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GÉNEROS Y SEXUALIDADES

GUÍA PARA MULTIPLICADORES EN TERRITORIO


Presidente de la Nación
Ing. Mauricio Macri

Vicepresidente de la Nación
Lic. Gabriela Michetti

Jefe de Gabinete de Ministros


Lic. Marcos Peña

Ministra de Desarrollo Social


Dra. Carolina Stanley

Secretaria de Acompañamiento y
Protección Social
Prof. Paula Ximena Perez Marquina

Subsecretario de Juventud
Sr. Pedro Robledo

Directora Nacional de Inclusión Joven


Lic. Camila Crescimbeni

Directora Nacional de Juventudes


Mg. María Lila Castillo

UNICEF Argentina realizó aportes a los


contenidos de la presente publicación.
GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Introducción
La constitución de un área de formación y capacitación permanente dentro del Pro-
grama Hablemos de Todo de la Subsecretaría de Juventud permite atender las de-
mandas y necesidades de las juventudes generando espacios de debate y formación
que permitan el pleno desarrollo y la toma de decisiones de manera responsable e
informada por parte de las juventudes, particularmente en relación a su sexualidad.

La sexualidad es un proceso dinámico y complejo que transitamos toda nuestra vida e involucra aspectos
de nuestras prácticas y subjetividades en tanto partes de una sociedad, su cultura e historia. Si bien la se-
xualidad tiene que ver con las relaciones sexuales, no es solo eso. Abarca nuestro cuerpo, los sentimientos,
pensamientos, fantasías, creencias, emociones, y está muy ligada a nuestra identidad como una totalidad
integral. Por lo tanto, es considerada un derecho humano. A la sexualidad la vivimos y la sentimos: tiene
que ver con la forma de movernos, vestirnos, expresarnos, relacionarnos con el entorno y con otras per-
sonas. Por eso es fundamental tanto el autoconocimiento como el de otras formas posibles de vida para
poder desplegar plenamente nuestra sexualidad en libertad. Las valoraciones sobre nuestras elecciones y
decisiones no debe significar la negación de las otras personas ni la sanción, la discriminación o la violen-
cia cuando se manifiestan disidencias.
Nuestro objetivo primordial, entonces, es generar un espacio para interpelar y cuestionar, a través del
debate, intercambio de experiencias y saberes y la reflexión colectiva, aquellas subjetividades acerca de
géneros y sexualidades arraigadas y legitimadas por el patriarcado.
Cuando se trata del abordaje de la sexualidad, se buscará des-trazar los límites rígidos de la dimensión
biológica y se introducirán otras perspectivas para su comprensión tales como la dimensión política, so-
cial, psicológica y ética para poder diferenciar las cuestiones que refieren a la sexualidad, la salud sexual y
reproductiva que no deben comprenderse como la misma cuestión. Partiremos de los consensos plasma-
dos en el marco vigente que garantiza que todas las personas tenemos derechos a:
• Disfrutar una vida sexual saludable y placentera, sin presiones, coacción ni violencia.
• Ejercer la preferencia y orientación sexual libremente, sin sufrir discriminación ni violencia.
• Elegir si tener o no hijos, el número de hijos, cuándo tenerlos, con quién y con qué intervalo entre
uno y otro.
• Recibir atención gratuita e integral de la salud sexual y (no) reproductiva.
• Elegir el método anticonceptivo que más se adapta a sus necesidades, criterios y convicciones.
• Recibir de forma totalmente gratuita al método anticonceptivo elegido, incluidos la ligadura y la
vasectomía, en hospitales, centros de salud, obras sociales y prepagas.
• Obtener información y orientación clara, completa y oportuna sobre salud sexual y reproductiva,
expresada en términos sencillos y comprensibles.
• Acceder a la atención en salud sexual y reproductiva en un ambiente de respeto y garantía de con-
fidencialidad, con preservación de la intimidad, de los derechos a la igualdad, a la no discriminación
y a la autonomía.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Algunas cuestiones sobre


géneros y sexualidades
Es necesario dar cuenta de algunas cuestiones conceptuales que tensan la discusión imponiendo una
supuesta continuidad entre la naturaleza y la sociedad, muchas veces complejizada por el discurso
biomédico. Por eso se intentará acercar elementos para empoderar a las y los jóvenes para que puedan
reflexionar al respecto y tengan recursos para tomar decisiones de manera informada y ejercer plena-
mente sus derechos.
Comenzaremos afirmando que la propia sexualidad puede ser percibida y vivida de modos diferentes,
muchas veces en contradicción con los modelos hegemónicos vigentes. Esto supone, entonces, que la
sexualidad es amplia y variada y se expresa de modos tan diversos como personas hay en el mundo.
La sexualidad incluye una multiplicidad de situaciones y es un aspecto activo de nuestras vidas desde
que nacemos. No solo se refiere a lo vinculado a nuestros genitales o las relaciones sexuales o repro-
ductivas, aunque esos aspectos deben ser tomados en cuenta dado que están presentes. La dimensión
de la salud asociada a géneros y sexualidades nada tiene que ver con comportamientos, conductas o
prácticas que deban ser consideradas como “patológicas” y que pueden estar expresadas en los modos
de experimentar nuestra sexualidad a lo largo de nuestras vidas.
El desarrollo pleno de la sexualidad requiere de la satisfacción de necesidades humanas básicas, como
el deseo de contacto, intimidad, expresión emocional, placer, ternura y amor.1 Desde la perspectiva de
los derechos, las personas tienen derecho a la libertad sexual, privacidad, equidad, placer y a elecciones
libres y responsables ejercitando la comunicación y negociación entre las personas.
Sexo y género no significan lo mismo. Cuando se supera la primera instancia que asocia el sexo con los
aspectos biológicos y el género con los culturales, su conceptualización se completa afirmando que gé-
nero es “un elemento constitutivo de las relaciones sociales en las diferencias que se perciben entre los
sexos y una forma primaria de significar las relaciones de poder”.2 De este modo, se trata de una cate-
goría relacional que sitúa las relaciones entre hombres y mujeres, como así también las representaciones
de lo masculino y lo femenino tal como lo delimita el binarismo heterosexual.
No es lo mismo hacer referencia a la identidad de género que a la identidad sexual. Muchas veces las
personas no viven su género y su sexo del modo que la matriz heterosexual les impone. Es muy impor-
tante por eso, no esencializar ni al hombre ni a la mujer; no solo por el carácter relacional de su consti-
tución como género, sino por el carácter complejo de su subjetividad.3
Como bien lo anticipó Foucault, la sexualidad es un elemento indispensable en el entramado de rela-
ciones de poder presentes y en relación y en conflicto en cualquier sociedad y época histórica de que
se trate. Es importante no perder de vista que los comportamientos aceptados o aceptables en lo que
respecta a las vidas sexuales, las apariencias y formas de los cuerpos se constituyen como mecanismos
al servicio de la disciplina y el control. Que se diga qué comportamiento es saludable en lo que respecta
a las sexualidades, qué frecuencia temporal deben tener las relaciones sexuales o qué apariencia corpo-
ral es discriminada, es un modo de reproducir y perpetuar las opresiones a las que las personas están
sometidas a través de la cosificación y el control político de los cuerpos y la sexualidad humana.
En este sentido mirar la realidad social con perspectiva de género implica indagar en la estructura
histórica y cultural de esas relaciones, sus connotaciones jerárquicas y las estructuras de poder.4

1 Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS). 1999.


2 Scott, Joan: “El género: una categoría útil para el análisis histórico” en Ma. Cecilia Cangiano y Lindsay Dubois. De mujer a género. CEAL. Buenos Aires,
1993.
3 Mabel Campagnoli y Tania Riz. Androcentrismo y género: ¿Una fusión teórica posible? Disponible en http://www.aacademica.org/tania.diz/41.pdf
4 Mabel Campagnoli y Tania Riz. Op. cit.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Uno de los aspectos más evidentes de la asignación de roles femeninos esencialistas es la imposición del
deber ser biológico. Así es como “el entramado de la simbolización se hace a partir de lo anatómico y de
lo reproductivo”5 produciendo un modo particular de relacionar lo natural, lo histórico y lo cultural. Bajo
esa estructura patriarcal, la maternidad, por ejemplo, se consolida como único destino y poder social de
las mujeres. Sin embargo, esos destinos inscriptos en los cuerpos no son más que aquellos que la matriz
heterosexual se encarga de producir a través de los discursos encarnados en las corporalidades.
[Los discursos de la heterosexualidad] nos oprimen en la medida en que nos niegan toda posibi-
lidad de hablar si no es en sus propios términos y todo aquello que los pone en cuestión es ense-
guida considerado ‘primario’ y nos niegan la posibilidad de crear nuestras propias categorías. Su
acción sobre nosotras es feroz, su tiranía sobre nuestras personas físicas y mentales es incesante.6
Se entiende al sexismo como el conjunto de todos y cada uno de los métodos empleados en el seno del
patriarcado para poder mantener en situación de inferioridad, subordinación y explotación al sexo do-
minado: el femenino. El sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y las relaciones humanas, de modo
que es imposible hacer una relación exhaustiva o aproximada de sus formas de expresión y puntos de
incidencia. El androcentrismo, por otra parte, toma al hombre como medida de todas las cosas, adopta
la perspectiva masculina únicamente y la aplica como válida para la generalidad de los individuos: hom-
bres y mujeres.
Por último, es importante introducir el concepto de cuerpos abyectos instalado por la académica y acti-
vista feminista Judith Butler. Cuando Butler insiste en las corporalidades, como construcciones ligadas al
discurso imperante, es una dimensión indispensable para la comprensión de las sexualidades dado que
está a la vista lo que en ellos acontece.
Se supone que este aspecto es central para la discusión en tanto dispositivo constructor de roles, este-
reotipos e identidades legitimadas tanto para las personas que se podrían indicar como heterosexuales
o bien, para aquellas que se reconocen como parte de las disidencias.

5 Pablo Scharagrodsky. “Juntos, pero no revueltos: la Educación Física mixta en clave de género”. En Ángela Aisenstein y Pablo Scharagrodsky. Tras las
huellas de la Educación Física escolar argentina. Cuerpos, género y pedagogía. 1880-1950. Prometeo Libros. Buenos Aires, 2006.
6 Monique Wittig. El pensamiento heterosexual y otros ensayos. Editorial Egales. Madrid, 1992.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Breve glosario de sexualidades


Muchas personas que no son o se autoperciben de acuerdo a la matriz heterosexual se han agrupado en
una multiplicidad de colectivos, como por ejemplo la comunidad LGBTI que designa colectivamente a
las lesbianas, gays, bisexuales, trans (personas travestis, transexuales y transgéneros) e intersexuales. A
continuación, una breve definición de cada una de estas identidades.
Trans: expresión genérica que engloba a travestis, transexuales y transgéneros. Debe tenerse en cuenta
que estas categorías no son completamente excluyentes y que por diferentes motivos su significado
varía entre países, incluso entre aquellos que comparten la misma lengua.
Transgénero: persona cuya identidad y/o expresión de género no se corresponde necesariamente con el
sexo biológico, sin que esto implique la necesidad de cirugías de reasignación u otras intervenciones de
modificación corporal. En algunos casos, no se identifican con ninguno de los géneros convencionales
(masculino y femenino).
Travesti: en general, persona a la cual le fue asignada una identificación sexual masculina al nacer pero
que construye su identidad de género según diferentes expresiones de femineidad, incluyendo en mu-
chos casos modificaciones corporales a partir de prótesis, hormonas, siliconas, etc., aunque, en general,
sin una correspondencia femenina en lo genital.
Transexual: persona que construye una identidad de género (sentimientos, actitudes, comportamien-
tos, vestimenta, entre otros aspectos) diferente a la que le fue asignada en su nacimiento. En muchas
oportunidades requieren para la construcción corporal de su identidad tratamientos hormonales y/o
quirúrgicos incluyendo intervenciones de reconstrucción genital.
Interesex / intersexual: persona cuyo cuerpo sexuado (sus cromosomas, gónadas, órganos reproduc-
tivos y/o genitales) no encuadra dentro de los estándares sexuales masculinos ni femeninos que cons-
tituyen normativamente la diferencia sexual promedio.
Cisgénero: se trata de personas que construyen su identidad de género en correspondencia con lo que
la sociedad espera en función de su sexo biológico.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Recursos y propuestas
para trabajar con la comunidad
El propósito central de este proyecto es que las y los participantes profundicen el debate, el intercam-
bio de experiencias y la reflexión en torno a las subjetividades sociales naturalizadas que alimentan la
producción y reproducción de prácticas patriarcales entre los géneros. Es necesario trabajar sobre la
construcción social de los mandatos y prejuicios sexistas y machistas que justifican comportamientos y
discursos discriminatorios y violentos contra las mujeres y otras identidades de género y sexuales.
Los talleres que proponemos se encuadran en la premisa de la educación popular. Supone una labor de
enseñanza-aprendizaje no formal que reconoce los saberes de todos los involucrados, sin jerarquías y
respetando su contexto social y cultural.
La educación popular es un proceso circular en el que tanto los coordinadores de los encuentros como
los participantes aprenden de las experiencias y saberes compartidos.
Valoramos ese diálogo y el intercambio de conocimientos para generar procesos de toma de decisiones
en torno a cuestiones inherentes a los géneros y las sexualidades creando estrategias comunes para
erradicar la violencia de géneros y los fuertes discursos discriminatorios y agresivos.
A continuación desarrollamos dos ejemplos de dinámicas para utilizar en los talleres pensados para
estos contenidos que, además, permiten que las y los participantes ganen confianza y ejerciten el inter-
cambio cooperativo.

Técnica de role playing


Esta dinámica busca intercambiar conocimientos, relatos y experiencias acerca de géneros y sexualida-
des propias de las prácticas cotidianas en diversos ámbitos de inserción en los que se desempeñan las y
los participantes. Los temas a trabajar, en particular, son los roles, estereotipos, identidades de géneros
y sexuales, las diversidades, la discriminación, la violencia simbólica y física, y las relaciones de poder
que la legitiman.
Materiales necesarios: vestuario y accesorios diversos para que armen personajes en la escena (ropa,
utensilios de cocina, limpieza, juguetes varón-mujer, etc.).
Se pide a las/os participantes que representen una situación de discriminación y/o violencia que hayan
sufrido u observado en su vida cotidiana. Luego se hará una puesta en común y debate. De allí surgirán
no más de tres ejes a partir de los cuales se trabajarán los roles socialmente asignados, las relaciones de
poder y los motivos y consecuencias de la discriminación y la violencia.

Técnica de análisis del discurso


Esta dinámica busca trabajar el androcentrismo, el sexismo, la distinción género - sexo asociado al bino-
mio biología / naturaleza y los elementos sociales y culturales presentes en las construcciones de géne-
ro, a través del debate grupal de recortes de diarios y revistas dedicadas a las mujeres y/o suplementos
en los que se traten temas referidos a géneros y sexualidades. También algunos donde se presenten
temas de violencia de género y feminicidios con mensajes y prejuicios manifestados en imágenes y
discursos.
Materiales necesarios: recortes de diarios, revistas, suplementos femeninos, deportivos, de ciencia, etc.
Sirven todas aquellas notas que traten temas relacionados a lo femenino, la diversidad, los estereotipos,
la violencia, el femicidio, etc.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Técnica de cine debate


Proyección de una película y/o material fílmico para trabajar ejes y temas sobre géneros y sexualidades
y su relación con la discriminación, la homofobia y la violencia de géneros en distintas manifestaciones.
Particularmente: la heteronorma, la matriz heterosexual, el patriarcado, la noción de cuerpos abyectos,
diversidad e identidad de géneros y sexual: gay, lesbianas, transgéneros, intergéneros, travestis, etc.
Materiales necesarios: película disparadora, computadora, proyector, afiches, fibrones.
Se proyectará una película y/o material fílmico como disparador para trabajar los ejes y temas sobre
géneros, sexualidades y su relación con discriminación, la homofobia y la violencia de géneros en sus
distintas manifestaciones.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Anexo. Leyes que reconocen tus derechos


La ONU declaró el año 1975 como Año Internacional de la Mujer. Diez años después, en 1985, Argentina
adhirió a la CEDAW, Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer, aprobada el 18 de diciembre de 1979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y que entró
en vigor como tratado internacional el 3 de septiembre de 1981 tras ser ratificada por 20 países. El 9 de
junio de 1994 se declaró la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violencia
contra la Mujer “Convención de Belem do Pará”, en la ciudad de Brasil que lleva dicho nombre.
• En Argentina, las leyes vigentes que garantizan estos derechos son:
• Ley N° 23.592 sobre Actos Discriminatorios. Incluye la discriminación por sexo entre los motivos
que condena.
• Ley N° 23.798 de SIDA (1990) y su decreto reglamentario N°1244/91.
• Ley N° 24.455 que obliga a las obras sociales a incluir los tratamientos de VIH/Sida entre sus pres-
taciones, y la Ley N° 24.754/96 que hace lo propio con el sistema de medicina prepaga.
• Ley N° 24.453. Eliminó del Código Penal el delito de adulterio, antiguamente incluido entre los deli-
tos contra la honestidad.
• Ley N° 25.150 de Educación Sexual Integral.
• Ley N° 25.673. Crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, y su decreto
reglamentario N° 1282/03.
• Ley N° 26.061 de Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.
• Ley N° 26.130 de Anticoncepción quirúrgica.
• Ley N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las
Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales.
• Ley N° 26.529. Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la
Salud.
• Ley N° 26.743 de Identidad de Género. 
• Ley N° 26.618 de Matrimonio Igualitario.
• Ley N° 26.863 de Reproducción Humana Medicamente Asistida.
• Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. Año 2014.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Anexo. Derechos sexuales


reproductivos y no reproductivos
Son aquellos que involucran la capacidad de disfrutar una vida sexual libremente elegida, satisfactoria,
placentera y sin violencia ni riesgos.
Así, por ejemplo, toda persona tiene derecho a decidir en forma autónoma y sin discriminación si tener
o no tener hijos, cuántos y el espaciamiento entre sus nacimientos, para lo que se requiere disponer de
información suficiente y acceso a los medios adecuados.
Los derechos sexuales y reproductivos son reconocidos como parte de los derechos humanos. Están
establecidos en la Constitución Nacional, por los tratados internacionales de derechos humanos que la
integran, por otros tratados y acuerdos internacionales aprobados por la Argentina, así como por las
leyes nacionales en torno al tema.
La condición de género da lugar a desigualdades institucionalmente estructuradas en el acceso y con-
trol de los recursos y beneficios sociales y familiares por parte de cada sexo. Dicha asimetría genera
privilegios en el varón y desventajas y subordinación en la mujer, traduciendo, de esta manera, la dife-
rencia en desigualdad.
El ejercicio de la sexualidad plena no implica necesariamente la procreación, así que debemos referirnos
también a derechos no-reproductivos. Dicha posibilidad de elección está cargada de mandatos poten-
ciados por los prejuicios instalados, es decir, se entiende que la sexualidad tiene como fin la maternidad
para las mujeres, y es sobre ellas que recae la responsabilidad del cuidado para evitar embarazos no
deseados. Sin embargo, la procreación responsable es efectiva mediante conductas que se derivan de
poseer herramientas para tomar decisiones con respecto a la voluntad de tener o no tener hijas o hijos,
el placer y disfrute en la vida sexual.
Por eso, todas las personas jóvenes, sin importar la edad que tengan, tienen derecho a consultar sobre
anticoncepción, en cualquier hospital, consejería de salud sexual y reproductiva o centro de salud pú-
blico más próximo o de su elección. Allí, profesionales de la salud atienden de manera gratuita y confi-
dencial y también brindan asesoramiento de acuerdo a la posibilidad de comprensión de cada persona.
Allí mismo se pueden conseguir métodos anticonceptivos gratuitos (en las farmacias son de venta libre).
Es indispensable, más allá del derecho que toda persona tiene de elegir el método anticonceptivo de
preferencia, dialogar y consultar con especialistas acerca de las ventajas y desventajas de cada método
y cuál es el que se ajusta mejor a las necesidades de cada persona.
Se sabe que –a pesar de tener la información sobre los métodos que permiten evitar embarazos– mu-
chas jóvenes transitan experiencias de embarazos no planificados y/o no deseados. Muchas veces no
logran acceder a los métodos por diversos motivos, o bien no los usan por diversas razones. Por eso, es
indispensable reforzar y reinstalar campañas y circuitos accesibles de información que apunten a la pre-
vención y al ejercicio pleno del placer y la responsabilidad insistiendo en la importancia de la prevención.

Métodos anticonceptivos
Si decidimos tener relaciones sexuales, existen muchos métodos anticonceptivos, que se usan de mane-
ra diferente y que ofrecen distintos grados de protección. Salvo los métodos permanentes, se trata de
métodos reversibles. Es decir que, una vez que se los abandona, pueden producirse embarazos.
En los hospitales, consejerías de salud sexual y reproductiva y centros de salud públicos es posible en-
contrar especialistas, información y anticonceptivos, que se entregan de manera gratuita.
Cada persona, asesorada por el especialista, tiene que decidir el método más conveniente para su si-
tuación y la de su pareja. No solo es importante el método que se usa, sino también su uso correcto.
Es importante recordar que, más allá de las decisiones, el preservativo es el único método que evita el
embarazo y protege de las infecciones de transmisión sexual (ITS).

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Métodos de barrera
El preservativo masculino, el preservativo femenino y el diafragma evitan que los espermatozoides lle-
guen al óvulo. El diafragma es un aro de goma que se debe colocar en la vagina, obturando la entrada
del cuello del útero, antes de tener relaciones sexuales. Se recomienda que se utilice con gel o espuma
espermicida para mejorar su eficacia. Por otro lado, es importante que no se retire y realice su higiene
íntima hasta que pasen ocho horas después del encuentro sexual.
En cuanto al preservativo, se debe usar uno nuevo en cada relación sexual, colocándolo desde el princi-
pio del acto o para cualquier vía de penetración. También para practicar sexo oral protegido.
El diafragma no protege contra las infecciones de transmisión sexual; el preservativo masculino y el fe-
menino, si se los usa correctamente, sí.

Anticonceptivos hormonales
Hay varios tipos y se administran de manera diferente (pueden ser pastillas, inyecciones, parches o
implantes). Actúan impidiendo la ovulación. Son seguros a la hora de evitar un embarazo, pero no pro-
tegen de las infecciones de transmisión sexual. Se pueden usar junto con el diafragma para aumentar
su eficacia.

Pastilla de emergencia
En caso de haberse producido una relación sexual sin protección, si el método usado falló o, fueron re-
laciones forzadas,1 existe el anticonceptivo hormonal de emergencia o “píldora post coital”. Se trata de
una droga (una sola toma o dos con espacio de 24 horas entre una y otra) que interfiere en el proceso
ovulatorio y espesa el moco del cuello del útero dificultando el ascenso de los espermatozoides y la
fecundación del óvulo. Se sabe que los espermatozoides pueden vivir dentro del cuerpo femenino hasta
72 horas después del coito, y durante cualquier momento alrededor de ese lapso puede producirse la
fecundación.
Si bien se puede tomar hasta 5 días después de haber tenido relaciones no protegidas, lo mejor es ha-
cerlo lo más cerca posible a la situación de riesgo ya que su efectividad disminuye. Si se toma dentro de
las primeras 12 horas, su eficacia es del 95%, y ésta disminuye progresivamente con los días. Cuando ya
han pasado entre 49 y 72 horas de la relación sexual, la efectividad es del 58%. No tiene contraindica-
ciones, es decir, que la puede ingerir cualquier mujer que se encuentre en una situación de emergencia.
Se entrega de forma gratuita en los hospitales, consejerías de salud sexual y reproductiva y centros de
salud públicos de la Ciudad de Buenos Aires. La ley N° 25.673 incluye el acceso gratuito a la anticon-
cepción hormonal de emergencia como método de emergencia para prevenir un embarazo. La persona
que solicita la pastilla de emergencia tiene derecho a recibirla todas las veces que la pida. Tampoco
interfiere en la implantación de un óvulo fecundado. Con lo cual, si el óvulo ya fue fecundado por el
espermatozoide, el embarazo sigue en curso aunque se tome la pastilla. Por eso que no se la considera
una pastilla abortiva.

Dispositivo intrauterino (DIU)


También se lo conoce como “espiral”. Es un pequeño dispositivo que es colocado por el/la médico/a ya
que va dentro del útero. Dependiendo del modelo, dura entre 3 y 10 años, aunque hay que controlar que
esté bien colocado una vez por año. Impide que los espermatozoides lleguen al óvulo, pero no protege
contra las ITS.

1 En ese caso es importante también realizar la denuncia ante la justicio y/o en organismos de apoyo.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Anticonceptivos químicos
Las cremas, jaleas, espumas, tabletas, óvulos vaginales y esponjas inactivan los espermatozoides dentro
de la vagina, para que no puedan llegar al óvulo. Se recomienda que no se usen solos sino junto al dia-
fragma. No brindan protección contra las ITS.

Métodos basados en el conocimiento del ciclo menstrual


Método Ogino Knaus o del calendario, temperatura basal o moco cervical Billings, consisten en no tener
relaciones sexuales durante los días en que hay más chance de producirse un embarazo. Estos métodos
no se recomiendan ya que no protegen contra ITS, no son muy rigurosos, ofrecen un bajo nivel de segu-
ridad para evitar embarazos no planificados.

Métodos permanentes
La ligadura de trompas y la vasectomía son métodos irreversibles que consisten en operaciones quirúr-
gicas. Para realizarlos hay que tener al menos 18 años y realizar las consultas médicas de rigor. Estos
métodos no evitan infecciones de transmisión sexual.

Interrupción voluntaria del embarazo


La interrupción del embarazo puede darse de modo espontáneo. Es decir, el embrión o feto deja de
desarrollarse y es expulsado del cuerpo. Sin embargo, la interrupción puede ser voluntaria.
En nuestro país la legislación contempla la figura del aborto no punible en los casos de peligro la salud
de la mujer, o bien, cuando el embarazo sea producto de una violación.
En base al derecho humano de asistencia de la salud de las mujeres, en nuestro país se han presentado
diversos proyectos de ley ante el Congreso Nacional.
Aproximadamente 55 países del mundo permiten la interrupción voluntaria del embarazo con amplios
fundamentos legales. Usualmente estipulan algunas condiciones como, por ejemplo, límites de gesta-
ción, indicación, períodos de espera, requisitos de consentimiento, y restricciones en torno a dónde y
quién practicaría la intervención. Las estadísticas dan cuenta de que en esos países se ha producido una
disminución drástica de la morbilidad y mortalidad materna.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Servicios de salud
Todas las personas tienen derecho de asistir y ser atendidas por médicas/os en el sistema de atención
de la salud pública de todo el país de manera gratuita. Ir al médica/o con regularidad posibilita tener
un estado saludable, prevenir enfermedades y recibir el tratamiento adecuado en caso de necesitarlo.
Asimismo, en un consultorio o en un hospital dispone de los siguientes derechos:
Pedir y recibir una explicación clara y sencilla sobre qué procedimientos, estudios o tratamientos propo-
nen realizar. Si es necesario desvestirse para que la revisación, antes las y los profesionales de la salud
se tienen que consultar y explicar por qué y para qué.
Que todo lo que se converse con la o el médica/o sea confidencial. Más allá de que se puede compartir
con quien uno elija hablar lo que pasó en la consulta.
Ser atendidos sin ningún tipo de menosprecio ni discriminación.
En el caso de jóvenes menores de edad, de acuerdo a la Ley Nacional N° 26.061 de Protección Integral
de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, se impone la obligación de respetar la condición de
sujeto de derecho, y tener en cuenta su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás
condiciones personales (art. 3 incisos a y d). Es indispensable garantizar consultas en centros de salud
que garanticen a las y los jóvenes un ámbito de confiabilidad (confianza en los profesionales, centros
de salud y/o institución), confidencialidad (acorde al secreto médico) y privacidad, informando de las
excepciones cuando la responsabilidad deba ser compartida con sus padres o representantes.2

2 Guía de recomendaciones para la atención integral de adolescentes en espacios de salud amigables y de calidad. Buenos Aires, UNICEF, 2012. Dispo-
nible en http://publicaciones.ops.org.ar/publicaciones/publicaciones%20virtuales/EvaluacionCalidadVirtual/pdfGuias/2012_Gu%C3% ADa_Clinica%20
Sap%20Unicef.pdf

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Anexo. Infecciones de
transmisión sexual (ITS)1
Las enfermedades o infecciones de transmisión sexual (ITS) son aquellas que pueden transmitirse de
una persona a otra durante una relación sexual (vaginal, oral o anal). También se pueden propagar por
medios no sexuales, por ejemplo, las transfusiones de sangre o productos sanguíneos. Muchos las cono-
cen como “enfermedades venéreas”. Las ITS afectan a todas las personas y no hay una edad específica
para contraerlas. Desde el comienzo de la vida sexual, las personas pueden verse expuestas a estas
infecciones.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 30 virus, bacterias y parásitos que se
sabe se transmiten por contacto sexual. Ocho se han vinculado a la máxima incidencia de enfermedades
de transmisión sexual. De esas ocho infecciones, cuatro son actualmente curables: la sífilis, la gonorrea,
la clamidiasis y la tricomoniasis. Las otras cuatro –hepatitis B, virus del herpes simple (HSV o herpes),
VIH y virus del papiloma humano (VPH)– son infecciones virales incurables, aunque existen tratamientos
para prevenirlos y otros capaces de atenuar o modificar los síntomas o la enfermedad.2 En Argentina
figura en calendario Oficial de Vacunación la vacuna para el VPH.
Algunas ITS tienen síntomas y otras son asintomáticas, es decir que una persona puede tener una ITS
sin manifestar síntomas de enfermedad. Los síntomas más comunes de las ITS incluyen: flujo vaginal de
colores (blanco o amarillento) y olor no común, dolor abdominal, menstruación irregular. Puede notarse
inflamación y dolor en los testículos, úlceras genitales y dolor abdominal, secreción uretral y, en ambos
casos, ardor al orinar, picazón en los genitales, lesiones o bultos en ingle y genitales, dolor, ardor o san-
grado durante las relaciones sexuales.
Para la prevención o atención temprana son recomendables las visitas periódicas al médico dado que las
ITS que no son detectadas y tratadas a tiempo pueden derivar en enfermedades de gravedad.
Según los diversos enfoques y acuerdos internacionales existen estrategias diversas para la prevención
primaria y tratamiento de las ITS, sobre todo alentando el asesoramiento sobre prácticas sexuales más
seguras y reducción de riesgos, promoción del uso de preservativos.
El libre acceso al asesoramiento, además, puede mejorar la capacidad de las personas para reconocer
los síntomas de las ITS, con lo que aumentarán las probabilidades de que soliciten atención o alienten a
sus parejas sexuales a hacerlo. Lamentablemente, la falta de sensibilidad del público, la falta de capaci-
tación del personal sanitario y el arraigado estigma generalizado en torno a las ITS siguen dificultando
un mayor y más eficaz recurso a esas intervenciones.
Para la prevención es importante incorporar el uso de los métodos de barrera. El método de protección
más eficaz contra estas infecciones, incluido el VIH, es el preservativo (masculino y femenino) siempre
y cuando se haga un uso correcto y sistemático. Los preservativos femeninos son eficaces y seguros,
pero en el marco de los programas nacionales no se utilizan tan ampliamente y nos son de distribución
gratuita como los preservativos masculinos. También se debe usa el campo de látex en caso de sexo oral.
En caso de rotura de preservativo y/o relaciones no seguras y si es posible estar en riesgo, existe “pro-
filaxis post-exposición” que disminuye las posibilidades tanto de transmisión del VIH como de un em-
barazo no deseado. Es importante acudir lo antes posible a un hospital, tras una exposición de riesgo
un centro de salud o consejería de salud sexual y reproductiva para conversar con un o una profesional.
Las ITS más frecuentes son: sífilis, gonorrea, clamidias, herpes simple, hepatitis B, HPV y VIH (que desa-
rrollaremos aparte).

1 Antes denominadas “enfermedades de transmisión sexual” o “enfermedades venéreas”. http://www.msal.gob.ar/index.php/component/content/arti-


cle/48/135-enfermedades-de-transmision-sexual
2 http://www.who.int/es/

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Sífilis: es producida por una bacteria llamada Treponema Pallidum. Los síntomas aparecen dos o tres se-
manas después del contacto sexual y tienen dos etapas. En la primera etapa aparece una pequeña llaga
o úlcera llamada chancro que puede aparecer en la boca, ano, vagina o pene. Es generalmente única y
tiene bordes sobre elevados. La llaga o úlcera no duele y desaparece sola sin ningún tipo de tratamiento
después de 15 días. En la segunda etapa, después de seis meses (o más) de desaparecida la llaga, pue-
de aparecer erupción (o ronchitas en la piel) en el cuerpo, sobre todo en el tronco, palmas y plantas,
lesiones en la boca, fiebre y aumento generalizado del tamaño de los ganglios, caída del cabello, etc.
Se previene usando preservativo tanto masculino como femenino y métodos de barreras. Se contrae
también a través del contacto con las lesiones de la piel o de las mucosas, ya sean chancro o sífilis. Se
trata y se cura con un antibiótico llamado penicilina.
Gonorrea: es una infección causada por la bacteria Neisseria Gonorrhoeae. Puede causar infección de
la uretra, los genitales, el cervix, el recto y la garganta. Muchas personas no saben que tienen gonorrea
porque, aunque estén infectadas, pueden no presentar síntomas, especialmente cuando la infección
está presente en el recto y en la garganta. Algunos síntomas pueden incluir: flujo vaginal o del pene
generalmente verdoso o amarillento, ardor cuando orina o la necesidad de orinar más frecuentemente,
sangrado después de las relaciones sexuales, sangrado entre los períodos de menstruación, dolor ab-
dominal o pélvico, testículos adoloridos o hinchados. Se transmite por contacto de mucosas infectadas,
durante contactos sexual (vaginal, anal u oral) sin preservativo con una persona infectada. Se trata y se
cura con antibióticos.
Clamidiasis: la clamidia es una bacteria muy común entre los adultos jóvenes y los adolescentes. Mucha
gente no sabe que tiene clamidia porque, aunque están infectados, es posible que no tengan síntomas.
Los síntomas pueden incluir: flujo vaginal, sangrado después de las relaciones sexuales, sangrado entre
los períodos de menstruación, dolor abdominal o pélvico, flujo del pene, ardor al orinar, testículos adolo-
ridos o hinchados. También secreción, picazón o dolor anal. El contagio se produce por contacto sexual
(vaginal, oral o anal) con una persona infectada sin preservativo y también en el momento del parto. Se
previene con el uso del preservativo. Se trata y cura con antibióticos.
Hepatitis B: es una inflamación que ataca directamente al hígado y puede causar daño grave. Las per-
sonas infectadas pueden permanecer sin síntomas durante años y transmitirla a otras personas. Aunque
se trata con medicamentos, hay una vacuna segura y efectiva que puede prevenir la enfermedad y forma
parte del calendario de vacunación obligatorio. Muchas personas pueden no tener ningún síntoma. En-
tre algunos de los posibles síntomas se encuentran: fatiga, náusea o vómitos, fiebre y escalofríos, orina
de color oscuro, materia fecal de color más claro, ojos y piel amarillos (ictericia), dolor del lado derecho,
que puede reflejarse en la espalda. Se transmite por el contacto con la sangre, por tener relaciones
sexuales sin preservativo (a través del semen y secreciones vaginales) y secreciones corporales (por
saliva, sudor, lágrimas) de una persona infectada a otra y durante el parto. Se previene con preservativo,
evitando compartir agujas u otros elementos punzantes o cortantes y a través de la vacuna contra la
hepatitis B. Para la etapa aguda, el tratamiento indicado es el reposo. Para la etapa en la que aparecen
problemas hepáticos, hay medicamentos que curan la enfermedad.
Herpes genital: es producido por un virus que se manifiesta a través de pequeñas lesiones o ampollas
en el pene o en la vulva. No tiene cura, pero se puede controlar con tratamiento médico. Pueden presen-
tarse pequeñas llagas o ampollas (vesículas) muy dolorosas en los órganos genitales o en las nalgas. En
ocasiones se pueden romper, creando mayores lesiones que desaparecen entre los tres y los quince días,
aunque pueden reaparecer. Se transmite en las relaciones sexuales orales, vaginales y anales al entrar en
contacto con las ampollas o llagas de una persona infectada con este virus, del área genital al área oral
(y viceversa) durante el sexo oral y al área anal durante el sexo oral-anal. Se previene usando preserva-
tivos. No tiene cura pero se puede controlar con tratamientos. La infección también se transmite en el
embarazo y parto.
Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV): es una familia de virus que se transmite por contacto sexual.
Es un virus de fácil transmisión, por eso se estima que 4 de cada 5 personas (es decir, el 80%) van a

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas. Este virus se previene usan-
do preservativo ya que se transmite por contacto sexual. Existen alrededor de 100 tipos de VPH, de los
cuales 40 afectan a la zona genital y/o anal. Se dividen en 2 grandes grupos:
• De bajo riesgo oncogénico. Generalmente se asocian a las lesiones benignas, como las verrugas y
las lesiones de bajo grado. Pueden llegar a producir verrugas en los genitales y/o ano.
• De alto riesgo oncogénico. Son alrededor de 15, y los más comunes son el 16 y el 18. Estos tipos de
VPH también pueden producir verrugas, pero se asocian fundamentalmente a las lesiones pre-
cancerosas, que son las lesiones que pueden evolucionar lentamente a un cáncer. El cáncer más
frecuente causado por los VPH oncogénicos es el cáncer de cuello de útero. Los demás tipos de
cánceres relacionados con el VPH (pene, ano) son muy poco frecuentes.
La gran mayoría de las veces la infección por VPH se cura sola, de manera espontánea, sobre todo en las
mujeres menores de 25 años, sin producir ningún síntoma ni manifestación en el cuerpo. Se estima que
solamente el 5% de las infecciones por VPH no retrogradan solas y se tornan persistentes. Solo si la in-
fección persiste por muchos años (se calcula de 5 a 10 años) los VPH de alto riesgo oncogénico pueden
causar lesiones en el cuello del útero de la mujer que pueden evolucionar al cáncer.
Las lesiones que produce son protuberancias o abultamientos que se desarrollan en la piel de la zona
genital y/o anal, que pueden ser de diversos tamaños y suelen tener forma de “coliflor”. Las verrugas se
pueden tratar, aunque pueden volver a aparecer si el sistema inmunológico del cuerpo no ha eliminado
totalmente el HPV. Los tipos de HPV que provocan verrugas no son oncogénicos, es decir, no provocan
cáncer.
No existe ningún tratamiento que cure el virus, aunque se tratan las manifestaciones que los VPH pue-
den provocar, como las verrugas o las lesiones. Existen diferentes tipos de tratamiento, según el tipo de
lesión.
Para detectar lesiones en el cuello del útero se realiza el PAP (Papanicolaou), una práctica gratuita en
hospitales y centros de salud. Se ha desarrollado también una vacuna contra el VPH comercializada
como Cervarix (previene la infección por los dos tipos de VPH que causan la mayoría de los casos de
cáncer de cuello de útero, 16 y 18) o Gardasil (previene la infección por los virus 16 y 18, y también los
VPH 6 y 11, que causan verrugas genitales). En el país se incorporó, desde octubre del 2011, al calendario
oficial la vacuna Cervarix para niñas de hasta 11 años.

VIH / Sida
Si bien el VIH se considera una ITS lo tratamos en un apartado especial ya que no es conveniente equi-
pararla con el resto, por cuestiones como el impacto social que el VIH genera (estigma y discriminación
más cruel que las otras ITS). La mayoría de las personas que viven con VIH ha experimentado alguna vez
discriminación laboral, educativa, afectiva y padecen muchas veces el temor al rechazo y al aislamiento.
Además, la mayoría de las ITS detectadas a tiempo y con tratamiento adecuado pueden curarse. El VIH
si bien permite llevar una vida en condiciones saludables aún no tiene cura. Por último, en tanto que las
la mayor parte de las ITS presentan síntomas fácilmente reconocibles, el VIH no muestra ningún tipo de
síntoma en tanto no aparezcan las “enfermedades oportunistas”.
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH o HIV, por sus siglas en inglés) afecta al sistema inmuno-
lógico de las personas. Es decir, el sistema de defensas del cuerpo contra microbios, bacterias o virus.
Así, el cuerpo es más vulnerable y se enferma con más facilidad. Una vez debilitado por VIH, el sistema
de defensas permite la aparición de enfermedades. Esta etapa más avanzada de la infección por VIH es
la que se llama Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). No toda persona con VIH alcanza la
etapa de Sida. Una persona con VIH puede no tener ningún síntoma. Sin embargo, pueden transmitirlo.
Por esa razón es indispensable activar todas las medidas de prevención hasta hoy conocidas.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

El VIH no es una enfermedad, sino que se trata de un virus. Por esa razón no se contagia, sino que se
transmite de persona a persona. Para transmitirse debe existir contacto con fluidos trasmisores. Las
personas que viven con VIH no son diferentes, no son enfermas ni “incapacitadas”. Sin embargo, para la
ley pueden ser consideradas personas con discapacidad. No define la esencia, ni las capacidades ni vir-
tudes. Las personas que viven con VIH pueden y deben tener todos los derechos que cualquier persona
y establecer relaciones de todo tipo con otras. Para el ejercicio de esos derechos se debe también evitar
la discriminación y la estigmatización teniendo información y cuidado con nuestro lenguaje cotidiano
y no reproducir hábitos incorrectos en nuestro discurso. Por tal razón, no se dice “portadores de Sida”
sino, “personas que viven con VIH”.
Es necesario que se realicen campañas preventivas centradas en la información y la facilitación de re-
cursos y no, como se ha podido ver, apostando al temor, el pánico, el miedo. Otro aspecto que debe
superarse es el tabú, el silencio, la negación y las posiciones moralizadoras que asocian erróneamente
ser cero positivo a lo sexual-promiscuo fomentando fantasías y morbo. Esos comportamientos repercu-
tieron en forma negativa para la asistencia y contribuyeron para agravar la situación.
El VIH vive solo en el cuerpo humano y se transmite a través de algunos de los fluidos del cuerpo que
tienen más carga viral que los otros, a saber: transmiten el virus la sangre, el líquido preseminal y semen,
los fluidos vaginales y la leche materna. No transmiten el virus otros fluidos como la saliva, el sudor, las
lágrimas o la orina. Por lo que compartir un mate, dar un abrazo, consolar a alguien, compartir el baño y
otras actividades cotidianas no son conductas de riesgo.
Las vías de transmisión del VIH son:
• Sexual, a través de relaciones sexuales vaginales, anales u orales en las que los fluidos (semen, líqui-
do preseminal, fluidos vaginales y sangre) que tienen el virus entren al cuerpo. Para prevenirlo, es
necesario usar preservativo en las relaciones sexuales durante todo el contacto.
• Sanguínea, por contacto con la sangre de una persona con VIH, por ejemplo, al compartir jeringas,
agujas y otros elementos cortantes o por transfusiones de sangre no controlada. Para prevenirlo, no
hay que compartir jeringas, agujas y otros elementos cortantes y evitar el contacto con la sangre
usando guantes de látex.
• Durante el embarazo, el parto y la lactancia. Es importante recalcar que la probabilidad de trans-
mitir el virus al feto durante el embarazo se reduce a solo un 2% si la embarazada es tratada medi-
camente, lo mismo ocurre durante el parto en el cual se recibe un medicamento específico para evi-
tar la transmisión. Por tanto, en un embarazo controlado adecuadamente por un médico y evitando
la lactancia materna (supliéndola por leche de formula) hoy se considera en nuestro país que una
persona viviendo con VIH tiene completa posibilidad de tener hijos/as que no tengan el virus.
Argentina cuenta con una Ley Nacional de Sida (Ley N° 23.798 y su decreto reglamentario Nº1244/91)
que garantiza el acceso universal a la terapia antirretroviral y declara de interés nacional la lucha contra
el Sida, entendiendo por tal la detección e investigación de sus agentes causales, el diagnóstico y trata-
miento de la enfermedad, su prevención, asistencia y rehabilitación (incluyendo la de sus patologías de-
rivadas), y las medidas tendientes a evitar su propagación, otorgando el primer lugar a la educación de
la población. Asimismo, garantiza que bajo ninguna circunstancia las personas con VIH están obligadas
a revelar su serología positiva salvo excepciones que la misma ley se encarga de establecer.
Las posibilidades de llevar una vida plena y saludable y no llegar a la etapa Sida se multiplican cuanto
más temprano sea el diagnóstico de VIH. El mismo, se realiza a través de un análisis de sangre. En
Argentina, el análisis es por ley, gratuito, voluntario y confidencial. Se lleva a cabo en todos los hos-
pitales públicos del país e incluye una asesoría pre y post análisis, tanto sea el resultado positivo o
negativo. En caso de dar resultado positivo y luego de reconfirmar el resultado con otros tipos de test
sanguíneos, también todos tratamientos y los medicamentos para el VIH están garantizados de mane-
ra gratuita. El test ELISA es el más utilizado en nuestras instituciones sanitarias y trabaja detectando
los anticuerpos al virus. En caso de arrojar positivo, se requiere confirmar el resultado con otra prueba
llamada Western Blot.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

Otra manera es a través de una prueba rápida que analiza la sangre de una vena o de una punción del
dedo o líquido oral para buscar la presencia de anticuerpos que combaten el VIH. Esta es una prueba
de detección que da los resultados rápidamente, aproximadamente en 20 minutos, pero todavía no está
disponible en todos los hospitales ni centros de salud.
Para todas las pruebas de detección, un resultado debe ser confirmado antes de que se haga un diag-
nóstico definitivo. Un diagnostico no reactivo puede variar según el tiempo que ha pasado desde la ex-
posición al virus. Los anticuerpos del VIH tardan en ser detectados entre 3 semanas y 3 meses después
de la infección. Durante este período, llamado período ventana, los análisis podrían arrojar negativo
aunque la persona tuviera el VIH. Por eso, se recomienda repetirlo.

¿Cómo SÍ se transmite? ¿Cómo NO se transmite?


Por relaciones sexuales (orales, anales o Por abrazar y besar.
vaginales) sin preservativo. Por practicar deportes de contacto.
Por compartir jeringas, máquinas de afeitar, Por la picadura de un mosquito.
jeringas o canutos. Por tener relaciones sexuales con preservativo.
Por el embarazo, el parto y lactancia. Por compartir el mate.

¿Qué hacer si vos o tu pareja tienen VIH?


• Si el que tiene el virus es el varón, el preservativo es la única manera de evitar que la mujer se infec-
te. Si la mujer no se infecta, tampoco se infecta el bebé.
• Si los dos tienen VIH, igual deben cuidarse usando preservativo para evitar reinfectarse. Las rein-
fecciones se producen porque el VIH no es siempre igual: existen distintos tipos de VIH (se llaman
cepas) que cambian de persona a persona. Reinfectarse es infectarse con más de una cepa.
• Si la que tiene el virus es la mujer, además de usar preservativos en sus relaciones sexuales, tiene
que tomar medidas preventivas para que el virus no se transmita a su hija/o en caso de buscar un
embarazo. Si está tomando anticonceptivos o quiere empezar a hacerlo es recomendable que con-
sulte al médico para que prescriba la medicación adecuada a su tratamiento. De cualquier manera,
siempre es importante que, aún estando embazada, utilice preservativo para evitar la reinfección.

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GÉNEROS Y SEXUALIDAD

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