La lectura debe ser propuesta como un acto dinámico, vivo, que permita a los estudiantes
aprender la significación profunda de lo que leen. La lectura no debe convertirse en un acto de
memorización y de cumplimiento de una obligación, debe ser para los estudiante una forma de
encontrarse con otros mundos, con otras realidades que permitan aportar a su vivencia.
El contexto de vida hace parte del acto de leer el mundo. La relación y vivencia del ser con lo que
está a su alrededor le permite percibir, comprender y establecer el proceso de "lectura" de su
mundo "La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de
ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél". Como profesores debemos
crear una disciplina intelectual, leer siempre y seriamente, adentrándonos en los textos, para
poder acompañar e impulsar el proceso de lectura de nuestros estudiantes.
Como alfabetizadores debemos propender por ser acompañantes influyentes, a través de nuestra
práctica consciente, en desarrollo de la escritura, reescritura y transformación del mundo del
sujeto alfabetizador, teniendo como premisa su vivencia, sus sueños, sus anhelos, es decir su
experiencia existencial La importancia del acto de leer, debe ser vista desde la vivencia de cada
uno, Paulo Freire nos expone desde la "arqueología" de su vivencia, como es que desde allí
precisamente, desde la comprensión que cada uno haga de su acto de leer puede entender y
realmente estimular a otros a leer y escribir.
Y es desde el acto de la lectura del mundo que se pueden generar el escribir, re-escribir, crear,
vivir, re-vivir, leer y re-leer, para transformar a través de esa lectura crítica, la realidad social
generando movilización y lograr lo que se denominaría, la acción contra hegemónica hacia grupos
en los cuales prima la injusticia.
"Primero, la “lectura” del mundo, del pequeño mundo en que me movía; después la lectura de la
palabra que no siempre, a lo largo de mi escolarización, fue la lectura de la “palabra-mundo”. la
alfabetización de adultos debe ser vista como un acto político, como un acto de conocimiento,
como un acto creador.
Paulo Freire habla en el texto de la comprensión crítica del acto de leer, encuentra una relación
dinámica entre el lenguaje y la realidad, donde no basta con la decodificación pura de la palabra
escrita o del lenguaje escrito, sino que se anticipa y se prolonga a la inteligencia del mundo. La
lectura del mundo precede a la lectura de la palabra.