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EL MATRIOMONIO

1. IMPORTANCIA

En el Derecho Internacional Privado, el matrimonio reviste especial importancia:

a) Por ser el origen de la familia en todos los Estados del mundo;


b) Por ser una institución existente en todos los ordenamientos jurídicos del
mundo, aún cuando en algunos Estados se le considere más bajo su
aspecto religioso;
c) Porque los modernos medios de comunicación y transporte, su bajo precio,
la proliferación de nuevas fuentes de trabajo que exigen migración masiva,
etc. Favorecen el desplazamiento del ser humano de un Estado a otro y
este hecho favorece los enlaces entre personas de diferentes
nacionalidades;
d) Por ser una de las instituciones jurídicas que provoca mayores conflictos.

2. CONCEPTO

Presentar una descripción objetiva del matrimonio una descripción


que respete todos los ordenamientos jurídicos y religiosos, es bastante
difícil. Portalis intentó presentar la definición, diciendo: ¿Qué es el
matrimonio, considerado en sí mismo e independientemente de todas las
leyes civiles y religiosas? Y responde así: “es la sociedad del hombre y de
la mujer que se unen para perpetuar su especie, para ayudarse a asistirse
mutuamente y así sobrellevar el peso de la vida, compartiendo una misa
suerte”. La Dra. Stella Maris Biocca nos presente una descripción que
pretende respetar los requisitos mínimos de una definición universal
jurídica; dice así: “El matrimonio es un acto jurídico bilateral constitutivo de
Estado”.

A través de la historia el matrimonio ha sido considerado como


institución de orden religioso, institución de orden civil, institución de orden
natural, etc. Y según sea su fundamento así será la legislación, aún hoy en
día podemos enfrentarnos a tales situaciones, solamente pensemos que
existen Estados cuyo ordenamiento jurídico es de naturaleza teocrática o
aquellos Estados con “religión oficial”, etc. Lo anterior nos ilustra el por qué
no existe en el mundo un consenso universal sobre las condiciones
intrínsecas a que está sujeta la validez del matrimonio, sus formalidades,
sus efectos jurídicos, su disolución.

3. REGULACION LEGAL

Dentro de la diversidad de legislaciones podemos establecer que


todas contienen disposiciones relativas a tres grandes aspectos,
importantes para nuestro estudio: a) las formalidades; b) la capacidad; y c)
los efectos. En nuestra materia la pregunta fundamental, es: ¿qué ley
regula cada uno de los aspectos antes mencionados?

3.1 LAS FORMALIDADES

Haciendo aplicación de la regla locus regit actum constatamos que


existe consenso en que las formalidades del matrimonio se rigen por la ley
del lugar de la celebración lex loci executionis, ya que se supone que el
matrimonio es consumado en el lugar de su celebración.

Al referirnos a “formalidades” involucramos a todos aquellos actos,


condiciones y requisitos que deben llevarse a cabo “antes” de la
celebración material del matrimonio, tales como capitulaciones
matrimoniales, contrato matrimonial (donde así se le llama), pruebas
materiales de soltería, certificados médicos, consentimiento de los padres
para los menores de edad, según la ley local), esponsales ( en donde éstos
sean un prerrequisito), fiancailles donde se exija tradicionalmente, la
naturaleza de los impedimentos, publicaciones, manifestaciones de
voluntad con relación a la nacionalidad, “permiso oficial” obtenido en y de
oficina pública ( como es el caso en la mayoría de los estados de Estados
Unidos de América); asimismo se involucran los requisitos “al momento” de
la celebración como por ejemplo presencia de testigos donde sea
necesarios, manifestación verbal, libre y consciente del consentimiento,
razonamiento de los documentos de identificación, presencia de intérpretes,
etc.; y finalmente las formalidades “posteriores” a la celebración, tales como
avisos a los respectivos registros, avisos a los consulados, extensión de
constancias por parte del ministro civil o religioso o del funcionario o
autoridad que autoriza el matrimonio, algunos consulados exigen se le
envíe copia del acta de matrimonio etc.

En este sentido se pronuncia la Conferencia de la Haya de 1896


que establece lo siguiente: ARTÍCULO 4. Será reconocido en todas partes
como válido, en cuanto a la forma, el matrimonio celebrado según la ley del
país en que ha tenido lugar. Sin embargo, queda entendido que los países
cuya legislación exige una celebración religiosa podrá no reconocer como
válidos los matrimonios contraídos por sus nacionales en el extranjero sin
observar esta prescripción.

Es entendido que las disposiciones de la ley nacional en materia de


publicaciones deberán ser respetadas. Del “acta de matrimonio” se enviará
una copia autenticada a las autoridades del país a que los esposos
pertenecen. La Convención de la Haya de 1902 dice: ARTICULO 5: Será
reconocido en todas partes como válido en la forma el matrimonio
celebrado según la ley del país donde haya tenido lugar. Es entendido sin
embargo que los países cuya legislación exige la celebración religiosa,
podrán no reconocer como válidos los matrimonios contraídos por sus
nacionales en el extranjero sin que esta prescripción haya sido observada.
ARTÍCULO 6: Se reconocerá en todas partes como válido en cuanto a la
forma el matrimonio efectuado ante un agente diplomático o consular, de
acuerdo a su legislación, sin ninguno de los contrayentes fuere nacional del
Estado en que se celebre o si ese Estado no se opone a él. ARTICULO 8:
El matrimonio nulo en cuanto a la forma en el país donde se hubiere
celebrado, podrá ser reconocido como válido en los demás países si se ha
observado lo prescrito por la ley nacional de cada una de las partes.

El Código de Derecho Internacional Privado, aplicable en Guatemala,


contiene lo referente a la forma del matrimonio en los artículos 37, 38, 40,
41 y 42.

3.2 LA CAPACIDAD

La capacidad para contraer matrimonio se regirá por la ley personal


de los contrayentes, esta ley, como la hemos estudiado anteriormente,
puede ser la de su nacionalidad o la de su domicilio, según la escuela que
prevalezca en dicho país. Algunos Estados, como Estados Unidos de
América regulan la capacidad por la ley del lugar de la celebración.

La ley personal admite la excepción de que la misma no debe ir


contra el orden público y las buenas costumbres del lugar de la celebración.
Por ejemplo, si un musulmán, que por su ley personal es capaz de contraer
matrimonio Poligámico, desea contraer un segundo o tercer o cuarto
Matrimonio en Guatemala sin que los anteriores hayan sido disueltos, no
podrá hacerlos legalmente porque nuestras leyes no admiten la poligamia;
sería algo que va contra las buenas costumbres de nuestro país.
Las Conferencias y Convenios de l Haya de 1893, 1900 y 1904, al
tratar sobre el matrimonió especificaron que el derecho a contraer
matrimonio es regido por la ley nacional de cada unos de los futuros
esposos a menos que dicha ley se refiera a la ley del domicilio o la ley del
lugar de la celebración.

El Código de Derecho Internacional Privado adopta las mismas


disposiciones en el articulo 36, con la diferencia que se refiere a la ley
personal; articulo 36: “Los contrayentes estarán sujetos a su ley personal en
todo lo que se refiere a la capacidad para celebrar el matrimonio al
consentimiento o consejo paternos, a los impedimentos y a su dispensa”.

3.3 EFECTOS DEL MATRIMONIO

En primer lugar lo referente a las relaciones personales de los


cónyuges en sus relaciones personales y en las cuales la organización
social está íntimamente interesada ¿Qué ley rige estas relaciones? La
doctrina y la legislación aportan diferentes respuestas a este respecto:

a) La Ley del domicilio;


b) La ley nacional del marido;
c) La Ley de residencia de los cónyuges, y
d) La ley personal común y en defecto la del marido.

En el continente europeo se ha llegado a consenso sobre que hoy


en día las relaciones de los esposos se rigen por la ley de nacionalidad de
los mismos, pero el modo de sancionarlos se rige por la ley del Estado en
donde se reclama la sanción. ¨(Convención de La Haya 1905, articulo 1).

En el continente americano el Código de Derecho Internacional


Privados distingue así:
a) El deber de protección y obediencia, la obligación de la mujer de
seguir a su marido, se rige por la ley personal de los cónyuges y si
fuere distinta por la de marido.
b) La obligación de fidelidad, cohabitación y ayuda mutua se rige por la
ley territorial (domicilio); y
c) Los efectos civiles afectados por el bígamo se rige por la ley local
(Domicilio),

En el artículos 43. Se aplicará el derecho personal de ambos


cónyuges y, si fuera diverso, el del marido, en lo que toque a los deberes
respectivos de protección y obediencia, a la obligación o no de la mujer de
seguir al marido cuando cambie de residencia, a la disposición y
administración de los bienes comunes y a los demás efectos especiales del
matrimonio. Artículo 44. La ley personal de la mujer regirá la disposición y
administración de sus bienes propios y su comparecencia en juicio.
Artículo 45. Se sujeta al derecho territorial la obligación de los cónyuges de
vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente. Artículo 46.
También se aplica imperativamente el derecho local que prive de efectos
civiles al matrimonio del bígamo.

En segundo lugar, lo relativo al aspecto económico, En General


podemos resumir las legislaciones existentes en dos grandes escuelas:

a) Aquellas que lo regulan en detalle en sus cuerpos legales y lo


imponen a quienes contraen matrimonio; y

b) aquellas que dejan a los futuros cónyuges adquirir y estipular


cualquiera de los regímenes matrimoniales aceptados en su
legislación, y además solo en caso de elección expresa establece un
régimen con carácter “supletorio.”

En algunos Estados del contrato matrimonial celebrado antes del


matrimonio estipula el régimen a adoptarse y dicho contrato es inimputable,
algunos Estados exigen además la publicación de dicho documento.

En el ámbito europeo la Convención de la Haya del 17 de julio de 1905


estipula lo siguiente: ARTICULO 2. – En ausencia de contrato los efectos
del matrimonio sobre los bienes de los esposos, tanto inmuebles como
muebles, son regidos por la ley nacional del marido en el momento de la
celebración del matrimonio. El cambio de nacionalidad de los esposos o
uno de ellos no tendrá influencia sobre el régimen de los bienes.
ARTICULO 3. – La capacidad de cada uno de los esposos para concluir un
contrato de matrimonio es determinada por su ley nacional en el momento
de la celebración del matrimonio. ARTICULO 4. – La ley nacional de los
esposos decide si ellos pueden en el curso del matrimonio, sea hacer un
contrato de matrimonio, sea rescindir o modificar sus convenciones
matrimoniales. El cambio que fuese hecho en el régimen de los bienes no
puede tener efecto retroactivo en perjuicio de los terceros. ARTICULO 5. –
La validez intrínseca de un contrato de matrimonio y sus efectos son
regidos por la ley nacional del marido en el momento de la celebración del
matrimonio, o, si él ha sido concluido en el curso del matrimonio, por la ley
nacional de los esposos en el momento del contrato. La misma ley decide
si, y en qué medida, los cónyuges tienen la libertad de referirse a una u otra
ley. Cuando se han referido a ella, esta última ley determina los efectos del
contrato de matrimonio. ARTICULO 6. – El contrato de matrimonio es válido
en cuanto a la forma, si él ha sido concluido sea conforme a la ley del país
donde ha sido hecho, sea conforme a la ley de cada uno de los futuros
esposos en el momento de la celebración del matrimonio, o todavía, si él ha
sido concluido en el curso del matrimonio, conforme a la ley nacional de
cada uno de los esposos. Cuando la ley nacional de uno de los futuros
esposos, o si el contrato es concluido en el curso del matrimonio la ley
nacional de uno de los esposos exige como condición de validez que el
contrato, aún si él es concluido en país extranjero, tenga una forma
determinada, sus disposiciones deben ser observadas. ARTICULO 7. – Las
disposiciones de la presente convención no son aplicables a los inmuebles
colocados por la ley de su situación bajo un régimen especial. ARTICULO
8. – Cada uno de los contratantes se reserva: 1) Exigir formas especiales
para que el régimen de los bienes pueda ser invocado contra tercero. 2)
Aplicar disposiciones que tengan por fin proteger los terceros en sus
relaciones con una mujer casada que ejerce una profesión sobre el territorio
de este Estado. Los Estados contratantes se obligan a comunicar las
disposiciones legales aplicables según el precitado artículo.

En el ámbito americano el Código de Derecho Internacional Privado


contiene a lo referente a esta materia en los artículos 44 (disposición y
administración de sus bienes propios par la mujer), y del 187 al 193 (del
contrato sobre bienes en ocasión del matrimonio), los cuales deben leerse
detenidamente. En lo referente a Guatemala véase el articulo 130 código
civil.

ARTICULO 130 CODIGO CIVIL. - (Cónyuges extranjeros). - El régimen de


bienes entre cónyuges extranjeros de una misma nacionalidad, se
determina, a falta de capitulaciones, por la ley personal que les es común
en el momento de la celebración del matrimonio; y si fueren de distinta
nacionalidad, por la del lugar en que los esposos fijaron el primer domicilio
conyugal. El cambio de nacionalidad de los esposos o de uno de ellos, no
tendrá influencia sobre el régimen de los bienes.

3.4 ESPONSALES O FIANCAILLES

Los esponsales o fiancailles es el acto por el cual el futuro esposo pode a


la futura esposa a quienes tienen sobre ella la patria potestad o tutoría y se
compromete a casarse con ella. En algunos países este acto reviste caracteres de
solemnidad y con un verdadero contrato; en oros países este acto no pasa de ser
un acto social el cual sin embargo crea ciertas obligaciones morales frente a la
futura esposa y frente a la sociedad. Desde el punto de vista legislativo, estas van
desde aquellas que se caracteriza por una regulación detallada, hasta las que
simplemente lo ignoran de aquellas que no estipulan nada por concepto de daños
y perjuicios en caso de incumplimiento hasta aquellas que exigen reparación del
daño material y moral.

4. GUATEMALA

En nuestro medio nuestra legislación contiene disposiciones referentes


al matrimonio, de extranjeros (ambos cónyuges), de extranjero con guatemalteca o
de extranjera con guatemalteco. El matrimonio celebrado en el extranjero (artículo
86 del Código Civil, artículos 61, 62 y 65 de la Ley de Migración y Extranjería,
artículo 24 y 26 de la Ley del Organismo Judicial) produce efecto en Guatemala si
se observaron los requisitos formales del país en que se celebró; la única
excepción es que haya existido alguno de los impedimentos estipulados en
nuestra legislación como cuestiones de orden público, la moral y buenas
costumbres.

4.1 REQUISITOS FORMALES

Además de los requisitos normales que nuestra legislación impone al


notario al autorizar cualquier matrimonio de guatemaltecos celebrado en
Guatemala, en el caso de los extranjeros, es necesario cumplir con los siguientes
requisitos formales adicionales:

Antes del Matrimonio

1. Probar fehacientemente la identidad personal con pasaporte o cédula de


identidad y certificación de la partida de nacimiento extendida por el
Registrador Civil del país de origen;

2. Probar fehacientemente la libertad de estado mediante declaración jurada


de libertad de estado autenticada por las autoridades diplomáticas o
consulares del país de su nacionalidad (artículo 64 de la Ley de Migración
y Extranjería). Dejemos constancia que la simple mención en el pasaporte o
cédula que el contrayente es soltero no basta ( artículo 96 del código civil);

3. Deberá hacerse publicación de edictos sobre la intención de contraer


matrimonio. Éstos serán en el Diario Oficial y en otro de mayor circulación:
3 veces en 15 días. Estas publicaciones tienen efecto durante seis meses y
si el matrimonio no se celebrare dentro de dicho tiempo deberá entonces
hacerse nuevas publicaciones (articulo 96 Código Civil);
4. Deberá celebrarse capitulaciones matrimoniales por lo menos cuando la
mujer sea guatemalteca (articulo 118 código civil).

Durante el matrimonio

Si el contrayente extranjero no hablare ni comprendiese el español,


deberá participar un intérprete. En el acta se deja constancia de cualquier
obligación alimenticia, dentro o fuera del país, que tuviese e contrayente
que hubiese sido casado anteriormente.

Después del matrimonio

1. Dar aviso al Registro Civil para que se registre el matrimonio y se


anote el registro de la partida de extranjero domicilado ( articulo 102
y 432 del Código Civil);
2. Dar aviso al Consulado correspondiente al país del cual el extranjero
o extranjera es originario, ya que los cónsules dentro de sus
funciones tienen la de llevar registro de sus nacionales y de los
cambios de estado civil de éstos; los cónsules de algunos Estados
están exigiendo en Guatemala que además se acompañe: una
certificación original de la partida de matrimonio y una copia
legalizada del acta de matrimonio; es la de dar aviso cualquier otra
exigencia sale de la legalidad y es responsabilidad única de los
contrayentes y de los respectivos consulados; ningún Cónsul tiene
facultades para exigir a los notarios guatemaltecos el cumplimiento
de requisitos que no están contemplados en nuestra legislación; o
para imponer a los notarios obligaciones que no están contemplados
en nuestra legislación;
3. Registrar las capitulaciones (artículo 102 del Código Civil).

4.1 CONSETIMIENTO, EDAD MINIMA REGISTRO

El 10 de diciembre de 1962 se firmó en la ciudad de Nueva York


al amparo de las Naciones Unidas la “Convención sobre el consentimiento
para el Matrimonio, la Edad Mínima para Contraer Matrimonio y Registro de
Matrimonios”, por Decreto – Ley No. 99-92 tal convención devino ley
interna, la publicación legal se hizo en el Diario Oficial del 23 de febrero de
1983. En su parte sustantiva dice:
ARTÍCULO 1.- 1) No podrá contraerse legalmente matrimonio sin el pleno y
libre consentimiento de ambos contrayentes, expresado por éstos en
persona, de la debida publicidad, ante la autoridad competente está
convencida de que las circunstancias son excepcionales y de que tal parte,
ante una autoridad competente y del modo prescrito por la ley, ha
expresado su consentimiento, sin haberlo retirado posteriormente.

ARTÍCULO 2.- Los Estados Parte en la presente Convención adoptarán


medidas legislativas necesarias para determinar la edad mínima para
contraer matrimonio. No para contraer legalmente matrimonio las personas
que no hayan cumplido esa edad, salvo que la autoridad competente, por

Causas justificadas y en interés de los contrayentes, dispense el requisito


de la edad.

ARTICULO 3.- Todo matrimonio deberá ser inscrito por la autoridad


competente en un registro oficial destinado al efecto. Nuestro país hizo la
siguiente reserva: “En lo que respecta al apartado 1) del articulo 1º. De la
Convención, Guatemala declara que por no exigir su legislación, cuando se
trata de sus nacionales, los requisitos relativos a publicidad del matrimonio
y presencia de testigos para ser formalizado, no se considera obligada a
cumplir con los mismos en el caso de que los contrayentes sea
guatemaltecos.”

Cada Estado queda en libertad de fijar la edad mínima para contraer


matrimonio lo que equivale a decir que la capacidad para contraer
matrimonio se rige por la ley personal de los contrayentes.

La razón de esta convención, en las palabras de la misma, es la


siguiente:

“Recordando asimismo que la Asamblea General de las Naciones


Unidas, en su resolución 643 (IX) del 17 de diciembre de 1954 declaró que
ciertas costumbres, antiguas leyes y prácticas referentes al matrimonio y a
la familia son incompatibles con los principios enunciadosen la Carta de las
Naciones Unidas y en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Reafirmando que todos los Estados, incluso los que hubieren


contraído o pudieren contraer la obligación de administrar territorios no
autónomos o en fideicomiso hasta el momento en que éstos alcancen la
independencia, deben adoptar todas las disposiciones adecuadas con
objeto de abolir dichas costumbres, antiguas leyes y prácticas, entre otras
cosas, asegurando la libertad completa en la elección de cónyuge,
aboliendo totalmente el matrimonio de los niños y la práctica de los
esponsales de los jóvenes antes de la edad núbil, estableciendo con tal fin
las penas que fueren del caso y creando un registro civil o de otra clase
para la inscripción de todos los matrimonios”.

A todo lo anterior agreguemos, recordando, lo que dispone la


Declaración Universal de Derechos Humanos al decir que:

1.) Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho sin
restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse
y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al
matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del
matrimonio. 2.) Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros
esposos podrá contraerse matrimonio”.

Como conclusión afirmemos que los conflictos sobre cuestiones


matrimoniales deberán solucionarse atendiendo y tomando en cuenta los
principios aquí antes mencionados.

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