La moral y la ética tienen en común que definen lo que se considera bueno o malo
dentro de una determinada ideología, pero cada una constituye un tratamiento
diferencial de este eje fundamental de las culturas humanas. La moral se centra en
la convención o el acuerdo social sobre lo que es el bien y el mal.
santo. También tener el demonio o estar poseído o ser pecador como condición
humana universal. Se puede hablar, además, del estado de santidad o de perder el
estado de gracia. Sea como sea, el centro de la moral religiosa es la afirmación de
la existencia de dios y la consiguiente formulación de valores en distintas categorías.
Humildad-Supervía
Generosidad-Avaricia
Castidad-Lujuria
Paciencia-Ira
Templanza-Gula
Caridad-Envidia
Diligencia-Pereza.
Pues bien: el naturalismo entiende que la norma recta, para las formulaciones y
actuaciones justas, debe provenir de la ciencia como intelección más ajustada a la
realidad de las cosas.
Bibliografía
Por otra parte, al formularse los valores en base a las dinámicas o funcionalidades
que animan esa naturaleza y al mismo hombre, estos se pueden detallar al atender
a la especie humana en particular. Estos valores serian: la integridad de los cuerpos,
la salud de los organismos, la autonomía de las personas y la participación
ciudadana de los individuos. De hecho, estos cuatro valores deberían servir para
todos los seres naturales, pero es evidente que las culturas humanas han tendido a
tenerlos como valores para sus individuos y no para los otros individuos animales.
Se podrá argumentar que, a su manera, las otras especies también hieren y matan
y, además, viven en un estado permanente de vigilancia e inseguridad. Pero quizás
la idea naturalista a promocionar es la de pensar en una cultura humana que sea
superior precisamente por dejar de hacer lo que hacen las especies que
consideramos inferiores.
Quizás, donde sería más relevante incidir seria en el tema de las virtudes
intelectuales, dado que estas virtudes son las más relevantes y definitorias del ser
humano. En este sentido y dado el gran desarrollo de las culturas humanas nos
atrevemos a proponer tres pares de virtudes y defectos intelectuales:
Erudición-Incultura
Discernimiento-Confusión
Sabiduría-Ignorancia
8.3 Conciencia
Volviendo al tema central de la conciencia, hay que decir que este concepto tiene
dos significados básicos: uno cognitivo y otro moral o ético. Estos dos significados
están claros y bien definidos, hasta el punto que en algunos idiomas comportan el
uso de palabras diferentes. De esta manera, en inglés, se habla de consciousness
para la conciencia cognitiva y de conscience para la conciencia moral. En ambos
casos, sin embargo, se trata de conceptos que remiten a fenómenos psicológicos y
es desde esta perspectiva psicológica que se deben tratar.
Existen, también, otros significados del concepto de conciencia. Hay que hacer
referencia, en concreto, a los de tipo descriptivo y psicopatológico. En el ámbito de
la medicina la conciencia hace referencia al estado de un individuo en la medida
que se encuentra en condiciones de darse cuenta de las cosas y de los diferentes
grados de este estado que se pueden dar como resultado de trastornos orgánicos.
Este significado de conciencia remite a los fenómenos fisiológicos que son condición
material para la existencia del funcionalismo psíquico y esto no se trata aquí.
Tampoco desarrollamos el significado del concepto de «conciencia social» cuando
hace referencia al estado de opinión o a las actitudes colectivas con respecto a
determinados temas, en un uso metafórico del concepto de conciencia psíquica.
En este contexto, en primer lugar, es necesario decir que cuando un individuo afirma
tener alma, o conciencia, o que está formado por mente y cuerpo, utiliza
convenciones lingüísticas sin necesidad alguna de postular una revisión sobre la
verdad de estas afirmaciones, cosa que si puede hacer la ciencia. Es por ello que
afirmamos que existe una convención religiosa y filosófica según la cual el alma, la
mente, o la psique individual, es una entidad que utiliza el lenguaje para manifestar
su ser y para conocer. Más aún, algunas tendencias psicológicas tradicionales, y
otras pertenecientes a ciencias que tratan del hombre, asumen como inamovible
este supuesto. De acuerdo, sin embargo, con lo que se ha dicho anteriormente,
aquella entidad mental no es algo un agente ignoto —un hombrecito o un
"homúnculo" que los seres humanos tenemos dentro de la cabeza— sino que es la
funcionalidad asociativa en el acto de adaptación a las convenciones lingüísticas
sociales. Es decir, es el habla. De acuerdo con esta concepción de la cognición y
atendiendo a la definición citada anteriormente, podemos decir que el concepto de
conciencia se refiere, fundamentalmente, al habla que se reconoce. Por ello
decimos que la conciencia es decirse; es el habla reflexiva que permite auto
identificarse.
este sentido y otros afirman que está dentro de la cabeza. Desde una perspectiva
psicológica naturalista, denominamos «sentido interno» a la forma de hablar
ocultista que expresa el hecho de que la sociedad condiciona, refuerza y castiga las
conductas de los individuos, y de esta manera consigue que existan reacciones
emocionales condicionadas y ligadas a todo aquello que se ha convenido como
bueno o malo. Dado que la frecuencia cardiaca es una de las respuestas que se
condiciona emocionalmente se ha deducido, de manera simplista, que la conciencia
está en el corazón. Más ocultista, sin embargo, es decir que la conciencia está en
el cerebro, suponiendo que es una entidad que valora y toma decisiones.
Todo ello, sin embargo, debe contextuarse con la idea por la cual se reconoce que
las dinámicas sociológicas y psicológicas, que puede explicar la formación de las
conciencias individuales humanas, son sólo unas dinámicas en las que el bien y el
mal se desarrollan. Pero que la atención a la estabilidad del universo o a los grandes
desastres naturales —a un nivel material— y la atención a la salud y la enfermedad
—hasta los absolutos de vida y muerte, a un nivel vital— deben complementar la
concepción naturalista de ética —como consideración general del bien y el mal en
la naturaleza.
Bibliografía
blioteca Nueva.