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El mensaje de Dios para los judíos que regresaron del exilio fue:

Dios se acerca a su pueblo con un mensaje por conducto del profeta Ageo.
Podemos contemplar que este Dios es un Dios activo, atento con lo que su pueblo hace y deja de hacer. Nos
deja ver claramente que él está involucrado en la vida e historia de su pueblo. Nos muestra que este pueblo
estaba viviendo bajo la escrutadora mirada de Dios.
En aquel entonces, los judíos estaban concentrados y preocupados en sus propios interes, especialmente en la
construcción de sus viviendas: “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas
artesonadas, y esta casa está desierta? “ (V.4) Casas artesanadas, significa bien adornadas, casas de lujo.

Los judíos solo tenían tiempo para edificar con el fin de tener comodidad, elegancia y prosperidad material. No
estaban satisfechos con lo que era meramente necesario. Contrario a esto el pueblo judío había descuidado la
construcción del templo en Jerusalén: “y esta casa está desierta”. (V.4), en ruinas. Ellos pensaban solo en
construir las suyas muy buenas y tenerlas bien cuidadas; no así el templo de Dios. Primero estaban ellos y
después Dios. Abandonaron sus deberes para con Dios quien les había liberado del exilio. Dios les hecha en cara
la negligencia, la falta de preocupación por su casa. ¿Cómo sería la casa de Dios, la casa del culto al lado de
casas ornamentadas? El templo está en un estado deplorable. ¡Qué contraste!
Los asuntos personales interfirieron en los asuntos de Dios. Descuidaron la reconstrucción de la casa de Dios

Se excusaban, diciendo: “No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.”
(v.2) Se excusaban de la tarea sumamente importante. La postura del pueblo es: No ha llegado el tiempo, en
otras palabras, afirmaban, no ha llegado el tiempo oportuno o apropiado para dedicarse, para emprender la
reconstrucción. Es el pueblo el que retiene, son ellos los culpables de la demora. La reconstrucción del templo
está detenido porque el pueblo no se preocupaba, no había deseos ni entusiasmo por comenzar. No era un
deseo sincero de esperar una fecha específica, sino una deliberada demora del deber. Era un pueblo decidioso.
Un pueblo mal dispuesto siempre halla excusas para hacer a un lado de sus vidas a Dios y a sus obras. Las
preocupaciones, comodidades personales y la pereza de los judíos les llevó a inventar excusas, a la indiferencia
y se dejó ver al descuidar el servicio a Dios. fue un pueblo ingenioso en excusas. Olvidaban que Dios conocía
todos sus pensamientos, fue en ese contexto que vino la palabra de Jehová para reprenderlos, por el descuido
y exortarlos a su deber: Meditad bien sobre vuestros caminos. (V. 5)

La Palabra de Dios fluyó en los labios del profeta Hageo, cuando dijo: “Meditad bien sobre vuestros caminos.”
Este mensaje de Dios es el mismo para nosotros los que formamos su pueblo por medio de Jesucristo. Cuando
Dios habla, su pueblo debe reverenciar, honrar y obedecer. El Señor llama a su pueblo a pensar seriamente. Las
personas son demasiado aptas para vivir sin pensar. Caen en hábitos casi insensibles. Una persona hace lo que
ve que hace otra persona; hay muchos que siguen la costumbre a ciegas.

Dios no quiere que vivamos así. Nos dice que pensemos seriamente. Él nos dice: "Considera tus caminos":
piensa en ellos, examínalos bien. Esto es, no solo para escuchar o leer , sino para hacer. Cada persona debe
hacerlo por sí mismo, considerar sus propios caminos; y es algo muy serio e importante.

El texto hebreo dice: Sum al derakim: Considerar, pensad sobre el curso de la vida, o vuestro modo de actuar.
El corazón es el centro del pensar y del querer. De allí nace toda palabra y la conducta humana. Las acciones
que no proceden del corazón y no coinciden pensamiento, palabra y obra se hace hipócrita.

Hoy es un día excelente para pensar nuestra situación, la palabra profética demanda hoy con urgencia a
examinarnos a nosotros mismos. Dios quiere que nos ocupemos de su casa, de su templo.
¿Sabemos, o incluso sospechamos, que nuestro camino no es el
correcto? ¿Cómo pasasamos nuestro tiempo ? ¿Qué estamos haciendo en nuestros días de semana? ¿Cómo
estamos pasando nuestros domingos? ¿De qué tipo son nuestras búsquedas , nuestros placeres ,
nuestros compañeros? ¿qué respuesta podemos dar en este momento?

¿Son nuestros caminos de acuerdo a la Biblia? Es muy importante tener una conciencia clara, pero la conciencia
misma debe ser enseñada por la palabra de Dios. No es suficiente que hagamos lo que creemos correcto:
debemos hacer lo que Dios dice que es correcto. ¿Están nuestros caminos de acuerdo con la Biblia? Con muchas
deficiencias, ¿podemos tomar ese bendito libro y decir: "Esto es lo que deseo seguir, esta es mi regla, mi guía,
mi patrón, así es como deseo y trato de vivir"?

Otra pregunta que deberíamos hacernos es esta: "¿Qué pensaremos de nuestros caminos de ahora en
adelante?" Independientemente de lo que pensemos de ellos ahora, ¿son tales que miraremos hacia atrás con
comodidad en el tiempo por venir? La enfermedad y el enfoque de la muerte ofrecen puntos de vista muy
diferentes de la vida y la salud. ¿Qué nos parecerá a nosotros cuando la eternidad esté cerca? ¿Cuáles serán
nuestros pensamientos cuando miramos hacia atrás en nuestro tiempo presente y la forma en que lo estamos
gastando; sobre las oportunidades y los medios, los dones y talentos, que ahora tenemos, y que ciertamente
estamos usando de alguna manera u otra? ¿Qué pensamos de nuestros modos actuales, cuando llegamos a
considerarlos como pasado.

Es Dios mismo quien nos invita a considerar nuestros caminos; "Ahora, por lo tanto, así dice el Señor
Todopoderoso: ¡Considera tus caminos!" Es un claro mensaje directo de Él, como si el profeta hubiera dicho:
"Ahora, pues, no soy yo quien os hable, sino el Señor mismo. El que conoce todas vuestras obras, aquel cuyo
ojo está siempre sobre vosotros, el que está al tanto de cada motivo secreto que le influye: le pide que se
detenga y piense. Él mismo le pide que aleje sus pensamientos de las cosas triviales y mundanas, y que los fije
en usted y en sus caminos. Esta es la voluntad del Señor, el mandamiento del Señor ".

¿Por qué Dios así nos ordena? Que si nuestros caminos son incorrectos, podemos enmendarlos; para que
podamos arrepentirnos y volvernos; para que busquemos y encontremos misericordia; para que podamos estar
seguros y felices "Dios es amor." En Sus mismas advertencias y exhortaciones, Él es amor. La gente de
Jerusalén hicieron consideran sus formas. Leemos que ellos "obedecieron la voz de Jehová su Dios, y las palabras
de Hageo el profeta, como Jehová su Dios lo había enviado. Y el pueblo temió a Jehová". ¿Y qué
siguió? "Entonces Hageo, el mensajero del Señor, habló a la gente con el mensaje del Señor: estoy contigo,
declara el Señor". Así también el Señor recibirá, perdonará, salvará y bendecirá a todos los que consideren sus
caminos, y se volverán y lo buscarán por medio de Cristo Jesús.

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