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ESQUEMA 4

INTRODUCCION
Señor Jesús, me presento ante ti sabiendo que me llamas y que me amas tal como soy.
"Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo
de Dios" Jn. 6,69
Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa
como comunión y donación de todo lo que eres.
Aumenta mi FE. Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos envías, quiero llegar al
Padre para decirle mi SÍ unido al tuyo. Contigo ya puedo decir: Padre nuestro.
Con esta FE ayúdame a iluminar las distintas situaciones de mi vida personal, familiar,
comunitaria.
Vos sos mi ESPERANZA, mediador, hermano y amigo. Mi corazón se llena de gozo y de
esperanza al saber que vives "siempre intercediendo por nosotros" Heb. 7,25
Quiero sentir y valorar las cosas como vos. Porque vos sos el centro, el principio y el fin
de todo. Apoyado en esta ESPERANZA, quiero vivir y transmitir al mundo los valores
evangélicos que tú me enseñaste.
Quiero AMAR COMO VOS, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres. Quisiera
decir como San Pablo: "Mi vida es Cristo". Flp. 1,21. Mi vida no tiene sentido sin ti.
CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, quiero adorarte con una actitud sencilla de
presencia, silencio y espera, que quiere ser también respuesta a tus palabras: "Quédense
aquí, velando conmigo" Mt. 26,38
Vos superás la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por eso
quiero aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y callando con un
silencio de amigo.
El Espíritu Santo que infundiste en mi corazón se traduce en actitud agradecida y sencilla,
y en el gesto filial de quien se alegra con tu sola presencia, tu amor y tu palabra.
En mis noches oscuras, siento tu presencia; muchas veces sin experimentar la
consolación en mi corazón, pero consciente de que tu amor no es una sensación, sino
que es certeza de saberte presente en mi caminar.
Me diste a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón.
Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Mamá.
Ayúdame a ser parte de tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu
Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos, sobre todo en mi
comunidad y familia.
Amén.
INVOCACION AL ESPÍRITU SANTO
Cuando buscamos la soledad y nos encontramos con nosotros mismos sólo estamos
escarbando en el vacío. Porque nuestra interioridad sólo tiene vida y hermosura si allí
está presente el Espíritu Santo, y si nos dejamos cambiar por él.
Sin esa luz del Espíritu Santo, terminamos confundiendo a Dios con nuestros
pensamientos, con nuestras confusiones, con nuestros sentimientos tan cambiantes. Y
Dios es mucho más que todo eso, mucho más.
Si queremos ser verdaderamente profundos, busquemos al Espíritu Santo.

ORACION AL ESPÍRITU SANTO


Ven Espíritu Santo, aplaca todo lo que da vueltas dentro de mí y enséñame a detenerme.
No dejes que viva las cosas superficialmente, con esa prisa que me hace daño, con esa
inquietud que no me permite disfrutar de lo que me regalas.
Mira esa fiebre interior que a veces me atormenta. Calma, serena, aplaca esa carrera loca
que hay dentro de mí.
Ven Espíritu Santo, enséñame a valorar el misterio de cada cosa y de cada ser humano,
para que les dedique el tiempo y la atención que se merecen, para que pueda aprender el
mensaje profundo de todo lo que me toque vivir.
Ven Espíritu Santo, a derramar tu dulce calma en todo mi ser.
Amen.

MOMENTO DE PERDON
Ya más calmo y sereno por la presencia del Espíritu Santo en el corazón, es bueno pedir
al Señor perdón por mis ofensas y reflexionar sobre mi actitud con quienes me ofenden.
¿Sé perdonar de corazón a mis hermanos? Cuando ofendo a alguien, ¿me disculpo tan
rápido como quisiera que se disculpen conmigo?
En el Padrenuestro Jesús nos enseñó a decir “perdona nuestras ofensas, como nosotros
perdonamos a los que nos han ofendido” Mt. 6,12.
Entonces, ¿soy merecedor del perdón de Jesús?
Cuanto más misericordioso es el Señor. Él siempre está dispuesto a darnos una nueva
oportunidad. Él es “lento para la ira y grande en misericordia” Sal. 103, 8.
Por eso quiero pedirte Jesús que respondas a mi corazón tal como lo hiciste con Pedro.
“Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.
Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus
siervos.
Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que
tenía, para que se le pagase la deuda.
Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y
yo te lo pagaré todo.
El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y
asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia
conmigo, y yo te lo pagaré todo.
Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su
señor todo lo que había pasado.
Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné,
porque me rogaste.
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de
ti?
Entonces su señor, enojado, lo entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le
debía.
Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada
uno a su hermano sus ofensas”. Mt 18, 21-35
Señor, te pido perdón por las veces en que actúe como ese servidor despiadado. Ten
compasión de mí y enséñame a perdonar sinceramente a mi prójimo.

ORACIONES DE INTERCESION (FALTA DEFINIR SI QUEDA O SI SE VA)


Jesús busca siempre nuestra felicidad. Sus caminos nunca nos conducirán a lugares
equivocados. Por eso ten siempre confianza en Él. Dijo San Pablo a los cristianos de
Filipo. “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego,
presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Fil. 4, 6-7
Señor, te ofrecemos las siguientes oraciones.
 Te ruego señor por toda la iglesia, el papa Francisco, y sus obispos; para que
siempre te escuchen y hagan tu voluntad.
 Pongo en tus manos señor también mi parroquia, mi comunidad; para que
pueda llegar a tus brazos paternales.
 Por ultimo buen Jesús y maestro; pongo mi sueños y proyectos, mis anhelos y
defectos, todo en tus manos, porque se que no hay un lugar mejor para ellos.

(FALTA DEFINIR SI QUEDA)


Delante de ti, en esa Eucaristía está Jesús. Tal vez ya le contaste tus problemas, ya le
pediste perdón por tus faltas, ya pediste por lo que necesitabas; pero... ¿te acordaste de
pedir por tus hermanos?
La oración por el prójimo es fundamental en la vida cristiana. No solo hay que pedir por
aquellos que quieres o que conoces porque “Si aman a aquellos que los aman, ¿qué
merito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman.” Lc 6,32
El mérito está entonces en pedir por todos. Como María, que en las bodas de Caná pidió
a Jesús para que ayude a quienes lo necesitaban. “Mujer, ¿qué tenemos que ver
nosotros?” Jn 2, 4 fue su respuesta; sin embargo, ante la insistencia de su madre, Jesús
obró el milagro.
En este momento, imita el ejemplo de María nuestra madre y pide al Señor por aquellos
que más necesitan de Él.

ORACIONES DE ALABANZA (FALTA CONTROLAR INTRODUCCION)


La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios.
Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es. Mediante
ella, el Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios,
da testimonio del Hijo único en quien somos adoptados y por quien glorificamos al Padre.
La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente y
su término: “un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos
nosotros” 1 Co 8,6
 Te alabo Señor mío por todo tu amor demostrado en cada criatura que me
regalas.
 Te alabo señor mío por tu amor preferencial hacia mí.
 Te alabo por me llamas a vivir en comunidad, dentro de esta parroquia bajo el
amparo de tu madre y nuestra madre María Reina.
 Te alabo en verdad porque siempre me esperas y conoces mi corazón.
 Alabo esa misericordia que no tiene en cuenta mis caídas, sino que mira con
bondad eterna mis pasos.
 Te alabo Padre bueno e inmenso, por cada persona que compone mi familia,
por nuestras diferencias y por tu amor que nos ayuda a vivir juntos.
 Te alabo Padre amoroso por mi trabajo o estudio, que me permite hacer tu
voluntad en mi vida.
 Te alabo Padre, por ser tan papá para mí y por darme por mamá a Mamá
María.

ORACIONES DE ACCIÓN DE GRACIAS (FALTA INTRODUCCION)


¡Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor perdura para siempre!
Den gracias al que es Dios de los dioses, porque su amor perdura para siempre.
Den gracias al Señor de los señores, porque su amor perdura para siempre.
al único que ha hecho maravillas, porque su amor perdura para siempre.
al que con sabiduría hizo los cielos, porque su amor perdura para siempre.
al que puso la tierra sobre las aguas, porque su amor perdura para siempre.
al que creó las grandes luminarias, porque su amor perdura para siempre.
al sol para que gobierne el día, porque su amor perdura para siempre.
la luna y las estrellas para que manden la noche, porque su amor perdura para siempre.
al que hirió a Egipto en sus primogénitos, porque su amor perdura para siempre.
y a Israel lo sacó de en medio de ellos, porque su amor perdura para siempre.
con mano fuerte y brazo levantado, porque su amor perdura para siempre.
al que separó en dos el Mar de Juncos, porque su amor perdura para siempre.
y condujo a Israel por medio de él, porque su amor perdura para siempre.
allí tumbó a Faraón y a su ejército, porque su amor perdura para siempre.
al que guió a su pueblo en el desierto, porque su amor perdura para siempre.
al que aplastó a reyes poderosos, porque su amor perdura para siempre.
y dio muerte a monarcas respetables, porque su amor perdura para siempre.
a Sijón, rey de los Amorreos, porque su amor perdura para siempre.
y a Og, rey de Basán, porque su amor perdura para siempre.
y traspasó sus tierras como herencia, porque su amor perdura para siempre.
como herencia a Israel, su servidor, porque su amor perdura para siempre.
Se acordó de nosotros en nuestro abatimiento, porque su amor perdura para siempre.
y nos libró de nuestros opresores, porque su amor perdura para siempre.
El da su pan a todo ser carnal, porque su amor perdura para siempre.
Den gracias al que es Dios de los cielos, porque su amor perdura para siempre.
LETANIAS EUCARTÍSTICAS (FALTA INTRODUCCION)
Bendito sea el Espíritu Santo consolador
Todos: Bendito sea el Espíritu Santo consolador
Bendito sea el Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo.
Bendito sea el Espíritu Santo que hizo hablar a los profetas.
Bendito sea el Espíritu Santo, por cuya intervención María fue Madre.
Bendito sea el Espíritu Santo, cuya unción consagró a Jesús Mesías y Profeta.
Bendito sea el Espíritu Santo, que Dios concede a nuestras oraciones.
Bendito sea el Espíritu Santo, que Jesús prometió como «otro Defensor».
Bendito sea el Espíritu Santo, que nos recuerda todo cuanto Jesús dijo.
Bendito sea el Espíritu Santo, que nos conduce a la totalidad de la verdad.
Bendito sea el Espíritu Santo, que hizo de los Apóstoles testigos de Jesús.
Bendito sea el Espíritu Santo, que reúne a todos los pueblos y a todas las lenguas.
Bendito sea el Espíritu Santo, que nos es dado en el bautismo para nuestra vida de hijos
de Dios.
Bendito sea el Espíritu Santo, que nos es dado en la confirmación para el testimonio.
Bendito sea el Espíritu Santo, que inspira las respuestas de los mártires.
Bendito sea el Espíritu Santo, por quien el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la
sangre de Jesús.
Bendito sea el Espíritu Santo, por quien formamos un solo cuerpo comiendo un solo pan.
Bendito sea el Espíritu Santo, por quien son perdonados nuestros pecados.
Bendito sea el Espíritu Santo, que por la imposición de las manos se da a los diáconos, a
los sacerdotes y a los obispos.
Bendito sea el Espíritu Santo, por todos los dones que distribuye entre el pueblo de Dios.
Bendito sea el Espíritu Santo, alma de la Iglesia.
Bendito sea el Espíritu de amor, fuente de la caridad.

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