La Rítmica
Su finalidad es desarrollar el oído musical, los sentidos melódico, tonal y armónico
a través de lo que Dalcroze denominó un sexto sentido, “el muscular”, que se
desarrolla a través de la experiencia del movimiento.
Se regula la coordinación motriz
Se trabaja además:
La atención: al mostrar lo que siente
La inteligencia: capacidad de pensar, al comprender y analizar lo que se siente.
La sensibilidad: el pensamiento y la expresión del alma, para sentir y penetrar en el
movimiento musical.
Dalcroze elaboró una tipología de ejercicios en función de los objetivos que
persigue la Rítmica. La base de los ejercicios son:
Desplazamientos a distintas velocidades (caminar, correr, saltar, etc.)
Movimientos de todas las partes del cuerpo: nunca movimientos blandos o sin
gracia...
Deben implicar energía, precisión y voluntad artística.
Este tipo de ejercicios van precedidos de un calentamiento.
También se usan aros, pelotas, guirnaldas