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ANTIDEMENCIA

Etiología
Se desconoce la causa exacta de la enfermedad de Alzhei-mer;
no obstante, existen varias hipótesis con diferentes datos, éstas
incluyen las siguientes:
●Alteraciones de acetilcolina
. Hay investigaciones que indican que en el cerebro de personas
con la enfermedad, la enzima necesaria para producir
acetilcolina está muy disminuida. Esta reducción parece ser
mayor en el núcleo basal del área inferior media del cerebro
anterior (Cummings y Mega, 2003). Ésta reduce a su vez la
cantidad del neurotransmisor liberado a las células de la corteza
y el hipocampo, lo que provoca interrupción de los procesos
cognitivos. Otros neurotransmisores y síntomas clínicos
implicados en la patología de la DTA incluyen norepinefrina,
serotonina, dopamina y ácido aminoglutámico. Se propone que
en la demencia, el exceso de glutamato provoca una
sobreestimulación de los receptores de N -metil-d-aspartato
(NMDA), lo que aumenta el calcio intracelular, y la subsecuente
degeneración neuronal y muerte celular.

Alteración cognitiva
Se ha demostrado que el inhibidor de colinesterasa fisostigmina
(antilirium) aumenta el funcionamiento
cognitivo en individuos con enfermedad de Alzheimer leve a
moderada (Van Dyck y cols., 2000). Otrosinhibidores de colinesterasa se pueden
utilizar para el tratamiento de alteración cognitiva leve a moderada en la
enfermedad
de Alzheimer. Algunas de las manifestaciones clínicas de la
enfermedad de Alzheimer se consideran resultado de la deficiencia del
neurotransmisor acetilcolina; en el cerebro la acetilcolina se
inactiva por la enzima colinesterasa. Tacrina, donepezil,
rivastigmina y galantamina inhiben la acetilcolinesterasa, lo que
reduce la degradación de la acetilcolina; por lo tanto, aumentan
las concentraciones del neurotransmisor en la corteza cerebral.
Debido a su acción, las neuronas colinérgicas quedan intactas en
su funcionamiento; sin embargo, los efectos del medicamento
pueden disminuir conforme la enfermedad avanza. No hay
evidencia de que estos fármacos alteren el curso del proceso de
demencia subyacente. Otro medicamento, un antagonista del
receptor N-metil-d-aspartato (NMDA) fue aprobado por la
U.S. Food and Drug Administration (FDA) en 2003. El fármaco,
memantina se aprobó para el tratamiento de la enfermedad de
Alzheimer moderada a grave. Se considera que las
concentraciones elevadas de glutamato en los cerebros de los
pacientes con Alzheimer contribuyen a la sintomatología. Estas
concentraciones elevadas son causadas por una disfunción en la
transmisión de glutamato. En la neurotransmisión normal, el
glutamato es muy importante en el aprendizaje y memoria por
activación de los receptores NMDA para permitir que una
cantidad controlada de calcio entre a la neurona (Alzheimer’s
Association, 2006). Esto crea el ambiente apropiado para el
procesamiento de información. En la enfermedad de Alzheimer,
hay una liberación continua de glutamato, que a su vez provoca
un flujo permanente de calcio al interior de la célula, por lo que
las concentraciones intracelulares de calcio deterioran y matan a
la célula. La memantina puede proteger a la célula contra el
exceso de glutamato por bloqueo parcial de los receptores
NMDA. En pruebas clínicas, se ha demostrado que la memantina
es eficaz en el mejoramiento de la función cognitiva y la
capacidad para realizar actividades diarias en los pacientes con
enfermedad de Alzheimer moderada a grave. Aunque esto no
detiene o revierte los efectos de la enfermedad, sí retrasa el
progreso de ésta (Reisberg y cols., 2003). Debido a que la acción
de la memantina es diferente de los inhibidores de colinesterasa,
es posible considerar su administración. En un estudio, los
resultados mostraron mejoramiento estadísticamente
importante en la función cognitiva, la realización de tareas
diarias, comportamiento y estado general, en los pacientes que
recibieron una combinación de memantina y donepezil cuando
se compararon con sujetos que sólo tomaron donepezil y
placebo (Tariot y cols., 2004).

PSICOFARMACOLOGÍA PARA LA INTOXICACIÓN Y ABSTINENCIA DE SUSTANCIAS

Se han utilizado varios medicamentos para disminuir la intensidad de los síntomas en una
persona que está en abstinencia, o quien experimenta los efectos del uso excesivo del alcohol
o de otras sustancias. La terapia de sustitución puede ser necesaria para reducir los efectos
mortales de la intoxicación o de abstinencia de éstas. La gravedad del síndrome de abstinencia
depende del tiempo de consumo, dosis e índice de eliminación de ésta.

Alcohol

Las benzodiazepinas son los fármacos más utilizados para los tratamientos de sustitución en la
abstinencia de alcohol; éstas son: clordiazepóxido, oxazepam y diazepam. Debido a que
alprazolam disminuye la hiperactividad cardiovascular relacionada con la abstinencia de
alcohol también se utiliza con frecuencia (NIAAA, 2000). El acercamiento al tratamiento con
benzodiazepinas para la abstinencia de alcohol se inicia con dosis relativamente altas y se
reduce en 20 a 25% por día, hasta que se complete la abstinencia. En los pacientes con
enfermedad hepática puede ser un problema que se acumulen los medicamentos de acción
prolongada (clordiazepóxido y diazepam), por lo que es más apropiado el uso de
benzodiazepinas de corta acción como oxazepam. Existen estudios que indican que el control
de los síntomas de abstinencia con las benzodiazepinas se lleva a cabo en base a “las
necesidades”, y no como un programa fijo, lo que resulta en la disminución de las dosis del
medicamento y menos tiempo de tratamiento (NIAAA, 2000). Algunos médicos pueden
ordenar medicamentos anticonvulsivos (p. ej., carbamazepina, ácido valproico o gabapentina)
para el tratamiento de convulsiones por abstinencia. Estos fármacos son muy útiles en
individuos que pasan por episodios repetidos de abstinencia de alcohol. Los episodios
repetidos de abstinencia parecen “favorecer” aún más las convulsiones que pueden ocasionar
daño cerebral (Julien, 2005). Estos anticonvulsivos se utilizan con éxito tanto en situaciones de
abstinencia aguda como de deseo prolongado. El tratamiento con multivitamínicos, en
combinación con inyecciones diarias o administración oral de tiamina, es un protocolo común;
los alcohólicos crónicos por lo general tienen deficiencia de tiamina, la terapia de remplazo se
requiere para prevenir neuropatía, confusión y encefalopatía.

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