Anda di halaman 1dari 40

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA

FACULTAD DE CIENCIAS
E.A.P. DE ENFERMERÍA

ASIGNATURA: Epistemología de la enfermería

DOCENTE: Dra. Dana Melva Navarro Arroyo

TEMA: Revisión Bibliográfica sobre Profesión de Enfermería

GRUPO DE PRÁCTICA: A–3

NOMBRE DEL GRUPO:

“Enfermeros Enriqueciendo los Aspectos de la Profesión de Enfermería”

ESTUDIANTES:

- Manrique Ascencio, Angie Massiel - Vega Obregón, Prince Emanuel


(Coordinadora) (Tesorero)

Código: 0201721005 Código: 0201721046

- Vásquez Navarro, Maryuri Guadalupe - Melgarejo Villanueva, Martina


(Secretaria) Dionisia (Vocal)
Código: 0201721045
Código: 0201721006

- Capa Castillo, Rubí Brushenka


(Secretaria de Disciplina)

Código: 0201721026 Nuevo Chimbote – 2018


NOMBRE DEL EQUIPO

“Enfermeros Enriqueciendo los Aspectos de la Profesión de Enfermería”

CARGOS Y RESPONSABILIDADES DEL EQUIPO

Cargo Responsabilidad
1. Coordinadora Manrique Ascencio, Angie Massiel Organización del equipo
2. Secretaria Vásquez Navarro, Maryuri Guadalupe Redacción
3. Tesorero Vega Obregón, Prince Emanuel Integración
4. Secretaria de Disciplina Capa Castillo, Rubí Brushenka Cumplimiento de normas y reglas
5. Vocal 1 Melgarejo Villanueva, Martina Dionisia Dinamizador-Motivador

PROBLEMÁTICA

PREGUNTA GLOBAL

1) ¿Qué aspectos se deben practicar para enriquecer la profesión de enfermería?

PREGUNTAS SECUNDARIAS

2) ¿Qué capacidades actitudinales debe practicar el profesional de enfermería?


3) ¿Qué factores se debe lograr para identificarnos con la profesión de enfermería?
4) ¿Qué criterios debe cumplir un profesional de enfermería?
5) ¿Qué habilidades hacen que el profesional de enfermería sea autónoma?
FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS DE PROFESIÓN

PROFESIÓN DE ENFERMERÍA

La enfermería es una profesión actuante y una disciplina profesional práctica…

Existe un consenso en la premisa básica de que el profesionalismo implica autonomía,

maestría en un rico cuerpo de conocimientos y una comunidad de colegas. (Simms, Price,

Ervin, 1986, p.4)

ASPECTOS DE LA PROFESIÓN DE ENFERMERÍA

Según Núñez, C, y Carrión, A. (2013) es indiscutible que hay una parte muy importante

del trabajo que realiza enfermería que aún no es visto ni valorado por la sociedad pero, a

estas alturas de la película, la verdad estamos un poco cansados de que la profesión siga

lamiéndose las heridas hablando de lo mal que nos tratan, lo poco que nos valoran y lo

distorsionada que está nuestra imagen en los medios.

Independientemente de que, como hemos comentado, todo esto sea verdad y que en

parte tenga una explicación racional, creemos que ha llegado el momento de entonar un

sonoro y definitivo “mea culpa” que sirva, a su vez, como punto de inflexión.

Aprovechemos la oportunidad que nos dan iniciativas como ésta para, como colectivo,

hacer un esfuerzo por tener un papel más proactivo abandonando el “plañiderismo

servilista” tan propio de la profesión.

Un esfuerzo que pasa necesariamente porque cada una de las enfermeras individuales de

este país aumente su interés de profesión a través de 3 aspectos.


1. Dejar de hacer para poder hacer. Enfermería debe dejar de hacer cosas que no aportan

valor, aunque llevemos años haciéndolas, para hacer otras cosas que, aunque parezca

que no sirven para nada, aportan valor como colectivo (el colectivo médico ya se lo ha

planteado). En este punto, merece una mención especial el controvertido asunto de los

registros enfermeros. Es imprescindible que estemos a pie de cama del paciente porque

es lo que nos hace “singulares”, pero es igual de imprescindible que registremos todo

aquello que hacemos si queremos que nuestra labor tenga visibilidad. Todo aquello que

hacemos pero no registramos es invisible.

2. Aprender a decir “no”. Para poder cumplir el punto anterior se hace necesario que la

profesión en general, y cada uno de los profesionales enfermeros individualmente,

aprenda a decir “no” ante tareas y procedimientos habituales, rutinarios y/o

protocolizados que hacemos a diario pero que no aportan valor a nuestra labor. Se hace

necesario que la enfermera de base aprenda a priorizar evaluando continuamente qué

partes de su actividad diaria son más importantes, relegando a un segundo plano e

incluso dejando de hacer aquellas que no suponen una mejora en la calidad de los

cuidados que presta. No decimos con esto que haya, por norma, que dejar de “tomar la

tensión por turnos” pero sí que dejemos de hacerlo si ello no aporta valor y si para ello

hay que dejar de valorar el dolor de otro paciente, valorar el riesgo de aparición de

úlceras por presión o atender el proceso de muerte.

3. Crecer profesionalmente a través de tener y, definitivamente, asumir más

responsabilidades. Es imposible desarrollar los dos puntos anteriores si enfermería sigue

autoconsiderándose una profesión de segunda. Para cambiar esto, enfermería debe tener

un papel mucho más activo, participando en las tomas de decisiones y en el diseño de los
protocolos o circuitos asistenciales. Incluso puede asumir el liderazgo en los nuevos

retos a los que tiene que enfrentarse el sistema sanitario más pronto que tarde. Pero para

que enfermería pueda querer más y pueda asumir más responsabilidades, la profesión

debe volver a la senda (en estos años esta senda se ha ido abandonando) de la formación

postgrado como proceso continuo sustentado en la mejor evidencia posible y en nuestra

propia taxonomía NNN. Los recientes cambios en las titulaciones universitarias, la gran

oferta formativa de calidad y la posibilidad de acceder al doctorado sin necesidad de

hacer puentes a través de otras titulaciones como Antropología, es una oportunidad que

no podemos dejar pasar.

Hasta que la profesión no asuma que debe cambiar los estandarizados roles actuales

mediante la incorporación a nuestra práctica diaria de estos tres elementos, nuestra

actividad seguirá siendo tan importante y relevante como invisible.

Observando con perspectiva la evolución de la profesión en los últimos años, está claro

que ellos no pueden o no quieren (por las razones que cada uno considere) hacerlo. Ha

llegado el momento que el cambio lo inicien los profesionales de base convencidos de

que ha llegado el momento de hacerlo.

Del Colegio Oficial de Enfermería (2012) en sus 10 propuestas para mejor la actividad

enfermera, podemos rescatar algunas de ellas que enriquecen a la profesión de enfermería

como:

o Valoración del valor económico del enfermería Uno de los temas que más

preocupan actualmente es el valor económico que la enfermería tiene dentro del

sistema de salud. Hemos hecho un ejercicio de valoración de esta actividad


enfermera. Por ello, hemos utilizado el proyecto NIPE (Normalización de las

Intervenciones para la Práctica de la Enfermería) y por otra parte, estamos

utilizando la “Clasificación de intervenciones de enfermería (NIC) que estima

en tiempo las intervenciones que el colectivo desarrolla en el área asistencial

especializada. Con estas herramientas podremos analizar los costes generados

por la enfermera, demostrando su aportación al sistema sanitario. El mismo

proyecto NIPE dice que la actividad económica de la enfermera en el sistema

está alrededor del 30-40%.

o La adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, los títulos de

especialistas, los másters y doctorados, ocasiona que sea necesaria una

reordenación de los mapas profesionales, dadas las nuevas competencias

profesionales que irán incorporando las enfermeras, como es el caso de la

prescripción.

También tenemos en claro que el desarrollo disciplinario, no coincide con el desarrollo

profesional, ni con las demandas del sistema, por lo tanto, creemos necesario la creación de

una comisión multidisciplinar, para reordenar las profesiones sanitarias, a partir de las

aportaciones cualitativas y cuantitativas de todas las profesiones y ocupaciones sanitarias.

o Cooperación de los demás niveles asistenciales. La enfermera podría ser

responsable de fijar las líneas de cooperación con los demás niveles

asistenciales (unidades hospitalarias, equipos de atención primaria y centros

socio sanitarios) para garantizar la continuidad asistencial.


La enfermera tendrá que ser la claveque articule el resto del servicio y profesionales en los

procesos asistenciales, "gestora de casos, enfermera de enlace,...

o Potenciar una cultura de trabajo en equipo. Es indispensable la creación de una

cultura de empresa que fomente el sentimiento de pertenencia y estimule el

compromiso de todos los profesionales con su institución. Una cultura

corporativa o de empresa, exige la eliminación de un sistema de retribuciones

basado en criterios, que la mayoría de los profesionales consideran injustos.

o Política de recursos humanos. Desde dos vertientes:

Dirigir una política de recurso humanos que evite frustraciones y discusiones, y potencie las

cualidades de los profesionales a su cargo. Hay que motivar.

Evitar la fuga de profesionales (y con ello, la fuga de capital humano que ello representa)

que tenemos en el sistema, considerados los mejores preparados de Europa.

o Formación continua. Proponemos que el Departamento facilite a las empresas la

implementación de plataformas informáticas donde poder desarrollar programas

de formación on-line. De esta manera, se disminuirán los costes, ya que

ahorraremos horas de profesionales, profesorado,... y además, los alumnos

tendrán la libertad de poder formarse en cualquier momento y a su ritmo.

o Liderazgo. La enfermería debe estar incluida dentro de las estructuras políticas,

académicas, profesionales y directivas, como una profesión reconocida.

Proponemos que las direcciones de enfermería de los distintos centros, vuelvan


al mismo nivel jerárquico que la dirección médica y con la misma

responsabilidad, autonomía e independencia.

o Indicadores. En la actualidad, se hace necesaria la creación y el análisis de

indicadores que permitan a la profesión enfermera, valorar su labor de forma

objetiva. Proponemos la creación de un grupo de trabajo, que defina los

indicadores específicos que sirvan para poder evaluar y contabilizar, las

intervenciones enfermeras dentro de los diferentes ámbitos de la salud (p. 117,

118).

FACTORES QUE CUMPLEN LA PROFESIÓN DE ENFERMERÍA

Según La Revista Revista Enfermería Universitaria ENEO-UNAM. (2008):

En la construcción de los saberes propios de la profesión, para el caso de enfermería, se

necesita aprehender los patrones propios de su conocimiento, es así como el profesional

debe comprenderse desde su propia biografía, en su concepción y aceptación de los otros

y de sus vivencias y preguntarse qué sentimientos se mueven en sí mismo cuando asume

el cuidado de otros, y cuáles son sus actitudes frente al oficio de cuidar. Esto hace parte

del conocimiento personal necesario para transitar el paso de novicia a experta, que en

términos de la doctora Patricia Benner es el proceso de formar experticia como

profesionales.

El arte de la enfermería, constituido por el saber estético, se expresa en la relación que se

establece con el paciente, con las familias o con las comunidades, y constituye la

respuesta consciente de la enfermera/o a los aspectos de la situación real de cada

enfermo, que le permite emitir un el juicio profesional para crear intervenciones de


cuidado diferenciado, según las necesidades de esa persona en particular. Esto demanda,

además de conocimientos científicos, capacidad sensitiva para clarificar y comprender

las representaciones, los sentimientos y las actitudes de los enfermos y de sus familias

frente a la enfermedad, el dolor y la muerte; exige de los profesionales de enfermería,

además de un profundo conocimiento del ser humano, una gran capacidad de

observación, habilidades y destrezas comunicativas y una práctica ceñida a los

principios y alores de la profesión.

Por eso, quien ejerza como cuidador, necesita desarrollar el conocimiento ético. Según

los eticistas españoles el cuidador profesional debe cultivar entre otros, los valores de la

responsabilidad y la civilidad; la esperanza, la simpatía y la libertad. Responsabilidad

que desde la ética, significa el ejercicio de un deber humano para con los seres en

situación de vulnerabilidad, asumiendo el cuidado como un deber moral y no solo como

un sentimiento de proximidad con el otro, o solamente como una manera de ganarse la

vida. Responsabilidad de ciudadanía al comprometerse en la defensa del derecho que

tienen las personas, las familias y los colectivos a ser cuidados, es decir, introducir en el

discurso y en la práctica de las políticas sociales, el derecho a ser cuidados. La

esperanza, que es confianza hacia el futuro, es un valor necesario para superar

situaciones límite. Por su vulnerabilidad el ser humano necesita cultivar la esperanza,

cuando la decepción, el dolor, la enfermedad y el cansancio ocupan todos los espacios

de la personalidad. La empatía que significa participar de la situación de la persona

enferma desde la comprensión, es decir, situarse en las coordenadas existenciales del

otro, en su vivencia. La empatía va de la mano de la justicia para evitar el cuidado de

modo discriminado, es decir, cuidar profesionalmente a todos desde el mismo temple


anímico. Otra de las virtudes que debe cultivar un profesional de enfermería es la de

cuidar la libertad de la persona doliente, es decir, velar porque su libertad se realice

dentro de los límites posibles hasta recuperar su autonomía, que constituye la meta del

cuidado (p. 05).

El conocimiento empírico, es otra dimensión de los patrones de conocimiento que

necesita desarrollar un cuidador profesional en su construcción identitaria para, entre

otros, ejercer la práctica con respaldo científico que le aporte conocimientos objetivos

para fundamentar sus acciones. La construcción de valores y responsabilidades

profesionales en la formación de personal de enfermería; en las prácticas hospitalarias y

comunitarias; en el ejercicio de la docencia y de la investigación, así como de la gestión

en diversos escenarios, exige la apertura de espacios de crítica y reflexión frente a lo que

hacemos en nuestras prácticas cotidianas, en el hospital y en con las comunidades.

Además de reflexión, quienes ejercen la docencia deben demostrar desde el ejemplo, el

ejercicio de prácticas cuidantes científicamente respaldadas, moralmente aceptadas y

culturalmente adaptadas (pp. 05 – 06).

Observar lo qué hacen las enfermeras también ayuda en la construcción de identidades

María Mercedes De Villalobos, profesora de la Universidad Nacional de Colombia,

considera que “la práctica es la forma como nosotras las enfermeras/os utilizamos el

conocimiento de enfermería; las actividades que las enfermeras/os desarrollan son

herramientas para manejar los fenómenos de la disciplina, pero no son la disciplina

misma”.
El reconocernos como profesión, exige profesionalismo, fundamentación, independencia

en la toma de decisiones propias, oportunas y compromiso ciudadano (p.08).

En entrevista realizada por la doctora Fawcet a la doctora Virginia Henderson, ella

dice que enfermería es el principal prestador de atención primaria en el mundo. Y nos

envía el siguiente mensaje a los y las enfermeras:

“Intente comprender lo importante que es su trabajo. Intente sentir tanto orgullo de éste,

que nadie pueda hacerle dudar de su importancia”.

El cuidado de los individuos que conforman una sociedad es el problema general de la

sobrevivencia de la humanidad y hace relación con la esencia de la enfermería de la que

habla la doctora Henderson. Por ello hoy se reconoce que para lograr identidad

profesional, los conocimientos científicos y las habilidades instrumentales son

necesarias pero no suficientes, cuando a nombre de un supuesto profesionalismo

científico no se respeta la integridad de las personas cuidadas, ni se comprende la

vivencia del humano en sus procesos vitales, ni se dispensan cuidados culturalmente

competentes, igualmente si el encuentro cuidador persona cuidada se realiza en ausencia

de calidez y empatía. Se reconoce, además, que la diferencia en calidad de atención la

hace la identidad que se tenga del ser profesional.

Construir el ser profesional, es edificar la identidad, y éste es un proceso que opera

tanto desde el mundo de lo simbólico, como de los valores, de la pedagogía, la

investigación y la política; es un proceso dinámico al que contribuyen la historia, los

saberes, la experiencia y la cultura.


La construcción de identidad profesional en el plano individual, hace parte del proyecto

de vida, entendido como un modelo ideal sobre lo que el individuo espera o quiere ser y

hacer, que toma forma concreta en su disposición real y en sus posibilidades internas y

externas de lograrlo, definiendo su relación hacia el mundo y hacia sí mismo;

posicionando su razón de ser como individuo y profesional en el contexto sanitario y en

una sociedad determinada.

La formación de profesionales competentes y comprometidos con el desarrollo

social constituye hoy día una misión esencial de la Educación Superior Contemporánea.

Cada día la sociedad demanda con más fuerza la formación de profesionales capaces no

sólo de resolver con eficiencia los problemas de la práctica profesional sino también, y

fundamentalmente, de lograr un desempeño profesional ético y responsable (p. 09).

CRITERIOS PARA UNA PROFESIÓN

Según Leddy y Pepper(1984) indican que:

Si bien a la enfermería se le ha dado el nombre de profesión durante muchos años, su


evaluación, relacionada con los criterios para ejercerla, indica que sería más exacto
afirmar que la enfermería es una "profesión que está surgiendo". Se han propuesto
diversas opiniones para evaluar la calidad de profesión, que pueden categorizarse en
características intelectuales, elementos prácticos, elementos de servicio a la sociedad, y
autonomía.

Características intelectuales

En realidad, la categoría de las características intelectuales consta de tres elementos


diferentes: un conjunto de conocimientos en el que se fundamenta la práctica de la
profesión, educación especializada para transmitir el conjunto de conocimientos y
empleo de los mismos en el pensamiento crítico y creativo.
Conjunto de conocimientos

La práctica profesional se basa en un conjunto de conocimientos; esta base contribuye a


tener un juicio y un fundamento para modificar los actos de acuerdo con la situación. No
obstante, la educación en enfermería suele hacer hincapié en el método de "ensayo y
acierto" para responder en determinados tipos de situaciones. Este método educativo tal
vez pueda explicar porqué muchas enfermeras no están dispuestas o son incapaces de
aplicar los conocimientos a la resolución de problemas clínicos; tratan de encontrar la
"respuesta correcta" y hacen las cosas como siempre, por ello los pacientes son dados de
alta sin instrucciones porque "el médico no escribió una orden" y no se aplican
medicamentos contra el dolor porque "todavía no han pasado cuatro horas". Hay quienes
cuestionan si la enfermería posee un conjunto de conocimientos inherentes a ella o si la
ciencia de la enfermería es una aplicación de conocimientos tomados de las ciencias
físicas, del comportamiento y de la medicina. En el pasado, la enfermería obtuvo su base
de conocimientos mediante la intuición, y experimentación, y adquiriendo experiencias
de otras disciplinas, pero en años recientes han surgido teóricos que han elaborado
esquemas especialmente relevantes para la enfermería

Educación especializada

La enfermería transmite conocimientos a través de la educación especializada; no


obstante, existen cinco niveles de educación básica para la enfermería general, los cuales
preparan a las estudiantes para un examen de licenciatura, el Examen de Licenciatura
como Enfermera titulada del Consejo Nacional, en Estados Unidos (National Council
Licensure Examination for Registered Nursing - NCLEX). Tres de los cinco niveles
(diploma, grado técnico y licenciatura) aceptan egresados de educación media superior,
en tanto que los otros dos (maestría y doctorado) admiten graduados universitarios con
especialización en humanidades. La capacidad esperada de los egresados de un
programa nuevo que concede un diploma es semejante a la de los graduados de un
programa técnico. Algunas de las aptitudes que se esperan de los egresados de un curso
de licenciatura son semejantes a las que poseen los graduados de programas técnicos o
que conceden un diploma, pero muchas son completamente diferentes.
Las escuelas de enfermería que conceden un diploma están controladas por el consejo de
directores del hospital. Este tipo de programas tiene una duración de dos a tres años y
toda o casi toda la experiencia práctica se realiza en el hospital donde se lleva a cabo la
capacitación. Como muchas escuelas que conceden un diploma no pueden otorgar
créditos universitarios en los cursos de enfermería, están afiliadas a una universidad para
proporcionar los títulos correspondientes a las áreas de humanidades y ciencias. Otras
escuelas incluyen en sus cursos de enfermería temas relacionados con las ciencias físicas
y del comportamiento. En ciertos estados de la Unión Americana existen programas de
nivel técnico o licenciatura que tienen como base un hospital; en estos casos, el estado
concede un permiso legal al hospital para que pueda otorgar el título académico. En las
escuelas que conceden diplomas se hace hincapié en que los estudiantes posean las
habilidades necesarias para la atención hospitalaria de pacientes gravemente enfermos.

Las capacidades mínimas (NLN, 1982, p. 18) esperadas de los recién egresados
de programas que conceden un diploma incluyen:

1. Crear una base de datos de enfermería para individuos que tengan necesidades
de salud bien definidas con resultados predecibles o impredecibles.

2. Elaborar planes individuales de atención de enfermería mediante el empleo de


la base de datos incorporando principios de organización y administración.

3. Ejecutar medidas independientes de enfermería incluyendo medidas


preventivas, de habilitación y de rehabilitación, de acuerdo con las necesidades
manifestadas por individuos y familias.

4. Iniciar esfuerzos para mejorar la práctica mediante la evaluación de la eficacia


de la atención de enfermería y tomar las medidas más convenientes.

Muchos programas técnicos se encuentran en colegios tecnológicos de nivel superior,


aunque algunos forman parte de una universidad. Se trata por lo general de cursos
académicos de dos años de duración y los estudiantes obtienen alrededor de 60 créditos
universitarios, de los cuales, aproximadamente la mitad, corresponden a la enfermería y
la otra mitad a humanidades y ciencias. El estudiante tiene experiencia práctica en
diversas instituciones (agudas y a largo plazo) y se concede gran importancia a la
atención de individuos con necesidades predecibles de restablecimiento de la salud.

Las capacidades mínimas (NLN, 1982, p. 18) de los egresados de programas a


nivel técnico incluyen:

1. Establecer una base de datos de enfermería para individuos que tengan


necesidades comunes de salud bien definidas con resultados predecibles.

2. Desarrollar planes individuales de cuidados de enfermería mediante el empleo


de la base de datos y consultando con otros miembros del personal de enfermería.

3. Cumplir con la atención de enfermería implantando planes de cuidados de


acuerdo con la prioridad de las necesidades y los procedimientos establecidos de
enfermería.

4. Participar en la evaluación y reorientación del plan global de atención de


enfermería, haciendo uso de los criterios establecidos.

Los programas de licenciatura tienen una duración de cuatro o cinco años académicos
(120-140 créditos). Entre la mitad y dos terceras partes del plan de estudios
corresponden a humanidades, ciencias y cursos complementarios, mientras que el resto
pertenece a la enfermería. Se prepara al egresado para atender individuos, familias y
grupos en una amplia variedad de entornos institucionales y comunitarios con el fin de
prevenir enfermedades, conservar la salud y también reestablecerla.

Las mínimas aptitudes (NLN, 1982, p. 18) que deben tener los egresados de
programas de licenciatura son:

1. Sintetizar una base de datos de enfermería para determinar necesidades y


potencial de salud de individuos y grupos sociales.

2. Elaborar planes individuales de atención de enfermería utilizando la base de


datos en ambientes estructurados y no estructurados para individuos y grupos sociales
sanos o enfermos, en colaboración con otros miembros del equipo de salud.
3. Poner en práctica la atención de enfermería de acuerdo con la condición actual
y el potencial futuro de salud de los individuos o grupos sociales sobre la base de teoría
e investigación de enfermería.

4. Evaluar la eficacia de los planes de atención y de las medidas de enfermería, y


revisar o considerar, si es conveniente, otros métodos.

Poder, autoridad, y nivel profesional suelen relacionarse con una educación de posgrado,
aunque en 1980 menos del 30% de las enfermeras en ejercicio poseían una educación a
nivel licenciatura o superior.

¿Podrá considerarse la enfermería como una actividad verdaderamente profesional


mientras un certificado de educación media superior baste para ingresar en tres
diferentes programas educativos cuando la mayoría de egresados cuentan tan sólo con
un nivel técnico o inferior? Sin embargo, la comparación de las expectativas sobre los
egresados presenta muchas semejanzas. Se han suscitado controversias respecto a la
supuesta calidad de los distintos tipos de modelos educativos en vez de hacerlo sobre las
diferencias de sus objetivos. Las enfermeras deben refutar la suposición persistente de
que "una enfermera es una enfermera..." y pasar a la aceptación definitiva de la
naturaleza del ejercicio profesional, distinta de la práctica de apoyo en las funciones de
enfermería.

Pensamiento crítico y creativo

La esencia de la práctica profesional es un proceso de pensamiento lógico y crítico. El


"proceso de enfermería" es en realidad el método de resolución de problemas, un sistema
para recopilar y organizar información, decidir qué se necesita, seleccionar y poner en
práctica un método entre varios posibles, y evaluar los resultados del proceso. La
mayoría de las enfermeras resuelven problemas todos los días; no obstante, la principal
falla parece consistir en "lanzarse" a actuar sobre la base de una información inadecuada
y carencia de ideas para seguir otros métodos.

Elementos prácticos

No existe duda de que la enfermería incluye "habilidades especializadas que son


esenciales para el desempeño de una función profesional única" (Normas de ANA sobre
Educación de Enfermería, 1975, p. 3), aunque es cierto que las habilidades que
constituyen la práctica de la enfermería han cambiado con el transcurso de los años.
Algunas de las destrezas requeridas para desempeñar las responsabilidades profesionales
actuales incluyen coordinación de la atención prestada por una amplia gama de
trabajadores de la salud; pensamiento y juicio críticos en ambientes de Criterios para una
profesión atención ambulatoria y de cuidados intensivos; comunicación y colaboración
con usuarios, sus familias y los miembros del equipo de atención de la salud; actuar
como defensor y líder para lograr que se produzcan los cambios necesarios en el sistema
de atención de la salud, mayores habilidades de valoración para determinar cuál es la
información básica para el proceso de enfermería, y competencia en las técnicas de
diagnóstico y terapéutica.

Servicio a la sociedad

Desde tiempos de Florence Nightingale, la enfermería se ha relacionado con la


prestación de servicios a otras personas. Muchas estudiantes siguen ingresando en la
enfermería "para ayudar a la gente", imagen de la enfermera que también comparte el
público. Esta imagen altruista constituye un recurso no aprovechado que la enfermería
podría convertir en poder legislativo para incrementar la autonomía legal y proveer lo
necesario para el reembolso de terceras partes por servicios de enfermería (consultar el
Capítulo 17, "El promotor del papel de la profesión"). El servicio profesional a la
sociedad exige integridad y responsabilidad en la práctica ética y un compromiso de toda
la vida. Muchas practicantes consideran la enfermería como un trabajo y no una
profesión. Las estadísticas de The American Nurses Association (ANA) de 1980 indican
que el 75% de las enfermeras tituladas trabajan activamente en la enfermería (Johnson y
Vaughn, 1982, p. 499). Muchas enfermeras "abandonan" para dedicarse a su familia o
trabajan fundamentalmente para complementar el ingreso familiar. En estas
circunstancias, la tendencia es buscar la seguridad en el trabajo y evitar "hacer zozobrar
el bote". Las instituciones que emplean enfermeras explotan sin mayor problema esta
actitud. No obstante la alta proporción de pacientes por enfermera, rotación de turnos,
asignaciones temporales para "cubrir" otras unidades (flotación) y constantes cambios en
la asignación de los pacientes, algunas enfermeras se organizan para conservar el status
quo; en estos casos, la orientación del servicio ha pasado del bienestar de los pacientes al
bienestar de la institución que les da empleo. Servir a la gente implica responsabilidad
ética; en otras palabras, la enfermera debe poseer la integridad necesaria para hacer lo
correcto, a menudo en situaciones que producen verdaderos dilemas morales. El
International Council of Nurses y la ANA han elaborado códigos para las enfermeras. La
creencia de que el beneficiario de la atención de enfermería tiene derechos básicos y que
las enfermeras son ante todo responsables frente a los usuarios, es inherente a todos
estos códigos. Más adelante, en este mismo capítulo, se analiza el código de la ANA.

Autonomía

Autonomía significa que los practicantes de una profesión controlan sus propias
funciones en el ambiente de trabajo. La autonomía implica independencia, disposición a
correr riesgos y responsabilidad de los propios actos, así como autodeterminación y
autorreglamentación. La mayoría de enfermeras trabaja en entornos institucionales
donde la autoridad se encuentra en puestos administrativos dentro de una organización
jerárquica, Socialización para el ejercicio profesional muy diferente de la medicina que
conserva poder político y credibilidad profesional a través de la competencia técnica y
de los conocimientos especializados. Las enfermeras tratan de conseguir una posición
ocupando cargos superiores en la jerarquía en vez de lograrlo a través de la experiencia
práctica. La enfermería carece de una identidad profesional colectiva. La actuación
unida de más de un millón de practicantes representa un inmenso poder potencial, pero
la enfermería ha sido fragmentada por los desacuerdos internos y la rivalidad. En lugar
de presentar un frente común, cada subgrupo se encierra en sí mismo dando como
resultado la impotencia política e ineficacia profesional. En esta sección nos hemos
referido al carácter compuesto de la profesión. La siguiente sección analiza las
características del individuo como miembro de la profesión de enfermería, lo que Styles
(1982, p. 8) denomina "calidad de profesional".

FACTORES DE LA PROFESIÓN

Según Tapp, Stansfield y Stewart (2005) refieren:


En la literatura sobre autonomía de enfermería se han dado muchas definiciones tales
como:

 RAE: "Condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie"


 Kramer y Schmalenberg: "Libertad para actuar en lo que se sabe"
 Keenan: "Considerar el juicio independiente para obtener un resultado
deseado"
 Blanchfield: "La habilidad para desempeñar funciones en forma
independiente, sin tener supervisión cercana"

Estos conceptos reconocen en común el tener conocimiento relacionado con lo que


compete y ser capaz de aplicarlo de manera independiente.

Habilidades relacionadas con la autonomía

La autonomía de enfermería ha sido identificada como una variable importante que


afecta la percepción de la enfermera en relación con su satisfacción en el trabajo, los
ambientes positivos de su práctica profesional y la calidad del cuidado de enfermería.

La autonomía se vio como una interacción entre los rasgos personales y las
preferencias y el contexto de las situaciones de la práctica, Las habilidades requeridas
incluyen:

 Habilidad para comunicar en forma clara los hallazgos críticos


 Habilidad de justificar la razón principal en la toma de decisiones
 Habilidad de negociar una solución adecuada cuando se trabaja en equipo
 Habilidad para establecer un plan de cuidado
 Habilidades de negociación y manejo inteligente del cambio.
 Confianza mutua en el conocimiento y juicio
 valoran mucho las oportunidades de aprendizaje
 Construcción de confianza y respeto a las diferencias en los juicios clínicos y la
toma de decisiones
La autonomía de enfermería no es solamente el ejercicio de la práctica
independiente, sino la aprobación del juicio crítico dentro de las "complejas redes
de las relaciones personales e institucionales que hacen posible la escogencia de
oportunidades reales" (22)

La autonomía no se define por los límites alrededor de las funciones


independientes o las tareas definidas por el campo de acción de la práctica. Sin
embargo, la autonomía disminuye cuando los enfermeros no pueden practicar,
aplicando toda su preparación, entrenamiento, habilidades, conocimientos,
competencia y juicio.

El incremento de la autonomía de enfermería requiere el apoyo dentro del ambiente


de la práctica para la educación continuada, la colaboración y las relaciones de
trabajo positivas. Esta exploración de la autonomía en la práctica de enfermería nos
recuerda que debemos preparar enfermeros que trabajen en contextos donde se
valore lo que ellos hacen. Deben estar preparados no sólo para actuar con decisión
basada en sus conocimientos clínicos y la valoración, sino también articular la
evidencia y el juicio que guían su práctica

Los ambientes que benefician estos aspectos son aquellos que explícitamente
valoran el conocimiento de enfermería, apoyan su desarrollo y fortalecen una
relación positiva entre los enfermeros y el equipo de salud.

JUSTIFICACIÓN DEL PROBLEMA

PROFESIÓN

Según Gómez, A (2007) en los últimos años se han caracterizado por una rápida

transformación hacia nuevas formas sociales. Los cambios que afectan a las profesiones

sanitarias y por tanto a la enfermería, son múltiples. Cambios internos de la profesión,

estructurales de los sistemas sanitarios y cambios externos globales de la sociedad. Estos

factores de cambio, se pueden agrupar en factores económicos, sociales, culturales,


políticos, demográficos, sanitarios y tecnológicos, pero lo importante es que todos ellos

están estrechamente relacionados y que en consecuencia los cambios que se producen en

un sector repercuten de forma directa o indirecta en el resto.

La enfermería como profesión de servicios está influenciada y condicionada por todos

estos cambios que crean nuevos escenarios de salud y sociales, que deben afrontar las

profesiones sanitarias. La profesión enfermera no puede plantearse solamente como

adaptarse a ellos, sino que debe entender cuáles son los valores, las necesidades y las

expectativas cambiantes de la sociedad y formarse para poder proporcionar unos

cuidados expertos y de óptima calidad.

El desarrollo profesional de la enfermería debe asentarse además de en una excelente

capacitación profesional, en normas y valores que están contempladas en el Código

Deontológico de la profesión.

Así mismo, son importantes, el movimiento mundial referente al concepto de “desarrollo

sostenible”, la diversidad cultural en la que estamos inmersos, así como el desarrollo de

la cultura por la paz, entendida como “conjunto de valores, actitudes y comportamientos

que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su dignidad y que pone en primer

plano los derechos humanos, el rechazo a la violencia en todas sus formas y la adhesión

a los principios de libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, así como la comprensión

entre los pueblos, los colectivos y las personas”.

Es necesario señalar la existencia de documentos que a modo de recomendaciones

señalan los cambios potenciales venideros. Entre estos está el documento de la

Organización Mundial de la Salud (OMS), “La política de salud para todos en el siglo
XXI”, que formula diez objetivos para poder atender y mantener el mejor estado de

salud de la población posible en los dos primeros decenios de este milenio. La décima

conferencia ministerial de la OMS sobre los cuidados enfermeros y obstétricos,

(Declaración de Munich: las enfermeras y matronas una fuerza para la salud) aborda el

rol esencial que tienen los seis millones de tituladas/os enfermeras/os en Europa y la

contribución que aportan al desarrollo sanitario y a la prestación de los servicios de

salud.

El documento de la OMS, que cuenta con el soporte de numerosas organizaciones

internacionales, entre ellas el Consejo Internacional de Enfermería (CIE), sobre

“Servicios de Enfermería”. Orientaciones estratégicas, para el período 2002-2008”,

establece los objetivos y estrategias a desarrollar y los resultados a lograr por las

tituladas/os enfermeras/os durante este período.

El CEI, entre las numerosas publicaciones, señala los documentos marcos que hacen

referencia a las competencias del enfermero/a generalista.

Por último destacar las investigaciones realizadas por L. Aiken, que demuestran como

disminuye la incidencia de problemas sanitarios y los índices de mortalidad, en los

pacientes hospitalizados, cuando estos son cuidados por tituladas/os enfermeras/os con

un alto nivel de formación.

A destacar los cambios legislativos ocurridos en estos últimos años, que tienen

repercusión en las profesiones sanitarias y específicamente en la profesión enfermera

como:
La Directiva de la Comunidad Económica Europea relativa al reconocimiento de

cualificaciones profesionales que dice: “Los Estados miembros asegurarán que el

conjunto del programa de enseñanzas se encuentran bajo la responsabilidad y dirección

del personal de enfermería de las Escuelas o de la institución de enseñanza reconocida

por la autoridad competente y según la legislación vigente”, estableciendo un currículum

para las/os enfermeras/os responsables de cuidados generales de una duración de 3 años

e 4600 horas, repartidas entre enseñanzas teóricas y clínicas, definiendo cada una de

ellas, de acuerdo a lo siguiente:

- “La enseñanza teórica” es el aspecto de la formación en cuidados de enfermería

mediante la cual el estudiantado adquiere los conocimientos, la comprensión, las

aptitudes y las actitudes profesionales necesarias para planificar, prestar y evaluar los

cuidados globales de salud. Esta formación es impartida por el personal permanente de

enseñantes en cuidados de enfermería, así como por otras personas competentes

designadas por la Institución de Formación, tanto en las Escuelas de enfermería como en

otros Centros de enseñanza, elegidos por la Institución de Formación.

- “La enseñanza clínica” es el aspecto de la formación de los cuidados de enfermería

mediante el cual el estudiantado de enfermería aprende, dentro de un equipo y en

contacto directo con un individuo sano o enfermo y/o con la colectividad, a planificar,

prestar y evaluar los cuidados de enfermería globales requeridos a partir de los

conocimientos y aptitudes adquiridos. O estudiantado no sólo aprende a ser un miembro

del equipo, sino también a ser una/un jefa/e do equipo que organiza los cuidados de

enfermería globales, entre los que se incluyen la educación para la salud de los
individuos y grupos en el seno de la Institución sanitaria, hospitales e Instituciones de

salud, así como en la comunidad, bajo la responsabilidad de los docentes.

Según Pérez, L. (2017) las necesidades de formación son:

Análisis y comprensión de las bases conceptuales de la calidad y los procesos de

evaluación de la atención en salud.

Implementación de los aspectos teóricos y metodológicos del cuidado de enfermería en

el contexto de los servicios críticos

Análisis y comprensión de las herramientas de gestión de la calidad para la

organización y funcionamiento de los servicios críticos.

Articulación de la teoría disciplinar y la investigación en enfermería a la práctica de

cuidado a personas en estados críticos de salud.

Desarrollo de propuestas de cambio hacia el mejoramiento continúo de la calidad de la

atención de enfermería.

Articulación de los elementos de la planeación, dirección, evaluación y monitoreo de

las acciones de cuidado.

Adecuación de la tecnología para el cuidado de enfermería

Fortalecimiento del liderazgo y la identidad profesional


Articulación de la teoría, la práctica y la investigación en el cuidado de enfermería en

estados críticos de salud.

TECNOLOGÍA

Según Tobo, 2000 indica que:

El cuidado descrito como eje de estudio de la profesión de enfermería, se define como


una ciencia y un arte que exigen conocimientos y actitudes especiales.

En relación con la tecnología, en Colombia y otros países existe evidencia de que


profesionales diferentes a los del área de la salud participan en trabajos de investigación
para mejorar las estrategias del abordaje a las personas que precisan del cuidado de los
profesionales de la salud.

Se crean equipos novedosos que van a ayudar en la labor de enfermeras(os), médicos,


odontólogos y demás profesionales de la salud. Muchos datos se obtienen por
computador; se pueden dirigir cirugías de un continente a otro; se busca información a
través de Internet; la realidad virtual es cada día más utilizada; se amplía el uso de la
multimedia en casa, en el colegio, en las universidades. Todo hace prever el anuncio de
un verdadero prodigio en tecnología.

En este presente lleno de violencia se ofrecen prótesis de brazos, piernas robotizadas, lo


que hace que muchas personas adopten este sistema para ayudarse en su rehabilitación,
así como la utilización de la televisión por parte de los cirujanos en cirugía neurológica,
urológica, ortopédica, cirugía general, ginecológica, y los procedimientos de
laparoscopia.

Quienes han observado de cerca los avances en elementos de microcirugía y cirugía


oftálmica, concluyen que en esta área existe un gran avance. Las prótesis para remplazo
de cadera elaboradas por grupos de profesionales en los que participan ingenieros
mecánicos y médicos colombianos, hacen pensar que la posibilidad de acceso de la
tecnología a las personas necesitadas, podría ser fácil, más económica y favorecer a la
persona.
En diferentes empresas de salud, de educación, de industria se están apoyando en la
tecnología actualizada, sea para manejar la información, o en sus diferentes procesos.
Los servicios de salud han tenido que entrar en la sistematización; la información se ha
vuelto universalmente accesible en el mundo, dando la opción de tenerla a mano en el
menor tiempo posible. No existen limitaciones geográficas que constituyan
inconvenientes ya que se facilita la comunicación entre unos y otros, a través de las
redes.

Otro proceso que nos ha tocado es la masificación; el manejo de temáticas de salud,


política, economía, a través de teleconferencias y programas de multimedia utilizados en
centros hospitalarios, colegios, universidades y hogares.

La realidad virtual permitirá participar en juntas, hacer negocios, intercambiar


documentos sin necesidad de moverse de la casa. Las imágenes creadas en tercera
dimensión con sensaciones auditivas, llamadas telefónicas, imágenes de vídeo, textos
escritos, correo electrónico. La conexión a través de la red permite el acceso a un
inmenso menú de películas, obras musicales y programas para seleccionar de acuerdo
con el propio gusto.

El mundo acelerado en el que vivimos ha hecho que estemos a la expectativa de lo


nuevo, de lo actual, relacionado con nuestra profesión o con temáticas de interés
particular según nuestras inquietudes. Esto a veces nos conduce al olvido de nosotros
mismos, o de los demás

Cuidado y práctica de enfermería como personas; con las que tenemos que interactuar en
nuestro diario vivir o en nuestra profesión.

Todos sabemos que la persona se halla en disposición de enfermar. La experiencia de


vivir y enfermar se convierte en aprendizaje. Es una experiencia que permite crecer a
quien la vivencia y a quien está cerca de quien la vive. La persona que transita por una
situación de enfermedad pide que le atendamos en su cuerpo, pero que tengamos
competencia para saber asistirle como persona, conociendo sus reacciones y su entorno.
Debe servir para comunicar a los demás, convirtiéndose en mensaje y en pedagogía.
Convencidos de que el hombre es una unidad y de que, al enfermar, se reciente todo en
él, es necesaria esta reflexión para iluminar todo el aspecto integral de la persona. La
enfermedad resquebraja en cuanto hay falta de coherencia, interés y seguridad; pero no
sólo afecta al cuerpo, sino a la persona en su totalidad.

La asistencia holística estará, por tanto, presente en todo aquello que es débil e inseguro,
e intentará reforzar todos los aspectos positivos de la persona. Se debe integrar la
vivencia práctica, los componentes de interrogante, la oscuridad y debilidad que la
persona enferma siente y también todas sus ansias, todo el esfuerzo que se hace para
cambiar los signos negativos en positivos.

Arthur Guirdhaml conceptúa: "El enfermar es, esencialmente, un incremento enérgico de


la conciencia de nosotros mismos, inducida por los síntomas que experimentamos ( ... )
Las sensaciones de dolor, fatiga, náuseas, aumentan la sensación de nuestra propia
soledad. La enfermedad es, también, un intento por parte del individuo para comunicarse
con el mundo, desde su propia postura de soledad y aislamiento, y su manera de
comunicarse debe adaptarse, en cierto modo, a la naturaleza de la comunidad con quien
desea relacionarse".

La actitud de la enfermera debe ir más allá de la misma ciencia que cada vez es más

compleja y exigente. La vida profesional de la enfermera se consagra a las personas que

necesitan ser cuidadas. La alta tecnología nos ayuda, nos facilita el trabajo, pero
debemos

estar preparados para asumirla sin olvidar a la persona. Hemos de retomar espacios que

generan compromiso con el otro, para disipar la angustia que se genera a partir de la

información dada que corresponde a otra persona, la explicación fallida respecto a un

procedimiento, la falta de permiso para un acto quirúrgico, la comunicación para un


traslado,

para un examen.

En los momentos actuales de alta tecnología, de problemática política y económica


difícil de resolver, la comunicación y la coordinación entre unos y otros se hace más
compleja, sobre todo a medida que la institución se hace más grande, se vuelve más
complicada la relación con los otros y aumenta la insatisfacción frente a lo que significa
la indiferencia por parte de las personas que laboran en los hospitales.

Por tanto, debemos recordar que el cuidado de enfermería es más que un acto
profesional, más que un simple encuentro con el otro; entraña respeto, amor, dedicación,
crecimiento mutuo. Para ese crecimiento, quienes nos preparamos como profesionales
de la salud debemos estar al día en avances, en procesos, ya que la formación continuada
se hace necesaria en cantidad y calidad suficiente para dar un cuidado de enfermería
auténtico.

La individualización del cuidada está implícita en la relación con la persona que necesita
nuestro cuidado. Tiene una exigencia que arranca desde la técnica, pero no es la única ni
la principal. El cuidado a las personas requiere la preparación técnica adecuada, pero
reclama imperiosamente un mayor conocimiento de lo que es el ser humano (la
persona), su sentido del respeto que nos merece.

SOCIEDAD

Rodríguez, 2014 indica que:

Cuidar en la sociedad no es tarea fácil, implica responder a las necesidades particulares


de la persona y de su entorno. La necesidad de cuidar ha sido siempre universal y es la
esencia de la disciplina científica de Enfermería. El entorno actual de la salud se
caracteriza por el conflicto entre las restricciones económicas y la creciente necesidad y
demanda de cuidados de la población, teniendo importantes repercusiones para esta
última cuando los sistemas sanitarios desatienden 'los cuidados' y terminan por
invisibilizar los cuidados específicos de enfermería en el ámbito social.

Enfermería, como profesión de servicio, está influenciada y condicionada por esta


situación. En la práctica, no sólo desarrolla técnicas aplicadas, sino también
conocimientos teóricos pertinentes a su actividad, al qué y al cómo de su ejercicio
profesional. Conocimientos, que tienen afinidades con otras disciplinas, pero que se
prueban y legitiman en el campo de una práctica propia y específica de enfermería.
Tanto en el Sistema Nacional de Salud, como en el sistema sanitario público de
Extremadura desarrolla su trabajo de forma específica y diferenciada, constituyendo el
colectivo profesional más numeroso dentro del mismo, y el más necesario, ya que son
quienes aseguran la continuidad del servicio que se presta, teniendo un papel importante
en la calidad como en los costes del Servicio de Salud.

En este sentido, da prueba de ello, las investigaciones realizadas por Aiken, que
demuestran «cómo disminuyen la incidencia de problemas sanitarios y los índices de
mortalidad, en pacientes hospitalizados, cuando son cuidados por profesional titulado en
enfermería, con un alto nivel de formación». También la Organización Mundial de la
Salud afirma cómo: «las aportaciones de las enfermeras/os en cuanto a la reducción de la
morbilidad y discapacidad de la población, así como en la promoción de estilos de vida
sanos».

Encontramos continuas referencias a la importancia del cuidado de enfermería para el


mantenimiento y mejora de la vida humana, sin embargo, son menos los estudios
referentes al valor social de la enfermería y cuál es la visión de la sociedad respecto a la
labor de la misma. Y ello depende del propio colectivo, con sus componentes
individuales, de manera que el grado de conciencia individual respecto a la profesión
determinará en gran medida los resultados de la labor colectiva. En consecuencia,
determinar qué espera la ciudadanía de la enfermería es determinar, en muchas
ocasiones, lo que la enfermería está dispuesta a ofrecer. Teniendo presente que el
reconocimiento deberá venir de la aprobación que de su actividad le da a quien cuida y
que atiende, y no de la consideración de otros profesionales, organizaciones o colectivos
no partícipes en el proceso.

Que una profesión busque un reconocimiento social dice mucho de ella, porque si una
profesión no reconoce lo que ofrece a la sociedad y el papel que representa, genera un
sentimiento de malestar en quienes forman parte de ella, pero también la demanda de
este reconocimiento se convierte en muchos momentos en un afán más de
autoafirmación que en demostrar y fortalecer lo que representa y ofrece la profesión.

La función social de la enfermería es puesta de manifiesto al reconocer que es una


actividad social mundial, siendo el «cuidado de enfermería» el servicio propio que
aporta a la sociedad. Pero, aun siendo un servicio valioso, se convierte en una tarea
invisible socialmente, más invisible aún que las faenas rutinarias, pero que posee una
gran importancia social, un valor económico considerable y relevantes implicaciones
políticas, porque Enfermería se convierte en fuerza social, tiene la capacidad de inferir
en la sociedad, en los demás, y también no sólo en la población en general, sino dentro
del propio sistema sanitario.

Hoy más que nunca se hace necesario que las enfermeras y enfermeros nos preocupemos
y otorguemos la importancia que adquiere esta dimensión. Es esencial transmitirlo en
todo lo que hacemos. Somos trabajadoras y trabajadores de nuestra profesión y siempre
debe percibirse que perseguimos la excelencia. Las personas y el conjunto de la sociedad
se benefician de nuestras aportaciones, pero debemos hacer más, hay que infundir
conciencia social en cada profesional de Enfermería.

El modo en que los demás nos perciben y el modo en que nos comportamos, puede ser
decisivo para establecer nuestra participación en la construcción y desarrollo de las
políticas públicas de salud, que en el contexto real, hoy es todavía desalentador, aunque
tengamos representantes en las organizaciones y en instituciones específicas de la
profesión, no se ha logrado consolidar la intervención efectiva en la toma de decisiones
dentro de la estructura del sistema de salud. La profesión de enfermería está aún lejos de
ser un actor protagónico en las políticas públicas de salud, aunque seamos el colectivo
más numeroso del sistema sanitario no es suficiente para tener un lugar de opinión sobre
las situaciones de salud y de tomar decisiones. Falta empoderamiento y actitud, pero con
querer y poder no basta. Se requiere del apoyo individual y colectivo, acompañado de
cambios en las instituciones y en la visión que la sociedad en su conjunto tiene de la
Enfermería. Nuestros esfuerzos deben ir encaminados a buscar alternativas para tener
una mayor participación en la formulación de políticas de salud y ser líderes en ello. En
consecuencia, potenciar una política de solidaridad más que una filosofía del
enfrentamiento dentro del espacio profesional, e ir al encuentro de alianzas y no de
competidores/as en la organización, así como valorar la profesión, sin sentirse
continuamente en lucha jerárquica con otras profesiones sanitarias.
TEORÍA DEL PROCESO DE ENFERMERÍA

IDA JEAN ORLANDO

ANTECEDENTES Y REFERENCIAS

Según Marinner, A (1994):

Ida Jean Orlando nació el 12 de agosto de 1926. En 1947 se diplomó en enfermería en el


New York Medical College, Escuela de Enfermería del Flower Fifth Avenue Hospita, en
Nueva York. Obtuv el B.B. en Enfermería de la Salud Pública en la Universidad St.
Jhons de Broklyn, Nueva York, en 1951, y en 1954 recibió el M.A. en Asesoría para la
Salud Mental por la Escuela de Profesores de la Universidad de Columbia, Nueva York.

Después de obtener un máster en 1954, Orlando se trasladó a la Escuela de Enfermería


de Yale, en New Haven, Conneticut, donde permaneció durante 8 años como
investigadora asociada e investigadora principal en un proyecto federal titulado
“Integración de los conceptos sobre salud mental en un programa básico”, hasta 1958. El
proyecto se centraba en identificar los factores que influyen sobre la integración de los
conceptos de salud mental en un programa básico de enfermería. Expuso sus hallazgos
en 1958 en su primer libro: The Dynamic Nurse-Patient Relationship: Function, Process
and Principles of Professional Nursing Practice (La relación dinámica entre enfermera y
paciente: función, proceso y principios de la práctica profesional de enfermería).
De 1962 a 1972, Orlando fue asesora de Enfermería Clínica en el Hospital McLean de
Belmont, Massachusetts. Desde ese cargo estudió las acciones de los enfermeros/as con
los pacientes, con otro enfermeros/as y con otros miembros de la plantilla, así como el
modo en que estas actividades afectaban a la ayuda que los enfermeros/as prestaban a
los pacientes.
En 1967, mientras trabajaba en el Hospital McLean, Orlando publicó en Psychiatric
Opinion un trabajo titulado “La situación del paciente y la función de la enfermera”. En
1972 publicó su segundo libro: The Discipline and Teaching of Nursing Process: An
Evaluative Study (La disciplina y la enseñanza del proceso de enfermería: un estudio
evaluativo).
En 1990, la Liga Nacional de Enfermería reeditó la publicación realizada por Orlando en
1961. En el prólogo de esta edición de la NLN, Orlando afirma: “Si hubiera sido más
valiente en 1961, cuando escribí este libro, lo habría presentado como una teoría del
proceso de enfermería” en vez de como una “teoría para la práctica eficaz de la
enfermería”.
La teoría de enfermería de Orlando hace hincapié en la relación recíproca entre el
paciente y el enfermero/a. A ambos les afecta lo que el otro diga o haga. Orlando facilita
con ello el desarrollo de los enfermeros/as como pensadores lógicos y no como simples
ejecutores de las órdenes del médico. Fue una de las primeras enfermeras que hizo
hincapié en los elementos del proceso de enfermería y en la importancia crítica de la
participación del paciente durante el proceso de enfermería (pp. 341 – 342).

TERMINOLOGÍA

Según Marinner (1994, p.343)

Responsabilidad de la enfermera:

“Cualquier tipo de ayuda que el paciente pueda requerir para satisfacer sus necesidades
(es decir, asegurar su bienestar físico y mental en lo posible, mientras es sometido a
cualquier tipo de tratamiento o supervisión médica)

Necesidad:

Se define situacionalmente como un requerimiento del paciente que, si se satisface, evita


o disminuye su estrés inmediato y mejora su sensación inmediata de comodidad o
bienestar.

Conducta presentada por el paciente:

Cualquier conducta observable, verbal o no verbal.

Reacciones inmediatas:

Abarcan las percepciones, pensamientos y sentimientos, tanto del enfermero/a como del
paciente.
Disciplina del proceso de enfermería:

Interviene la comunicación por parte del enfermero/a al paciente de su reacción


inmediata, identificando claramente que la idea expresada pertenece al enfermero/a y
solicitando luego su validación o corrección.

Mejoría:

Significa evolucionar a mejor, sacar provecho, utilizar ventajosamente.

Propósito de la enfermería:

Proporcionar al paciente la ayuda que requiere para satisfacer sus necesidades.

Acción automática:

Son las acciones de enfermería que se deciden por razones ajenas a las necesidades
inmediatas del paciente.

Acción deliberada:

Son las acciones que se deciden después de averiguar una determinada necsidad del
paciente para satisfacerla.

METAPARADIGMAS

Según Marinner (1994, pp.343-344)

Enfermería

El principal supuesto de Orlando sobre la enfermería es que es una profesión


independiente que funciona de una manera autónoma. Aunque históricamente la
enfermería ha sido alineada con la medicina son dos profesiones claramente separadas.
Estos supuestos se reflejan en la definición de Orlando de la función de la enfermería
profesional.

Orlando afirma que la función de la enfermería profesional se conceptualiza como la


averiguación y la atención a las necesidades de ayuda inmediatas del paciente. Esta idea
puede desarrollarse las completamente mediante el enfoque de Orlando sobre proceso de
enfermería, que, según su propuesta, estaría compuesto por los siguientes elementos
básicos: la conducta del paciente, la reacción del enfermero/a y las acciones de
enfermería que se establecen para beneficio del paciente. La interacción de estos
elementos entre si constituye el proceso de enfermería.

Otro de los supuestos que propone Orlando es que los enfermeros/as deben aliviar el
malestar físico o mental y no deben aumentar el distrés del paciente. Este supuesto se
hace evidente en el concepto de Orlando de mejoría de la conducta del paciente como
resultado esperado de las acciones de enfermería.

Lo que a Orlando le interesa es proporcionar una asistencia directa al individuo, sea cual
sea la situación en que se encuentre, con el fin de evitar, aliviar, disminuir o curar su
sensación de importancia.

Persona

Orlando asume que las personas presentan conductas verbales y no verbales. Este
supuesto se hace evidente en el énfasis que pone Orlando en la conducta. Orlando
admite que las personas son capaces de satisfacer sus propias necesidades de ayuda en
algunas situaciones, pero que sufren cuando son incapaces de hacerlo. Esta es la razón
por la cual Orlando asegura que a los enfermeros/as profesionales sólo deben inquietarle
aquellas personas que son incapaces de expresar claramente su necesidad de ayuda.
Opina también que cada paciente es único e individual en su respuesta, que un
enfermero/a profesional puede reconocer que la misma conducta en pacientes diferentes
puede indicar necesidades totalmente distintas.

Salud

Orlando no define la salud, pero admite que la ausencia e sufrimiento mental o físico y
la sensación de comodidad y bienestar contribuyen a la salud.

Entorno

Orlando no define entorno. Asume que la situación de enfermería se da cuando existe un


contacto entre enfermero/a y paciente y que tanto el enfermero/a como el paciente
perciben, piensan, sienten y actúan en la situación inmediata. Sin embargo, destaca que
un paciente puede reaccionar sufriendo ante cualquier aspecto de un entorno que ha sido
diseñado con fines terapéuticos y de ayuda.

CRITICA

Claridad

El primer libro de Orlando, the dynamic nursepatient relationship, presentaba claramente


los conceptos. En su segundo libro, the discipline and teaching of nursing process, se
redefinía y redenominaba el proceso de enfermería deliberada como disciplina del proceso
de enfermería.

Debido a su evolución de la teoría, el lector debe estar familiarizado con ambos libros para
evaluar globalmente la teoría.

Sencillez

su teoría puede ser considerada como:

 Simple: Dado que maneja un número relativamente pequeño de conceptos y sus


relaciones mutuas.
 Simplista: debido a que hace algunos enunciados predictivos en vez de limitarse a la
descripción y explicación

ANALISIS TEORICO

La teoría de Orlando es inductiva. Elaboro ficheros con sus observaciones de las

situaciones enfermero – paciente durante un periodo de tres años. Después de analizar el

material comparo los resultado “positivos” con los “negativos”. Definió como buenos los

resultados de enfermería cuando mejoraba la conducta del paciente y como malos cuando

no existía mejoría.
Orlando llego a la conclusión que de que el empleo de la disciplina del proceso por parte

del personal de enfermería contribuía una medida efectiva para alcanzar buenos resultados.

Sobre esta base fue sobre la que Orlando sintetizo su teoría.

Aplicando los criterios de Avant y Walker para el análisis de teoría, la teoría de Orlando

resulta lógicamente adecuada. Teniendo en cuenta que la argumentación inductiva puede

llevar a conclusiones falsas incluso cuando las premisas son verdaderas, las conclusiones de

Orlando parecen razonables. La estructura de las relaciones resulta clara y suficientemente

precisa, y es posible representar las relaciones esquemáticamente. Las relaciones progresan

a partir de la existencia de enunciados condicionales para la predicción y el control. Las

predicciones que realiza Orlando resultan aceptables para la profesión de enfermería, dado

que la mejora en el cuidado de los pacientes siempre es valiosa. No existen falacias lógicas

dentro de la teoría de Orlando debido a que las relaciones están suficientemente

desarrolladas.

Aceptación por la comunidad de enfermería

Practica

La teoría de Orlando es claramente aplicable a la práctica de enfermería. Peitchinis sugiere

que las medidas deliberadas de Orlando reflejan los elementos de una relación terapéutica,

que incluye la expresión de empatía, cordialidad y genuinidad.

Recientemente Schmieding se refirió a las ventajas de adoptar la teoría de Orlando en un

departamento de enfermería trayendo diversos beneficios, entre ellos se incluyen el

aumento de la efectividad para cubrir las necesidades de los pacientes, la mejora de la


capacidad de toma de decisiones, una mayor efectividad en la resolución de conflictos así

como un mayor sentido de identidad y unidad.

El proceso de enfermería de Orlando se centra en todo contacto inmediato enfermero –

paciente. La observación de las conductas verbales y no verbales del paciente proporciona

los datos para determinar el nivel de sufrimiento del paciente cuando se emplea la

disciplina del proceso. Después el enfermero emprende acciones para satisfacer las

necesidades del paciente y finalmente el enfermero investiga las nuevas observaciones para

aprender que acción alivia realmente el sufrimiento (evaluación).

Formación

La teoría de Orlando es un sistema conceptual para el proceso mediante el que debería

practicarse la enfermería profesional. Orlando encontró que el entrenamiento en la

disciplina del proceso era necesario para capacitar a los enfermeros para el control del

proceso de enfermería y la consecución de una mejoría del paciente. Desarrollo por ello un

fichero del proceso, este “examen” fue diseñado para ayudar a los estudiantes a aprender la

forma de expresar sus reacciones a los pacientes y de interrogarles para su corrección o

verificación.

La teoría de Orlando se empleó como instrumento para el desarrollo de la teoría de la

interacción que se emplea actualmente en la enfermería psiquiátrica.

Winder identifica la necesidad de proporcionar un entorno facilitador e implatar el proceso

de cuidados en el plan de estudios de enfermería.


Investigación

La teoría de Orlando ha conseguido una aceptación considerable por parte de la enfermería

profesional y ha sido aplicada a una gran variedad de investigaciones. Muchos de los

estudios han proporcionado datos empíricos e la validez de las afirmaciones.

En 1988, Schmieding realizo un estudio empleando la teoría de Orlando, cuya conclusión

fue de que la calidad de enfermería queda reflejada en la calidad de la ayuda que los

enfermeros reciben de sus administradores en el proceso de solución de problemas.


REFERENCIA BIBLIOGRÁFICAS

Colegio Oficial de Enfermería (2012). 10 Propuestas para mejorar la actividad enfermera.


Recuperado de
https://www.agoradenfermeria.eu/magazine/articles/031_codita2_es.pdf

Leddy y Pepper (1989) Bases conceptuales de la enfermería profesional. New York.


USA. Harper & Row, Publishers, Inc.

Marinner, A (1994). Modelos y teorías en Enfermería. Madrid: Mosby/Doyma Libros.

Navarro, D (2018). Cronograma de Práctica de Epistemología de la Enfermería.


Nuevo Chimbote: Universidad Nacional del Santa.

Núñez, C, y Carrión, A. (20 de febrero de 2013). 3Aspectos claves en el desarrollo de la


enfermería. Recuperado de:

https://www.cuidando.es/3-aspectos-claves-en-el-desarrollo-de-la-enfermeria-
24h24p/

Marriner, A. (1989). Modelos y teorías de enfermería. Barcelona: Elvesier.

Revista Enfermería Universitaria ENEO-UNAM. (4 Octubre-Diciembre 2008). Identidad


Profesional en Enfermería: Construyendo las bases para SER cuidador(a)
Profesional. México: Universidad Nacional Autónoma de México. (pp. 05 – 09).
Recuerado de:

file:///C:/Users/Usuario/Downloads/30150-64192-1-PB.pdf

Rodríguez, R (2014) Cuidados de enfermería y su valor social. Recuperado de:


http://www.hoy.es/extremadura/201411/04/cuidados-enfermeria-valor-social-
20141104001611-v.html
Simms, L., Price, S., Ervin, N. (1986) Administración de Servicios de Enfermería. México

DF, México: Nueva Editorial Interamericana. (CB: 610.183 S56 - 8683)


Tapp, Stansfield y Stewart (2005) La autonomía en la práctica de enfermería. Revista

Aquichan, p 1- 14. Recuperado de

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-

59972005000100012

Tobo, N (2000) La tecnología y el cuidado de enfermería. Recuperado de:


http://biblio3.url.edu.gt/Publi/Libros/CyPdeEnfermeria/11.pdf

Anda mungkin juga menyukai