El golpe cobraba sentido, por otra parte, en el contexto de las llamadas doctrinas
de la seguridad nacional y de las fronteras ideológicas.
-Los partidarios del “pacto social” entre militares empresarios y obreros, grupo
liderado por el general Julio Alsogaray.
Las medidas económicas de Onganía retomaban las del desarrollismo, pero daban
una prioridad a aumentar la “eficacia”, recortando el poder de negociación de los
sindicatos. Se aplicaron planes de “racionalización”, que incluyeron la fijación de
nuevas normas laborales en el puerto (lo que llevó a una huelga duramente
reprimida) y el cierre de ingenios azucareros tucumanos a los que se consideraba
“ineficientes”. Su ministro de economía, Adalbert Krieger Vasena, llevó adelante
un plan que suspendió las negociaciones de convenios colectivos de trabajo,
estableció retenciones a las exportaciones agropecuarias y favoreció una mayor
concentración económica en manos de grandes grupos empresarios, muchos de
ellos transnacionales.
El plan de Krieger Vansena encontró una fuerte oposición de los gremios. En 1967,
la CGT anunció un Plan de Acción. Ante el reclamo sindical, el gobierno retiró a
varios sindicatos la personería gremial, al tiempo que negociaba con otros
dirigentes gremiales dispuestos a “colaborar” con el gobierno.
El Cordobazo.
Los disconformes comenzaron a organizarse en forma encubierta; como los temas
de fondo no podían ser planteados, se canalizaron a través de planteos
secundarios. El problema emergió en varias universidades en las provincias, por
el tema de los comedores estudiantiles que aumentaron los precios. La represión
fue dura. En Corrientes la policía mató a un estudiante durante una manifestación.
Bibliografía: