Sharon Smith
Znet en español
14-06-2004
El derecho a elegir es solamente uno de los aspectos del tema mucho más amplio
de los derechos reproductivos, es decir, el derecho de la mujer a controlar su
cuerpo y su vida reproductiva. A pesar de que en las décadas recientes la batalla se
ha centrado alrededor del derecho al aborto, los derechos reproductivos incluyen
mucho más que el derecho a terminar un embarazo no deseado, involucrando
también el derecho a tener hijos frente a los programas racistas de esterilización
dirigidos a los afro americanos, nativos americanos y discapacitadas a lo largo de
gran parte del siglo XX en los EE.UU.
En los EE.UU. antes de que el aborto fuera legalizado en 1973, muchas mujeres
morían por complicaciones en los abortos. En Nueva York, el 50% de estas mujeres
que morían tras un aborto ilegal eran de raza negra, mientras que las
puertorriqueñas representaban el 44%.
Desde los años 70, muchos de los mismos estados que se opusieron a que Medicaid
se hiciera cargo de los costos de los abortos de mujeres pobres no han tenido
ningún problema en esterilizarlas gratuitamente. Esta es la razón por la cual los
derechos reproductivos, es decir el derecho a decidir si tener hijos o no, no es
solamente un asunto de mujeres. Es también un asunto de clase, un asunto racial,
un asunto de justicia global.
La Derecha Cristiana tiene sus orígenes en la Nueva Derecha de los años 80 que
originalmente no pretendió de ninguna manera basarse en motivaciones religiosas.
La observación del programa de la Nueva Derecha destruye el mito que sostiene
que estos sectores creían en la santidad de la vida humana. Este programa incluía,
por ejemplo, el apoyo a la pena de muerte, las armas nucleares y masivos recortes
al gasto social.
La Nueva Derecha se formó para oponerse a todos los triunfos logrados por los
movimientos sociales de los 60, no solamente los movimientos de mujeres, sino
también el "Poder Negro" (Black Power) y los movimientos por la liberación de los
homosexuales. La Nueva Derecha reunió en los años 80 a protestantes
fundamentalistas y antiguos segregacionistas.
Se podría argumentar que el ideal de "familia tradicional," el del marido que gana el
pan y la esposa que se queda en su casa, jamás ha existido realmente dado que
muchas mujeres de la clase trabajadora han trabajado siempre fuera de su casa.
Pero este ideal, de los programas de televisión "Ozzie y Harriet" y "Leave it to
Beaver," fue la base de la época reaccionaria de los 50. Y ésa es exactamente la
época a la cual las fuerzas de la Derecha Cristiana quieren volver.
En los 80, la piedra fundamental de la Nueva Derecha era no solamente la
oposición al aborto, sino también a la "Enmienda por la Igualdad de Derechos"
(Equal Rights Amendment, ERA) que había establecido la igualdad constitucional de
mujeres y hombres. La organización "Stop ERA" liderada por Phyllis Schlafly se
opuso tan fervientemente a esta enmienda como la organización "Derecho Nacional
a la Vida" (Nacional Right to Life) se opuso al aborto.
En los 90, la Derecha Cristiana apoyó la llamada "reforma" del estado de bienestar
de Bill Clinton que empujó a millones de familias, mujeres y niños a una mayor
pobreza, y trabajó a favor de programas que fomentaban la abstinencia entre los
adolescentes. Hoy, la Derecha Cristiana no solamente está detrás del apoyo de
Bush a la prohibición del casamiento entre homosexuales y sus ataques contra el
aborto, sino también del programa, que costará mil quinientos millones de dólares,
para promover el matrimonio en las áreas donde viven pobres de raza negra,
donde se cree que la familia tradicional está más amenazada por el fenómeno de
las madres solteras.
Vale la pena preguntar por qué la Derecha Cristiana está tan apegada a ese ideal
rígido de la familia tradicional cuando sólo el 9% de las familias de los EE.UU.
cumple con este modelo. ¿Por qué su idea de los "valores familiares" no puede
evolucionar para reflejar los cambios reales en las vidas de las personas?
No fue un accidente que Bill Clinton firmara el "Acta de Defensa del Matrimonio" en
1996 y promoviera la abstinencia entre los adolescentes mientras fue presidente.
Pero debemos hacer una pregunta: ¿Cómo ha podido la Derecha Cristiana cambiar
el clima político con tanto éxito? La respuesta es simple. La cruzada anti-aborto ha
estado basada en una estrategia que promueve la falsa impresión de que la mujer
elige el aborto por razones frívolas, y "egoístamente" demora los abortos por su
propia conveniencia.
En los últimos meses, miles de activistas alrededor del país en favor de los
derechos de los homosexuales han resucitado estrategias del movimiento por los
derechos civiles y han rechazado aceptar un No por respuesta al demandar la
licencia para casarse. De repente, el derecho al matrimonio entre personas del
mismo sexo, que parecía imposible unos meses atrás, parece estar al alcance.
Esto demuestra cuán rápido el clima político puede cambiar cuando un movimiento
de base empieza a presentar batalla. También podemos aprender una lección de los
movimientos de mujeres de los 60 y 70- el movimiento que ganó el derecho a
elegir en primer lugar.
La gente real está viviendo vidas que son completamente diferentes a los llamados
valores familiares de la Derecha Cristiana. Una de cada tres mujeres hoy ha tenido
un aborto. La mayoría de las personas conocen hoy a alguien que ha necesitado
uno.