c. Por el origen del órgano del Poder Público o ente de la administración que los
presta: Nacionales, Estadales, Distritales, Municipales y concurrentes si son prestados
por cada una de las personas jurídicas territoriales: nacionales por la República u otros
órganos del Poder Nacional; los Estadales son los prestados por cada uno de los
Estados que integran la Federación venezolana, particularmente los señalados en la
Constitución de la República o en la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y
Transferencia de Competencias del Poder Público citados precedentes y, los
Municipales en conformidad con la Constitución de la República y Ley Orgánica del
Régimen Municipal.
e. Servicios públicos obligatorios y optativos: Los primeros los señalan como tales
la Constitución y las leyes; y son indispensables para la vida del Estado. Los optativos,
el orden jurídico los deja a la potestad discrecional de la autoridad administrativa
competente. Véase Art. 38 LORM.
Hasta el año 1928, en Venezuela sólo se conocían dos modos de gestión: la prestación
directa y la concesión.
A partir del año 1928 surge una nueva forma de gestionar los servicios públicos:
el instituto oficial autónomo, o sea, el servicio público dotado de la personalidad y de
patrimonio propio. Posteriormente, han aparecido en nuestro país las sociedades de
economía mixta y las empresas del Estado.
Los intereses de los concesionarios son interés privado, y al asumir los riesgos de
funcionamiento del servicio, el concesionario percibe una ganancia económica: son
características de una empresa privada. En cambio las autoridades administrativas que
representan al concedente conserva el derecho del control sobre el servicio, la
potestad de disponer de la modificación de la organización del mismo, y dentro de
ciertos límites, la facultad de dirigir su funcionamiento: por esto se dice que el servicio
público concedido continúa siendo público.
La supresión, salvo los creados por imperativo de la Constitución, los creados por
ley se suspenden también por ley; en virtud de lo dispuesto en el Art. 218 de la
Constitución de la República: las leyes sólo se derogan por otras leyes (materias de
reserva legal). No obstante, según el Art. 236 CRBV. Nº. 8 y el 196 CRBV. Nº 6 mediante
decreto ley, el presidente de la República podrá disponer la modificación o suspensión
de servicios públicos, entendiendo como tales las reparticiones administrativas
pertinentes, siempre y cuando se den los supuestos previstos en las citadas normas
constitucionales.
También se pueden suspender por ordenanza cuando hayan sido creadas por
ésta. Procede en estos casos, la aplicación del principio general del derecho: los
instrumentos normativos se deshacen con la misma forma como fueron hechos.
LA POLICÍA ADMINISTRATIVA
Pero pueden señalarse claras diferencias entre estas diversas formas de actividad
administrativa. Las diferencias no están en los fines perseguidos por una u otra forma
de actividad, sino en las maneras de obrar, en lo que se ha llamado las técnicas
operativas de la administración.
FUNCIÓN PÚBLICA
En este caso, tales funciones públicas pueden ser realizadas por el Estado por
razón de que la ley las pone a su cargo o al menos prevé su realización en un Estado de
Derecho o bien por la voluntad unilateral o soberana de un Estado que no se rige por
tales normas (una monarquía absoluta o un Estado totalitario). El Estado puede
realizarlas de manera directa o de manera indirecta, mediante la participación de
particulares (ya sean concesionarios -obra pública y sus contrataciones- u otros tipos
de relación de trabajo o servicios). Cultos del estado
La función Publica es, por una parte el modelo genérico de cómo se denominan
las tareas que desempeña el funcionario; es además, de modo especifico, el ensamble
de normas del derecho público o régimen jurídico aplicable al funcionario y, por
ultimo; es el término con el que se conoce a la relación de empleo público entre
funcionarios y administración.