Sandra Selles
Silvia Beatriz Zapiola
Propósitos:
Introducción
La organización está conformada por las reglas, las creencias, los valores, las
costumbres, los mandatos que dan orden y coherencia al sistema otorgándole
identidad, ya que son los modos más estables que hacen a su singularidad, que esa
familia se esa y no otra.
Al mismo tiempo la estructura alude al estilo relacional caracterizado por los llamados
juegos familiares. Así, cada persona inmersa en el devenir de los intercambios va
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“siendo” de acuerdo a como se narre y sea narrado por los otros, según los lugares que
vaya encontrando en estos juegos de lenguaje y emociones, juegos que se superponen y
entrecruzan en complejas interacciones y retroacciones.
A medida que se va desplazando por estos juegos, busca su lugar; lugar complejo, ya
que la singularidad del ser resulta del entrecruzamiento entre quien debe ser
(expectativas, deseo, mandatos familiares), quien quiere ser (deseo del sujeto) y
quien es (el real).
En esta trama relacional aprende a ser con otros, adquiere valores y conocimientos,
aprende a organizar y significar experiencias, sentimientos, pensamientos y palabras.
En este entramado se genera el repertorio de recursos, estrategias, capacidades que le
posibilitan enfrentarse a los problemas y resolverlos, tolerar la frustración que conlleva al
fracaso, así como la posibilidad de aprendizajes autónomos y creativos.
En este transcurrir puede darse algo inesperado, azaroso que provoca un antes y un
después en la vida de la familia. Cada familia ha de responder de manera diferente
incidiendo significativamente en ella la sociedad en la cual está inserta, sociedad
caracterizada por los cambios vertiginosos y estructurales, que demanda un sujeto
dinámico, estratégico, capaz de buscar alternativas y potencializar su creatividad; un
sujeto que aprenda a vivir en la incertidumbre, que sea capaz de enfrentarla, que
considere a la crisis y el caos como oportunidades de cambio; que acepte y respete la
diversidad.
Desde esta perspectiva la manera en que cada miembro de la familia se posicione frente
al problema dependerá entre otros, de los factores resilientes, es decir, de los
recursos, capacidades y fortalezas que tenga para enfrentarlo y superar las crisis
que acompañan toda situación grave y de la red de apoyo con que se cuente,
conformada por los profesionales de la salud y todos aquellos agentes sociales
que están involucrados de una u otra manera.
Cada experiencia deja una huella, una inscripción que afianza nuestra modalidad de ser
en el mundo y de ser el mundo para nosotros. Hemos ido configurando – elaborando,
construyendo – afianzando o modificando un modelo, una actitud de encuentro con el
objeto. Hemos constituido nuestra modalidad cotidiana de relación con la realidad, con
nosotros mismos y con los otros.
Existe una relación dinámica en nuestra forma de respirar, mamar, caminar, jugar.
Cada acto de conocimiento es el eslabón de una cadena. Es la fase de un proceso en el
cada uno configura una actitud de aprendizaje. Esa matriz de relación Sujeto – mundo es
resultante: es efecto del aprender; es una organización personal y social.
Concepto de Resiliencia
Concepto de Autoestima.
Diferencias conceptuales entre Agresión y Violencia.
Autoestima: Imagen y percepción de Sí.
Matriz: Sentimiento que se tiene acerca de Sí mismo.
Posición y rol familiar, desempeñado según esta imagen y “lo que se espera de mí”.
Agresión y Violencia
Desarrollo
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No es fácil escribir sobre abusos cometidos con niños pequeños sin adoptar al final un
tono moralizador. La indignación ante el adulto que castiga y la compasión por el niño
desamparado nos hace caer en la tentación de condenar al adulto por su crueldad y
brutalidad. El que alguien maltrate a sus hijos no depende tanto de su carácter y
temperamento sino del hecho de que él mismo recibió malos tratos en su infancia y no le
permitieron defenderse. Mientras pegar a los niños sé consideró una practica educativa,
útil y necesaria, esta crueldad estuvo legitimada. Hoy en día, esas personas sufren
cuando “se les va la mano”, cuando alguna compulsión o desesperación incomprensibles
las impele a gritar, humillar o pegar a un niño y ven luego sus lágrimas y sienten que, de
todas formas, no podían evitar hacerlo y que la próxima vez ocurrirá lo mismo. Y tendrá
que ocurrir lo mismo mientras que la historia de la propia infancia permanezca
idealizada.
Hay miles de formas de crueldad que hasta hoy no se conocen porque el daño que
causan en los niños y sus consecuencias siguen siendo muy poco estudiadas.
Las distintas estaciones en la vida de la mayoría de los hombres son: 1) Siendo un niño
pequeño recibir heridas que nadie considera como tales. 2) No reaccionar con Ira ante el
dolor. 3) Testimoniar agradecimiento por los llamados “actos bien intencionados”.4)
olvidarlo todo. 5 Al llegar a la vida adulta, descargar la ira acumulada en otras personas o
dirigirla contar uno mismo.
Los padres consiguen muy a menudo “domesticar”, de tal modo a su hijo pequeño con
los innumerables métodos de que disponen que no tienen problemas con él hasta que
llega a la pubertad. El enfriamiento de los sentimientos e impulsos durante el periodo de
latencia sale al paso de este deseo de tener hijos sin problemas. Hasta que un buen día
se encuentran – confusos y desamparados- frente a un adolescente que parece
rechazar todas las normas y cuyo comportamiento autodestructivo no puede ser ya
modificado con argumentos lógicos ni con las sutilezas de la “pedagogía negra”.
Al producirse el inicio biológico del crecimiento, estos sentimientos (rabia, ira, rebeldía,
enamoramiento, alegría, encantamiento, duelo) quieren ser vividos plenamente, cosa
que supondría en muchos casos supondría un peligro para el equilibrio psíquico de los
padres. Si un adolescente pudiera manifestar abiertamente sus verdaderos sentimientos,
correría el riesgo de ser encerrado en la cárcel como un terrorista peligroso, o en un
manicomio bajo acusación de locura.
El deseo de acceder al verdadero Yo, algo tan justificado como indispensable para la
vida, induce al drogadicto a castigarse a sí mismo en forma similar a como en su primera
infancia fueron castigados sus impulsos vitales iniciales: Matando su espontaneidad vital.
Como es incapaz de pensar que esta posibilidad pueda existir también sin la heroína,
empezara el comprensible deseo de repetir su experiencia. Pues en estos estados de
excepción el Joven descubre lo que hubiera podido ser y toma contacto con su propio
Yo, encuentro este que, no volverá a dejarle en paz mientras viva. No podrá seguir
actuando en la vida como si su Yo nunca hubiera existido. Ahora sabe que existe. Pero
sabe asimismo, desde su más tierna infancia, que este Yo verdadero no tiene la
oportunidad alguna de vivir. De ahí que llegue a un acuerdo con su destino: poder
encontrarse de vez en cuando con su Yo sin que nadie se dé cuenta. Ni siquiera le esta
permitido saberlo, porque es la “droga” lo que “realiza la experiencia”: el efecto viene
“de afuera” y es difícil conseguirlo. Nunca llegara a ser parte integrante de su Yo, y él
mismo jamás podrá ni tendrá que asumir responsabilidad alguna por estos sentimientos.
No conoce otra forma de vida: la única forma de vida que le era familiar estaba dominada
por una compulsión destructiva y su carácter absurdo no podía, por lo tanto, llamarle la
atención. La figura de los padres permanece totalmente idealizada.
“ Era la costumbre de la época”... “El que no quiera oír, que aguante”... “no sabían
hacer otra cosa”... “ mi madre era el ser más bueno de la tierra, ella solo repetía lo
que le habían enseñado sus padres”.
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Esta falta de empatía para con los sufrimientos de la propia infancia puede generar
también una insensibilidad pasmosa frente a los sufrimientos de otros niños. Si lo que
me ocurrió tuvo que ocurrirme por mi propio bien, se supone que he de aceptar
ese tratamiento como una parte necesaria de mi vida y no cuestionarlo.
Esta insensibilización tiene pues, su prehistoria en los malos tratos que una persona
haya sufrido en su infancia, abusos cuyo recuerdo puede haberle quedado, aunque el
contenido emocional, la vivencia global de la paliza y de la humillación tengan que ser
totalmente reprimidos en la mayoría de los casos.
Humilladas a temprana edad nunca les fue posible vivir conscientemente en las
experiencias de aquel niño desamparado y atacado, pues para ello hubieran necesitado
del adulto comprensivo que les faltaba.
En 1977 aparece descrito por primera vez en la bibliografía médica una rara forma de
maltrato infantil a la que se denominó Síndrome de Munchausen por poder, en alusión
a la capacidad de fabulación que se le adjudica a un personaje de la literatura infantil que
lleva el nombre de Barón de Munchausen.
La madre (estadísticamente rara vez el padre) puede desde fabricar una historia
médica, alterar estudios de laboratorio o tomas de temperatura, hasta causarle
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El "Tratado de Pediatría " de Nelson destaca una serie de indicadores para el diagnóstico
de esta forma de abuso infantil: 1) la aparición de una enfermedad persistente o
recurrente en el niño que no puede ser explicada desde el saber médico, 2) los estudios
médicos varían de acuerdo al estado general de la salud del niño y no de acuerdo a los
síntomas relatados por los padres, 3) los síntomas y signos observados por los médicos
los llevan a dudar de su saber ya que no pueden ubicarlos en ninguna enfermedad
conocida, 4) los síntomas desaparecen cuando se logra que los padres permanezcan
alejados de sus hijos, 5) los padres son reticentes a alejarse ni siquiera por un breve
lapso de tiempo de ellos, 6) los tratamientos médicos dan escasos resultados, 7) el
médico considera el cuadro orgánico del niño como una enfermedad extraña y poco
común, 8) los padres presentan menos signos de preocupación que el staff médico
tratante y finalmente 9) los médicos llegan a la conclusión de encontrarse ante un
síndrome clínico que no responde al tratamiento adecuado suministrado.
En primer lugar salta a la vista que la originalidad de esta forma de abuso infantil está
dada por la mediatización del maltrato. La madre utiliza la técnica y cuerpo teórico
médico para ejercer daño sobre el cuerpo de su hijo, accionar que subvierte el orden
natural tanto de la función materna como médica. El goce en la madre está sostenido
en el provocar que terceros manipulen y dañen el cuerpo de su hijo convirtiendo
esta forma de maltrato en un verdadero acertijo maquiavélico: es requisito
inconsciente en la madre que sea la misma disciplina médica sostenida en la
curación y alivio del sufrimiento físico quien ocasione el maltrato en el cuerpo del
niño. No es menos enigmático que, además, el niño sea insistentemente llevado por la
madre al lugar donde finalmente será desenmascarada su fabulación.
En segundo lugar queda resaltado que este cuadro se presenta con una forma
triangular donde ínter- juegan la particular estructura psicopatológica de la madre
(¿perversión?, ¿Estructura borderline? ), Una vincularidad disfuncional con el hijo (¿
psicosis de la función materna? ) y la manipulación del tercer término que está dada por
el médico ( instrumento involuntario- procurador del maltrato, a su vez no ajeno a sus
propios movimientos subjetivos y al orden del cuerpo teórico que lo sostienen). Es decir,
que esta es una forma específica de maltratar el cuerpo del niño a través de un
tercer miembro: el médico y los instrumentos diagnósticos que este posee. Por
ejemplo, una forma común de SM by proxi, consiste en provocar dudas diagnósticas al
médico quien responde recurriendo a la indicación de una serie de exámenes clínicos de
mayor o menor grado de invasión: desde análisis de laboratorio hasta resonancias,
sondas nasogástricas, endoscopias, etc.
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Es tal la convicción materna de su poder de subversión del orden médico (en simetría
con la subversión de su propia función materna), que la lleva a eludir lo indefectible de
una realidad: es en ese mismo lugar donde existe el riesgo inexpugnable de ser
descubierta (masoquismo?, Necesidad de castigo ante algún sentimiento inconsciente de
culpa?, Desmentida más cercana a la estructura psicótica que a la perversa?).
En la formación pediátrica Argentina, el médico debió ampliar su mirada más allá del
"niño y su cuerpo" e incluir el lazo social y el psiquismo, lo cual implica un esfuerzo de
evitar la operatoriedad de su pensamiento que no registra más que al organismo, e
incluir su propia subjetividad. (Bibliografía: punto 3 Dra. Marcela Armus y Morici)
Siempre nos han deslumbrado los niños que saben superar inmensas desgracias y
forjarse una vida de “hombre”, a pesar de todo. Pero esta manera clásica de plantear el
problema revela ya la forma como se lo interpreta.
Sólo mas tarde al llegar a la “edad de la razón”, podemos atribuirle significado triunfal al
estruendo de la infancia. Y, sin embargo, en el instante mismo de la agresión, había ya
un sentimiento en que se mezclaban Sufrimiento y Esperanza. En el momento de la
herida, el niño abatido soñaba” Un día saldré adelante…. Un día me vengare… les
mostrare…”
Francoise Dolto lo confirmo “ Y, sin embargo, hay seres humanos a quienes el destino, o
accidentes sobrevenidos en el curso de la infancia, lo privaron de la presencia de la
madre o del padre y de la madre. Su desarrollo puede ser tan sano, con características
diferentes pero tan sólidos como el de los niños que tuvieron una estructura familiar
completa.
El oximoron es una figura retórica que consiste en reunir dos términos antinómicos: “La
oscura claridad”.
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Revela el contraste de aquel que al recibir un gran golpe se adapta dividiéndose: la parte
de la persona que recibe el golpe sufre y produce necrosis, mientras que la otra parte
resiste.
Al nacer el pequeño cachorro humano necesita del cuidado de un otro que lo signifique.
J. Lacan en el análisis de la agresividad resalta:
Violencia y discriminación
¿El intento de fusión Ideológica no es acaso promover el deseo de ser uno solo
con el otro, para poder ejercer sobre nosotros la dominación social? Porque no
aceptar que somos diferentes?
Conclusiones
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Esa praxis, es decir, ese movimiento hacia los objetos y hacia los otros, no es casual,
esta motivada, fundada en la interioridad del Sujeto.
Esa tensión, esa necesidad pone en marcha un hacer, una praxis, una relación activa y
direccional en la que el sujeto se relaciona con su entorno inmediato y mediato y
adquiere –en esa relación- información sobre ese entorno.
Esa actividad del Sujeto sobre el mundo es práctica y surge de ella la representación del
mundo.
Esta relación puede ser abierta, plástica, dialéctica o por el contrario, se convierte en
estereotipada, empobrecida, dilemática.
Así - cada uno de nosotros- es hoy el punto de llegada de una historia, de una
trayectoria. Es en esa trayectoria donde hemos ido desarrollando nuestra capacidad de
sentir, de hacer, de pensar.
En esta multiplicidad de vivencias hemos ido construyendo una matriz de encuentro con
lo real, una forma de relación con el mundo.
Este entrecruzamiento comienza con la vida misma, con la matriz vincular desarrollada
en el entorno familiar:
Al trabajar sobre estos temas, se construye un nuevo horizonte, un nuevo Lugar, desde
y para Sí mismo.
Mientras que sigamos importando modelos ajenos a nuestra cultura, mientras que se
nieguen nuestras necesidades, mientras que no nos hagamos escuchar. Seguiremos
siendo violentos con nosotros mismos.
Objetivos generales
Estrategia
Técnicas utilizadas:
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1.- Apertura:
Presentación del trabajo (30 minutos) charla Debate sobre los conceptos
trabajados
: Presentación del taller. (15 minutos)
.2.- Desarrollo:
Juego “Mi lugar Tu lugar, Nuestro lugar” ( 40 Minutos)
Bibliografía:
Sandra Selles
Silvia Beatriz Zapiola
Introducción
Estas y otras voces nos dan la oportunidad de indagar acerca de los modelos de
estructura familiar preponderante en cada cultura, familia, nación y territorio.
La familia es un sistema, es decir, un conjunto de seres humanos ligados por cuatro tipos
de relaciones constitutivas del parentesco:
Las personas componentes del sistema familiar están ligadas, y determinadas sin ser
conscientes de ello, por una estructura inconsciente donde se halla como matriz de
significado la compleja relación entre la familia conyugal y la familia materna, o sea, la
familia dadora de la mujer.
Existe, además, la influencia ideológica- cultural implementada desde el estado, en pro
de sus propios ideales y propósitos de dominación: modelos de familia categorizados “
normales”, implementados según el tipo de gobierno preponderante, o de “turno”…
En este atravesamiento cultural se van forjando las matrices vinculares que dan forma a
esta estructura inconsciente familiar.
Familia e Inconsciente
El ser humano recurre a la noción de destino para explicarse lo inexorable, lo que no puede
cambiar, lo repetitivo, la falta de opciones.
Así desde el Estado, en su ejercicio del poder y la dominación, promueve discursos tales
como: “María, al ser la hija de la sirvienta, tiene pocas posibilidades de poder graduarse en
la Universidad”; “Las comunidades indígenas, son poco representativas: al no ser
numerosas y tener pocos recursos, no justifican tener en cuenta sus reclamos por las
tierras que les han quitado y la cultura que les han arrebatado; En el mismo orden,
Latinoamérica es un continente joven donde todo está por hacerse y “necesita de las
inversiones extranjeras para acceder al progreso”.
Todos estos argumentos sostenidos durante años han hecho inmodificables las historias de
vida, argumentos sostenidos por quienes las cosas “están bien así como están”.
Los seres humanos transitamos la vida Siendo lo que nos dijeron que deberíamos ser,
cumpliendo el rol asignado por la familia, perteneciendo a una comunidad heredada, sin
poder cuestionarnos, o padeciendo eso que nos ha dicho que somos, haciendo lo que no
nos gusta, en un lugar que poco o nada tiene que ver con nuestras aspiraciones y
creencias.
Desde la familia “normal” todo esta ordenado de una manera preestablecida… ¡porque es
así!
En la familia burguesa las relaciones son de dominación. Esa es la forma de los vínculos.
Dominación de la mujer por el hombre. Represión sexual de la mujer y los hijos. El padre,
dominado en el estado y la economía, cumple en el interior de la familia el rol del estado
autoritario con el que se identifica. La familia es por eso, un instrumento de poder del
estado en la interioridad de los sujetos. El padre reproduce con sus hijos, y en particular
con los varones, su estado de sujeción a la autoridad.
De esos modelos familiares deriva, en parte, la actitud pasiva y servil del pequeño burgués
ante los dirigentes.
El sujeto autoritario tiene una visión rígida y jerárquica del mundo en la que en todo vínculo
debe reeditarse la relación dominador-dominado.
Este modelo interno vincular, que responde a una determinación múltiple, lleva a intentar
establecer esa forma en toda relación, asumiendo a veces el rol de dominador y otras el de
dominado.
Los relatos basados en la noción del destino como inexorable, por lo general se limitan a la
mera descripción, aparentemente no explicativa porque “los hechos hablan por sí solos”.
Con frecuencia pensamos que la mejor manera de ayudar a los otros es “darles algo de los
que les falta” y que por supuesto a nosotros nos sobra. La limosna es la agresión más
sofisticada que puede leerse como: “Yo, desde mi lugar de poder y bondad, le entrego a la
Cruz Roja para que te dé a ti “miserable iraquí”, parte del presupuesto de guerra para que
calmes tu hambre.”
Hace un par de años leímos este mensaje cuando “por error” se bombardeó un lugar que
no era sitio de combate; este mensaje ridículo y violento, no sólo porque es violento en sí
mismo sino porque genera violencia, es un mensaje que escuchamos o leemos todos los
días en diferentes ámbitos: “Esta semana es la colecta más por menos. Traigamos algo a
los que necesitan”, nosotros que tenemos más busquemos cualquier cosa para darle a
aquellos que no tienen. “El Presidente otorgó a la Gobernación un subsidio para los
aborígenes de la zona. El gobernador envió al Intendente para que entregara en la
comunidad la credencial para cobrar el subsidio que paleará las necesidades básicas de
estas personas”, van a poder comer un poco todo los días como compensación de las
tierras que antes cultivaban y que les han expropiado.
En el mejor de los casos podemos llegar a pensar: “De todas maneras es una ayuda.
Además, ¿qué puedo yo hacer? ¡¡¡Hay tantas cosas que cambiar!!!
Y sí, cuando hay muchas cosas que necesitan solución hay que trabajar mucho para
lograrlo.
Por lo tanto “la ayuda” ha de ser sólo para “ese momento determinado y acuciante”, pero
luego debe convertirse en trabajo para revertir esa situación en vías de lograr la
transformación de la que participarán los de afuera y los de adentro de la misma. Claro que
es mucho más fácil “dar y recibir” que ponerse a trabajar. Pero “dar y recibir” cambia
algunas cosas pero no transforma nada.
En la familia es mucho más fácil decir: “Hazlo porque lo ordeno yo que soy tu padre”, o “Te
lo digo porque como mamá y por mi experiencia sé lo que te conviene”
Que ponerse a revisar el sentido de una orden porque pone en riesgo “la seguridad
adquirida”, o escuchar la otra visión de “la experiencia” y verla confrontada con otra, lo que
atenta al ego narcisista y al modelo propuesto por el Estado.
Mientras sólo se enseñe sin escuchar, mientras se de sin detenerse a analizar qué hace
falta para no tener que ofrecer una limosna, se está asegurando la necesidad del otro y la
omnipotencia ideológica.
Cohen y otros autores relatan que en el Holocausto, la humillación mayor consistía en que
después de ser privado de todo, había otra privación aun: la pérdida del nombre y su
reemplazo por un número. Regresión de la cualidad a la cantidad, ataque y privación de la
identidad, recurso extremo que precipita la caída en la situación de desamparo.
Alguna vez se comparó a los sobrevivientes de los campos de concentración con los
sobrevivientes de la explosión de Hiroshima, en lo referente a su sentimiento de pertenecer
a un grupo selecto que ha sido tocado por la muerte.
El desamparo fue inicialmente descrito por Freud con relación a la situación del recién
nacido en su doble incapacidad, psíquica y motora, para derivar el exceso de excitación
creado por las necesidades básicas y para cuyo cumplimiento debe ser asistido. Sobre
esta base se instala la interpretación de las necesidades, mediante la indicación de los
lugares mentales correspondientes a: individuo asistente en el que se origina la acción
específica, investido narcisísticamente y diferenciado del yo como otro, y el individuo
asistido en el que se origina la necesidad, luego el deseo y diferenciado desde el otro como
otro.
El peor castigo que puede infligirse a un ser humano es el aislamiento y la mayor agresión,
reducirlo a la situación de desamparo.
Modelos de familia
Existen modelos de familia Italiana, española, judía, argentina, cubana, peruana, mexicana,
boliviana, etc., que sustentan el mandato familiar.
La madre judía le dirá a su hijo: ”comè porque me muero” y la italiana “Come porque te
mato”
Cada experiencia deja una huella, una inscripción que afianza nuestra modalidad de ser en
el mundo y de ser el mundo para nosotros. Hemos ido configurando – elaborando,
construyendo – afianzando o modificando un modelo, una actitud de encuentro con el
objeto. Hemos constituido nuestra modalidad cotidiana de relación con la realidad, con
nosotros mismos y con los otros.
Existe una relación dinámica en nuestra forma de respirar, mamar, caminar, jugar. Cada
acto de conocimiento es el eslabón de una cadena. Es la fase de un proceso en el cada
uno configura una actitud de aprendizaje. Esa matriz de relación Sujeto – mundo es
resultante: es efecto del aprender; es una organización personal y social.
(Bibliografía texto N)
Modelos Sugeridos para imitar o desechar, para tomar o revelarse, para “ser como” o “ser
de esta forma”… o de una nueva.
La familia que promueve el desarrollo de la autoestima, del decir, del hacer o todo lo
contrario: La familia autoritaria, del control absoluto, como modelo de “seguridad” y “orden”.
La familia donde el “que piensa o siente, pierde” o donde “el silencio es salud”.
Es nuestra propuesta para “jugar el juego que mejor juego…” o proponer uno nuevo….si
me animo!
Propósitos Generales
Al jugar, nos mostramos tal cual somos, ponemos al inconsciente en acción, se recrean
nuevas formas de re estructurarse y de presentar lo real tal cual es.
Se pone en marcha allí un mecanismo que M. Klein denominó personificación por el cual
aspectos propios o de los objetos internos son encarnados por distintos personajes. El
juego entonces dramatiza o escenifica una que se da al nivel de mundo interno lo que
ayuda a elaborar el conflicto.
Jugar a Recrear a
1) “Los García” (modelo español); Comidas picantes. Jamón crudo por todos lados
2) “Los Campanelli” (modelo italiano); la familia unita
3) “Los Roldan” (modelo argentino); “lo atamos con alambre” Lo menos comprometido.
4) “Los Marcovsky” (modelo judío ortodoxo);
5) “Los Alonso” (modelo cubano). Los míos, los tuyos y los nuestros
6) “Los Juares” (modelo boliviano) La que manda es la mujer
Para luego formar una nueva familia a partir de los modelos originales.
Estrategia
Técnicas utilizadas:
Bibliografía
1. Alice Miller. “Por tu propio Bien”- “El Drama del Niño Dotado”
2. Hebe N. Martínez. Familia Y Discapacidad
3. Silvino José Fritzen. “70 Juegos para dinámicas de Grupos”.
4. Isidoro Berenstein. “Psicoanálisis de la estructura familiar” ; “Familia e Inconsciente”
5. Sigmund Freíd. “Edipo y Castración”; Introducción al Narcisismo. La represión; “Tres
ensayos para una teoría sexual”; “La novela familiar del neurótico”; “La ilustración
sexual del niño”; “Teorías sexuales infantiles”; “Recuerdo, Repetición y elaboración”.
6. Didier Anzieu. “El grupo y el inconsciente” Cap. II Lo imaginario en los grupos, Págs.
43 a 48
7. Paulo Freire. “Pedagogía del oprimido”, Ed. Siglo XXI, 1985, Cap. 1 a 3
8. Paulo Freire. “Pedagogía de la esperanza” por, Ed. Siglo XXI, 1993, Primeras
palabras, Págs. 7 a 9 y 194 a 195