con los niños/niñas y adolescentes que desarrollan un
proceso pedagógico de aprendizaje?
Compartan sus respuestas en el foro.
¡Las y los esperamos!

Les recordamos que la bibliografía sugerida y ampliatoria de la clase se


encuentran en las últimas páginas de las clases.

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Bibliografía
Bibliografía sugerida
DI BERNARDI FEDERICO y otros (2007), “Igualdad y no discriminación”, “Derecho económicos,
sociales y culturales”, Capítulos 6 y 8, en “Derechos Humanos y ciudadanía: serie Perspectivas”,
1°. Ed., Buenos Aires:Santillana.
NIKKEN P. (1994) “El concepto de derechos humanos” en Estudios de Derechos Humanos,
Tomo I, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José, Costa Rica. Disponible en
http://www.derechoshumanos.unlp.edu.ar/assets/files/documentos/el-concepto-de-derechos-
humanos.pdf
Bibliografía ampliatoria
CEJIL (2007), “La protección de los Derechos Humanos en el Sistema Interamericano. Guía para
defensores/as de DDHH”, CEJIL:Buenos Aires. Disponible en
https://www.cejil.org/sites/default/files/legacy_files/GuiaDH2012Links.pdf
PINTO M. (1997), “Temas de Derechos Humanos”, Buenos Aires:Editores del Puerto. Capítulos
I, III, IV, VI, VII.
RAFFIN, Marcelo (2006), “La experiencia del horror. Subjetividad y derechos humanos en las
dictaduras y postdictaduras del Cono Sur”, Buenos Aires:Editores del Puerto. Capítulo I.
SALVIOLI F. (2013) “Indivisibilidad e Interdependencia en el PIDCP y DESC” en O Cinquentenário
dos dois pactos de direitos humanos da ONU, Volumen I, Fortaleza: Expressao Gráfica e Editora.

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