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EL ALZHEIMER

TRABAJO INVESTIGATIVO

NICOLE DAL BUONI


2° AÑO E.S. N° 3
EL ALZHEIMER

Qué es:
El Alzheimer es una enfermedad cerebral que causa problemas con la
memoria, la forma de pensar y el carácter o la manera de comportarse.
El Alzheimer es la forma más común de la demencia. Demencia es un
término para describir la pérdida de memoria y de otras habilidades
intelectuales y es tan severa que interfiere con la vida cotidiana del
individuo.

Debido a que un 70 por ciento de aquellas personas que padecen del


Alzheimer viven en sus hogares, el impacto de esta enfermedad se
extiende a familiares, amigos y cuidadores. Empeora al pasar el tiempo
y es fatal.

Causas:
El Alzheimer se produce debido a la reducción de la producción cerebral de acetilcolina (un neurotransmisor), lo que
provoca a un deterioro en el rendimiento de los circuitos colinérgicos del sistema cerebral.

Es difícil determinar quién va a desarrollar la enfermedad de Alzheimer, puesto que se trata de una alteración
compleja, de causa desconocida, en la que, al parecer, intervienen múltiples factores. Estos son algunos de los
elementos que pueden aumentar las probabilidades de padecer esta patología.

Edad: Suele afectar a los mayores de 60-65 años, pero también se han dado casos entre menores de 40. La edad media
de diagnóstico se sitúa en los 80, puesto que se considera que el mal de Alzheimer es una enfermedad favorecida por
la edad.

Sexo: Las mujeres lo padecen con más frecuencia, probablemente, porque viven más tiempo.

Herencia familiar: La enfermedad de Alzheimer familiar, una variante de la patología que se transmite genéticamente,
supone el 1 por ciento de todos los casos. No obstante, se estima que un 40 por ciento de los pacientes con Alzheimer
presenta antecedentes familiares.

Factor genético: Varias mutaciones en el gen de la proteína precursora de amiloide, o en el de las presenilinas 1 y 2.
También podría asociarse con mutaciones en el gen de la apolipoproteína E. Esta proteína está implicada en el
transporte y eliminación del colesterol. Según las investigaciones, la nicastrina activaría la producción del amiloide
beta.

Factores medioambientales: El tabaco se ha mostrado como un claro factor de riesgo de la patología, al igual que las
dietas grasas. Por otra parte, pertenecer a una familia numerosa también parece influir en el riesgo de Alzheimer.

Síntomas:
Aunque existen muchos síntomas, la mayoría de las personas experimentan pérdida de memoria severa que afecta las
actividades diarias y la habilidad de gozar pasatiempos que la persona disfrutaba anteriormente.

Otros síntomas son confusión, desorientación en lugares conocidos, colocación de objetos fuera de lugar, y problemas
con el habla y/o la escritura. Gradualmente se pierden las funciones biológicas, que finalmente conllevan a la muerte
Señales de advertencia de la enfermedad de Alzheimer:
1) Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana: Una de las señales más comunes del Alzheimer,
especialmente en las etapas tempranas, es olvidar información recién aprendida. También se olvidan fechas o
eventos importantes; se pide la misma información repetidamente; se depende en sistemas de ayuda para la
memoria (como notitas o dispositivos electrónicos) o en familiares para hacer las cosas que antes uno se hacía
solo.
2) Dificultad para planificar o resolver problemas: Algunas personas experimentan cambios en su habilidad de
desarrollar y seguir un plan o trabajar con números. Pueden tener dificultad en seguir una receta conocida o
manejar las cuentas mensuales. Pueden tener problemas en concentrarse y les puede costar más tiempo hacer
cosas ahora que antes.
3) Dificultad para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre: Muy a menudo se
les hace difícil completar tareas cotidianas. A veces pueden tener dificultad en llegar a un lugar conocido,
administrar un presupuesto en el trabajo o recordar las reglas de un juego muy conocido.
4) Desorientación de tiempo o lugar: Se les olvidan las fechas, estaciones y el paso del tiempo. Pueden tener
dificultad en comprender algo si no está en proceso en ese instante. Es posible que se les olvide a veces dónde
están y cómo llegaron allí.
5) Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo objetos se relacionan uno al otro en el ambiente: Para
algunas personas, tener problemas de la vista es una señal del Alzheimer. Pueden tener dificultad en leer, juzgar
distancias y determinar color o contraste, lo cual puede causar problemas para conducir un vehículo.
6) Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o lo escrito: Pueden tener problemas en seguir o participar
en una conversación. Es posible que paren en medio de conversar sin idea de cómo seguir o que repitan mucho
lo que dicen. Puede ser que luchen por encontrar las palabras correctas o el vocabulario apropiado o que llamen
cosas por un nombre incorrecto.
7) Colocación de objetos fuera de lugar y la falta de habilidad para retrazar sus pasos: Suelen colocar cosas fuera
de lugar. Se les puede perder cosas sin poder retrazar sus pasos para poder encontrarlas. Es posible que acusen
a los demás de robarles. Esto puede ocurrir más frecuentemente con el tiempo.
8) Disminución o falta del buen juicio: Pueden experimentar cambios en el juicio o en tomar decisiones. Por
ejemplo, es posible que regalen grandes cantidades de dinero a las personas que venden productos y servicios
por teléfono. Puede ser que presten menos atención al aseo personal.
9) Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales: Pueden empezar a perder la
iniciativa para ejercer pasatiempos, actividades sociales, proyectos en el trabajo o deportes. Es posible que tengan
dificultad en entender los hechos recientes de su equipo favorito o en cómo ejercer su pasatiempo favorito.
También pueden evitar tomar parte en actividades sociales a causa de los cambios que han experimentado.
10) Cambios en el humor o la personalidad: El humor y la personalidad de las personas con el Alzheimer pueden
cambiar. Pueden llegar a ser confundidas, sospechosas, deprimidas, temerosas o ansiosas. Se pueden enojar
fácilmente en casa, en el trabajo, con amigos o en lugares donde están fuera de su ambiente.

Diagnóstico:
El diagnóstico se basa primero en la historia y la observación clínicas, del profesional de la salud y la que es referida
por los familiares, basada en las características neurológicas y psicológicas, así como en la ausencia de condiciones
alternativas.

Luego durante unas semanas o meses se realizan pruebas de memoria y de funcionamiento o evaluación intelectual.
También se efectúan análisis de sangre y escáner para descartar diagnósticos alternativos.

No existe un test para diagnosticar el Alzheimer. Se ha conseguido aproximar la certeza del diagnóstico a un 85%, pero
el definitivo debe hacerse con pruebas histológicas sobre tejido cerebral.

Las pruebas de imagen cerebral pueden mostrar diferentes signos de que existe una demencia, pero no especifican
de cuál demencia se trata. Por tanto, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se basa tanto en la presencia de
ciertas características neurológicas y neuropsicológicas, como en la ausencia de un diagnóstico alternativo y se apoya
en el escáner cerebral para detectar signos de demencia. Actualmente se están desarrollando nuevas técnicas de
diagnóstico basadas en el procesamiento de señales electroencefalográficas.

Una vez identificada, la expectativa promedio de vida de los pacientes que viven con la enfermedad de Alzheimer es
aproximadamente de 7 a 10 años, aunque se conocen casos en los que se llega antes a la etapa terminal, entre 4 y 5
años; también existe el otro extremo, donde pueden sobrevivir hasta 21 años.

Tratamiento
Actualmente la enfermedad de Alzheimer es incurable y terminal. El tratamiento del Alzheimer se sustenta en dos
pilares complementarios: el tratamiento no farmacológico y el tratamiento farmacológico. Las intervenciones
psicosociales se usan conjuntamente con el tratamiento farmacológico.

Se utilizan los anticolinesterásicos o inhibidores de la acetilcolinesterasa, fármacos que elevan los niveles de
acetilcolina en el cerebro. Tacrina, donepezilo, galantamina, memantina y rivastigmina son los fármacos indicados en
las primeras etapas de la enfermedad. Con estos medicamentos se mejoran las fases iniciales y moderadas de la
patología, retrasando el deterioro de la memoria y la atención. Estos medicamentos pueden tener efectos adversos
que causan trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea. Sin embargo, no tienen ningún tipo de
interacción con otros fármacos.

De manera general, los anticolinesterásicos suelen retrasar medio año el deterioro cognitivo de los pacientes.

Este tipo de tratamiento se combina con otro sintomático, que se administra, a medida que el paciente va denotando
diversos síntomas que acompañan al mal de Alzheimer, tales como la depresión, estados de agitación, alteraciones
del sueño, o complicaciones más tardías del tipo incontinencia de esfínteres, estreñimiento, infecciones urinarias,
úlceras provocadas por la inmovilidad o tromboflebitis.

Para los síntomas psicóticos que suelen aparecen cuando la demencia es moderada se pueden administrar fármacos
neurolépticos, aunque sólo se recomiendan en casos extremos ya que también afectan a otros sistemas neuronales.

La vacuna, AN-1792, se basa en una forma sintética de la proteína beta amiloide, proteína que conforma las placas en
los cerebros de los pacientes con Alzheimer y estimula al sistema inmunológico para eliminar las placas ya formadas y
evitar la aparición de otras nuevas.

Es importante también la disposición que deben tener aquellas personas encargadas del cuidado del paciente. Cuidar
a alguien con Alzheimer puede ser complicado debido a los cambios de humor o problemas de memoria, pero si se
adopta la actitud adecuada el tratamiento puede hacerse más llevadero. La Fundación del Cerebro y la Fundación
Española de Enfermedades Neurológicas ofrecen algunos consejos como los siguientes:

× Se debe tratar al paciente acorde a la edad que tenga, y no tratar de ocultarle información.

× No dar órdenes ni exigencias, tratando de mantener un tono positivo siempre.

× Hablar claro y explicar las cosas de forma relajada y lo necesariamente extensas que sea posible para que el paciente
pueda comprender lo que se le trata de decir o explicar.

× Tratar de que el paciente tenga su propia independencia y ayudar en la medida de lo posible, sin anular sus acciones.

Prevención
Los estudios globales sobre las diferentes medidas que se pueden tomar para prevenir o retardar la aparición de la
enfermedad de Alzheimer han tenido resultados contradictorios y no se ha comprobado aún una relación causal entre
los factores de riesgo y la enfermedad, ni se han atribuido a efectos secundarios específicos. Por el momento, no
parece haber medidas definitivas para prevenir la aparición del Alzheimer.

Varios estudios han propuesto diversas relaciones entre ciertos factores modificables, tales como la dieta, los riesgos
cardiovasculares, productos farmacéuticos o las actividades intelectuales entre otros, y la probabilidad de que en una
población aparezca el alzhéimer. Por ahora se necesitan más investigaciones y ensayos clínicos para comprobar si
estos factores ayudan a prevenirla.

Los componentes de una dieta mediterránea, que comprende frutas y vegetales, pan, cebada y otros cereales, aceite
de oliva, pescados y vino tinto, pueden reducir de manera individual o colectiva el riesgo y el curso de la enfermedad
de Alzheimer. Varias vitaminas, tales como la vitamina B12, B3, C o el ácido fólico, parecen estar relacionadas con una
reducción del riesgo de Alzheimer. Sin embargo, otros estudios han indicado que no tienen un efecto significativo en
el desarrollo o el curso de la enfermedad, además de que pueden causar efectos secundarios importantes. La
curcumina del curry ha mostrado en estudios del 2001 y 2007 cierta eficacia en la prevención de daño cerebral en
modelos de ratón.

A pesar de que los riesgos cardiovasculares, como el hipercolesterolemia, hipertensión arterial, la diabetes y el
tabaquismo, están asociados a un mayor riesgo de desarrollo y progresión del Alzheimer, las estatinas, que son
medicamentos que disminuyen la concentración de colesterol en el plasma sanguíneo, no han sido efectivas en la
prevención o mejoramiento del Alzheimer. Sin embargo, en algunos individuos, el uso a largo plazo de los
antiinflamatorios no esteroideos está vinculado con una reducción de la probabilidad de padecerla.

Hay diferentes actividades intelectuales, como el jugar ajedrez, Go, la lectura, el completar crucigramas o las
interacciones sociales frecuentes, que parecen retardar la aparición y reducir la gravedad del Alzheimer. El hablar
varios idiomas también parece estar vinculado a la aparición tardía de la enfermedad.

Otros estudios han demostrado que hay un aumento en el riesgo de la aparición del Alzheimer con la exposición a
campos magnéticos, la ingestión de metales, o la exposición a ciertos solventes. La calidad de algunos de estos
estudios ha sido criticada, y otros estudios han concluido que no hay una relación entre estos factores ambientales y
la aparición del alzhéimer.

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