Entre las moléculas del aire existen espacios de fácil contaminación donde los gases
perjudiciales para la salud ocupan esos huecos. Algunos contaminantes perjudican al aire
directamente en su estado natural, como los hidrocarburos, los aerosoles marinos, la erosión o el
polvo africano. Mientras que otros necesitan combinarse para afectar a la atmósfera como es el
ozono troposférico.