REFLEXIÓN PEDAGÓGICA A PARTIR DE LA INTRODUCCIÓN A LA

PRÁCTICA INVESTIGATIVA

CINDY ESTRADA RANGEL

LILIBETH SUAREZ

ANTONIO BRAVO MARTÍNEZ

LUIS CARLOS VERONA CAMARGO

DAVID CALDERAS CORPAS

TULIO CRISTÓBAL BADEL MARTÍNEZ

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE COROZAL

CHINÚ

2018
 AMBIENTACIÓN

El proceso educativo no es neutral, sirve para formar ciudadanos que se integren a

la sociedad actual y sean conformistas a los mismos o se convierte en la práctica de
la libertad que significa formar personas críticas, reflexivas en relación con su
realidad y que participen en la transformación social (Freire, 1969).

Si bien es cierto, la práctica pedagógica investigativa, representa un espacio de reflexión,

critica, confrontación, ratificación, deconstrucción y retroalimentación de saberes y
conocimientos. De igual forma, esta se convierte en medio de desarrollo y profundización
en los procesos educativos en los que da lugar a nuevo procesos y cambios significativos
para el docente aprendiente. Tomando dos vías la primera; la de la investigación y la
segunda el del acompañamiento con sentido de pertenencia a los educandos desde su
entorno natural y cultural.

Ahora bien, partiendo del trabajo individual realizado en la Tutoría Presencial, y

teniendo en cuenta los planteamientos encontrados en la introducción de esta Guía de

Trabajo. Es valido hacer conjeturas acerca de la importancia de cada aspecto expresado en el

tema introductorio. Afirmando en primera instancia que la Practica Pedagógica Investigativa

posibilita en los aprendientes el desarrollo de diferentes espacios de interacción comunicativa

y didácticos que se reflejan cuando este interactúa desde las aulas con sus estudiantes lo que

provoca un proceso de relación y reflexión en torno a inquietudes e interrogantes sobre los

saberes y planteamientos necesarios para dicha práctica.

En segunda instancia, la práctica pedagógica investigativa como lo plantea la

introducción desarrollada en clase permite unos elementos dinamizadores y transformadores

del hecho educativo y social que rodea todo proceso pedagógico y que involucra dos actores

(estudiantes y docentes).

Por consiguiente, se permite comprende, analizar las maneras y todas las distintas formas

que nosotros como docentes en formación podemos identificarnos con una serie de

factores, aspectos y metodologías que influyen de manera positiva en el quehacer docente,

dotándonos a los docentes de todas las estrategias didácticas posibles que en el aula de

clase se evidencia en mejores saberes, mejores aprendizajes y mejores experiencias

significativas.

En efecto, lo anterior es relevante solo cuando se disponen de aquellas teorías

pedagógicas y didácticas orientadas en su proceso de formación, aprovechando este espacio

para demostrar las competencias que hemos adquirido en nuestro proceso de formación.

Así como la posibilidad de poder resolver situaciones cotidianas de forma reflexiva,

creativa y dinámica logrando crear ambientes donde la convivencia y el buen uso de los

valores sea tenido en cuenta, para formar estudiantes íntegros capaces de transformar sus

entornos.

En conclusión, se pueden afirmar que la guía en la práctica pedagógica investigativa

nos permite varias cosas: la primera, formarnos como docentes innovadores, creativos,

investigativos, recursivos y didácticos. Y en segundo lugar, hacernos formar, enseñar, y

evaluar los procesos de enseñanza-aprendizajes a los que hagamos parte.