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Bautizo

El Bautizo Es el Signo de un Pacto

Dios ha hecho promesas a la gente y ha hecho pactos con ellos. Dios ha confirmado los pactos con
señales visibles. Dios no necesita señales para recordar sus pactos pero el hombre, que es débil y
tiene una débil memoria, si.

Dios hizo su primer pacto con Noé y sus hijos. “ Estableceré mi pacto con vosotros, y no
exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Y
dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que
está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en la nubes, el cual será por señal del
pacto entre mí y la tierra.”(Gn. 9:11-13)

Dios hizo otro pacto con Abraham. Dios llamó a Abraham y le hizo a él una promesa. Abraham
aceptó el llamado, creyó en la promesa y fue justificado por la fe. Dios puso la circuncisión como
una señal de este pacto.

Dios hizo un tercer pacto en su Hijo, el Señor Jesús. La Biblia lo llamó un nuevo pacto. Como una
señal de este pacto, Jesús estableció el bautizo, diciéndole a sus discípulos, justo antes de su
ascensión al cielo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el
nombre del Padre, y del Hijo, del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os
he mandado” (Mt. 28:19,20). Este pacto es el cumplimiento del plan de salvación de Dios.

Bautizo y Fe

El evangelio de Marcos relata que Jesús le dijo a sus discípulos: “Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será
condenado.” (Mr. 16:15,16).

El orden de trabajo de Dios se muestra, claramente, en esto: primero el evangelio, después la fe y


después el bautizo. El mismo orden es algo visto en la descripción familiar de arrepentimiento en
los hechos de los apóstoles. Cuando el sirviente de cámara de la Reina Candace escuchó el
evangelio que Felipe le predicó, explicándole los escritos de Isaías, el eunuco creyó y quiso ser
bautizado. Felipe dijo: “Si tu creíste con todo el corazón, tu bien puedes.” El eunuco confesó su fe y
Felipe lo bautizó (Hch. 8:26-40).

Pedro predicó el evangelio en al casa de Cornelio y los oyentes le creyeron. Dios les dio a ellos su
espíritu y ellos fueron bautizados – primero fe después bautizo. El que cree y es bautizado será
salvado, el que cree no será condenado.

Los Niños No lo Merecen?

El bautizo de niños ha dividido la mente de los hombres. Ya durante la reforma había aquellos que
se oponían al bautizo de los niños y todavía hay los que se oponen. Ellos no han aceptado el bautizo
de niños ya que no hay una directriz clara, para ello, en la Biblia y en sus mentes, un niño no puede
entender o saber como creer.

Lutero batalló violentamente contra esta comprensión. En el Gran Catecismo el dijo esto: De nuevo
encontramos una pregunta relacionada con el bautizo de niños. Creen, también, los niños y es
correcto bautizarlos? ... Digan entonces, que el bautizo de niños complace a Cristo y está suficiente
probado por su propio trabajo.” (Catecismo Mayor IV:47,49).
Entonces, Cómo Actuó Cristo?

Los discípulos una vez disputaban en quien era el más grande en el reino del cielo. Entonces Jesús
tomó, y presentó, un pequeño niño como el más grande en el reino, como un “cristiano modelo”. Él
exhortó a sus seguidores a recibir a los niños en su nombre y los previno de ofenderlos por que ellos
creen en Él (Mt. 18:1-6).

En otra ocasión Jesús dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es
el reino de Dios.” (Mr. 10:14).

Dónde encontraríamos alguien más aceptable para un bautizo que un niño? La circuncisión, en el
antiguo testamento, también apoya el bautizo de niños. Se hacía a los ocho días.

En la Cristiandad este asunto ha sido estudiado desde el ángulo del trabajo de redención de Cristo.
Cristo nació un hombre como nosotros. Con su concepción libre de pecado y nacimiento Él ha
santificado nuestro nacimiento. Nosotros hemos nacido a una generación redimida y expiada, dentro
la asociación del trabajo de redención de Cristo. Por lo tanto, aún un niño pequeño es justificado.

Aquellos que se oponen al bautizo de un niño parecen tener el entendimiento que la fe es un trabajo
de hombre, por el cual él se muestra a si mismo como aceptable como un niño de Dios y por
bautizo. Pero la fe, de que habla la Biblia, es un regalo de Dios. Aún la gracia que hemos recibido
por gracia. Los que desprecian el bautizo de niños no tienen honradez de fe sino honradez de
trabajos.

Bautizo y Buena Conciencia

En el bautizo, Dios une a un niño para ser cuidado en el compañerismo de su congregación. En


conexión con el bautizo a un niño se le da un nombre. Entonces el esfuerzo comienza como un niño
de Dios con ese nombre. A medida que el niño crece, su batalla personal contra el pecado comienza
– el bautizo lo obliga a él a esto. Pablo escribe a los romanos: “¿O no sabéis que todos los que
hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Ro. 6:3,4).

El Pequeño Catecismo dice: “Esto significa que el viejo Adán en nosotros debe, por la tristeza y el
arrepentimiento, ahogarse y morir, con todos los pecados y malos deseos, y que de nuevo el hombre
nuevo debe, diariamente, adelantarse y levantarse, que deberá vivir ante Dios con honradez y
pureza por siempre” (Catecismo Menor Parte IV,4).

Muchos se han mantenido en la fe de la niñez y el pacto del bautizo. Sin embargo, muchos más han
perdido su fe infantil y buena conciencia. El esfuerzo se ha olvidado, la conciencia endurecida y
terminó de reprender, en vez de fe ha venido descreimiento. Dios aún busca a esos perdidos y los
llama a través de su reino. Cuando el perdido recibe la gracia del arrepentimiento, él vuelve al pacto
del bautizo. No necesita ser bautizado de nuevo, por que el precioso pacto de buena conciencia es
segura y fuerte de parte de Dios.

Juhani Uljas
Iglesia Luterana Laestediana
Traducido del Siionin Lähetyslehti, números 7-8, 1997

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