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¿Cómo sabemos lo que sabemos?

El gran interés del hombre por saber cómo es, cómo se comporta y de qué está
formado el planeta que habita, le ha llevado a la aplicación de numerosos métodos de
estudio, que le han ayudado a establecer una estructura interna de la Tierra. Dichos
estudios, además, han beneficiado al hombre en la búsqueda de recursos y fuentes de
energía necesarias para el desarrollo de nuestra sociedad presente y futura. En la
actualidad tenemos una visión global de nuestro planeta, gracias al desarrollo de
instrumentos de observación tanto directa como indirecta, que nos permiten deducir la
composición y propiedades de los materiales que lo forman. ¿Cómo sabemos lo que
sabemos? ¿Cómo conocimos la composición y la estructura del interior de la Tierra?
Puede suponerse que se han extraído muestras del interior de la Tierra directamente.
Sin embargo, la mina más profunda del mundo (la mina Western Deep Levels, en
Sudáfrica) tiene una profundidad de tan sólo 4 kilómetros, y la perforación más
profunda del mundo (terminada en la península de Kola, en Rusia, en 1992) sólo
penetra aproximadamente 12 kilómetros. En esencia, los seres humanos nunca han
perforado un agujero en el manto (y nunca lo harán en el núcleo) con el fin de sacar
muestras directas de estos materiales.
A pesar de estas limitaciones, se han desarrollado teorías que describen la naturaleza
del interior de la Tierra y que coinciden con la mayoría de los datos procedentes de las
observaciones. Así, nuestro modelo del interior de la Tierra representa las mejores
deducciones que podemos hacer según los datos disponibles. Estos datos y
observaciones provienen de los métodos directos para el estudio de la tierra, que son
los que se realizan en el ara de estudio, extraen muestras y toman medidas. Y de los
indirectos que son los que no necesitan acceso al área de estudio.
Puede resultar sorprendente conocer que rocas que se originaron en el manto se han
recogido en la superficie de la Tierra, entre ellas, muestras que contienen diamantes,
que, según los estudios de laboratorio, pueden formarse sólo en ambientes con una
presión elevada. Dado que estas rocas deben de haber cristalizado a profundidades
superiores a los 200 kilómetros, se deduce que son muestras del manto que sufrieron
muy pocas alteraciones durante su ascenso a la superficie. Además, hemos podido
examinar láminas del manto superior y de la corteza oceánica que lo recubre que han
sido empujadas por encima del nivel del mar en lugares como Chipre, Terranova y
Omán. Establecer la composición del núcleo es otra cuestión completamente diferente.
Debido a su gran profundidad y su densidad elevada, ninguna muestra del núcleo ha
llegado a la superficie. Sin embargo, disponemos de pruebas significativas que
sugieren que esta capa consta principalmente de hierro.
Métodos directos para el estudio de la Tierra:
Ensayos en laboratorio: En los laboratorios se realizan desde estudios geoquímicos de
minerales, rocas, meteoritos y fluidos, hasta análisis de tipo físico sobre muestras.
También se reproducen, a escala, las condiciones que se cree existen en diversos
procesos geológicos, mediante bancos de pruebas y modelos simulados.
Estudio de meteoritos: Son pequeños cuerpos planetarios que cruzan la órbita de la
Tierra y debido a su atracción gravitatoria pueden llegar a caer en su superficie. Tienen
edades de unos 4.500 M.a. (= que la de la Tierra) y también derivan de la materia a
partir de la que se formó el Sistema Solar. En función de su composición, hay varios
tipos: - Metálicos o Sideritos: constituido por una aleación de Fe y Ni. d= 7,5 g/cm3.
Abundancia: 5% - Mixtos o Siderolitos: aleación Fe-Ni y silicatos en la misma
proporción. d= 5’0 g/cm3. Abundancia: 2% - Rocosos o Aerolitos: son los más
abundantes y ligeros, d=3.5 g/cm3 Abundancia: 93%. De su estudio se deduce que
todos los planetas, como la Tierra, tienen una estructura en capas, siendo conocidas
en los meteoritos las capas más profundas que son las que más resisten a la
desintegración.
Por similitud, los aerolitos corresponderían a la composición de la corteza y el manto,
los sideritos al núcleo y los siderolitos al límite del núcleo y el manto.
Sorprendentemente los meteoritos proporcionan importantes pistas sobre la
composición del núcleo y el manto. Son importantes porque representan muestras del
material con que se formaron los planetas interiores, incluida la Tierra. Si, de hecho, la
Tierra se formó a partir del mismo material en la nebulosa solar que generó los
meteoritos y los demás planetas interiores, debe contener un porcentaje mucho más
elevado de hierro del que se encuentra en las rocas de la corteza. Por consiguiente,
podemos concluir que el núcleo es enormemente rico en este material pesado. Este
punto de vista también está respaldado por los estudios de la composición del Sol, que
indican que el hierro es la sustancia más abundante hallada en el Sistema Solar que
posee la densidad calculada para el núcleo. Además, el campo magnético de la Tierra
requiere que el núcleo esté hecho de un material conductor de la electricidad, como el
hierro. Puesto que todas las pruebas disponibles apuntan a que una gran parte del
núcleo está compuesta de hierro, tomamos esta hipótesis como un hecho, al menos
hasta que nuevas pruebas nos indiquen lo contrario.
Prospección y sondeos: Las minas son excavaciones que se realizan para la
extracción de minerales y rocas. Las más profundas se encuentran en Suráfrica y
alcanzan casi 3’6 Km. Los sondeos son perforaciones taladradas en el subsuelo que
se utilizan con muy diversos fines (extracción de petróleo, prospección minera,
investigación…). Estos métodos aportan datos directos muy importantes para varios
campos de investigación, pero son poco significativos para el estudio del interior de la
Tierra, pues si comparamos las profundidades que alcanzan con el radio medio de la
Tierra (6.370 Km) se comprende que apenas suponen un rasguño sobre su superficie.
Estudio de los materiales arrojados por los volcanes: Los materiales que expulsan los
volcanes pueden haberse formado a una cierta profundidad del subsuelo, del orden de
decenas de kilómetros. El análisis petrológico de estas rocas nos puede dar una idea
de la composición química de las regiones más profundas en donde se han formado
estos magmas. Pero existen dos limitaciones importantes que hacen que estos datos
sean poco significativos: -Procesos de diferenciación magmática: que hacen que la
composición de la lava arrojada no sea representativa de la del magma original.
-Inclusiones y contaminación de magmas: pueden aportar datos más importantes para
el estudio del interior, pues son fragmentos de rocas profundas que han sido
arrancadas e incorporadas por el magma que circula en su ascensión. También se
puede alterar la composición del magma original por reacción química con los
componentes del propio magma.
1) ¿Para qué le puede interesar y beneficiar al hombre estudiar el interior de la tierra?
2) ¿Dónde nacen las teorías que describen la naturaleza del interior de la Tierra?
3) ¿Cuáles son los métodos directos para el estudio de la Tierra?
4) ¿Cuáles son los métodos indirectos para el estudio de la Tierra?
5) ¿Qué pruebas tenemos que respalden la supuesta composición del interior de nuestro
planeta?
6) Describí los Métodos directos para el estudio de la Tierra.
7) ¿Por qué los meteoritos proporcionan importantes pistas sobre la composición del
núcleo y el manto?
8) El núcleo de la Tierra está compuesto principalmente por hierro ¿en que se basa esa
hipótesis?
9) Actualmente los métodos de estudio directos son insuficientes para el estudio del
interior del planeta. ¿A qué se deben estas limitaciones?

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