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LOS SERVICIOS PÚBLICOS

Son el conjunto de actividades y prestaciones permitidas, reservadas o exigidas a


las administraciones públicas por la legislación en casa Estado, y que tienen como
finalidad responder a diferentes imperativos del funcionamiento social, y, en última
instancia, favorecer la realización efectiva de la igualdad y del bienestar social. Suelen
tener carácter gratuito, ya que los costes corren a cargo d-el Estado.

La expresión servicio público es empleada tanto en sentido material como en


sentido orgánico. Es en sentido material, toda actividad asumida por una entidad
pública territorial con la finalidad de dar satisfacción a una necesidad de interés
general; es en sentido orgánico o formal, el aparato administrativo u organismo estatal
encargado de realizar o controlar actividades de la naturaleza expresada.

Todo servicio público forma parte de la administración, pero no todas las


actividades administrativas constituyen servicios públicos. Hay una diversidad de
servicios públicos, y no están todos sometidos a un régimen jurídico uniforme. Todo
servicio público depende, directa e indirectamente, de una persona pública territorial,
en tal sentido, existen servicios públicos nacionales, estatales y municipales.

CLASIFICACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS

En doctrina existen diferentes tipos de criterios para clasificar los servicios


públicos:

a. Esenciales y no esenciales: los primeros son aquellos que de no prestarse


pondrían en peligro la existencia misma del Estado: policía, educación, sanidad. Los no
esenciales; a pesar de satisfacer necesidades de interés general, su existencia o no
prestación no pondrían en peligro la existencia del Estado; se identifican por exclusión
de los esenciales.

b. Permanentes y esporádicos: los primeros son los prestados de manera regular y


continua para la satisfacción de necesidades de interés general. Los esporádicos; su
funcionamiento o prestación es de carácter eventual o circunstancial para satisfacer
una necesidad colectiva transitoria.

c. Por el origen del órgano del Poder Público o ente de la administración que los
presta: Nacionales, Estadales, Distritales, Municipales y concurrentes si son prestados
por cada una de las personas jurídicas territoriales: nacionales por la República u otros
órganos del Poder Nacional; los Estadales son los prestados por cada uno de los
Estados que integran la Federación venezolana, particularmente los señalados en la
Constitución de la República o en la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y
Transferencia de Competencias del Poder Público citados precedentes y, los
Municipales en conformidad con la Constitución de la República y Ley Orgánica del
Régimen Municipal.

Hay servicios públicos de competencia concurrente; son aquellos en cuya


prestación concurren distintos órganos de los niveles del Poder Público, bien sean
nacionales, distritales, estadales o municipales y los hay que son prestados en forma
exclusiva por órganos de la administración o por los particulares.

d. Desde el punto de vista de la naturaleza de los servicios, se clasifican en


servicios administrativos y servicios públicos industriales y comerciales: éstos últimos
específicamente referidos a las actividades de comercio, bien sea de servicios para
atender necesidades de interés general o los destinados con fines lucrativos y no a
satisfacer necesidades colectivas.

e. Servicios públicos obligatorios y optativos: Los primeros los señalan como tales
la Constitución y las leyes; y son indispensables para la vida del Estado. Los optativos,
el orden jurídico los deja a la potestad discrecional de la autoridad administrativa
competente. Véase Art. 38 LORM.

f. Por la forma de prestación de servicio: Directos y por concesionarios u otros


medios legales. En los primeros, su prestación es asumida directamente por el Estado
(nacionales, estadales, municipales, distritales, entes descentralizados). Por
concesionarios: no los asume directamente el Estado; prestan a través de
concesionarios. Véase: Art. 41 LORM.
PRINCIPIOS DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS

Existe un conjunto de principios directores de los servicios públicos, comunes a


todos ellos, aun cuando su aplicación sea especialmente rigurosa en cuanto a los
servicios administrativos y un tanto atenuada en cuanto a los servicios públicos de
carácter comercial o industrial. Tales principios son:

1. La Obligatoriedad: una vez erigida una actividad en servicio público, gestionarlo


constituye un deber de las autoridades administrativas, quienes se hallan obligadas a
hacerlo funcionar, sino por la acción inmediata de los órganos de Estado, bajo el
control de los mismos.
2. La Mutabilidad: en todo servicio público existe siempre la posibilidad de que las
normas relativas a la organización y funcionamiento del mismo pueden ser
modificadas en todo instante por la autoridad competente en beneficio de la
comunidad. Poco importa que el servicio sea directamente prestado por el Estado o
haya sido concedido a un particular o empresa privada. La idea básica de este principio
consiste en que el interés general es variable, por lo cual el régimen aplicable al
servicio debe ser adaptable a las exigencias cambiantes de dicho interés.
3. La Continuidad: dada la importancia que tiene para la colectividad el
funcionamiento de los servicios públicos, éstos no pueden ser interrumpidos, de modo
que el público pueda en todo momento, con absoluta certeza, contar con ellos. Es por
eso, que en todos los países las legislaciones, si no prohíben, al menos limitan el
ejercicio del derecho a la huelga en los servicios públicos, tal como lo señala la
Constitución y la L.O.T.T.T., donde indica que puede haber huelga por parte de dicho
servicio, siempre que no cause perjuicios irremediables a la población e instituciones.
Este principio tiene, entre otras consecuencias, el carácter estricto de los plazos
establecidos en los contratos administrativos y particularmente, la teoría de la
imprevisión.
4. La Igualdad: ante el servicio púbico todos los individuos son iguales. La regla de
la igualdad, es una aplicación de principio de la igualdad social y jurídica que las
constituciones modernas proclaman. La regla de la igualdad ante el servicio significa
que los funcionarios y empleados públicos tienen la obligación de prestar los servicios
que les están atribuidos, a pedido de cualquier administrado, en las condiciones
legales reglamentarias, que todos los usuarios de una misma categoría están
sometidos a las mismas tasas, y en fin , que todos los ciudadanos tienen idénticas
posibilidades de acceso a los cargos creados para asegurar la marcha de los servicios.

MODO DE GESTIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS

Existen diversos modos o formas de gestión de los servicios públicos. Con el


desarrollo de la civilización estos modos de gestión de los servicios públicos tienen a
aumentar y a revestir modalidades especiales.

Hasta el año 1928, en Venezuela sólo se conocían dos modos de gestión: la prestación
directa y la concesión.

La prestación directa consiste en la realización de las actividades del servicio por


el Estado, con su propio personal y con sus propios medios. Al hacer referencia al
Estado en esta ocasión, queremos aludir a las diversas entidades públicas de carácter
territorial (la República, los Estados y los Municipios). En los casos de gestión del
servicio público en forma de prestación directa, la persona pública territorial de la cual
depende el servicio, asegura el funcionamiento del mismo con su patrimonio y su
personal. En la concesión la persona pública confía a otra persona, generalmente
particular o empresa privada, el cuidado de hacer funcionar el servicio.

A partir del año 1928 surge una nueva forma de gestionar los servicios públicos:
el instituto oficial autónomo, o sea, el servicio público dotado de la personalidad y de
patrimonio propio. Posteriormente, han aparecido en nuestro país las sociedades de
economía mixta y las empresas del Estado.

a. La Prestación Directa: los servicios públicos que no consisten en la realización de


operaciones industriales o comerciales, y que denominamos “servicios públicos
administrativos”, son de ordinario gestionados directamente por las entidades públicas
en las cuales dependen, y por excepción, por institutos oficiales autónomos. En estos
casos, el personal del servicio está constituidos por las autoridades administrativas, y
por los funcionarios, empleados y obreros que de ellas dependen. Todos estos
individuos perciben una remuneración con cargo al respectivo tesoro público: de la
Republica, del Estado o del Municipio, según sea el caso.

Los bienes utilizados en el servicio pertenecen a la entidad administrativa que lo


tiene a su cargo. Todos los gastos del servicio son pagados con cargo al respectivo
tesoro público, y si algunos ingresos produjeren, pararán al mismo tesoro. El servicio
no es en este caso un sujeto de Derecho: los daños ocasionados con motivo de su
funcionamiento serán cubiertos por la respectiva entidad territorial, y sólo podrá
comparecer en juicio, como actora o como demandada, todos los litigios que se
susciten con motivo de la marcha del servicio público.

Este es el modo de la gestión utilizado por el gobiernos nacional para los


servicios públicos de la defensa, el diplomático y el consular, los de la policía del orden
y de extranjero; identificación, servicios portuarios, registro de la propiedad
inmobiliaria, registro de la propiedad industrial y de la propiedad intelectual, sanidad y
asistencia social y educación, salvo en la rama universitaria.

b. La concesión: es un modo de gestión del servicio público que consiste en que


una persona publica territorial, llamada en este caso concedente, confía
temporalmente y por medio de un contrato a otra persona, que en esta ocasión se
denomina concesionario (particular o de empresa privada) el cuidado de hacer
funcionar un servicio público a riesgo del concesionario, a quien confiere del derecho
de percibir una tasa de los usuarios.

El servicio público concedido presenta a un tiempo los caracteres de empresa privada y


de empresa pública. Tanto los individuos que intervienen en la dirección del servicio,
como en su ejecución, son particulares y no agentes públicos. Sus bienes son de
particulares. Las relaciones de la empresa con todo el personal de su dependencia se
rigen por las leyes laborales.

Los intereses de los concesionarios son interés privado, y al asumir los riesgos de
funcionamiento del servicio, el concesionario percibe una ganancia económica: son
características de una empresa privada. En cambio las autoridades administrativas que
representan al concedente conserva el derecho del control sobre el servicio, la
potestad de disponer de la modificación de la organización del mismo, y dentro de
ciertos límites, la facultad de dirigir su funcionamiento: por esto se dice que el servicio
público concedido continúa siendo público.

La concesión es un modo de gestión que únicamente puede ser utilizado con


respecto a aquellos servicios que consisten en operaciones industriales o comerciales.
En Venezuela, numerosas leyes autorizan al gobierno nacional para el otorgamiento de
concesiones relativas al funcionamiento de los servicios públicos nacionales. Así ocurre
con el servicio de ferrocarriles, navegaciones aéreas, telecomunicaciones, entre otros.

CREACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS

Crear un servicio público es tomar la iniciativa de confiar a una colectividad


administrativa una cierta tarea de intereses públicos, en esta definición se toma en
cuenta el servicio público en sentido material.

Crear un servicio público es también dar nacimiento a una repartición


administrativa llamada a ejecutar determinadas tareas de interés público. Lo antes
mencionado se puede evidenciar en el art. 196 CRBV en el numeral 6 donde se le
confiere al Presidente de la República, previa autorización de la Asamblea Nacional
crear, modificar o suspender servicios públicos en caso de urgencia comprobada.

La creación de los servicios públicos procede por disposiciones de la Constitución


de la República o por previsiones de ley.

Constituir un servicio público significa que el Estado ha decidido suministrar


prestaciones directa o indirectamente a la colectividad, bien sea que el Estado asuma
la administración, la gerencia o el manejo de una actividad para satisfacer de manera
regular y continua cierta categoría de necesidades de interés colectivo teniendo la
iniciativa y el control sobre esta prestación a cargo de las particulares.

Numerosos servicios públicos derivan del texto de la Constitución Venezolana,


cuyas disposiciones consagran en varios casos deberes del Estado o los correlativos
derechos de los habitantes de su territorio.
SUPRESIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS

La supresión de un servicio público consiste en la derogación de la disposición


creadora de aquel. Por eso, la supresión del servicio público debe emanar de la misma
autoridad que dispuso la creación y conforme al procedimiento seguido para ello. Esto
es el principio, sin embargo, la Constitución prevé que en caso de urgencia
comprobada, podrá el presidente de la republica decretar la supresión de los
existentes.

La supresión, salvo los creados por imperativo de la Constitución, los creados por
ley se suspenden también por ley; en virtud de lo dispuesto en el Art. 218 de la
Constitución de la República: las leyes sólo se derogan por otras leyes (materias de
reserva legal). No obstante, según el Art. 236 CRBV. Nº. 8 y el 196 CRBV. Nº 6 mediante
decreto ley, el presidente de la República podrá disponer la modificación o suspensión
de servicios públicos, entendiendo como tales las reparticiones administrativas
pertinentes, siempre y cuando se den los supuestos previstos en las citadas normas
constitucionales.

También se pueden suspender por ordenanza cuando hayan sido creadas por
ésta. Procede en estos casos, la aplicación del principio general del derecho: los
instrumentos normativos se deshacen con la misma forma como fueron hechos.

LA POLICÍA ADMINISTRATIVA

Es la actividad del Mediante del Estado mediante la cual, con el objeto de


asegurar el mantenimiento del orden público, se imponen las restricciones necesarias
a la libertad personal y a la propiedad de los administrados.

También se denomina policía administrativa en sentido orgánico, a los cuerpos


armados a cuyo cargo está el cumplimiento de aquella actividad.

La búsqueda de la armonía en la convivencia social conlleva a que el Estado


como el directo encargado de preservar el orden público haya creado organismos que
en sus diferentes actividades se encarguen de preservar los derechos en equidad. De
tal forma la policía administrativa, es aquella autoridad que ejecuta las acciones
encaminadas a limitar los actos de los particulares por razones de interés general,
manteniendo en armonía el interés público y el interés privado.

Cuando hablamos de policía administrativa, nos referimos a la naturaleza del


poder de policía enfocado en la función administrativa que ejercen las autoridades
administrativas, cuya naturaleza limita y orienta sustancialmente la función policial.

ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA DE FOMENTO

Es la acción desarrollada por la Administración, encaminada a estimular, ayudar y


proteger las empresas y particular es cuyas tareas sean favorables al interés general.
Las empresas beneficiarias del estímulo gubernamental pueden moverse, entre otras,
en el campo de la economía, la cultura, la educación o de la asistencia social.

Como toda actividad administrativa, la policía de fomento tiende a alcanzar fines


de utilidad general. También la actividad de policía y los servicios públicos tienen por
finalidad, objetivos de interés común.

Pero pueden señalarse claras diferencias entre estas diversas formas de actividad
administrativa. Las diferencias no están en los fines perseguidos por una u otra forma
de actividad, sino en las maneras de obrar, en lo que se ha llamado las técnicas
operativas de la administración.

Así, en las actividades de la policía se advierten ante todo, las limitaciones de la


libertad y de la propiedad en favor del mantenimiento del orden público. En los
servicios públicos, la administración o quien suple la delegación, realiza prestaciones.

En las actividades de fomento, la administración ni impone limitaciones a los


derechos de libertad, ni realiza prestaciones para satisfacer directamente necesidades
públicas, sino que por diferentes medios, promueve, ayuda o estimula la creación y
funcionamiento de empresas particulares, de cuyas tareas deberán desprenderse
beneficios para la comunidad.

La actividad administrativa de fomento tiende, por lo tanto, a satisfacer


indirectamente necesidades de carácter colectivo.
CLASIFICACIÓN DE LOS MEDIOS DE FOMENTOS

a. Medios de fomento honoríficos: son las distinciones y recompensas que el


Estado confiere a personas físicas o jurídicas en razón de méritos especiales. Tales con
las condecoraciones, trofeos y diplomas conferidos por el estado.

b. Medios de fomento económicos: son los que se traducen en una ventaja


pecuniaria para la empresa beneficiaria. Tales son las subvenciones, créditos, primas e
incentivos fiscales.

c. Medios jurídicos: son aquellos que consisten en el otorgamiento de privilegios


de modo que la empresa beneficiaria adquiere poderes jurídicos excepcionales.

d. Medios técnicos: consisten en la asistencia técnica prestada por el Estado a


empresas de interés general.

FUNCIÓN PÚBLICA

Es como el conjunto de la Administración pública; la actividad de los


funcionarios; o bien toda la actividad que realiza el Estado. Es una constitución

En este caso, tales funciones públicas pueden ser realizadas por el Estado por
razón de que la ley las pone a su cargo o al menos prevé su realización en un Estado de
Derecho o bien por la voluntad unilateral o soberana de un Estado que no se rige por
tales normas (una monarquía absoluta o un Estado totalitario). El Estado puede
realizarlas de manera directa o de manera indirecta, mediante la participación de
particulares (ya sean concesionarios -obra pública y sus contrataciones- u otros tipos
de relación de trabajo o servicios). Cultos del estado

La condición jurídica de estas relaciones tiene distintas peculiaridades según las


legislaciones o la aplicación de estatutos previamente definidos, que matizan los actos
unilaterales del Estado e introducen distintos tipos de expresión de la voluntad del
trabajador o prestatario de los servicios. El tipo de acto contractual o cláusulas
limitadoras se han calificado de actos de condición o de unión más que de adhesión,
dado que la capacidad negociadora de las partes está interferida por cuestiones que
pueden tener incluso consecuencias constitucionales.

La función Publica es, por una parte el modelo genérico de cómo se denominan
las tareas que desempeña el funcionario; es además, de modo especifico, el ensamble
de normas del derecho público o régimen jurídico aplicable al funcionario y, por
ultimo; es el término con el que se conoce a la relación de empleo público entre
funcionarios y administración.

El término Función Pública. Así, tenemos que la Constitución de 1999 ha incluido


una sección entera dedicada a la "función pública", (en el capítulo 1 del título 4,
dedicado al poder público), en lo que ha dado al término un contenido técnico algo
más restringido que aquel que surgía de las normas de la Constitución de 1961. En
efecto, en las sucesivas normas de esta sección (los artículos 144 al 149), la
Constitución parece referirse a la función pública entendiendo por tal la relación de
empleo público con la administración pública y más especialmente el conjunto de
normas y reglas que se aplican a esta relación.

La Ley de Estatuto de la Función Pública es evidentemente recipiendaria de tal


concepción, pues señala que ella contiene y constituye el conjunto de normas que
"regirá las relaciones de empleo público entre los funcionarios y funcionarias públicas y
las administraciones públicas nacionales, estatales y municipales" (Art. 1 de la Ley de
Estatuto de la Función Pública).

TIPOS DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS:

Se denomina funcionario o funcionaria público que toda persona natural que, en


virtud de nombramiento expedido por la autoridad competente, se desempeñe en el
ejercicio de una función pública remunerada, con carácter permanente.

a. Funcionario de carrera: quienes habiendo ganado concurso público, superado el


período de prueba, y en virtud del nombramiento, presten servicios remunerado y con
carácter permanente.
b. Funcionario de libre nombramiento y remoción: son aquellos nombrados y
removidos libremente de su cargo sin otras limitaciones que las establecidas en la Ley.
Estos podrán ocupar cargos de Alto Nivel o de Confianza, siendo de Alto Nivel los
siguientes:
o El Vicepresidente o Vicepresidenta Ejecutivo.
o Los Ministros o Ministras.
o Los Jefes o Jefas de las Oficinas Nacionales o sus equivalentes.
o Los Comisionados o Comisionadas Presidenciales.
o Los Viceministros o Viceministras.
o Los Directores y demás funcionarios de similar jerarquía al servicio de la
Presidencia de la República, Vicepresidencia Ejecutiva y Ministerios.
o Los miembros de las Juntas Directivas de los Institutos Autónomos
Nacionales.
o Los Directores Generales y demás funcionarios de similar jerarquía en
los Institutos Autónomos.
o Los Registradores o Registradoras y Notarios o Notarias Públicos.
o El Secretario o Secretaria General de Gobierno de los Estados.
o Los Directores Generales Sectoriales de las Gobernaciones, los
Directores de las Alcaldías y otros cargos de la misma jerarquía.
o Las máximas autoridades de los Institutos Autónomos Estadales y
Municipales, así como sus Directores o Directoras y Funcionarios o
Funcionarias de similar jerarquía.
c. Elección popular: son el Presidente de la República, Gobernadores y Alcaldes.
d. Quedan excluidos de la aplicación de la Ley del Estatuto de la Función Pública
los siguientes:
o Los funcionarios y funcionarias públicos al servicio del Poder Legislativo
Nacional.
o Los funcionarios y funcionarias públicos a que se refiere la Ley del
Servicio Exterior.
o Los funcionarios y funcionarias públicos al servicio del Poder Judicial.
o Los funcionarios y funcionarias públicos al servicio del Poder Ciudadano.
o Los funcionarios y funcionarias públicos al servicio del Poder Electoral.
o Los obreros y obreras al servicio de la Administración Pública.
o Los funcionarios y funcionarias públicos al servicio de la Procuraduría
General de la República.
o Los funcionarios y funcionarias públicos al servicio del Servicio Nacional
Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT).
o Los miembros del personal directivo, académico, docente,
administrativo y de investigación de las universidades nacionales.
e. Contratados al servicio de la administración pública: Sólo podrá procederse por
la vía del contrato en aquellos casos en que se requiera personal altamente calificado
para realizar tareas específicas y por tiempo determinado. Se prohibirá la contratación
de personal para realizar funciones correspondientes a los cargos previstos en la
presente Ley.

FUNCIONARIOS PÚBLICOS DE HECHO


Es aquel individuo que, en ciertas condiciones de hecho, ejerce funciones
públicas como si fuera verdadero funcionario, como consecuencia de una investidura
irregular, pero admisible. El carácter que adquiere el funcionario de hecho no es
conforme con las reglas del derecho, pero resulta aceptable en razón de la equidad, la
necesidad o la conveniencia social.

Los funcionarios de hecho, están caracterizados por la existencia de elementos


que enervan su investidura, elementos estos que generalmente atañen a la
ilegitimidad del funcionario en la medida en que se presentan cuando el ingreso a la
prestación del servicio público no se realiza conforme al estricto cumplimiento del
régimen legal existente, pero que a pesar de ello, su desempeño funcionarial resulta
cubierto de una apariencia de legalidad. Tal categorización de funcionario público,
obedece a una creación jurisprudencial y doctrinal, movida por la justa y razonable
necesidad de que, concibiendo a la Administración Pública como la legítima
responsable del Interés Público, su actividad administrativa quede preservada con un
manto de presunción de legalidad, el cual permita que los particulares sin
averiguaciones previas, admitan como regularmente investidos a los funcionarios y por
lo tanto con competencia para realizar los actos propios de sus funciones.
La conceptualización de esta categorización de funcionarios, ha permitido a la
jurisprudencia contenciosa administrativa establecer que los actos emanados de
funcionarios que luego pierden su titularidad por vicios en la designación o elección,
no se ven afectados en su validez por tal circunstancia.

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