-INTRODUCCIÓN-
Los antidepresivos se utilizaron en el ámbito clínico en psiquiatría a partir de 1957 al observar Kuhn cómo la imipramina
mejoraba el estado de ánimo de los pacientes deprimidos; en la década posterior se desarrollaron la mayor parte de los
antidepresivos llamados tricíclicos (ADT) al mismo tiempo que se comenzó a usar los inhibidores de la monoaminooxidasa
(IMAO) al darse cuenta producían euforia y mayor iniciativa en las personas que lo utilizaban.
Los fármacos ADT logran remisión o mejoría de síntomas depresivos en más del 65% de los casos, a diferencia de los
estimulantes (anfetaminas, metilfenidato, etc) que solo mejoran el estado de ánimo en personas que previamente están
deprimidas; no elevan el ánimo en sujetos normales. Los ISRS mantienen un efecto antidepresivo similar a los ADT pero
con reducción significativa de efectos secundarios.