Efesios 5:15-16
INTRODUCCIÓN.-
Cuando en una conversación se refiere a la rapidez con que se va el tiempo, más de una vez
se escucha decir “el tiempo es el mayor enemigo del hombre” dando a entender que no se
realizó cualquier proyecto por falta de tiempo.
Un conocido profesor y autor, dijo una vez: “La vida era mejor cuando medíamos el tiempo
por el reloj de arena que por el reloj de cuarzo que ahora usamos. El reloj actual nos da la
impresión de que el tiempo sigue y sigue, y que nunca se va a terminar. El reloj de arena
nos recordaba que el tiempo se acaba y que lo debemos aprovechar”.
Lastimosamente en todos los ámbitos de nuestra sociedad, se desperdicia el tiempo en cosas
que no benefician, sin darse cuenta que el tiempo que pasa es irreversible. La mejor manera
de aprovechar el tiempo es cuando le servimos diligentes al Señor y es lo único que
permanecerá en su presencia. 1 Corintios 15:58).
La causa más común y que tiene que ver con el fracaso de muchos creyentes es el descuido
de las cosas de Dios, caen en la rutina y poco a poco se apartan de la santidad y olvidan
velar en las promesas de la venida del Señor y se dejan absorber por los deleites del mundo.
Es necesario permanecer fieles agradándole al Señor, manteniéndose firmes hasta el final y
entonces recibiremos el galardón completo, que el Señor nos dará cuando se manifieste en
su venida para levantar su iglesia (Romanos 13:12-14; Apocalipsis 2:10).
CONCLUSIÓN.- El Señor ha sido bueno en este año que pronto culminara y debemos ser
agradecidos, ha sido un tiempo precioso que nos ha permitido vivir disfrutando de sus
bendiciones, también hemos podido servirle de alguna manera, pero surge una pregunta que
vale meditarla ¿hemos aprovechado bien el tiempo sirviéndole al Señor, agradándole en
todo lo que hicimos?
Es tiempo de corregir todos los errores y con presteza poner nuestras vidas a su servicio,
mientras esperamos con expectativa su glorioso regreso (Lucas 12:35-40).