La Historia de la educación sigue los avatares de la Historia y como tal contiene los
elementos esenciales de toda ciencia que tiene como objeto al propio sujeto de la
investigación, el hombre y la búsqueda racional del conocimiento de sí mismo. Del mismo
modo se trata de una respuesta útil y necesaria, la interacción entre pasado y presente
se proyectan hacia un futuro en el que hoy más que nunca la educación es el baluarte
transmisor de unos valores en constante fluctuación. La Historia de la Educación posee
una clara diferenciación de la Historia general, sin embargo, e debe intentar abrir una
línea de independencia de la Historia social, ya que la primera no solamente es una
ciencia histórica, sino que en ella confluye también la ciencia pedagógica.
La educación debe ser ciencia y debe ser arte. Una ciencia que respeta la evidencia y
que se preocupa de generar otra nueva; un arte que innova e inventa soluciones audaces
a problemas no resueltos. La Educación comparada tanto por su contenido como por su
metodología es necesaria para el historiador ya que le permite entender de forma global
la Historia de la educación.