Es la capa de tejido sensible a la luz que se encuentra en la parte posterior globo ocular.
Las imágenes que pasan a través del cristalino del ojo se enfocan en la retina. La retina
convierte entonces estas imágenes en señales eléctricas y las envía por el nervio óptico al
cerebro.
La retina por lo regular luce roja o naranja debido a que hay muchos vasos sanguíneos
justo detrás de ella. Un oftalmoscopio le permite a un proveedor de atención médica ver
a través de la pupila y el cristalino hasta la retina. En ocasiones, fotografías o exámenes
especiales de la retina pueden mostrar detalles que el proveedor no puede ver tan solo
mirando la retina a través de un oftalmoscopio. Si otros problemas oculares bloquean la
vista que el proveedor tiene de la retina, se puede utilizar una ecografía.
Cualquier persona que experimente los siguientes problemas de la visión debe hacerse
examinar la retina:
Cambios en la nitidez de la visión
Pérdida de la percepción del color
Destellos de luces o moscas volantes
Visión distorsionada (líneas rectas que lucen onduladas)
RETINITIS PIGMENTARIA
¿Qué es?
Cuando existe una RP, las células de la retina llamadas bastones y conos
mueren. En la retina hay dos tipos principales de células:
Herencia Autosómica Recesivo: Son los casos en los que los padres
del enfermo no padecen RP, pero ambos transmiten el gen
anormal y, al coincidir en el hijo, hacen que este desarrolle la
enfermedad.
Herencia autosómica dominante: Son los casos en los que la
enfermedad la padece uno de los padres y alguno de sus hijos.
Suponen entre el 6 y el 15% de los casos de RP. Suponen entre el 22
y el 26% de los casos de RP.
Recesiva ligada al cromosoma X: Son los casos en los que la
transmiten las madres, pero solo la padecen los hijos varones.
Suponen entre el 1 y el 10% de los casos de RP.
Herencia no definida: Son aquellos casos en los que el afectado es
el primero de su familia en padecer la enfermedad. Estos suponen
entre el 43 y 56% de los casos de RP.