En el año 1921 el fisiólogo alemán llamado Otto Loewi descubrió que la estimulación
del nervio vago causaba una reducción de la frecuencia cardíaca mediante la liberación
de una sustancia que él llamó “Vagusstoff” (en alemán “Sustancia vaga”). La “sustancia
vaga” fue más tarde identificada como la acetilcolina y se convirtió en el primer
neurotransmisor identificado por los científicos.
La palabra vago significa “errante” en latín. El nervio vago es conocido como el nervio
errante, ya que tiene varias ramas que divergen en dos tallos gruesos arraigados en el
cerebelo y el tronco cerebral que vagan hacia las vísceras más bajas del abdomen
tocando el corazón y la mayoría de los órganos más importantes en el camino.
Nuestra investigación y la de otros científicos sugieren que la activación del nervio vago
se asocia con sentimientos de cuidado y de la intuición ética de que los seres humanos
de diferentes grupos sociales (incluso contradictorios) comparten una humanidad
común. Hemos encontrado que las personas que tienen alta activación del nervio vago
en un estado de reposo son propensas a sentir emociones que promueven el altruismo,
la compasión, la gratitud, el amor y la felicidad.
Nuestro sistema nervioso autónomo está compuesto de dos sistemas opuestos que
crean un tira y afloja en nuestra mente. El sistema nervioso simpático está orientado a
hundir el pie en el acelerador ya que se nutre de adrenalina y cortisol y es parte de la
respuesta de lucha o huida. El sistema nervioso parasimpático es el polo opuesto. El
nervio vago es el eje central del funcionamiento del sistema nervioso parasimpático.
Este está orientado a reducir la velocidad y utiliza neurotransmisores como la
acetilcolina para aminorar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y ayudar al corazón
y órganos a ir más despacio.
Los niveles de hormonas del estrés de tu cuerpo son regulados por el sistema nervioso
autónomo (SNA) . El SNA tiene dos componentes que se balancean entre sí, el sistema
nervioso simpático (SNS) y del sistema nervioso parasimpático (SPS).
El SNS aumenta la actividad del sistema nervioso. Nos ayuda a manejar lo que
percibimos como emergencias y está a cargo de la respuesta de huir-luchar.
El SPS disminuye la actividad del sistema nervioso y nos ayuda a mantener la calma.
Promueve la relajación, el descanso, el sueño y la somnolencia al desacelerar nuestro
ritmo cardíaco, lo que disminuye la velocidad de nuestra respiración, contrae las pupilas
de los ojos, aumenta la producción de saliva en la boca, y así sucesivamente.
El nervio vago es el nervio que proviene del cerebro y controla el sistema nervioso
parasimpático, que controla tu respuesta de relajación. Y este sistema nervioso utiliza el
neurotransmisor, la acetilcolina. Si tu cerebro no puede comunicarse con el diafragma a
través de la liberación de acetilcolina desde el nervio vago (por ejemplo, afectada por la
toxina botulínica), entonces dejarás de respirar y morirás.
Por ejemplo:
Kevin Tracey, director del Instituto Feinstein para la Investigación Médica, descubrió
cómo el cerebro controla el sistema inmune a través de una conexión directa basada en
los nervios.
Él describe esto como el reflejo inflamatorio. En pocas palabras, es la forma en que el
sistema inmune responde a la mente.
Explicación:
El sistema inmunológico es controlado por un nervio llamado nervio vago.
Pero éste no es cualquier nervio.
Es el nervio más importante que viene desde el cerebro y viaja a todos los órganos
principales.
Y tú puedes activar este nervio – a través de la relajación, la meditación y otras
prácticas antiguas, tales como el sistema de la Lengua de Luz maya, combinada con
“técnicas de activación del nervio vago” dadas por el Grupo y Steve Rother, el nervio
vago se puede activar y trabajar energéticamente a través de la geometría, la
frecuencia, el color y la luz.
¿Cuál es el beneficio de esto?
Pues bien, mediante la activación del nervio vago, tu puedes controlar tus células
inmunes, reducir la inflamación e incluso prevenir la enfermedad y el envejecimiento!
Es cierto. Mediante la creación de estados cerebrales positivos – como maestros de
meditación han hecho durante siglos – se puede activar el nervio vago y controlar la
inflamación.
En realidad puedes controlar la función de los genes por este método. Activa el nervio
vago, y podrás encender los genes que ayudan a controlar la inflamación. La
inflamación es uno de los factores centrales de la enfermedad y el envejecimiento.
Regeneración celular
Aún más fascinante fue el descubrimiento de que nuestro cuerpo se puede regenerar a
cualquier edad.
Diane Krause, MD, PhD, de la Universidad de Yale descubrió que nuestras propias
células madre adultas innatas (células de nuestra médula ósea que pueden convertirse
en cualquier célula en el cuerpo) pueden transformarse en las células del hígado, el
intestino, los pulmones y la piel.
Este es un avance fenomenal.
He aquí el por qué:
Esto significa que tenemos el poder de crear nuevas células y renovar nuestros órganos
y tejidos acualquier edad.
¿Y cómo se controlan estas células madre?
Lo has adivinado: el nervio vago.
Por ejemplo, Theise et al. han encontrado que las células madre están conectados
directamente al nervio vago. La activación del nervio vago puede estimular a las células
madre a producir nuevas células y reparar y reconstruir tus propios órganos.
Así que la relajación – un estado de calma, paz y tranquilidad – puede activar el nervio
vago.
Y el nervio vago, a su vez, activa las células madre para regenerar y renovar tus tejidos
y órganos.
Relajación y meditación
Técnica de respiración y estimulación del nervio vago
El método de respiración que os explico para estimular y activar el nervio vago es muy
sencillo. Inspirando por la nariz, usando respiración abdominal o diafragmática. Cuando
se realiza este tipo de respiración profundamente se lleva aire a la parte más baja de la
caja torácica. La respiración se ha de hacer de forma lenta y profunda, con lo que se
efectúa un adecuado uso del diafragma. Lo que hacemos es lo siguiente: inspiraremos
tranquilamente contando mentalmente hasta 4, mantendremos el aire en los pulmones
contando hasta 6, y lo expulsaremos de nuevo contando hasta 4, pero al expulsarlo, lo
haremos como si estuviéramos echando vaho a unas gafas para limpiarlas, es decir,
contrayendo ligeramente los labios, de forma que al exhalar, se estimule el nervio vago.
Este simple procedimiento, practicado con regularidad, no solo nos instaura de forma
natural la respiración abdominal sino que consigue estimular este nervio vago,
permitiéndonos disfrutar y recoger los beneficios de la relajación mental y del proceso
de meditación que hagamos a continuación.
Reducirá la inflamación, los científicos incluso han demostrado que la meditación hace
más grande y mejor al cerebro.
Ellos trazaron la función cerebral de los “meditadores profesionales” trayendo al
laboratorio a Lamas tibetanos entrenados en la concentración y el control mental.
¿El resultado? Ellos encontraron niveles más altos de ondas cerebrales gamma y
cortezas cerebrales más gruesas (las áreas asociadas con las funciones cerebrales
superiores) en los meditadores.
La relajación puede tener otros efectos poderosos en nuestra biología.
En biología, ser un sistema complejo que puede adaptarse a su entorno y que es
resistente y flexible es fundamental para la salud.
Lo mismo es cierto para nosotros.
Cuanto más complejos y flexibles somos, más saludables estamos.
Tomemos, por ejemplo, los latidos del corazón.
Su complejidad se llama variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC) o variabilidad
latido a latido. Cuanto más compleja sea la VFC, más saludable es. La frecuencia
cardíaca menos compleja es la peor – una línea plana.
Entonces, ¿qué tiene esto que ver con la relajación?
La VFC también es controlada por el nervio vago.
Como puedes ver, encender la respuesta de relajación y la activación de ese nervio
vago es fundamental para la salud.
La activación del Nervio Vago:
Ayudará a regenerar tus órganos y células mediante la activación de las células madre
Aumentará su variabilidad de la frecuencia cardíaca
Aumentará el espesor de su cerebro (que normalmente se encoge con la edad).
Aumentará la función inmunológica
Modulará tu sistema nervioso
Reducirá la depresión y el estrés
Mejorará el rendimiento
Mejorará su calidad de vida
Los médicos conocen numerosas “maniobras vagales”, que son procedimientos que
permiten estimular el nervio y que practican personas cuyo ritmo cardiaco es
demasiado rápido (taquicardia) o que sufren de hipertensión. Estas “maniobras”
consisten sobre todo en:
Aguantar la respiración.
Colocar un paño húmedo y fresco sobre la cara.
Presionar fuertemente sobre los ojos (compresión de los globos oculares).
Beber un vaso de agua fría rápidamente.
Acostarse sobre una superficie inclinada, con la cabeza hacia abajo (posición de
Trendelenburg).
Contraer el abdomen como si se fuera a recibir un golpe en el estómago.
Inspirar profundamente hinchando el vientre (es la mejor forma de estimular el nervio
vago, al oxigenar la sangre).
Aprender a estimular de forma natural el nervio vago tiene grandes beneficios,
ayudando al organismo a relajarse. Además, realizar estas maniobras ayuda a no picar
ni comer compulsivamente por culpa del estrés y la ansiedad.
Compasión y ADN
Elizabeth Blackburn, PhD, quien descubrió los telómeros
(el telómero es una región de ADN no codificante que se encuentra en los extremos de
los cromosomas lineales. La longitud del telómero varía según la especie y el
cromosomahttp://medmol.es/temas/80/), ha explicado que, en última instancia, éstos se
hacen tan cortos que, al final, nuestro ADN se desenreda y ya no se podemos replicar
nuestras células, por lo que mueren.
El estrés mental produce un acortamiento más rápido de los telómeros – y conduce a
un envejecimiento más veloz.
¿Qué es aún más notable?
En un estudio en cuidadores de pacientes enfermos, la salud de los telómeros de los
cuidadores fue determinada por su actitud.
Los cuidadores que sentían que el cuidado era una carga tenían telómeros más cortos,
mientras que los que veían su trabajo como una oportunidad para ser compasivos no
presentaban acortamiento.
El Dalai Lama dijo que el asiento de la compasión es en realidad biológico – y necesario
para la supervivencia.
Tal vez el desarrollo de la compasión y la sabiduría para hacer frente a las condiciones
de vida desfavorables es la verdadera clave de la longevidad.
Simplemente puede ser que el trabajo de comprender nuestra verdadera naturaleza a
través del cultivo de nuestras mentes y corazones con las prácticas positivas, como las
técnicas de meditación o similares, es fundamental para la salud y la longevidad.
Las formas en que podemos cambiar nuestro cuerpo a través de cambiar nuestra
mente ya no son simplemente teorías.
Hay un nuevo lenguaje científico para comprender cómo las cualidades de la mente
controlan el cuerpo a través de los efectos sobre el nervio vago, las células inmunes,
las células madre, los telómeros, el ADN, y mucho más.
Recuerda que tu cuerpo tiene todos los recursos y los sistemas infinitamente
adaptables a autorregularse, repararse, regenerarse y prosperar
Simplemente tienes que aprender a trabajar con tu cuerpo, en lugar de trabajar contra
él. Entonces puedes tener una vida próspera y saludable – y vivir toda tu vida útil, que
puede ser de hasta 120+ años!
Amor
Pero hay algo aún más genial – la investigación que Dacher Ketlner, director del
Laboratorio de Interacción Social de la Universidad de California, Berkeley, está
llevando a cabo, muestra de que la estimulación del nervio vago no solo es buena para
ti – es buena para el planeta.
“Nuestra investigación y la de otros científicos sugieren que la activación del nervio
vago se asocia con los sentimientos de cuidado y de la intuición ética de que los seres
humanos de diferentes grupos sociales (incluso contradictorios) comparten una
humanidad común. Se ha encontrado que las personas que tienen alta activación del
nervio vago en un estado de reposo son propensas a sentir emociones que promueven
el altruismo – la compasión, la gratitud, el amor y la felicidad.”